Número 3 - club deportivo morla de la valdería

EDICIÓN DIGITAL
Club Deportivo Morla de la Valdería
Número 3
Octubre de 2009
Revista semestral

Normas de publicación
Cosas de Morla
- En esta revista se publicarán todo tipo de artículos relacionados con Morla
de la Valdería (actividades, historia, medio ambiente, costumbres,
etnografía, gentes, etc).
- Los artículos deberán enviarse a la dirección de correo electrónico
cosasdemorla@cdmorla.com en formato Microsoft Word.
- La extensión de los artículos no excederá de 4 páginas de texto (arial 12,
interlineado sencillo). Las imágenes o figuras (10 como máximo) se enviarán
por separado (archivos JPG o BMP). En cada artículo se indicará el nombre y
apellidos del autor del mismo. Igualmente, si procede, se añadirán los pies de
foto, indicando claramente a qué imagenes hacen alusión.
- Los artículos breves podrán estar acompañados de tres imágenes como
máximo.
- No se publicarán artículos con palabras o expresiones ofensivas o
malsonantes, ni textos relativos a personas concretas (salvo que éstas hayan
tenido gran relevancia en la historia de Morla de la Valdería). Tampoco se
publicarán artículos anónimos. El “Club Deportivo Morla de la Valdería” se
reserva el derecho de selección de artículos.
- La responsabilidad sobre las opiniones y el contenido de los textos será
exclusiva del autor de los mismos.
- La publicación de textos e imágenes en la revista “Cosas de Morla” no
implicará el registro de los mismos en ningún ca so.
- Los diferentes números de esta revista podrán descargarse de forma
gratuita en la página web www.cdmorla.com
ADVERTENCIA
Es posible que los términos usados en
esta revista para referirse a útiles
tradicionales, lugares de Morla de la
Valdería o cualquier otro elemento de la
cultura de esta localidad difieran en su
escritura en función del autor de los
artículos.
El Club Deportivo Morla de la Valdería
se reserva el derecho de modificar
estos términos en caso de que existan
obras de referencia previas en las
cuales ya figuren escritos, o si éstos
figuran en la base de datos de
referencias catastrales de la Junta de
Castilla y León.
“Cosas de Morla” es una publicación del “Club Deportivo Morla de la Valdería”
Maquetación: Rodrigo Castaño de Luis
Revisores: Pablo Castaño de Luis
Marcelino Pérez de Luis
Rodrigo Castaño de Luis
Periodicidad semestral
1

2
Club Deportivo Morla de la Valdería
Índice
- Normas de publicación...................................................................... 1
- Índice................................................................................................ 2
- Club Deportivo; IV Cross Alpino.........................................................
3
- Fiestas; San Bartolomé 2009.............................................................
9
- Recuerdos; Querida Morla (II) ............................................................ 12
- Para tener en cuenta; Almas sin techo...............................................
17
- Vivencias; El cariño de un perro........................................................
19
- Unidos ante la adversidad; Muerte de una res...................................
20
- Tradición; Apicultura tradicional.......................................................
23
- Páginas de historia y vida; La chimenea............................................
27
- Nuestras gentes; Santiago Fuertes Ferreras......................................
31
- Actualidad; Fiesta en La Valdería......................................................
33
- Crónicas morleñas; Visitantes perplejos............................................
36
- Nuestro entorno; La Fuente Mineral (II) .............................................. 41
- Artículos breves................................................................................ 46
- Galería de imágenes......................................................................... 48
- Otras cosas....................................................................................... 50
- Cocina de Morla................................................................................ 51
- Pasatiempos...................................................................................... 52
- Cancionero........................................................................................ 53
- Astronomía; Noche de Morla..............................................................
54
- Actividades; Aulas de la naturaleza...................................................
57
- Fiesta en honor a nuestra patrona; Santa Eulalia 2009.......................
59
- Para tener en cuenta; Un monumento vivo.........................................
60

IV Cross Alpino
El pasado 22 de
agosto se
celebró el
cuarto Cross Alpino
Morla de la Valdería, la
tarde se levantó
calurosa y amenazaba
con hacer aun más
duro el recorrido de 9
kilómetros y 304
metros de desnivel
positivo. Aun así la
prueba registró un
r e c o r d d e
participación con 73
atletas inscritos, mas
nuestro atleta 74 (el
Bekele de Paracuellos)
que emulando a
“Perico” decidió dar
cierta ventaja al resto
de los participantes,
Cosas de Morla
Club Deportivo
Pablo Castaño de Luis
Presidente del Club Deportivo Morla de la Valdería
para que la prueba
tuviera un aliciente
más.
Los primeros en
categoría masculina
fueron, Ignacio
Alvarez Sanmartino ,
Luis Angel Pérez
Esteban , que una vez
mas se coló en el
podium, y Gustavo
Delgado Villa .
En categoría femenina
los tres primeros
puestos fueron para
Zeltia Martínez
Fernández, Gloria del
Pozo Provecho e
Izarne Lozano Teruelo
que como Luis en
categoría masculina,
vuelve a repetir
podium.
Después de la prueba,
y tras la entrega de los
botijos y demás trofeos
para los más rápidos,
se sortearon varios
lotes de productos de
la zona, entre atletas y
asistentes a la carrera
que obligo al animador
de la prueba a
3

4
Club Deportivo Morla de la Valdería
Los corredores un minuto antes del tañido de
campana que marcó la salida de la prueba
esforzarse con sus
cuerdas vocales.
Para finalizar el día
festivo, se dispuso una
cena con las populares
“sopas y patatas”
regadas por quien
quiso de vino, que aun
a riesgo de que se me
tache de poca
ALUMINIOS DE LUIS
ALUMINIOS DE LUIS
RIBADEO (LUGO)
objetividad, diré que
e s t a b a n
extraordinarias, a la
altura de los paladares
mas exquisitos.
Desde el Club
queremos agradecer a
toda la gente que ha
hecho posible este
cross, tanto a la
FARMACIA OLIVERAS-GONZÁLEZ
(BARCELONA)
El Cross Alpino Morla de la Valdería se ha convertido
en todo un referente deportivo en nuestra comarca
MECANIZADOS A.T.C.
(VITORIA)
organización, a los
voluntarios que de
forma desinteresada
han sido fotógrafos,
controladores,
c a m a r e r o s ,
cronometradores,
coche escoba,
aguadores etc…, a los
patrocinadores que
con sus aportaciones
PANADERÍA JUSTEL
CASTROCONTRIGO (LEÓN)

hacen un poco mas
vistosa la carrera y por
supuesto a los únicos
q u e s o n
indispensables para
este tipo de pruebas,
los corredores que han
sido los grandes
protagonistas del día,
con su esfuerzo.
En conclusión la
prueba fue un éxito de
participación, de
ambiente y nos
quedamos con la
sensación de que año a
año el Cross Alpino
Morla de la Valdería, se
va haciendo un hueco
en el calendario
nacional de carreras
populares.
Os esperamos el
próximo 21 de agosto.
PRADA A TOPE
CACABELOS (LEÓN)
SANTOCILDES
CASTROCONTRIGO (LEÓN)
HERMANOS NISTAL
CASTROCONTRIGO (LEÓN)
Cosas de Morla
GRUPO
UROLINEA
GRUPO EUROLINEA CONFORT
(MADRID)
5

6
Club Deportivo Morla de la Valdería
BAR EL CHIRINGUITO
MORLA DE LA VALDERÍA (LEÓN)
CATEGORÍA MASCULINA
Primer clasificado: Ignacio Álvarez Samartino
Segundo clasificado: Luis Ángel Pérez Esteban
Tercer clasificado: Gustavo Delgado Villa
CATEGORÍA FEMENINA
Primera clasificada: Zeltia Martínez Fernández
Segunda clasificada: Gloria del Pozo Provecho
Tercera clasificada: Izarne Lozano Teruelo

IV CROSS ALPINO
MORLA DE LA VALDERÍA
P
Cosas de Morla
remios y trofeos del
IV Cross Alpino
Morla de la Valdería
para los tres primeros
clasificados de cada
categoría (masculina y
femenina) y trofeo
especial para el último
clasificado de la prueba.
orredores y público
Casistente del IV
Cross Alpino Morla de la
Valdería, minutos antes
de la salida (19:00
horas), durante la
explicación de la
normativa de la prueba y
las características del
circuito.
E
l Cross Alpino Morla
de la Valdería se
desarrolla en un circuito
con importantes
desniveles (desnivel
total acumulado: 306
metros) que pone a
prueba la forma física de
los corredores.
7

8
Club Deportivo Morla de la Valdería
Como en anteriores ediciones, al finalizar el cross y la entrega de premios, se procedió a
celebrar las rifas entre todos los asistentes que desearon participar en ellas. Un total de
4 lotes se repartieron entre aquellos que, por sólo un euro, fueron tocados por el dedo de
la suerte.
EL CIRCUITO
El circuito del Cross
Alpino Morla de la
Valdería tiene una
longitud de 8934 metros
y vence un desnivel de
306 metros.
La prueba se desarrolla
íntegramente por pistas
y caminos de Morla de la
Valdería, que atraviesan
parajes con una gran
belleza y de alto valor
ecológico y natural.
En pocas palabras, el
Cross Alpino Morla de la
Valdería combina el
mejor deporte, la
belleza de un paraje
inigualable y la buena
convivencia entre todos
los asistentes.

San Bartolomé 2009
Como cada año, el
pasado mes de
agosto se
celebraron las fiestas en
honor a San Bartolomé,
nuestro patrón.
Las actividades no
cesaron durante los
días 21, 22, 23, 24 y 25:
los juegos, el deporte, la
música y sobre todo, la
buena convivencia,
reinaron en nuestro
pueblo y nos hicieron
disfrutar a todos.
Como ocurrió en
ediciones pasadas, las
a c t i v i d a d e s
organizadas por el Club
Deportivo Morla de la
V a l d e r í a s e
Cosas de Morla
Fiestas
Club Deportivo Morla de la Valdería
encuadraron en el
contexto de estas
fiestas, enriqueciendo
su programación y
permitiendo que todas
aquellas personas
procedentes de nuestra
provincia y de otras
muchas, pudieran
participar en ellas.
Esperemos que todos,
durante muchos años,
podamos disfrutar de
nuestra fiesta, la de San
Bartolo, y de muchos
buenos momentos.
Arriba: la procesión del día 24 de
agosto a la salida de la ermita,
siguiendo los pasos de nuestro
patrón en su recorrido por las
calles de Morla.
Izquierda: música popular
durante el baile popular previo a
la comida del día 24 de agosto.
9

10
Club Deportivo Morla de la Valdería
Orquesta Cristal (día 23) Orquesta Bristol (día 24) Orquesta Hechizo (día 25)
Diversión para los más pequeños
Cena Popular
(viernes, 21 de agosto de 2009)
Saltar y lanzarse al aire sin hacerse daño ni mancharse
es el sueño de todo niño; este año pudieron hacerlo en
un circuito hinchable que, durante las horas previas a
las verbenas, estuvo a su disposición.
Juegos para todos
El inicio de las fiestas vino dado este año por una cena
popular (cortesía de José Ángel Losada Escudillo), en
la que todos pudimos degustar buena comida y vivir
una agradable jornada de convivencia y de diversión.
Momentos de relax
En los días de fiesta, divertirse es lo que cuenta, y si
para ello hay que tirar de una cuerda, se tira; el día 25
de agosto por la tarde, al finalizar los juegos infantiles,
algunos valientes midieron sus fuerzas en un
campeonato de sogatira, para dolor de sus manos y
diversión de todos los asistentes.
Tras las copiosas comidas que caracterizan estos
días, el cuerpo pide (o exige) un momento de relax: una
buena siesta, ver la tele o dar un paseo son las
opciones más escogidas; sin embargo, las actividades
no cesan, como puede verse en esta imagen del
campeonato de tute.
Como cada año, la fiesta
giró en torno a la misa en
honor a nuestro patrón,
San Bartolomé. Tras ella,
las calles del pueblo
acogieron la tradicional
procesión.

¡Aguanta, Jordi,
aguanta!
Por sexto año consecutivo,
el “Rincón de Jordi” abrió
sus puertas para que todos
pudiéramos degustar
buena comida durante las
verbenas de los días 24 y 25
de agosto.
Chocolate para
todos
Tras los juegos
infantiles de la
tarde del 25 de
agosto, todos
pudimos disfrutar
de la tradicional
chocolatada.
Cosas de Morla
El Club Deportivo Morla de la Valdería organizó
este año el II Concurso de fotografía Morla de la
Valdería.
Con una participación de 14 imágenes y tras el
fallo de un jurado popular, la fotografía
ganadora fue “Anochecer en Morla”, de Juan
Castaño. Dicha imagen muestra un bello
atardecer de verano en el cual las nubes
cubrieron el horizonte con un impresionante
manto rojo.
Las fotografías presentadas a este concurso
pueden verse en la sección “Galería de
imágenes” de esta revista (página 48).
11

