Los anarquistas ante las elecciones - Folletos Libertad
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se sobre esta cuestión fundamental del supremo principio regulador de <strong>las</strong> relaciones<br />
interhumanas, o al menos, discutir, entre demócratas y <strong>anarquistas</strong>; dado que, si no<br />
hay entendimiento sobre ella, no puede haber entendimiento sobre cuestiones especiales<br />
de organización, e incluso cuando se llegase a un acuerdo de palabra como<br />
aquél al que ha llegado Merlino, se descubriría pronto que el acuerdo se ha hecho<br />
usando <strong>las</strong> mismas palabras con diferente sentido.<br />
Descendamos a la práctica. Supuesto que mañana el pueblo fuera dueño de sí (no<br />
se alarme el fisco, ya que se trata de simples suposiciones) ¿deberá tomar un poder<br />
constituyente que decretará una nueva constitución, que hará la ley, que organizará<br />
la nueva sociedad? ¿O bien la nueva organización social deberá surgir, de abajo hacia<br />
arriba, por obra de todos los hombres de buena voluntad, sin que a ninguno le sea<br />
dado el derecho de mandar o imponer? En otros términos, para servirnos de la frase<br />
consagrada ¿es necesario conquistar o bien abolir los poderes públicos?<br />
Se puede ser partidario de uno u otro método, se puede incluso buscar algo intermedio,<br />
como parece que desearía Merlino, pero no se puede, cuando se intenta llegar<br />
a una conciliación entre demócratas y <strong>anarquistas</strong>, callar lo que constituye la diferencia<br />
fundamental.<br />
Y por hoy basta. Volveremos sobre <strong>las</strong> doctrinas y sobre <strong>las</strong> tendencias de Merlino<br />
cuando nos ocupemos, en uno de los próximos números, de su reciente libro: Pro y<br />
contra el socialismo.<br />
***<br />
POR LA CONCILIACIÓN<br />
S. Merlino. De L'Agitazione, del 19 de agosto de 1897<br />
Erico Malatesta vs. Saverio Merlino<br />
Quizá me equivoco, pero me parece que vosotros os esforzáis, involuntariamente,<br />
en exagerar vuestro disentimiento de socialistas demócratas, por miedo a que, cesando<br />
el disentimiento, cese también para vosotros toda razón de existir como partido<br />
distinto.<br />
Ahora, que exista o no el partido anarquista, o cualquier otro partido, a mí me parece<br />
que debe interesarnos sólo débilmente.<br />
Lo que podemos y debemos desear es que la parte de verdadero que haya en nuestras<br />
doctrinas, se abra camino entre <strong>las</strong> multitudes y primeramente entre aquellos que<br />
están más cercanos a nosotros, los socialistas milit<strong>ante</strong>s. Si mañana los socialistas<br />
democráticos aceptasen la parte justa de nuestras ideas, podríamos resignarnos a morir<br />
como partido. Habríamos cumplido nuestra misión.<br />
Después de todo, los partidos no están destinados a durar eternamente; más bien<br />
tienen una vida breve y precaria, sirven para afirmar y divulgar ciertas ideas y generalmente<br />
desaparecen o se transforman <strong>ante</strong>s que aquél<strong>las</strong> se hagan realidad.<br />
<strong>Los</strong> <strong>anarquistas</strong> <strong>ante</strong> <strong>las</strong> <strong>elecciones</strong> 15<br />
campaña electoral contra el gobierno y en la defensa de la libertad y la justicia. En<br />
cuanto a mí, repito que mi finalidad, al combatir la estéril táctica abstencionista, no<br />
ha sido la de satisfacer una ambición personal y acrecentar en uno el número de los<br />
diputados socialistas en el parlamento.<br />
***<br />
LAS CANDIDATURAS-PROTESTA<br />
E. Malatesta. De L'Agitazione, del 4 de marzo de 1897<br />
<strong>Los</strong> compañeros de Roma presentan candidato a nuestro amigo Luigi Galleani, que<br />
se halla confinado y parece que en otros lugares se han presentado otras candidaturas-protesta.<br />
Es difícil y penoso para nosotros decir franca y claramente nuestra opinión.<br />
Cuando hombres que estimamos y amamos y que han hecho mucho y harán<br />
más todavía por nuestra causa, están presos o confinados y se propone un medio para<br />
hacerlos salir, ¿cómo se hace para decir, por malo que sea el medio: no, dejadlos<br />
donde están?<br />
No obst<strong>ante</strong>, nos esforzaremos y abriremos nuestro corazón. Si alguien nos encuentra<br />
demasiado intransigentes, que nos perdone en consideración al hecho de que también<br />
nosotros hemos estado en la cárcel y confinados; que estamos expuestos a volver<br />
siempre, y que podemos permitirnos ser severos con los demás porque tenemos<br />
conciencia de que sabríamos serlo con nosotros mismos. En cuanto a los amigos candidatos,<br />
ciertamente nos lo perdonarán, porque sabrán apreciar nuestros motivos: incluso<br />
con respecto a algunos de ellos, sabemos que están completamente de acuerdo<br />
con nosotros acerca del tema. La candidatura-protesta, especialmente cuando se está<br />
seguro de que el elegido no querrá de ninguna manera hacer de diputado, no es, por<br />
sí misma, contraria a nuestros principios y tampoco a nuestra táctica; pero es, no obst<strong>ante</strong>,<br />
una puerta abierta al equívoco y a <strong>las</strong> transacciones. Es el primer caso en una<br />
pendiente resbaladiza en la que es difícil detenerse.<br />
Si se quiere votar por un candidato-protesta, es necesario ser elector; por tanto, es<br />
necesario inscribirse, y quien no se inscribe es un negligente que no prepara los medios<br />
para alcanzar sus fines. Un paso todavía, un pequeño paso, y diremos también<br />
nosotros, imitando a los socialistas: no es un buen anarquista quien no se inscribe como<br />
elector. Y cuando se está inscrito y no se tiene a mano un candidato-protesta, es<br />
fuerte la tentación de ir a votar para favorecer a un amigo o para dar un disgusto a un<br />
adversario. Somos todos hombres y cuesta tan poco ir a poner una papeleta en una<br />
urna. La experiencia enseña.<br />
Luego viene la cuestión de la conducta del elegido. ¿Escucháis a Merlino? Éste ya<br />
señala la contradicción al decir: cuando hayáis sacado a Galleani del confinamiento<br />
nombrándolo diputado. ¿Deberá dimitir para que lo manden de nuevo allí y vosotros<br />
os divirtáis sacándolo otra vez?