12
Club Deportivo Morla de la Valdería
Querida Morla (2ª parte)
SEGUNDA PARTE Emilio. Al principio era
Al principio de los
años veinte del
siglo pasado, tu
hijo Gregorio era ya un
joven quinceañero, que
junto a su hermano
Emilio, ayudaba a su
padre en la labranza de
las tierras, la
recolección de las
cosechas, el cuidado
del ganado y cualquier
otro trabajo que hubiera
que realizar. Pero a
medida que él y sus
hermanos crecían,
aumentaban los gastos
en la casa y como los
recursos económicos
de la familia eran muy
limitados, para que la
economía familiar
mejorase, había que
salir a trabajar fuera; al
ser él el mayor le tocaba
salir, unas veces solo y
otras con su hermano
en tu mismo seno,
querida Morla; más
tarde en pueblos
cercanos; era por
periodos cortos de
tiempo, ayudar en la
siega a algún familiar o
vecino, ir días sueltos
con el ganado para
alguien que ese día no
podía salir…
En esta situación se
encontraba cuando un
verano les llamaron, a él
y a su hermano Emilio,
una familia de Torneros
para que les ayudasen
en la siega a cambio del
salario correspondiente
más comida y
alojamiento. Tras la
primera jornada de
trabajo, al llegar la
noche, estaban ya en
casa de los patrones,
cansados tras una larga
jornada de siega, casi
con más ganas de
Recuerdos
Gregorio Castaño de Luis
Han pasado seis meses, y de nuevo estamos aquí, cada cual con su historia. Yo con la
segunda parte de “Querida Morla”. Sigo recopilando recuerdos de los múltiples relatos que
siempre les oí contar a mis padres, Elisa y Gregorio, de ese maravilloso pueblo llamado Morla,
historias que siempre me fascinaron y que desde muy pequeño me hicieron amar a Morla sin
haberla pisado nunca, pues hasta los 43 años no la visité. De todas formas la adoré siempre y
después de mis visitas en los años noventa y principios del nuevo milenio la sigo adorando
más si cabe, este amor mío por Morla es solo comparable al que les tenia a mis padres. Bueno,
os dejo por hoy, empieza la segunda parte
dormir que de cenar.
Una señora mayor
estaba preparando la
cena, eran unas sopas
de ajo; la señora, con
toda su buena voluntad
y para que todo
estuviese más del gusto
de ellos, les preguntó.
-¿Queréis los ajos
machacados o
espurriados?
Lo de machacados los
dos lo entendían, pero…
¿Qué será espurriados?
Fue tu hijo Emilio,
querida Morla, quien
por probar algo nuevo
contestó.
-Da igual, pero póngalos
espurriados.
La mujer, con sus
mejores intenciones,
metió los ajos en la
boca, los masticó bien
masticados, con los
pocos dientes que le
quedaban, y los expelió
c o n f u e r z a

epartiéndolos bien por
todo el pote. Emilio. que
por cierto era bastante
escrupuloso, esa noche
no cenó y Gregorio, casi
t a m p o c o . S e
disculparon diciendo
que no tenían ganas,
que estaban muy
cansados y se fueron a
dormir. Tras pasar la
noche en vela, sin poder
dormir, por el hambre y
pensando en lo que les
podía esperar el resto
de jornadas, decidieron
que al amanecer se iban
para casa, que no
pasarían allí ni un solo
día más. De esta forma,
cuando amaneció se
despidieron de aquella
familia, poniendo mil
disculpas y se alejaron
de Torneros retornando
al hogar familiar,
querida Morla.
Una cosa de la que mi
madre -tu hija Elisa-
solía hablar con mucha
frecuencia era de la
Fuente Mineral, de sus
p r o p i e d a d e s
medicinales, que según
ella, eran debidas a la
gran cantidad de hierro
que contenían. También
decía que eran muy
buenas para los que
padecían de anemias y
del estomago, pero eran
perjudiciales para los
que padecían de los
pulmones.
Nos contaba que en
verano el pueblo se
llenaba de forasteros
que iban a tomar las
aguas, al parecer había
un balneario en los
alrededores de
Bernadiello, pero que no
tenía capacidad para
acoger todos los
veraneantes que
acudían. Por este
motivo, la mayoría de los
visitantes se
hospedaban en diversas
casas del pueblo. Una
de esas casas era la
Casona, donde ella vivía
junto a sus padres y
hermanos; se alojaban
allí varias familias a lo
largo del verano,
algunas de ellas eran
clientes fijos año tras
año; acudían familias de
León, de La Bañeza, de
Cosas de Morla
otros pueblos y
provincias más o menos
cercanas y hasta
incluso de Madrid. Por
este motivo, el verano,
era la época en que se
salía un poco del
aislamiento en que, en
aquellos tiempos se
encontraban tus hijos,
querida Morla. Se
podían relacionar con
personas de otros
lugares, enterarse de lo
que pasaba fuera del
valle y el verano, a pesar
del mucho y pesado
trabajo, se les hacía más
llevadero, más ameno.
Contaba tu hija Elisa el
ritual que había cada día
de salir todos los
veraneantes hacia la
Fuente Mineral para
tomar las aguas,
tratando cada cual de
ser el primero en llegar
para poder coger la
capa de nata que
durante la noche se
formaba en la superficie
del agua, ya que, según
lugareños y forasteros,
era lo mejor de la fuente,
pues, según ellos, tenía
gran cantidad de
minerales, en especial
hierro. Después de
hartarse de agua y
disfrutar del entorno,
volvían al pueblo,
muchos de ellos
cargando con agua para
beberla durante el día
sin tener que volver a la
fuente: pero siempre
había alguien que
prefería retornar varias
veces en el día a
tomarla. Tu hija Elisa,
querida Morla, nos
13

14
Club Deportivo Morla de la Valdería
contaba mil historias,
que para mí en aquellos
tiempos eran
fascinantes, sobre
aquellos veraniegos
inquilinos de la Casona,
pero desgraciadamente
no los recuerdo con
claridad y ella ya no está
para repetírmelas.
Según ella, en el
b a l n e a r i o d e
Bernadiello tenían otra
fuente mineral, y existía
cierta rivalidad entre los
partidarios de una y la
otra, pero, para la
Casona y todo el pueblo
la mejor, la autentica era
la de Las Fuentes,
querida Morla.
Hablaba con mucha
frecuencia de los
peligros que acechaban
por el monte, no sólo
para los foráneos que a
veces se adentraban en
él, sino para los propios
v e c i n o s q u e
deambulasen sin el
debido cuidado y
precaución. Todos
estos relatos eran para
nosotros, niños
entonces, autenticas
historias de gran
tensión e incertidumbre
y se nos quedaban
grabadas en la mente,
de tal forma, que a
veces soñábamos con
ellas, despertándonos
sobresaltados. Pero a
pesar de todo, ello no
impedía que al día
siguiente le rogásemos
de nuevo que nos
volviese a contar la del
día anterior u otra de las
muchas que ya
sabíamos de memoria.
Ese día tocaban “arenas
movedizas”, según
decía; más o menos allí
por el Baliar existían
unos fanguizales que en
más de una ocasión
alguna persona había
pasado sus apuros al
meterse en ellos y ver
cómo la tierra se lo
tragaba; también el
ganado, en especial las
vacas lo pasaron mal y
alguna murió luchando
por salir de la trampa. Al
día siguiente, lobos;
quizás fuesen éstas las
que más nos
sobrecogían, cuando se
encontraba sola o
acompañada de otra
persona, adulta o niño
como ella, con las
ovejas o las cabras por
el monte y de pronto el
rebaño se veía
sorprendido por una
jauría de estas alimañas
matando ovejas sin
control; algunas veces
los pastores y sobre
todo los perros,
conseguían hacerlos
huir, pero en otras los
perros morían en el
intento, incluso los
pastores arriesgaron su
vida en más de una
ocasión y tu propia hija
Elisa, siendo una
adolescente, se
enfrentó a ellos con
decisión y energía
sobreponiéndose al
pánico que la
embargaba. No eran
más agradables las
historias de víboras, ni
tampoco las menos
frecuentes; eran
muchos los relatos que
de este reptil nos
contaba y muchas las
personas que habían
sido mordidas por dicho
animal y alguna de ellas
estuvo al borde de la
muerte. Tu hija Elisa
querida Morla, que por
cierto era bastante
atrevida, a este
pequeño ofidio le tenía
pánico, pero no
obstante, si tenía un
palo o una piedra a
mano se enfrentaba a él
llegando a darles
muerte en muchas
ocasiones; pero nunca
los tocaba con las
manos ni permitía que
nadie le amenazase con
echárselos encima
aunque ya estuviesen
muertos, más de uno
tuvo que correr huyendo
de ella, por haberlo
intentado. Sin embargo,

querida Morla, uno de
tus hijos y hermano de
mi madre, Placido, no
les tenía ningún asco ni
temor y para darles
muerte se servía de su
agilidad y rapidez, las
cogía por la cola y
zarandeándolas en el
aire las descoyuntaba
inmovilizándolas por
completo, no
necesitaba palos ni
piedras para matarlas.
También eran muchas y
no menos angustiosas
las historias del frío que
pasaban cuidando del
ganado en el monte,
andando sobre la nieve
con las piernas
enterradas hasta las
rodillas en algunos
lugares. Tampoco era
divertido ir pastoreando
por las colinas con el
calor, sin agua, con la
boca seca y viendo las
cristalinas aguas del
Eria u otro arroyo,
correr por el valle sin
poder bajar a beberla.
Eran muchas las
historias tristes o
angustiosas que
contaba de su infancia y
juventud, del pastoreo
por tus montes y
montañas, querida
Morla.
Pero no eran menos los
relatos alegres y
divertidos del mismo
escenario, querida
Morla y relacionados
igualmente con el
cuidado del ganado.
Cómo disfrutaban por
tus montes buscando y
comiendo mierlas, y a
nosotros, atentos
oyentes de sus relatos,
se nos abría el apetito
pensando en lo buenas
que debían estar y
pensábamos para
nuestro interior: ¿por
qué por estas tierras no
habrá esos manjares
por medio de los
campos?; cómo iba
haberlos, si ni siquiera
había montañas. Pero
por si las mierlas fueran
poco, también estaban
los amustiellos y las
moras y los madroños y
las castañas; cuántas
cosas buenas
repartidas por los
montes, que todos
podían coger sin que
nadie se hubiese
molestado en
cultivarlas. Mas, no era
esto sólo, falta lo más
dulce, lo más suculento,
lo más goloso, en
especial para un niño de
aquella época, querida
Morla, pero conseguirla
a veces era un poco
doloroso, solo algunos
osados se atrevían a
cogerla, no era fácil,
muchos lo intentaban
pero desistían; se
producía en algunos
árboles muy especiales.
Cosas de Morla
-¿Por aquí no hay de
esos árboles?
Preguntaba yo.
- No, no los hay, decía mi
madre, son arboles
grandes con un tronco
grueso y hueco. Unos
pequeños seres alados
la protegían y te
atacaban con un
pequeño aguijón, que si
te lo clavaban, era muy
doloroso, claro que ese
pequeño ser no salía
mejor parado, pues al
hacerlo, él moría. Se
llaman abejas y aunque
su aguijón sea tan
doloroso, nunca debéis
matarlas, pues el
producto de su trabajo
no sólo está muy bueno
y es muy alimenticio,
también cura muchas
enfermedades. Se llama
miel y la producen en
panales de cera, si se
conseguía uno era una
suerte, se chupaba
y…era mejor que un
caramelo.
También se entretenían,
mientras pastoreaban,
en recoger gamón para
los cerdos; parece ser
que era una planta
bulbosa con hojas
alargadas que a los
cerdos les encantaba.
Le gustaba ir por la Peña
de los claveles, que
recibía este nombre de
unas flores que
abundaban en su
entorno; creo recordar
que decía que eran unas
flores amarillas de raíz
bulbosa. Otro de sus
lugares predilectos era
la Peña Meona, llamada
así por una fuente de
15

16
Club Deportivo Morla de la Valdería
agua fresca que
manaba de ella y que
aprovechaban para
refrescarse cuando se
aproximaban al lugar;
creo que estas dos
peñas estaban al otro
lado del valle de
Recebros, en la bajada
al Dormidero. El Piñeu el
Sapo, Piñeu Gordo, la
Cueva del Tesoro y
otros; eran lugares de
los que siempre hablaba
con agrado, querida
Morla.
Tu hijo Gregorio,
querida Morla, también
solía contar historias de
los temas anteriores y
era uno de los osados
que solía sacar panales
de miel de los troncos de
los árboles cuando
andaba por el monte con
el ganado, llevándose
siempre como regalo
más de un aguijonazo de
sus pequeñas
guardianas. Cuando
encontraba un árbol o
tronco seco con
inquilinos de esa
especie dentro, si podía,
sacaba al instante algún
panal; pero de no poder
sacarlos todos, volvía
mas tarde o al día
siguiente con
herramientas y en
ocasiones con
ayudante, dispuesto a
extraer toda la miel. A
pesar de los picotazos
de las abejas y de que en
la época no disponían
de protección, él no
dejaba de recolectar la
miel cuando la había. De
esto estoy seguro de
que era así, pues aquí en
Utrera tuvimos varios
años colmenas y él era
el encargado de extraer
la miel a cara y manos
descubiertas, yo era el
encargado de sostener
el instrumento de humo;
nos repartíamos los
picotazos, pero no a
partes iguales, él
siempre se llevo la peor
parte, más o menos diez
a uno.
Le gustaba la pesca en
el río y eran muchos los
relatos que sobre este
tema contaba. Historias
de pesca con morga, era
una especie de droga
que adormecía a los
peces. Otra técnica era,
cuando había peces
bajo las piedras: cogía
una piedra todo lo
grande que podía
levantar por encima de
la cabeza y la lanzaba
sobre el refugio de los
peces y estos salían
atontados. También
practicaba la pesca
subacuática, sacando
los peces con las manos
de debajo de las
piedras. Pero lo más
normal era el trasmallo,
o el barredor: era pesca
con red. No recuerdo
haberle oído nada de la
pesca con caña.
Recuerdo haberle oído
muchas historias del río,
pero en este momento
no podría concretar
ninguna con exactitud,
tal vez en otro momento
de esta historia pueda
hacerlo, querida Morla.
Así era la vida de tus
hijos en el primer cuarto
del siglo XX, aunque
tenía momentos
agradables en los que
un joven se podía
divertir y pasarlo bien,
predominaba el trabajo
duro, las necesidades
por falta de recursos
económicos, los riesgos
físicos y sobresaltos por
un entorno hostil, los
rigores climáticos, junto
con la falta de medios
para amortiguarlos,
hacían que fuesen muy
crudos y difíciles de
soportar. Para ellos era
lo normal, no se conocía
otra forma de vivir y lo
que se oía de otros
lugares de España era
parecido. Pero los
jóvenes de hoy,
acostumbrados a las
comodidades de la
época, la televisión, los
ordenadores, las
maquinas de juegos, los
móviles y las botellonas;
cuando oyen esto dicen:
“es imposible vivir así”.
Os dejo por ahora,
volveremos a ponernos
en contacto en abril con
la tercera parte.

Cosas de Morla
Para tener en cuenta
Almas sin techo
En mi paso por
Morla he podido
ver que aquí
también existen las
almas sin techo.
Tengo noción de que
muchos perros han
aparecido por allí
abandonados y las
gentes de este pueblo
siempre les han
ayudado a sobrevivir de
alguna manera (dándole
de comer o buscándole
un hogar).
El último en aparecer
abandonado ha sido
Curro, pero no es sólo de
él de quien quiero
hablar, sino de los miles
de perros, gatos y otros
animales que año tras
año tienen el mismo
destino, la calle.
En verano se abandonan
en España la friolera de
200.000 animales, una
cifra penosa que no se
logra reducir.
Desde muy pequeña he
convivido con animales
y hoy es el día que sigo
integrada en este
maravilloso mundo que
muchos ni siquiera
conocen. He
Begoña Osorio Paramio
“Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad,
fuerte sin insolencia y valiente sin ferocidad; tuvo todas las virtudes
del hombre y ninguno de sus defectos”
Lord Byron
compartido mi vida no
sólo con mis animales,
sino que por vocación,
con otros muchos. Esto
me ha permitido ver
imágenes muy
desagradables: sacos
con animalitos vivos
arrojados al río,
camadas de cachorritos
abandonados jugando
inocentemente y
animando a su hermano
muerto a seguir
jugando; perros con el
cuello degollado por
abandonarlos atados.
Datos muy duros
¿verdad?, pero es la
cruda realidad. A
muchos los hemos
podido ayudar, otros no
han tenido tanta suerte.
A veces me da miedo
pensar en el mundo en
el que vivo. Desde
pequeña me enseñaron
que el hombre era un
animal, eso sí, racional.
Viendo estas cosas no
sé hasta donde llega la
razón. Lo que no quieras
para ti no se lo hagas a
otro; esa es mi máxima.
Pienso que estas cosas
pasan porque la gente,
cuando coge una
mascota, no piensa lo
que eso conlleva. Hace
falta tiempo para
17

18
Club Deportivo Morla de la Valdería
dedicarles caricias y
que no se sientan solos;
paciencia y
conocimiento de los
pequeños desastres que
pueden originar en casa
o el jardín; dinero para
mantenerlos sanos y
mantener vacunas a
rajatabla.
Y sobre todo ser
conscientes de las
vacaciones. Hay miles
de refugios que se
hacen cargo; podemos
llevarles con nosotros y
compartir el descanso
con nuestro amigo, o
recurrir a un conocido.
Como veis hay muchas
opciones antes de
abandonarles.
Os digo que a mí esto me
da mucha pena, no sólo
por vocación, sino
porque conozco muy
bien a estos seres y he
podido ver que también
tienen sentimientos y
que no sólo son perros,
gatos, hurones etc.…A
los hechos me remito;
teniendo yo una gata
que tuvo cachorros,
falleció uno de ellos con
ocho meses. Durante
una semana la mamá no
jugaba y apenas comía.
¿A esto se le llama
instinto o sentimiento?.
Juzguen ustedes.
Parecidas a ésta tengo
más historias que me
indican que estos seres
comen, viven, y sienten
como nosotros. Cuando
el ser humano
comprenda esto,
habremos avanzado un
gran paso.
Para finalizar dedico
este artículo a todos los
animales que han
compartido y
comparten mi vida, a los
maltratados, a los
apaleados sin piedad, a
los sin techo y a todos
los que sufren por culpa
de esos seres tan
racionales llamados
HUMANOS.
Desde aquí doy las
gracias de todo corazón
a las protectoras de
animales y a todas
aquellas personas que
por su cuenta ayudan a
sobrevivir de alguna
manera a estos seres; a
las personas que se
acercan a las
protectoras para sacar a
un animalito y le dan una
vida digna o los rescatan
de la calle haciéndolos
parte de su familia. A las
personas que trabajan
para que se erradiquen
los maltratos. A todas
esas personas les
dedico un gran aplauso,
porque son ÁNGELES
sin alas en esta tierra,
para esas indefensas
criaturas.

El cariño de un perro
Era una tarde de
otoño gris. Tan
hermosa como
cuando las hojas rojizas
de nuestros hermosos
valles se entrelazan con
el verdor de los pinares.
El sol caminaba hacia su
ocaso. Dos lugareños
practicaban uno de los
pasatiempos más
arraigados en el pueblo:
el paseo.
Iban por la carretera
cuando de repente
oyeron unos gemidos
—repletos de dolor—
que salían de una
cuneta de la misma. Se
acercaron. Yacía un
c a c h o r r i l l o
aparentemente sano y
sin ningún defecto
físico. Algún desalmado
(a) lo había abandonado
a su propia suerte.
Bastó un poco de cariño
y generosidad. El
animal, agradecido,
pasó a formar parte de
la poca familia que, en
esa época del año, hay
en nuestro pequeño
pueblo.
Pasó a ser, como se dice
en estos lares, “el perro
de todos”.
A tal sensibilidad, el
CURRO, que por cierto,
así se llama el animal
gracias a la petición
popular, devuelve desde
entonces con creces el
cariño recibido, siendo
la alegría y el juguete de
pequeños, adultos y
mayores.
Observando a Curro,
resulta vergonzante
pensar cómo en
nuestras vidas
pronunciamos frases
tan cotidianas y
estúpidas como “hoy
hace un día de perros” o
“llevas una vida de
perro”. Os podría contar
muchas más.
Quisiera pensar que no
es para insultar a los
Cosas de Morla
Vivencias
José González Teruelo
“Joselín”
citados animales, que
nos dan todo lo que
tienen a cambio de
nada.
Y ahora, permitidme que
esto que os escribo
venga a cuento de mi
relación con el citado
animal. Sin ánimo de
molestar a nadie: me,
nos y les hago esta
pregunta: ¿cómo es
posible que hasta la
fecha nadie había
ganado mi corazón?, y
aún más, ¿cómo lo ha
ganado Curro?
Dentro de mi modestia,
te digo, CURRO,
precioso animal, YO
TAMBIÉN TE QUIERO
MUCHO.
19

20
Club Deportivo Morla de la Valdería
Unidos ante la adversidad
Muerte de una res
Si remontamos
nuestra mirada a
hace cincuenta
años y más, fechas en
las que la mayor parte
de los que formamos el
pueblo aún no
habíamos nacido,
vemos que gran parte
de la economía de éste
dependía del ganado,
vacas, cabras y ovejas,
ya que de él se podían
sacar unos “pequeños
dineros” para cubrir las
necesidades básicas
de cada familia.
De toda la ganadería
que cada vecino tenía,
lo principal, por lo
general, eran las vacas,
ya que de ellas se
aprovechaba el trabajo,
la fuerza, los terneros, y
a veces algo de leche
para alimentar a la
familia.
Tanto vacas, como
cabras y ovejas, salían
al campo a pastar en
rebaños; con las vacas
(vecera) iban cinco
pastores cada día, con
las cabras y ovejas dos
y si el rebaño era
pequeño, sólo uno.
Todo esto se hacía por
“velía”: por cada vaca
se iba un día, por cada
diez cabras u ovejas se
iba un día a cuidar el
rebaño.
Cuando se llevaban las
vacas para el Monte del
Conde en verano, con
ellas iban seis
pastores; las vacas
dormían allí, excepto
las que tenían cría, que
volvían a dormir a casa
para dar de mamar al
ternero, volviendo al
día siguiente con el
grupo. Los amos
acompañaban al
rebaño un día y una
noche por cada dos
vacas que aportaban al
grupo.
Juan Castaño de Luis
Ir con las vacas le
gustaba mucho a la
juventud, sobre todo en
primavera y verano, ya
que se corrían buenas
juergas; también les
gustaba coger ranas y
hacer fuego para
asarlas metidas entre
dos piedras muy
calientes junto con las
tostadas de pan, el
tocino y el chorizo que
se llevaba para la
merienda; el resultado
era algo parecido a una
empanada, y se
denominaba “torraxa”.
Pero como siempre
pasa en cualquier
grupo, no faltaba quien
no se llevaba bien con
quien estaba a su lado;

esto ocurría en más de
una ocasión entre las
vacas, ya que a veces
había alguna que no
estaba tranquila, y
comenzaba a atacar a
las demás. Como
consecuencia de esas
luchas, alguna de ellas
recibía una cornada
difícil de curar; otras
veces, por meterse en
un barranco, caían
rodando por él y se
rompían una pata, cosa
que normalmente las
inutilizaba para el
trabajo, aunque
acabasen curando con
el tiempo. Tanto en un
caso como en el otro, a
veces lo mejor era
sacrificar la res antes
de que enfermase y
fuera peor.
Sin embargo, esa vaca
tenía un precio, valor
que había que tasar
acercándose lo más
posible a la realidad.
Para ello, se reunían los
pastores, el amo de la
vaca agredida y el amo
de la vaca agresora, si
es que se había visto
qué vaca había dado la
cornada. También se
reunía algún hombre
neutral para establecer
el valor que se le podía
dar a la vaca, de
manera que todos
quedasen lo menos
descontentos que fuera
posible. Se tenían en
cuenta otras vacas de
características
similares que se
hubieran vendido o
comprado en fechas
p r ó x i m a s ,
normalmente en el
mercado que los
viernes había en Castro
durante varios meses al
año. La moneda en que
se hacía el regateo o
ajuste eran los reales
(cuatro reales = una
peseta).
Lógicamente, el amo de
la vaca tiraba a más, y
los pastores a menos; si
n o h a b í a
Cosas de Morla
entendimiento, los
hombres neutrales
h a c í a n d e
intermediarios hasta
llegar a un acuerdo,
momento en que se
daban la mano, lo que
constituía la firma o
forma de cerrar un trato
en la compra-venta de
las vacas u otros
animales de trabajo.
Después llegaba otro
problema, y era que no
había dónde ni cómo
conservar tanta carne,
ya que no había
frigoríficos como los de
hoy, ni casi medios de
transporte para llevarla
a otro pueblo o ciudad;
la única solución era
consumirla en el
pueblo, repartiéndola
de la siguiente manera:
se hacían tantas
partes, más o menos
iguales en calidad,
como vecinos había en
el pueblo y cada vecino
compraba una parte. En
aquellas casas en las
que vivían familias
pequeñas, se
compraban lotes
pequeños, siendo
lógicamente las
familias más grandes
las que compraban las
partes mayores.
Finalmente, de la venta
de la carne salía una
cantidad de dinero;
otra cantidad menor
(*) Para secar la piel, se estiraba de forma que no le quedasen arrugas y se le echaba sal y
salvado de centeno, procurando que las moscas estuviesen lo más alejadas posible, para
evitar que, como se dice en “roman paladino”, la cagasen.
21

22
Club Deportivo Morla de la Valdería
salía de la venta de la
piel, que se secaba (*) y
se vendía a los pieleros;
el resto, hasta
completar el valor de la
vaca, lo pagaban los
cinco pastores que
estaban con la vecera,
más el amo de la vaca
que había provocado el
accidente (si se sabía
cuál había sido), más el
amo de la vaca muerta,
que participaba en la
pérdida como si
hubiese sido un pastor
más.
Si la desgracia acaecía
cuando la vaca no
estaba en la vecera, la
carne se repartía
normalmente como ya
se ha indicado, para
ayudar al amo y que no
notase tanto la pérdida.
A veces, el amo de la
vaca se quedaba
durante algún tiempo
sin pareja para trabajar,
hasta que encontraba
otra que le sirviese; en
este caso, siempre
había algún vecino o
familiar que tenía
alguna que podía
prestarle, hasta que
pudiera comprar otra o
bien enseñara a
trabajar a alguna vaca
joven.

Apicultura tradicional
o se conoce un
lugar si no se ha
Np robado su
sabor. Como todas las
provincias españolas,
León cuenta con una
gastronomía tradicional
muy diversa, totalmente
supeditada a las
Arriba: imagen de una colmenar
tradicional de pared de piedra y
planta rectangular en Morla de la
Valdería.
Se observan dos tipos de
colmenas: varias de ellas (las
tres de la izquierda) pertenecen
al grupo de colmenas de tronco
o “truébanos”; el resto, más
modernas, pertenecen al grupo
de las colmenas de tablas o
“prismáticas”. Ambos casos
combinan elementos
arquitectónicos típicos de la
comarca, como son la madera
de castaño o roble y las losas de
pizarra.
características (duras
características) del
terreno. El Bierzo es
vino, botillo y pimiento,
Laciana y Babia
mantequilla y queso; La
Montaña leonesa, desde
el manso valle del río
Luna hasta el
majestuoso Valle del
Esla, sabe a embutido, a
todo tipo de carnes
ahumadas y sabiamente
curadas según manda la
tradición, que en
ocasiones no va más
allá de una única familia;
el Páramo es la tierra
por excelencia de las
legumbres, que
enriquecerán con su
esencia todo tipo de
Cosas de Morla
Tradición
Rodrigo Castaño de Luis
potajes y guisos. Las
tierras de Astorga,
Boñar, Sahagún,
Cistierna y
Castrocontrigo aportan
el toque dulce al amplio
abanico gastronómico
de la provincia. Por su
parte (o más bien, por
nuestra parte), en las
tierras del Teleno
(entiéndase como tales
La Valdería, La Cabrera,
La Valdueza y La
Valduerna), se produce
uno de los productos
más afamados y
demandados en esta y
en otras provincias: la
miel.
Cientos, miles de
diminutos insectos
dedican toda su vida a la
dura tarea de alimentar
a toda su sociedad,
transformando el néctar
y el polen de las plantas
en una sustancia
mágica capaz de
endulzar el plato más
amargo y de soportar
años a la intemperie sin
corromperse, a pesar
de su dulzura.
Actualmente, la forma
en la que se explotan las
colmenas difiere mucho
23

24
Club Deportivo Morla de la Valdería
de aquélla en la que se
recogía la miel en
tiempos pasado y que, a
pesar de ser menos
productiva, tal vez
tuviera más encanto.
Centro este texto en la
segunda, en la
explotación apícola
tradicional, tan
diferente en cada
comarca que bastaría
con ver un colmenar
desde cerca para saber
en qué lugar nos
encontramos.
Mientras en las zonas
más llanas de la
provincia, situadas en el
sureste de la misma
(Tierra de Campos y
sector oriental del
Páramo), las colmenas
se construían con
mimbres, cañas y barro,
y eran incluso
empotradas en las
paredes de ciertas
edificaciones, tales
como pajares,
palomares o tapias de
separación de fincas, en
las áreas montañosas
Detalle de un panal natural fotografiado in-situ en una colmena. En el
momento de la recolección, la miel rezuma allí donde la cera se
rompe. A la izquierda se aprecia una superficie en la que todas las
celdillas están precintadas por sus correspondientes opérculos.
1
5
3
Dibujo idealizado del aspecto externo de una colmena tradicional de
Morla de la Valdería. Sobre una base estable (1), en la que se
situaban piedras y losas cementadas con barro, se colocaba un
tronco hueco o “truébano” (2), habitualmente de madera de castaño
o roble. Cerca de la base se disponía una serie de orificios (3) que
eran usados por las abejas para entrar y salir de la colmena y que se
denominan “abiyeiros”. En la parte superior se colocaba una tapa
(4), para lo cual, en la mayoría de los casos, se empleaba una losa de
pizarra. Para que el cierre de la colmena fuese hermético, entre el
tronco y la tapa se colocaban los “témpanos” (5), que solían
confeccionarse con corteza de abedul, debido a su alta flexibilidad y
resistencia al agua.
del norte y del oeste de
la provincia solían
edificarse colmenares
cuya planta tenía una
forma característica,
propia de cada
comarca.
En el caso de La Cabrera
y de La Valdería, y más
concretamente de
nuestro pueblo, Morla,
las paredes de los
colmenares se
construían con grandes
cantos y,
ocasionalmente, losas
de pizarra. La planta de
2
4

Momento de la cosecha de la miel contenida en una colmena
tradicional de tipo prismático. Al no establecerse una separación
previa de los panales, es necesario romperlos en algunos puntos
para poder extraerlos de la colmena.
los colmenares tenía
forma oval o más
frecuentemente
rectangular. Aunque no
es una norma general,
los colmenares se
localizaban en áreas
más o menos alejadas
de los núcleos de
población, ya que las
tierras próximas a éstos
solían ser usadas para
la agricultura y además,
por ese tipo de
explotación, carecían
de la materia prima que
precisan las abejas para
realizar su dulce
alimento, y que en
nuestras tierras son el
tomillo, el roble y sobre
todo, las siete (puede
que alguna más)
especies de brezo o urz
que medran en nuestros
montes.
En el interior de los
colmenares no era
extraño encontrar
árboles frutales, allí
plantados por sus
dueños en busca de la
protección que brindan
las paredes de piedra
que resguardaban,
igualmente, a las abejas.
Pero si la explotación
apícola en nuestro
pueblo se caracterizaba
por algo, era por las
hermosas colmenas
confeccionadas con
madera, esmero y
ciertas dotes de
precisión.
Las más primitivas
tenían un cuerpo
Cosas de Morla
principal constituido
por un tronco hueco
(habitualmente de
castaño o roble),
situado sobre una base
horizontal y precintado
en su parte superior con
una losa de pizarra. Este
tipo de colmena,
d e n o m i n a d o
“truébano”, fue
sustituido con el paso
del tiempo por otro un
poco más evolucionado
que constaba de un
cuerpo principal
formado por cuatro
tablas de madera, y un
cierre superior,
igualmente de madera.
Este tipo de colmenas,
d e n o m i n a d a s
“prismáticas” o
“cubos”, convivieron
durante años con los
truébanos en los
colmenares morletos
sin que unas se
impusieran por
completo ni las otras
llegasen a desaparecer.
En ambos tipos, las
Enjambre migratorio asentado bajo el tejado de una casa en Morla
de la Valdería. En poco tiempo, las abejas son capaces de elaborar
grandes panales. Si se procede con destreza, es posible trasladar
un enjambre de este tipo a una colmena doméstica.
25

26
Club Deportivo Morla de la Valdería
abejas elaboraban la
miel y la cera
aprovechando
cualquier pequeño
rincón, ya que no se
establecía una división
previa de los panales;
por tanto, para extraer
la miel, no quedaba más
remedio que abrir la
colmena, fragmentar la
cera, y, una vez en casa,
exprimir los pedazos
para sacar de ellos el
rico producto derivado
del trabajo de estos
pequeños insectos,
usando para ello una
única herramienta: las
manos.
Podría hablarse más de
este tema: de cómo se
capturaba un enjambre,
de cómo se hacía una
vela a partir de la cera,
etc, pero eso ya es
harina de otro costal.
PARA SABER MÁS:
Varias herramientas usadas en
el momento de la extracción de
la miel: 1- fuelle, usado para
generar humo destinado a
atemperar a las abejas,
habitualmente quemando
boñigas de vaca en su interior; 2-
cepillo, para separar las abejas
del panal, procurando no
dañarlas y devolviéndolas a su
colmena; 3 - panal artificial,
usado en la apicultura moderna
para guiar a las abejas a la hora
de formar los panales y facilitar
la posterior extracción; 4-
alicates, para sujetar con
firmeza los panales y tirar de
ellos con fuerza, ya que las
abejas suelen unirlos al cuerpo
de la colmena con cera y otros
compuestos, y 5 - gancho
separador, herramienta
polivalente durante la
extracción de los panales o
cualquier manipulación que se
haga en la colmena.
Existen numerosos textos sobre la apicultura en la
provincia; uno de los más sencillos, pero a la vez más
completos, fue editado por Caja España en 1994 y fue
escrito por Fidela Pérez Castro. Este libro, cuyo título es
“Los colmenares antiguos en la provincia de León”,
recoge en 64 páginas las tipologías de los colmenares y de
las colmenas que pueden apreciarse a lo largo y ancho de
la provincia, los materiales empleados en su elaboración,
y los factores culturales que influyen en su explotación.

Anochece un día
de abril. El sol
caldeó el día y al
flujo de sus rayos se
abrieron las flores de los
manzanos y alegres
pajarillos despertaban
el valle con trinos
amorosos mientras
acarreaban hierbas,
plumas y barro para
hacer el nido dónde
nacerán sus polluelos.
El viento del atardecer
cargado de frío silenció
la vida en busca de
cobijo y abrigo. El
abuelo Adolfo,
destemplado sin el sol
que bajo los balcones
vitaliza sus miembros
casi aletargados, se
sienta en el viejo sillón
de mimbre al lado de la
chimenea que
chisporrotea mientras
las llamas agarran en
aquellos leños secos y
ennegrecidos por el
tiempo.
Acerca sus manos al
fuego y luego las
restriega sobre sus
piernas que tiemblan
por la escasa
circulación y el frío, le
sigue el sosiego, el
temple y el silencio…
Con la mirada perdida
en las brasas que
destilan el calor seco
que parece haber
dormido al abuelo en el
sueño profundo de sus
pensamientos y
recuerdos.
Iria, la nieta, menuda y
vivaracha, rompe su
arrobamiento y a pesar
de sentir el dolor de sus
piernas, por tanto
meneo, no puede menos
que acariciar la rubia
cabellera de la niña que
aferrada a su cuello, le
dice al oído : Abuelito.
Una lágrima se desliza
entre las arrugas de su
rostro maltratado,
sintiendo en sus ojos el
escalofrío de vida que
recorre sus venas,
subiendo desde las
pantorrillas a las que la
Cosas de Morla
Páginas de historia y vida
La chimenea
Ángel de Luis Teruelo
Dedicado a mi padre y a aquellos hombres y mujeres con los que crecí en el pueblo y hoy
emocionado contemplo sus tumbas en el cementerio, a los pocos que siguen viviendo y a
todos aquellos enamorados de Morla que todos los veranos miramos la montaña.
niña abraza,
acurrucada entre sus
piernas.
El baile de las llamas
entre los troncos, los
e s t a l l i d o s
extemporáneos de la
madera que se resiste a
desaparecer en el
fuego, distraen el
tiempo y la mirada de la
niña asombrada y los
ojos nostálgicos del
abuelo que observa
cómo se consume la
madera.
Abuelo, cuéntame una
historia, dice la niña,
mientras agita en el aire
un tizón que dibuja
líneas de fuego….
Abuelo, cuéntame un
cuento….
Como desperezando las
27

28
Club Deportivo Morla de la Valdería
palabras ligadas a los
pensamientos que a lo
largo de la tarde
absorbían su mente
frente al fuego,
pausadamente el
abuelo comienza su
charla…
Poco a poco, Iria deja
sus juegos y fija sus ojos
en el rostro del abuelo,
atraída por aquellas
palabras rescatadas del
recuerdo………
Tengo frío, en esta
limpia casa de hormigón
que se ha cimentado
sobre la que fue mía y la
leña que tibia mis
huesos, son las astillas
de las vigas que
sostuvieron mi techo.
Tenía 25 años cuando
b u s c a n d o l a
independencia
comencé a levantar mi
casa. Recuerdo como si
fuera hoy aquella tarde
soleada que recorría la
llera seleccionando los
robles que serían las
vigas, luego la corta y el
arrastre por la
pendiente hasta el
camino del carro,
siempre ayudado por
mis hermanos y primos.
El acarreo al ritmo de las
carretas de varios
vecinos, la fatiga de las
vacas y el tensar de las
sogas por aquellas
pendientes entre las
peñas; jornadas
solidarias por el único
sueldo de la convivencia
y la merienda. Aún
escucho los ecos del
hacha y el ronroneo de
las sierras labrando sus
caras…el tiempo las
hizo fuertes y el hollín
las cubrió de capas por
el humo de tantas
lumbres como días tiene
mi vida. T i e m p o s
aquellos, sin ambición ni
reloj, alrededor del
puchero en aquellos
atardeceres alrededor
del fuego. Sentado en el
escaño miraba a tu
padre que también
como tú jugaba con las
brasas, mientras tu
abuela, al son de sus
coplas, movía la rueca
hilando la lana de
nuestras ovejas.
Fuego del magosto
dónde se asaban las
castañas que sostenían
la fiesta en la que la
pandereta acompañaba
los cantos de las mozas
solteras.
Fuego en el monte,
cuando con las cabras
sufría el cierzo y hacía
torrajas que eran la
delicia de tus tíos, que
corrían a esperarme
cuando avistaba el
pueblo y hurgaban en la
mochila buscando
mierlas y el pan de la
raposa (los duendes de
las peñas).
Fuego de la paja
chamuscando el cerdo,
tres días de matanza
con cenas, juegos y
cuentos, dónde
estábamos todos, niños
y viejos.
Siempre he vivido al
lado del fuego y hoy que
estas llamas consumen
mis vigas, siento
nostalgia de aquéllos
que fueron y de tantos
otros que ardieron
dentro.
Ahora soy viejo, un
temblor frío atrapa mis
miembros y siento el
hielo en mi
pensamiento. No
entiendo esta vida que
no me da más consuelo
que el de los muertos. Es
puñetera y
embaucadora. Prefería
el hambre y la miseria a
vivir tan cómodo y

faltarme el cariño de los
que llevan mi sangre y
pisan mi
pueblo.…………
Abuelo... ¿Qué dices?
Pregunta la nieta… no
sé de qué hablas… nada
te entiendo.
¡Ay niña querida!, son
chocheos de abuelo que
añora sus tiempos tan
distintos de estos
modernos. Atiza el
fuego, acerca otro leño,
que ahora sí recuerdo
un cuento.
Me contó mi abuelo
Antonio que en tiempos
de mi bisabuelo Agustín,
había en estos montes
unas plantas que
florecían con las
primeras lluvias de
otoño. Sus flores, tan
grandes y de un amarillo
tan intenso, que pasada
media tarde, cuando el
sol iba caído, brillaba
tanto la ladera que
parecía que el monte
fuera de oro. Muchos
vinieron de lejos
atraídos por el brillo.
Cuando comprobaban
que sólo eran flores,
desesperados
incendiaban el monte y
marchaban enfurecidos
maldiciendo el
espejismo que les había
apartado de su camino.
Año tras año, los
incendios se repetían
pero cada primavera
seguían brotando las
plantas entre el barro.
Contaba mi abuelo que
le había contado su
padre que un día un
pastor, habiendo
quemado esa planta
para calentarse una fría
noche de otoño, se vio
sorprendido por las
llamas plateadas que
desprendían, era una
luz tan cegadora que la
noche parecía día. Pasó
la noche atizando el
fuego por el frío que
hacía y sin dormir por la
luz que desprendía. Al
amanecer con los
primeros rayos de alba
vio con sorpresa cómo
entre las cenizas
brillaban pepitas de oro.
Las envolvió en el
pañuelo y llegando a
casa convocó a los
vecinos del pueblo,
repartió el tesoro pero a
nadie reveló su secreto.
Se hizo una corona para
la patrona Santa Eulalia
y muchos pendientes
para las mozas del
pueblo. El pastor, que se
llamaba Bernardo,
siguió con el pastoreo y
siempre tenía pepitas
para aquéllos que
siendo pobres venían a
verlo.
Cosas de Morla
Un día llegó un viajero,
con apariencias de
pobre, pero un usurero.
Se acercó a su casa y al
no tener el pastor en
aquellos momentos
nada que darle, le invitó
a volver cuando
regresara del monte la
noche siguiente. Así lo
hizo y el compasivo
pastor puso en sus
manos un pequeño
saquito lleno de oro.
Cuando el ambicioso lo
sintió en sus manos,
todo lo pareció poco y
urdió en la noche vigilar
al pastor. Envenenó sus
perros y durante varios
días le siguió en el
monte hasta que
descubrió su secreto.
La ambición le cegó,
quemó todas las plantas
del oro y aquéllas que se
parecían, sólo
consiguió tres simples
pepitas que alimentaron
más su ambición.
Arrancó todas sus
raíces y las consumió en
el fuego que ya había
dejado de ser plateado
29

30
Club Deportivo Morla de la Valdería
convirtiéndose en
llamas rojas, como roja
era la expresión de su
ambición.
Destruidas las raíces
que las hacían retoñar
cada primavera y eran
las que absorbían las
sales de oro dispersas
entre el barro y las
concentraban en el
corazón de la madera,
desaparecieron las
plantas y no se las volvió
a ver más, nos quedaron
unas más simples que
no logran tal propósito y
son los codesos. Sólo en
un rincón secreto de la
montaña, que se salvó
de la ambición,
Bernardo, el pastor,
seguía encontrando el
oro que necesitaba para
aliviar las penas de sus
vecinos.
Nunca nadie descubrió
el lugar y sólo con
trabajo y esfuerzo,
moviendo miles de
toneladas de arcilla se
ha encontrado el oro
que dejaron los
múltiples incendios en
la ladera brillante. La
naturaleza ocultó de la
ambición del hombre
otro de sus tesoros y lo
entrega poco a poco a
aquellos que con
trabajo y tesón lo
buscan con esperanza y
corazón.
Aún hoy en los
atardeceres de Morla,
con la puesta del sol, se
ven los reflejos del oro,
pero nadie ha
encontrado su lugar.
Sólo un hombre bueno,
libre de toda ambición,
encontrará la planta del
oro. Mientras no llegue
ese hombre, la caída del
sol reflejará en la
montaña su color,
manteniendo viva
nuestra ilusión.
- Abuelo - dice la niña -
ésto sí que es un cuento,
pero, ¿qué es la
ambición?
-Después de un silencio
responde el abuelo: La
ambición es no estar
satisfecho con lo que se
tiene, querer siempre
más. Es el estómago que
nunca se llena, el
hambre que nunca se
sacia. Es no disfrutar de
nada porque siempre
falta algo.
- Y… ¿no ha habido
nadie que no sea
ambicioso? Volvió a
preguntar
- Sí hija sí, claro que los
ha habido, no muchos,
pero sí algunos y los
hay… Yo he conocido a
más de uno.
- Y… ¿han encontrado
la planta del oro?
-Claro que la
encontraron
- ¿Y consiguieron oro?
- Sí hija sí, consiguieron
algo mejor. No eran
ambiciosos y fueron
felices. Contemplando
sus flores y disfrutando
de los atardeceres no
necesitaron nada
más……………..
- Ya abuelo,…. Me
parece que entiendo
por qué desde que no
subes al monte te
gustan tanto las puestas
de sol mirando a la
montaña y entiendo por
qué estás tan silencioso
m i r a n d o a l a
chimenea….Abuelo:
mañana, cuando llegue
la tarde, estaré contigo
contemplando la
montaña.………………

Nuestras gentes
Santiago Fuertes Ferreras
Cae la tarde sobre
Morla. Sentados
a la sombra de
una morera charlamos
tranquilamente Santi y
yo. Son los últimos días
de las vacaciones,
visperas de San Bartolo
y llega a nuestros oídos
el griterío de los niños
jugando en la calle.
LP.
¿Cómo vas pasando
el verano?
SF.
Muy bien. Ya sabes:
disfrutando de la
tranquilidad de Morla
y cargando las pilas
para la vuelta al
trabajo.
LP.
¿En qué fecha
naciste?
SF.
Nací en La Bañeza,
el 13 de junio de 1953.
LP.
¿Cuándo empezaste
a correr?
SF.
Mis inicios en este
mundillo atlético se
remontan a la época
de los salesianos en
Herrera de Pisuerga
(Palencia) cuando
tenía 13 años. Tuve un
parón cuando me
trasladé a Ermua y
desde entonces,
hasta ahora.
LP.
¿Cuál es tu distancia
favorita?
SF.
Las que más me
gustan son la media
maratón y la maratón,
esta última por ser la
prueba reina del
atletismo, la cual he
disputado en 21
ocasiones.
LP.
¿Dónde prefieres
Cosas de Morla
Un campeón de grandes distancias
Luis Ángel Pérez Esteban
correr?, ¿pista,
cross, ruta?
SF. Lo que mas me gusta
es el cross, quizás
porque lo he corrido
desde pequeño; es
una prueba que exige
mucha fuerza y
velocidad, además
combina circuitos de
tierra, hierba,
cuestas y como se
corre en invierno,
mucho barro, sobre
todo en Euskadi que
31

32
Club Deportivo Morla de la Valdería
es donde compito.
LP. ¿Cómo definirías el
Cross Alpino de
Morla?
SF. "Durísimo", como
comienzas a subir
nada más empezar,
no tienes opción de
coger el ritmo y ya lo
arrastras toda la
carrera, luego la
bajada es muy
técnica y peligrosa;
hay que ser muy
bueno en pruebas de
montaña para correr
por este circuito.
LP. ¿Por dónde te gusta
entrenar aquí en
Morla?
SF. Mi circuito favorito
es el que discurre por
el pinar de la
Fervienza, que pasa
por Torneros y llega a
Castrocontrigo. Ida y
vuelta son 20 km. Es
un circuito
relativamente llano y
parcialmente
sombreado, además
es muy agradable
respirar el aroma de
los pinos mientras
corres.
LP. ¿Te han respetado
las lesiones?
SF. Afortunadamente he
tenido muy pocas. Es
fundamental estirar
muy bien al finalizar
los entrenamientos,
además suelo visitar
al masajista una vez
al mes con el fin de
soltar la fatiga de las
piernas.
LP. ¿Hay alguna carrera
que te guste
especialmente?
SF. Sí, mi preferida es la
Media Maratón de
Logroño. Desde
siempre me ha
gustado el ambiente y
el recorrido y eso que
suele hacer siempre
mucho calor.
LP. ¿Cuantos días
entrenas?
SF. Salgo a entrenar 5
dias a la semana. El
entrenamiento va en
función de la carrera
que esté preparando,
normalmente alterno
días de rodaje con
días de series.
LP. ¿Sigues algún tipo
de alimentación
especial?
SF. No. Solamente las
ultimas semanas
antes de la maratón
cuido más la dieta,
pero en condiciones
normales, como de
todo.
LP. ¿Cuáles han sido tus
mejores resultados?
SF. He sido campeón de
España m-50 y m-55
de maratón y
campeón de media
maratón m-45 m-50 y
m-55. También
campeón de España
de pista de 5000
metros M-55 y cuarto
en el Mundial de
m a r a t ó n d e
Veteranos en San
Sebastián; además
campeón de Euskadi
de mi categoría
infinidad de veces y
muchísimas victorias
en cross.
LP.
¿Tus próximas
carreras?
SF.
Acudiré a la Media
Maratón del Bajo Pas
y a la de Valladolid en
septiembre, y
después comenzaré
la temporada con las
pruebas de cross.
LP.
¿Que consejos
darías a los jóvenes?
SF.
Creo que lo
importante es que
cojan el hábito de
salir con cierta
frecuencia. El grupo
con el que salgas a
entrenar y el afán de
superación harán
que conviertas este
deporte en un
complemento
fundamental en tu
vida. Además
siempre hago
hincapié en comprar
unas buenas
zapatillas ya que la
"salud" del corredor
esta relacionada con
ellas.
El sol se oculta tras la
montaña. Un apretón de
manos pone fin a estos
minutos de charla con
este gran atleta que
presume por donde va
de su pueblo, de Morla.

Cosas de Morla
Actualidad
Fiesta en La Valdería
El pasado 12 de
septiembre, los
p u e b l o s
pertenecientes a los
ayuntamientos de
Castrocontrigo,
Castrocalbón y San
Esteban de Nogales,
que configuran una de
las comarcas leonesas
más cargadas de
tradición, historia y un
rico pasado
eminentemente
agrícola y ganadero, se
unieron en la
V Fiesta de la Mancomunidad de La Valdería
Marcelino Pérez y Estrella Espada
celebración de la V
edición de la Fiesta de la
Comarca de la Valdería,
celebrada este año en
Castrocontrigo.
Desfile de los pendones de los pueblos de La Valdería durante la
fiesta celebrada en Castrocontrigo el día 12 de septiembre de 2009.
Otro año más, la
celebración, de
marcado carácter
festivo, sirvió para que
los vecinos de la
comarca de la Valdería
estrecharan lazos y
compartieran un
agradable día de fin de
verano en compañía de
familiares, vecinos y
amigos.
Un desfile de pendones
de los pueblos del valle
guió a los vecinos desde
la iglesia hasta las
escuelas, que acogió la
muestra de folclore y
artesanía.
Con la preparación de
una espectacular
33

34
Club Deportivo Morla de la Valdería
Varios representantes del Club Deportivo Morla de la Valdería en el
stand durante la Fiesta de La Valdería.
corderada a la estaca,
donde las canales,
abiertas y sujetas en
Los asistentes a la V Fiesta de La
Valdería pudieron visitar el stand
del Club Deportivo Morla de la
Valdería, en el cual se exhibió
material gráfico de las
actividades que se han venido
desarrollando desde su
fundación, incluyéndose así el
Cross Alpino Morla de la
Valdería, las Aulas de la
naturaleza y la revista digital
Cosas de Morla, entre otros.
vertical se fueron
asando lentamente al
calor del montón de
brasas que rodeaban
las piezas de carne,
comenzó la comida
popular para más de
1000 personas.
La presencia de Morla
en la fiesta fue más
numerosa que en ningún
año y contó además con
representación en los
expositores de
Asociaciones del
Ayuntamiento a través
del Club Deportivo
“Morla de la Valdería”.
Junto al resto de
Varios momentos de la
elaboración de la comida de
la V Fiesta de la
Mancomunidad de La
Valdería.
Una gran paellada sirvió para
abrir el apetito de los
asistentes; posteriormente,
se pudo degustar “cordero a
la estaca”.

Muchos morletos estuvieron presentes en Castrocontrigo durante esta fiesta.
Durante la fiesta, el público pudo disfrutar de bailes tradicionales y otros espectáculos.
asociaciones culturales
del Ayuntamiento, que
principalmente
mostraron productos de
artesanía de la zona, en
el stand del Club, el
único en su temática,
que custodiamos varios
de los socios y que
compartimos con los
buenos amigos del Club
Deportivo Villa de
Castrocontrigo,
realizamos un
despliegue de material
gráfico, revistas, etc.,
que sirvió para mostrar
a todos los visitantes las
diferentes actividades
deportivas organizas
por el Club Deportivo.
Muchos de los que
pasaron quedaron
sorprendidos, de otros
obtuvimos las
felicitaciones por la
iniciativa, con lo que el
objetivo, mostrar y
consolidar el Club en la
zona se vio cumplido.
Cosas de Morla
Después de cenar, una
discoteca móvil puso fin
a la fiesta.
El Eria a su paso por Castrocontrigo; este hermoso río es el principal
nexo de unión de los pueblos de La Valdería, comarca a la cual da
nombre.
35

36
Club Deportivo Morla de la Valdería
Visitantes perplejos
En el número
anterior de Cosas
de Morla nuestro
paisano Ángel de Luis
hizo una evocación
emotiva del reguero que
sigue atravesando el
pueblo, aunque a
escondidas, no ya a la
luz del sol como antes.
En tiempos pasados
tuvo una función más
importante que ahora
en su vida: satisfacía
caprichos y, sobre todo,
necesidades. Satisfacía
los caprichos de los
niños empeñados en
meter pies y manos en el
agua; satisfacía la
necesidad de agua de
las amas de casa para
diversas tareas
domésticas, de las
abejas para poder
fabricar su dulce miel,
de las vacas para
apagar su sed en los
duros días del acarreo.
Se trata sólo de algunos
ejemplos. Y a todos,
nativos y foráneos,
brindaba el placer de
contemplar el
silencioso fluir de su
Crónicas morleñas
agua, que sólo se volvía
un tanto ruidoso al
ocultarse bajo alguna
de las casas. En este
número de la revista,
vuelve a recobrar
protagonismo, pero no
en su paso por el pueblo,
sino en un tramo
anterior de su curso,
todavía en el monte.
Si se sigue el camino
que parte de la
carretera al final de las
antiguas eras y
atraviesa las Suertes de
Pozo Fundado, al final
de una cuesta, de pocos
metros pero capaz de
poner a prueba algún
que otro pulmón, se
llega a la Infiesta.
Alcanzado el alto, se
gira a la izquierda,
tomando el camino que
conduce al Balear. Pero
muy pronto, después de
un breve trecho que
acaba en un ligero
descenso, de su
derecha parte otro
camino que conduce al
depósito sito en la toma
del agua que sirve a las
casas del pueblo.
Pío de Luis Vizcaíno
Recorridas apenas unas
decenas de metros, hay
que girar de nuevo, pero
esta vez a la derecha y,
tras andar pocos
minutos por el nuevo
camino, se topa con un
reguero que lo
atraviesa: el mismo que
pasa por medio del
pueblo. El lugar, un
pequeño valle, se
denomina “Las
Fuentes”. En otros
tiempos constituía una
primera “estación” para
los pastores que iban
con la vecera de vacas.
Era el momento que los
aún muchachos
–cuando no simples
niños– aprovechaban
para abrir la mochila y
averiguar el menú con
que premiaban su
trabajo la madre, la
abuela o la tía, según
quien fuera la que le
había confiado el oficio
de zagal.
Se trata de caminos de
montaña que, como
suele ser habitual,
serpentean en medio de
obstáculos naturales,

en este caso
insignificantes. Aunque
ahora apenas son
transitados y nadie
cuida de ellos, su
trazado es bien
perceptible. El hecho
hay que atribuirlo sobre
todo a los carros de
antaño, tirados por
yuntas de vacas, y en
algunos tramos a la
lluvia. En efecto,
aquellos dejaron bien
marcadas las roderas y
ésta las ahondó más al
convertirlas a veces en
improvisado lecho para
sus aguas. Los carros
que apisonaban el
terreno y la lluvia que lo
lavaba, dejándolo sin
apenas tierra, hacían
difícil que allí germinase
planta alguna.
Comparado con el
efecto de estos agentes,
es inapreciable el de
cuantos, en tiempos no
excesivamente
remotos, con su rústico
calzado desmochaban,
aun sin pretenderlo,
todo lo que en su ruta
osaba germinar. Me
refiero a los
“peregrinos” que en las
horas matutinas y
vespertinas de los
meses veraniegos
acudían a abrevarse con
el más bien desabrido
néctar que en la Fuente
mineral aflora de las
entrañas de la tierra.
Pero la naturaleza no se
deja vencer fácilmente y
la dura vegetación del
lugar supo encontrar en
los caminos un sitio para
sí: el espacio que separa
los dos carriles. Las
plantas aprovechan ese
espacio respetado por
las ruedas de los carros
para hacerse ver por el
transeúnte, sin que
tenga necesidad de
salirse del camino. Se
trata de plantas
humildes, de reducida
altura, que, alineadas ya
individualmente, ya en
grupos, conviven en
c o n c o r d i a ,
respetándose sus
respectivos lugares.
Entre ellas están los
codesos, las quiruelas,
las “cherlizas”, las
carquexias, las urces
–para otros “brezos”– de
diversas especies y
distintas clases de
hierbas. Situándonos en
la Infiesta, en el tramo
inicial del camino se
encuentran también,
aunque sólo
ocasionalmente, pinos y
robles, tan diminutos
que se asemejan a
bonsais enanos; en el
último tramo, ya junto al
reguero, se dejan ver
asimismo la escoba, las
Cosas de Morla
“gatinas” y el piorno. En
la estación de las flores,
esa mediana del camino
hace pensar en la cresta
de un “punky” con
mechones de pelo de
diferente coloración.
Según que se trate de
plantas aisladas o de un
conjunto de ellas, los
“mechones” son
monocromos o
p o l i c r o m o s ,
produciéndose
vistosas combinaciones
entre el amarillo de la
flor del codeso y de la
carquexia, el blanco, el
rosa o incluso el rojo de
las distintas urces, de
las quiruelas y
“cherlizas”, y los
colores naturales de las
plantas mismas. Si el
caminante es
observador, no dejará
de advertir también los
distintos tonos de la
tierra que pisa: el ocre
de distinta intensidad, el
negro y el blanco: el
ocre, el que domina
cuando se pisa tierra y
gravilla a la vez; el
negro, cuando lo que se
37

38
Club Deportivo Morla de la Valdería
holla es sobre todo
tierra; el blanco
especialmente cuando
hay guijo que, al ponerle
encima los pies,
produce una especial
musiquilla.
Pudiera parecer que,
entretenido en la
descripción del camino,
me he olvidado del
reguero, pero no es el
caso. Desde el lugar en
que topó con él, el
caminante puede seguir
con la vista los últimos
metros de su recorrido.
Su curso es sinuoso,
pues entra en el valle
dibujando una
semicircunferencia,
hasta que, de pronto,
vira bruscamente a la
derecha. Un viraje que
se produce justamente
en el lugar en que su
mísero caudal se ve
enriquecido con la
también mísera
aportación que le llega
de la Fuente mineral y
del “pantano” de
Fueyos, teatro éste
donde en otros tiempos
se podía asistir a los
conciertos en que una
afamada orquesta de
ranas ejecutaba sus
conocidas sinfonías.
Luego, con pequeños
serpenteos, en un muy
tenue descenso, todavía
a cara descubierta, el
reguero recorre algunos
metros, hasta que, poco
después, lo tapan las
urces. Algo más
adelante vuelve a girar
hacia la derecha
formando casi un
ángulo recto y se deja
ver todavía en un corto
trecho, para ocultarse
de inmediato entre la
maleza. La industria
humana ha intervenido
en dos tramos de su
curso, agrandando y
limpiando su lecho;
gracias a ello, el agua
fluye con soltura y es
posible contemplar
lecho y agua.
Lamentablemente, sin
embargo, faltó la
necesaria delicadeza
para un acabado
funcional y estético. El
quehacer de la máquina
excavadora debía haber
sido completado con la
pala en mano humana
para extender la tierra
extraída que, al quedar
amontonada junto al
reguero, impide caminar
a su vera a vez que
rompe la armonía del
paisaje. El agua fluye
con mansa y rutinaria
majestuosidad
a v a n z a n d o
imperturbable por el
centro del cauce, sólo
molestada en los
flancos por eventuales
hierbas o plantas
anfibias que la hacen
dibujar una especie de
puntas de flecha.
Como hice referencia a
la policromía de las
flores y de la tierra del
camino, procede
hacerla también a la del
reguero en este tramo.
Invito al curioso que se
acerque allí a fijarse en
el color de las piedras,
de mayor o menor
tamaño, que esmaltan el
curso del agua y el de la
misma tierra. En el
primero de los tramos
señalados, el reguero
ofrece a su agua
incolora un lecho de
sábanas blancas:
blanca es la tierra y
blancos los guijarros
que baña. Pero, al
producirse el primer
viraje indicado, de
forma repentina
sustituye las blancas
sábanas por otras de
color ocre rojo. Es el
tributo que paga al agua
de la Fuente mineral que
acoge en su cauce. Esta
agua, de condición
altamente ferruginosa,
se convierte en tinte que
tiñe lo que toca en su
recorrido. Los cantos,

los guijarros y hasta la
tierra adquieren el color
del agua en un tono
i n t e n s o q u e
progresivamente va
perdiendo grados. Poco
a poco las sábanas
pierden su nueva
coloración y recuperan
la original, aunque ya no
la blancura de antes. Es
fácil advertir la fuerza
tintórea del agua
contemplando alguna
piedra, caída al reguero
o clavada en él, cuando
no queda cubierta en su
totalidad. Mientras la
parte emergente
conserva su previo
color natural, la
sumergida se ha
coloreado toda entera.
Cerrando aquí el
paréntesis cromático,
es hora ya de aducir ya
los datos que justifican
la inclusión de estas
páginas en la sección de
“crónicas” morleñas.
El reguero sigue
imperturbado su curso
por la falda de la
montaña marcando una
línea, antes visible
desde el camino que ha
conducido al visitante
hasta él, pero en la
actualidad sólo
perceptible, y a duras
penas, desde la pista
que sube al alto del
Balear. La vegetación se
ha ido adueñando
–hasta hacerla
desaparecer– de la
senda por la que
algunos años atrás el
que esto escribe hacía
el mismo recorrido que
el agua, ella por su
lecho, él por la vera del
mismo. Un recorrido
que instaba a hacer a
todo el que venía al
pueblo a visitarle.
Instancia facilitada por
el hecho de que, con
frecuencia, el forastero
llegaba con el deseo ya
de conocer, ya de volver
a visitar la Fuente
mineral. Era ruta que, en
su condición de
acompañante, imponía
si no a la ida, a la vuelta.
No faltaba quien, poco
habituado a andar por
sendas estrechas y a
sortear continuamente
los troncos duros de
viejas urces, se resistía.
Pero al final se lo
agradecía, tras
contemplar un
fenómeno de la
naturaleza nunca
observado por él hasta
entonces.
Cuando uno va en coche
en ligera cuesta arriba
no siempre percibe el
desnivel de la carretera
hasta que no mira hacia
atrás. Es un ejemplo
para explicar una
experiencia similar de
quienes seguían el
curso del reguero.
Ubicados en cualquier
lugar del mismo en el
trayecto que atravesaba
la ladera de la montaña,
a excepción de sus
extremos, al volver la
vista atrás percibían el
nivel del tramo anterior
como topográficamente
más bajo y, al volverla
adelante, percibían con
no menor claridad el del
tramo siguiente como
Cosas de Morla
más alto. Eso
significaba la evidencia
de que el agua fluía
cuesta arriba y que lo
hacía con la misma
facilidad con que un
buen escalador sube en
bicicleta un puerto de
mínima categoría.
Advertidos del
fenómeno, miraban
repetidamente hacia
atrás y hacia delante
para cerciorarse de lo
que estaban viendo. En
algún caso, hasta se
restregaban los ojos por
si acaso tuvieran
legañas que le
impidiesen ver con
claridad. Acababan de
ser testigos de un
quebranto de la ley
física de la gravedad, y
no por obra de mago
encantador alguno, ni
de santo milagrero, sino
por libre capricho de la
naturaleza. “Si no lo veo
no lo creo”, repetían. La
ciencia se derrumbaba
ante sus ojos; habían
admitido a pie juntillas
lo que ella afirmaba y
a c a b a b a n d e
sorprenderla en
renuncio. Por otra parte,
como no es fácil asumir
que uno ha sido
engañado, rehusaban
rendirse del todo, lo que
hacía más recia la lucha
que se libraba en su
interior, en la que
contendían lo que veían
sus ojos con lo que le
habían aprendido; la
batalla entre dar
credibilidad a los
científicos y dar la razón
a los propios ojos. Y así,
39

40
Club Deportivo Morla de la Valdería
quedando ellos
perplejos e intrigados a
la vez, sin saber a que
atenerse a ciencia
cierta, emprendíamos el
camino de regreso al
pueblo, ya fuera por el
carril, ya por mismo
camino que les había
llevado hasta allí.
Pero uno sabe cuánto
cuesta alcanzar la
verdad y cuánto sufre
quien, enamorado de
ella, se ve excluido de su
posesión. De ahí que me
sintiera incapaz de
dejar en tanto
sufrimiento a personas
a las que estaba unido
por lazos de distinto
signo, pero siempre de
afecto. Juzgaba que
significaría, como
mínimo, falta de
sensibilidad dejarlas en
tal angustia de espíritu,
superior a la angostura
de la senda por la que
acababan de transitar.
En consecuencia,
decidía devolver a su
espíritu la anchura de
antes. Ello suponía un
cambio de registro:
había que dejar el
ámbito de la ciencia,
para entrar en el de la
filosofía, planteando la
cuestión sobre la
fiabilidad de los
sentidos. ¿Es razonable
fiarse de ellos? ¿Nos
dicen la verdad? ¿Nos la
dicen siempre? La
respuesta es positiva,
sin duda: ellos perciben
siempre la pura y simple
realidad. ¿Dónde se
hallaba, si era el caso, el
error? En el juicio hecho
sobre lo que ellos
trasmiten. En efecto, en
el caso concreto, la
conclusión de que el
agua se deslizaba
cuesta arriba no la
sacaban los sentidos,
sino la mente. Mis
acompañantes habían
juzgado que el agua
corría hacia arriba al no
advertir que el valle se
iba ahondando a medida
que avanzábamos. Al no
percibir exactamente la
realidad, tomaron por
realidad una falsa
apariencia. La realidad
era que el valle bajaba;
la falsa apariencia era
que el reguero subía. El
agua no había
quebrantado la ley de la
gravedad: su cauce se
m a n t e n í a
topográficamente plano
o en ligerísima cuesta
abajo. Había habido un
error de percepción, no
de sus sentidos, sino de
su mente.
A punto de concluir esta
crónica, no me queda
sino expresar el deseo,
quizá ya imposible de
realizar, de ver limpia la
vera del reguero en el
tramo indicado hasta
hacerlo de nuevo
transitable, pero sin
confiar esa delicada
tarea a la desaprensiva
pala excavadora o sólo a
ella. Tanto las personas
del pueblo como las de
fuera podrían vivir o, en
su caso, revivir la
experiencia relatada,
además de poder
contemplar el plácido y
silencioso fluir del agua
–fuente de paz y
serenidad para el
espíritu–, antes de
precipitarse un poco
más adelante entre
pequeñas rocas.
Pongo fin a esta crónica
con un ruego
encarecido a las ninfas
del reguero, las ranas:
“Volved a tomar
posesión de lo que en
otros tiempos fueron
vuestros predios. Sin
vosotras nunca volverá
a ser lo que fue. Haced
compañía al caminante:
enseñadle el noble arte
de la convivencia con el
sol y con el agua a la vez;
enseñadle a convertir
cualquier piedra en
trampolín, a zambullirse
en el agua con agilidad y
elegancia y vuestro
inconfundible estilo de
natación. Permitidle
percibir el tono nuevo
que vuestros
inesperados saltos al
agua introducen en su
música silenciosa. En
efecto, como el silencio
da forma al sonido,
también el sonido da
nueva forma al silencio.
Os garantizo mi
arrepentimiento sincero
por cuantas veces, en
un pasado ya lejano,
fuisteis objeto de mi
persecución. Y estoy
seguro de que serán
muchos los que conmigo
se golpeen el pecho. Os
lo suplico de nuevo:
Volved a tomar posesión
de lo que en otros
tiempos fueron vuestros
predios”.

La Fuente Mineral (II)
Retomamos aquí el
artículo sobre la fuente
mineral del historiador
leonés Alejandro
Valderas, publicado el
07-09-1995 en el Diario
de León, que ya
mencionábamos en el
número anterior y
c o n t i n u a m o s
exactamente en el
mismo punto en que lo
dejamos.
La primera cita que
encontramos de ese
manantial, dice el
artículo de Valderas,
corresponde a la
“Reseña geológicominera
de la provincia
de León y catálogo de
minerales, rocas,
fósiles, antigüedades,
p r o d u c t o s
metalúrgicos,
cerámicas y aguas” de
José María Soler,
Ingeniero Jefe del
Distrito Minero de León,
clasificándola como
agua salinomagnesiana.
Presentó
su trabajo en la
Exposición Nacional de
Minería, Artes
Metalúrgicas,
Cerámica, Cristalería y
Aguas Minerales, que se
celebró en Madrid en
1883.
Ya en el siglo XX, en
1909, en “Excursiones
en la provincia de León”
de la Real Sociedad
Geográfica, se describe
una fuente ferruginosa
en la casa “llamada de la
Fuente”, a unos 3 km de
Morla aguas arriba, que
era un balneario donde
acudían “enfermos
Cosas de Morla
Nuestro entorno
USO MEDICINAL Y RECREATIVO DEL AGUA
Juan Oliveras Martín y Mercè Jorge Tomás
desde lo más apartado
del país”. Esta fuente se
llamaba “manantial de
San José” y el
Laboratorio Químico
Municipal de Valladolid
clasificó sus aguas
como bicarbonatadasferruginosas-litínicas.
Nosotros conocemos a
la “Casa de la Fuente”
como la “Casa de
Carlos”. Y es que el
último propietario de
este otrora próspero
balneario fue Carlos
Frontaura, que tuvo que
abandonar el negocio al
41

42
Club Deportivo Morla de la Valdería
incendiarse la casa.
La propia existencia del
balneario demuestra
que aquella posible
explotación alternativa
que comentábamos en
la primera parte del
artículo ya fue viable en
un pasado no tan lejano.
De hecho, se anunciaba
con una advertencia
sobre competencia
desleal: “Se previene al
público que en Morla no
existen otras aguas
analizadas y por tanto
consideradas por la
ciencia como remedio
medicinal más que las
del manantial de San
José conocidas desde
tiempo inmemorial y que
tienen el
establecimiento al pie
de la fuente”. Otra
muestra de la existencia
de otras fuentes
m i n e r a l e s ,
probablemente no
catalogadas como
mineromedicinales,
pero con propiedades
similares.
Durante su explotación
comercial se publicaron
anuncios que
detallaban las
afecciones para las que
estaban indicadas
aquellas aguas. En la
lista se incluía anemia
aguda, lactancias
prolongadas, trastornos
de la menstruación,
acidez estomacal,
cálculos y lavado de las
vías urinarias, para
estimular las funciones
y para levantar las
fuerzas.
¿Y qué hay de cierto en
aquellos anuncios?. Las
aguas ferruginosas
gozan de propiedades
tónicas, estando
indicadas como
reconstituyente en las
enfermedades
caracterizadas por la
debilidad o en periodo
de convalecencias.
Además, contribuyen al
aporte de hierro junto
con la dieta, que puede
ayudar a combatir
algunas enfermedades
de la sangre como
ciertas anemias sin los
efectos secundarios de
otros tratamientos que
p r o v o c a n
estreñimiento. Está
descrito que las aguas
ferruginosas pueden
ser apropiadas para
pacientes con
problemas de
indigestión aunque un
contenido muy alto en
hierro puede llegar a ser
perjudicial para la
salud. Además de
digestivas se ha
postulado su actividad
energizante y
activadora de la
circulación. También
pueden tener acción
diurética, sobre todo si
llevan litio, y las
alcalinas disuelven
cálculos biliares y
a y u d a n a l a
recuperación del
sistema nervioso.
Se han utilizado en
d i f e r e n t e s
enfermedades crónicas
como en algunas
anemias, afecciones
reumáticas, digestivas,
hepáticas, biliares,
cardiovasculares,
arteriosclerosis,
a f e c c i o n e s
ganglionares,
trastornos del
desarrollo, procesos
metabólicos en general
y del sistema muscular y
articular. Sin duda se
habrán utilizado en
muchas otras
indicaciones, incluida la
hipocondría, aunque en
la mayoría de los casos
no hay estudios
apropiados que
garanticen el
pretendido efecto
terapéutico.
¿Pero curan realmente
las aguas
mineromedicinales?.
Pues seguramente en
sentido estricto de
curación, no; pero
palian muchos procesos
crónicos como el
reumatismo entre otros.
El reumatismo, que para
muchos es la cosa del
mundo que viene más
aprisa y la que más
lentamente se va, es la
dolencia que más se ha
tratado con aguas
medicinales de todas las
regiones de la tierra. Tal
es el caso de las termas
israelitas cercanas al
lago Tiberíades o Mar de
Galilea, que llevan
aliviando a millones de
reumáticos desde hace
cuatro mil años. La
literatura científica no

ecoge ningún estudio
controlado en el que se
concluya que las aguas
termales curen, pero se
les reconocen sus
bondades como terapia
paliativa y preventiva.
Los balnearios
aumentan la calidad de
vida y se ha demostrado
que logran reducir el
gasto farmacéutico
entre los agüistas o
personas que “toman
las aguas”. Muchos
dicen que curan todo y
otros que no curan
nada. Probablemente ni
una cosa es cierta, ni la
otra. En todo caso
pueden tener sus
indicaciones
dependiendo de la
enfermedad y del tipo de
agua que sea.
¿Y no se tratará de un
efecto placebo?. Por
supuesto que sí, al
menos parcialmente. ¿Y
qué?. Pues nada; esta
afirmación tan
categórica no implica
ninguna connotación
negativa. TODOS los
medicamentos tienen
un cierto componente
placebo, hasta la
aspirina; unos más y
otros menos. Si este
efecto placebo es
positivo en los
medicamentos, ¿por
qué no tendría que serlo
también en las aguas
mineromedicinales?.
El antiguo balneario
quizás dejó de ser
rentable por el
abandono de la
balneoterapia y de las
zonas rurales, en
general. A pesar de
todos los esfuerzos
realizados por los
defensores de estos
tipos de terapias, los
estudios clínicos
realizados no
permitieron obtener
resultados que
demostrasen, de forma
consistente, el papel
beneficioso de estas
técnicas. Por eso, y
debido a los
importantes avances
diagnósticos,
terapéuticos y técnicos
que experimentó la
medicina convencional,
a partir de la Segunda
Guerra Mundial la
balneoterapia entró en
una nueva fase de
declive. Poco a poco el
agua fue perdiendo el
aprecio de los médicos y
el reconocimiento de la
gente. Si además
tenemos en cuenta el
éxodo general que hubo
del campo a la ciudad,
Cosas de Morla
parece de cajón que la
casa de la fuente o de
Carlos tuviese los días
contados hasta su
abandono definitivo
coincidiendo con el
incendio.
Pero sin duda, en la
sociedad que vivimos
hoy en día una
explotación análoga
puede ser todavía más
rentable que antaño. La
explotación controlada
de los recursos
naturales, y el agua no
deja de ser uno más de
esos recursos, es una
alternativa que puede
permitir el desarrollo
sostenible de una
región sin alterar
sustancialmente el
medio ambiente. Sobre
todo si a las bondades
de sus aguas se unen
las de su entorno.
Entorno que Rodri
ayuda a divulgar con las
ilustraciones de
nuestros artículos, por
las que le estamos muy
agradecidos.
43

44
Club Deportivo Morla de la Valdería
La balneoterapia ha
vuelto a adquirir una
i m p o r t a n c i a
considerable en los
últimos años, quizás por
un creciente interés
hacia la medicina
natural y no agresiva
q u e s e e s t á
experimentando en la
cultura occidental. No
es tan ocasional
encontrar a gente que
prefiera sustituir el
e m p l e o d e
medicamentos
sintéticos por formas,
técnicas o
procedimientos de la
medicina tradicional y
natural. Personajes
relevantes como Luis
Rodríguez Míguez (ex-
Director General de
Salud Pública de
Galicia, catedrático y
académico de la Real
Academia de Medicina y
Cirugía) afirman que la
balneoterapia tiene una
base racional.
Consideran que la
medicina no debe
limitarse a una praxis
mecanicista y que
deben considerarse
otros factores
terapéuticos
(incluyendo el dietético)
para favorecer la
recuperación natural
del organismo. Así pues,
la promoción de la
balneoterapia no
consiste en una
sustitución de la
medicina tradicional;
simplemente se trata de
una ampliación del
arsenal de recursos
terapéuticos.
Por otro lado, hoy ya no
es suficiente con tener
salud. También
queremos mantenerla,
sumándose así la
importancia que están
adquiriendo las terapias
preventivas. La gente no
sólo acude a los
balnearios para curarse
de alguna enfermedad,
sino para prevenirlas.
Los balnearios han
dejado de ser lugares
donde acudían los
enfermos y se han
convertido en centros
de promoción de salud.
Millones de europeos
visitan anualmente las
estaciones termales.
Y un tercer factor que es
el “precio” del agua por
sí misma, factor que
siempre ha existido
aunque quizás no con
tanta relevancia como
ahora. El agua ha sido
un bien preciado y
necesaria desde antes
incluso de que se
originase la vida en el
planeta. A nadie se le
pasa por alto que suele
generar disputas entre
comunidades (antes y
ahora) y hasta ha
llegado a derribar
gobiernos. Mientras se
malgasta agua en
ciertas zonas, en otras
se pueden pagar
precios descabellados
por tener un poco.
Aunque sólo nos
acordamos de Santa
Bárbara cuando truena
y del agua cuando falta,
todos somos
conscientes de que hoy
en día la escasez de
agua potable es uno de
los principales
problemas, no sólo de
España sino del mundo
entero. ¡Bueno… otros
problemas también se
relacionan con el agua
de otro modo, como
cuando hay
inundaciones…!.
¡Cómo cambian las
cosas con el paso del
tiempo!. ¡Hoy en día en
algunos restaurantes
hasta te traen una carta

de aguas, a cual más
cara, y te incitan a catar
la elegida como si fuese
un buen vino!. ¡Cuántos
hay que lo aprueban…
elijen una de precio
n o r m a l m e n t e
intermedio… siempre
caro… a veces de varias
decenas de euros…
generalmente sin
conocerla y sin
referencias previas… la
airean como si fuese un
vino gran reserva… la
huelen… la tastan… y
tras un corto silencio…
un silencio atronador…
dicen gravemente…
Hmmm… ¡bueníiisima!
Y hasta un cuarto factor
importantísimo
actualmente, por la
dimensión que ha
tomado: el turismo rural
y la necesidad de
liberarse de la carga,
sobre todo psíquica,
que genera la actual
vida en la ciudad. Aún
siendo el fin sanitario de
los balnearios el
principal, tal como
defiende el mencionado
Dr. Rodríguez Míguez,
no se puede negar que
también tienen un fin
lúdico y turístico
plenamente legítimo.
En síntesis, la
rentabilidad actual de
un balneario vendría
dada por el uso de una
medicina alternativa sin
menosprecio de la
tradicional, como
recuperación anti
estrés e incluso como
recurso turístico. En
definitiva, como la tan
anhelada “fuente de la
juventud”.
Imagínate: ¡Un
balneario moderno en
los alrededores de
Morla!. ¿Tal vez un spa
de lujo con carta de
aguas en el restaurante
(mineral, de la fuente de
arriba, de la de abajo, de
la nueva de las escuelas,
del río, del reguero, del
pilón…)?.
Por cierto, el nombre de
spa proviene del latín
SSalus PPer AAquam
(la
salud por o a través del
agua). Otros aseguran
que proviene del pueblo
belga de Spa, ya
conocido en la época
romana por sus baños
Cosas de Morla
termales. Actualmente
quizás sea más famoso
por su circuito de
carreras, en el que se
celebra anualmente el
Gran Premio de Bélgica
de Fórmula 1, y por ser
el pueblo de nacimiento
del novelesco detective
Hércules Poirot.
Y para acabar: la
diferencia entre un
balneario y un spa es
que el primero utiliza
a g u a s
mineromedicinales,
mientras que la del
segundo es agua
común. Si optamos por
esta vía, mejor un
balneario que un spa.
Sin dudarlo.
45

46
Club Deportivo Morla de la Valdería
Artículos breves
Una herramienta vital:
EL CARRO
Rodrigo Castaño de Luis
Transportar leña, paja o cepas,
recoger la cosecha o llevar las piedras
que serían empleadas en la
construcción de nuevas casas; éstas y
otras muchas labores cotidianas no
podrían haberse llevado a cabo sin la
ayuda de una herramienta tan básica
como es el carro.
Sólo las manos más hábiles podían
construir un instrumento tan
equilibrado y resistente, y a la vez, tan
hermoso y útil, empleando para ello
elementos tan modestos como la
madera y el hierro.
Sus dos grandes ruedas eran capaces
de atravesar los caminos más
pedregosos, cumpliendo
perfectamente con su función.
Su larga “bracera” se unía al “yugo”, el
cual se acomodaba en los cuellos de
dos vacas, interponiendo entre los
animales y la madera unas piezas de
cuero que evitaba que éstos se
lastimasen y que se denominaban
“melenas”.
Una curiosa pieza, denominada
“tentemozo”, se disponía en la parte
inferior de la bracera: su función era
servir de punto de apoyo y mantener el
carro en posición horizontal cuando no
estaba unido a las vacas.
1
2
3

Cuadernos de arquitectura
Club Deportivo Morla de la Valdería
Hace varios años la Diputación de León puso
en funcionamiento el “Instituto Leonés de
Cultura”, un proyecto diseñado para
recuperar y divulgar la cultura y las
tradiciones de todas las comarcas de la
provincia.
Esta institución tiene su sede en el Palacio de
los Guzmanes de la capital leonesa; sin
embargo, una gran parte de los documentos
que tienen acogida en este edificio pueden
consultarse en la página web del instituto, a la
cual se accede a través de la página de la
Diputación de León.
Cosas de Morla
Actualmente, el Instituto Leonés de Cultura,
se encuentra publicando una colección
titulada “Cuadernos de arquitectura”; esta colección se encuentra disponible en
formato impreso, aunque todo su contenido puede ser consultado en la página
web anteriormente mencionada.
Hasta la fecha, ya han sido publicados dos números de esta colección, estando
el primero de ellos centrado en La Cabrera y el segundo en los valles
noroccidentales de Babia, Omaña y Laciana; próximamente, irán siendo
publicados los Cuadernos de arquitectura correspondientes al resto de
comarcas leonesas.
En esta colección se muestran las características de las construcciones típicas
de cada comarca, con descripciones de los elementos arquitectónicos que las
hacen singulares, destacando el elevado nivel de detalle con el que el autor, José
Luis García Grinda, enfoca la descripción de dichos elementos.
Un último capítulo está dirigido a todos aquéllos que deseen rehabilitar un
edificio o bien construir uno nuevo, haciendo recomendaciones de cara a la
correcta elección de los materiales y las prácticas de construcción, con la
finalidad de integrar la obra en su
contexto arquitectónico, sin dañar
el conjunto visual que caracteriza
a la comarca y que, como
patrimonio que es, debe ser
regulado, protegido y valorado.
47

48
Club Deportivo Morla de la Valdería
Galería de imágenes
PRIMER PREMIO: Anochecer en Morla
Vistas al Teleno Barreiro
A la sombra de los pinos Preparación para el duro invierno

II CONCURSO
DE FOTOGRAFÍA
Gatinas desde las Heras Ocaso
La Ponderosa El Eria reclama su valle
Cosas de Morla
Balcón Tejado
Carro
Atardecer en Villar del Monte La Colmena
MORLA DE
LA VALDERÍA
49

50
Club Deportivo Morla de la Valdería
Otras cosas
¿Conoces la provincia?
Uno de los objetivos del
Club Deportivo Morla de
la Valdería es ayudar a
todo aquel que lo desee a
conocer el entorno
natural de nuestra
localidad; ahora nos
hemos propuesto que
también conozcas los
espacios naturales más
fascinantes de nuestra
provincia, León, una de
Área recreativa para todos
Frente al edificio de las escuelas han
sido instaladas varias mesas,
barbacoas y una nueva fuente, así como
una zona recreativa para que los más
pequeños disfruten ante la figura de
nuestra magnífica “Castañal Grande”.
Si usas las barbacoas, ya sabes:
¡CUIDADO CON EL FUEGO!
las más diversas y fascinantes de España en lo relativo al medio natural. Para
ello, hemos diseñado un total de 50 rutas de montaña, itinerarios por
carretera y paseos por nuestros espacios rurales, con el objetivo de que
conozcas cada comarca, cada río, cada valle y en definitiva, cada rincón de
esta bella provincia.
Los fascículos de la colección “CONOCER LA PROVINCIA DE LEÓN: 50 rutas
recomendadas por el Club Deportivo Morla de la Valdería” en formato digital
serán gratuitos y tendrán una periodicidad semanal (10 números cada
temporada, durante un total de 5 temporadas). ¡No te pierdas tu provincia!
MÁS INFORMACIÓN EN www.cdmorla.com
A PARTIR DE DICIEMBRE.

Mazapán de San Bartolo
PREPARACIÓN
Cosas de Morla
COCINA DE MORLA
INGREDIENTES
- 12 huevos
- 14 cucharadas de azúcar
- 14 cucharadas de harina
- Levadura en polvo
Este sencillo pero
apetitoso dulce
acompañaba a
todas las familias
morletas durante los
días de fiesta. Hoy en
día, a pesar del paso
del tiempo, aún puede
verse en algunas
mesas el día de San
Bartolomé.
1- Se separan las yemas de las claras y se baten estas últimas.
2- Se añaden las yemas de los huevos y el azúcar, y se bate de nuevo hasta que
la mezcla tenga un aspecto uniforme.
3- Se agrega la levadura y la harina, y se vuelve a batir.
4- Se coloca la mezcla en un molde circular, que habremos untado
previamente con mantequilla o aceite para facilitar la extracción del mazapán
cuando esté hecho.
5- Se introduce en un horno a alta temperatura, y se mantiene hasta que el
interior esté bien cocido (lo cual comprobaremos pinchando con una aguja) y
la superficie muestre el color deseado.
6- Se deja enfriar, se saca del molde y se decora al gusto.
¡BUEN PROVECHO! Fuente: Etelvina de Luis y Purificación de Luis
¡Ayúdanos a recordar!
¿Tienes alguna foto de las antiguas calles del pueblo?, ¿guardas alguna
imagen de tus antepasados de Morla, y te gustaría compartirla con nosotros?,
¿estuviste en el sitio adecuado en el momento oportuno y tuviste la suerte de
captar alguna imagen espectacular o singular de nuestro entorno?
El número 4 de la Revista Digital “Cosas de Morla” (abril de 2010) contará con
una sección especial titulada “Ayúdanos a recordar”, en la que se incluirán
imágenes del pasado de nuestro pueblo; cualquier temática vale: cultura,
gentes, paisajes, tradiciones.
Os animamos a todos a participar en esta sección: si lo deseas, sólo tienes
que escanear tus fotos y enviárnoslas a cosasdemorla@cdmorla.com, con
una pequeña explicación de la imagen. Si no puedes escanearla, contacta
con nosotros a través de nuestra página web, www.cdmorla.com
¡Esperamos vuestras imágenes!
51

52
Club Deportivo Morla de la Valdería
PASATIEMPOS
Sopa de letras
Localiza los nombres de siete
calles de Morla de la Valdería.
Las 7 diferencias Encuentra las 7 diferencias entre estas dos imágenes
Las 7 diferencias
Sopa de letras

Himno de La Valdería
(Fuente: Grupo Aires del Eria)
Valle del Eria,
donde yo nací
entre las montañas
qué bello es vivir.
Aquí quiero llorar,
aquí quiero reír,
cuando Dios disponga,
aquí quiero morir.
Cuando Dios disponga,
aquí quiero morir.
Valle de La Valdería
donde yo nací.
Valle de La Valdería
donde yo nací.
Cantares típicos
(Fuente: Izarne Lozano, Sergio Teruelo y
Adela de Luis)
Moza de los veinte mozos
y conmigo veintiuno,
si todos son como yo,
vas a quedar sin ninguno.
Anduviste alabando
que te quería y que te quiero,
ahora me alabo yo,
que te quería y te dejo.
Le dijiste a tus amigas
lavando en el lavadero,
que te casabas conmigo:
eso será si yo quiero.
A la puerta del estanco,
van los mozos a llorar,
porque no tienen tabaco
ni papel para fumar.
Esta noche va a llover,
que tiene cerco la Luna,
Dios quisiera que llueva,
llueva y agua no caiga ninguna
Cosas de Morla
CANCIONERO
Pasodoble de La Valdería
(Fuente: Grupo Aires del Eria)
Valle de La Valdería
tierra donde yo nací,
siempre te llevo en el alma,
nunca me olvido de ti.
Tierra de verdes praderas,
tierra de nieves y sol,
tierra de fértiles valles,
pedacito de León.
Al Eria debes tu nombre
tu esplendor y tu belleza,
une tus gentes y pueblos
de Morla a San Esteban. (BIS)
Tus hombres y tus mujeres
son gentes de corazón
son honrados y valientes
dignos hijos de León. (BIS)
Valle de La Valdería,
tierra donde yo nací,
siempre te llevo en el alma,
nunca me olvido de ti.
53

54
Club Deportivo Morla de la Valdería
ASTRONOMÍA
NOCHE DE MORLA
CONSTELACIONES DE INVIERNO
EL TRIANGULO DE INVIERNO
En el invierno boreal, tres estrellas destacan por encima del resto formando el
llamado triangulo de invierno, se trata, de la estrellas Procyon, Betelguese y
Sirius, que corresponden a las á de las constelaciones Canis Minor, Orión y
Canis Major, respectivamente. Dichas constelaciones son fácilmente visibles
entre los meses noviembre y febrero para un espectador del hemisferio norte
celeste.
Orión (Ori)
Culminación: 10 de enero
Pablo Castaño de Luis
Es sin duda una de las constelaciones más impresionantes del invierno boreal
y representa de forma muy clara una figura humana, con un arco extendido
hacia el este, enfrentándose a Tauro.
Formada por estrellas muy brillantes, dos de ellas de primera magnitud y
cuatro de segunda, muy fáciles de localizar. Destaca la estrella rojiza
Betelguese o “á Orionis”; a 466 años luz, es una supergigante unas 400 veces
más grande que el Sol. Rigel o “â”, de magnitud 0.3 de color azul claro a 1305
años luz. “ã” o Bellatrix de brillo 1.7 y color blanco azulado a 326 años luz, y
Saiph o “ê” , de color azul claro y
magnitud 2.2 a 1305 años luz. Y en
medio del rectángulo vemos las
denominadas Tres Marías o Cinturón
de Orión formadas por Mintaka,
Alnilam y Alnitak, todas de color azul,
muy jóvenes y situadas a la misma
distancia 1305 años luz. Justo debajo
del cinturón, haciendo la forma de la
daga del cazador se sitúa la nebulosa
de Orión.
La constelación de Orión, gracias al
brillo de sus estrellas, ha estado
presente en todas las culturas, en un
lugar de relevancia entre los mitos
celestes. La primera noticia que se
tiene de ella la sitúa en Mesopotamia,
aparece en las tablas de Mul-Apin
(1000 a.c) bajo el nombre de Siba zian-na
“el verdadero pastor celeste”.

Cosas de Morla
En el antiguo Egipto, las tres estrellas del cinturón de Orión, eran los
representantes de Sah, dios estelar que representaba a Osiris, y
frecuentemente se ha asociado a esta constelación la propiedad de servir a
los arquitectos egipcios como “mapa estelar” por el cual orientar las
pirámides de su imperio. La mayoría de estas afirmaciones son fábulas,
aunque estudios serios no descartan la importancia de esta constelación en
la vida de los antiguos egipcios.
En la antigua Grecia, ya Homero nombra a esta constelación con el nombre de
Orión. Era un hermoso cazador, hijo de Euriale y Poseidón, de estatura
inmensa. Se habría enamorado de Mérope, y al no ser correspondido se
emborracho un día y la forzó. El padre de Mérope, Enopion, pidió venganza al
dios Dionisos, que durmió al cazador en un profundo sueño, momento que
aprovecho Enopion para arrancarle los ojos. Desesperado y ciego, Orión se
dirigió a un oráculo, quien le dijo que recuperaría la vista caminando sin
descanso hacia el este (que es precisamente la dirección que siguen las
constelaciones); tras mucho caminar llego a Lemnos, donde recupero la
visión. Dedicó mucho tiempo a perseguir a Enopion buscando venganza, pero
nunca la alcanzo. Con el tiempo, entró a servicio de Artemisa, como cazador.
Se cuenta que era el mejor cazador de su tiempo y que maravillaba a todos
con sus proezas, hasta el punto que la soberbia se adueño de él. Un día, llego
a decir que ni el mas grande y poderoso animal era rival digno. La diosa Gea
(la Tierra), indignada por la soberbia del cazador envió un escorpión que le
pico en el pie y le mato. Artemisa se apiado de su servidor y pidió a Zeus que lo
situara entre las estrellas. Desde entonces, la constelación de Orión se oculta
por el oeste cuando la constelación de Scorpio sale por el este, en una
constante y frustrada persecución.
Canis Major (Cma)
Culminación: 1 de febrero
Constelación que recuerda la silueta de un perro, con la brillante Sirius bajo la
cabeza. Esta situada al suroeste de Orión.
Localizada Orión, si imaginamos una línea que parta del cinturón de Orión
localizaremos sin problema a la estrella más brillante de nuestros cielos: á
Sirius. Sirius se halla en al constelación de Can Mayor o Canis Major. Su
magnitud es de -1.5, color blanco con reflejos azules que se halla a sólo 8 años
luz. Es brillantísima y algunas veces se la ve emitir reflejos iridiscentes,
verdosos o rojizos; pero esto ocurre solamente cuando está baja sobre el
horizonte, y, por lo tanto, a un fenómeno puramente atmosférico.
La constelación de Canis Major, es muy probablemente, originaria de
tradiciones mediterráneas. Ni en Mesopotamia ni en Egipto se vio hasta
épocas muy recientes constelación alguna en esta zona, dando la relevancia
a la estrella Sirius, importancia que sin duda merece por ser, con diferencia,
la estrella mas brillante en ambos hemisferios.
En Mesopotamia , ya desde el 1500 a.c., Sirius es conocida como Kak-si-di “la
estrella flecha”. A ella era dedicada un mes del año, aunque no hay ninguna
mención a constelación alguna.
55

56
Club Deportivo Morla de la Valdería
Canis Minor (Cmi):
Culminación: 15 de enero
En el antiguo Egipto es donde Sirius
adquiere importancia capital. Es la
estrella utilizada para dar inicio al
año astronómico. Su primera
aparición precediendo al sol (a
principios de septiembre) en el
despejado cielo egipcio daba lugar
al inicio del año y en las primeras
épocas, al inicio de la crecida del
Nilo, es el llamado “Orto heliaco de
Sirius”. La estrella fue asociada a
numerosas divinidades, reflejo de
la caótica mitología egipcia.
La aparición de la constelación con
forma de perro la tenemos con la
cultura griega, donde Canis Major
pasa a ser, junto a Canis Minor, uno
de los perros de Orión.
De nuevo localicemos Orión. Partamos de las dos estrellas de arriba y
prolonguemos la línea imaginaria unas dos veces y media, y ahí localizaremos
a Procyon o á del Canis Minor. Procyon tiene un brillo de 0.5, color amarillo
muy claro y se halla a 11 años luz.
Esta constelación esta ligada a su hermana Canis Major. Sólo la brillante
estrella Procyon la hace destacable, pues no tiene forma alguna reconocible.
Como constelación aparece en los mitos griegos como uno de los perros
acompañantes de Orión
En Egipto fue interpretada en ocasiones como un principio masculino en
complemento de Sirius, estrella asociada habitualmente a diosas.
Una fábula árabe considera a Sirius y Procyon como dos hermanas, la mayor
de las cuales (Sirius) se fugó con
su amante, dejando a Procyon
sumida en la pena.
¡No os las perdáis…….nos vemos
por la noche!

Cosas de Morla
Actividades
Aulas de la naturaleza
Un o de los
objetivos del
Club Deportivo
Morla de la Valdería es
dar a conocer nuestro
entorno a todo aquel
que lo desee, aportando
la información
necesaria para
interpretarlo y valorarlo.
Con esta intención
nacieron, hace ya varios
años, las “Aulas de la
Naturaleza”.
Aprovechando el
magnífico escenario
que la naturaleza pone a
nuestra disposición, el
Club Deportivo Morla de
la Valdería ofrece a
todos sus socios la
posibilidad de disfrutar
d e u n d í a d e
convivencia, en
contacto con la
n a t u r a l e z a ,
Club Deportivo Morla de la Valdería
aprendiendo a
interpretarla, a conocer
los seres vivos que
habitan los distintos
tipos de hábitat que
pueden reconocerse en
nuestro entorno, y a
identificar los
elementos que
caracterizan a nuestro
medio físico.
IV EDICIÓN DE LAS
AULAS DE LA
NATURALEZA
23 DE AGOSTO DE
2010
57

58
Club Deportivo Morla de la Valdería
LOS LÍQUENES
Probablemente se traten de unos de los seres más
discretos de nuestros ecosistemas; pocas son las
ocasiones en las que nos detenemos a
contemplarlos; sin embargo, basta con acercarse
a uno de ellos para descubrir un universo de
formas y colores difícil de encontrar en otros
organismos.
Fruto de la unión de un hongo y un alga, los líquenes
adoptan formas muy diversas, perfectamente
adaptadas a los medios que colonizan. Y este
verbo, “colonizar”, es el más adecuado para
describir el ciclo de vida de estos seres duales, ya
que son los primeros en aferrarse a los sustratos
más austeros, aprovechando al máximo el más
mínimo resquicio de nutrientes que pueda existir
en su entorno.
En este sentido, el alga, uno de los dos
componentes básicos del liquen, aporta la
clorofila, capaz de obrar la magia de la fotosíntesis
y de obtener alimento a partir de la luz del sol y del
dióxido de carbono presente en el aire. Por su
parte, el hongo es capaz de gestionar de la forma
más eficaz la escasa cantidad de agua que suele
estar disponible en los ambientes en los que
crecen estos organismos.
Si quieres saber más sobre estos sorprendentes
seres, nos vemos en la IV EDICIÓN DE LAS AULAS
DE LA VALDERÍA.
¡NO LO DUDES!

Cosas de Morla
Fiesta en honor a nuestra patrona
Santa Eulalia 2009
E
ste año, desde el Club Deportivo Morla de la Valdería te
invitamos a celebrar con nosotros la festividad de nuestra
patrona, Santa Eulalia.
A
provechando la proximidad de las fiestas de la Constitución y
de la Inmaculada, te proponemos pasar una inolvidable
jornada disfrutando de nuestro pueblo y sus gentes.
P
ara ello, retomaremos una de las
tradiciones más arraigadas en
nuestro pueblo: el día 6 de diciembre
(domingo), a las 20:00 horas,
realizaremos un magosto en el que
todos podréis participar. Además,
para caldear el ambiente
elaboraremos una deliciosa queimada
que podremos disfrutar al son de
canciones populares leonesas.
A
nímate a venir....¡seguro que no te
arrepientes!
59

60
Club Deportivo Morla de la Valdería
Para tener en cuenta
Un monumento vivo
Que un pueblo tenga un monumento
predilecto, orgullo de sus habitantes y
parada obligatoria de visitantes, no es
extraño; sí que lo es, en cambio, que un
monumento tenga vida propia, una vida
que se manifiesta año tras año, estación
tras estación y día tras día.
Usar el término “monumento” para
referirse a un árbol puede parecer
exagerado, pero el que ha visto “La
Castañal Grande” que preside nuestro
pueblo en su cota más alta, seguro que lo
entiende.
Con un perímetro en su base superior a
los 11 metros, con la robusta figura de su
tronco hueco, y con un espeso follaje que
se renueva todos los años, dándole el
relevo a sus deliciosas castañas y
tomándolo de sus primaverales
“candelas”, baña con su sombra al
edificio de Las Escuelas, mientras sus
raíces, seguramente largas y sinuosas
como ocurre habitualmente en esta
especie, lo anclan a Morla, una tierra que
es suya.
Este castaño nos ha dado una gran
lección de supervivencia: la amputación
de alguno de sus miembros a causa de su
propio peso no han evitado que sus hojas
nos saluden cada primavera: ahora más
que nunca, es nuestro deber cuidarlo
para que el “Castaño de Morla” sea
visitado, conocido y admirado por
muchas nuevas generaciones. Y nunca,
nunca olvidéis la gran suerte que tenemos
los que en algún momento de nuestra vida
lo hemos conocido.

Cosas de Morla