Pregón de la Semana Santa 2008 - Gran Poder de Brenes
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Consejo <strong>de</strong> Hermanda<strong>de</strong>s y Cofradias <strong>de</strong> <strong>Brenes</strong><br />
Ese día …<br />
Cuando el calendario <strong>de</strong> un nuevo año cae en <strong>la</strong>s manos <strong>de</strong> los que<br />
tenemos <strong>la</strong> suerte <strong>de</strong> estar tocados por esta bendita locura que es el sentimiento<br />
cofra<strong>de</strong>, irremediablemente buscamos con afán <strong>la</strong> fecha en <strong>la</strong> que cae <strong>la</strong> <strong>Semana</strong><br />
<strong>Santa</strong>. Y más concretamente, dón<strong>de</strong> ha situado <strong>la</strong> matemática <strong>de</strong>l tiempo nuestro<br />
día. Digo bien, nuestro día, porque aunque los cofra<strong>de</strong>s tengamos una especial<br />
fijación por todo lo que tenga que ver con esa <strong>Semana</strong> <strong>de</strong> Pasión, no es menos<br />
cierto que, en <strong>Brenes</strong>, todos nos sentimos i<strong>de</strong>ntificados con un día concreto, que<br />
para nosotros tiene un significado especial que no tienen los <strong>de</strong>más. Un día que<br />
amanece tras una <strong>la</strong>rga noche <strong>de</strong> duermeve<strong>la</strong>; un día en el que nos sorpren<strong>de</strong>mos<br />
con un revuelo <strong>de</strong> mariposas que nos va <strong>de</strong>l estómago al corazón, como cuando<br />
éramos mozos y rondábamos a una guapa morena; un día en el que el mismo café<br />
<strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s mañanas nos sabe distinto, porque nosotros somos distintos a través<br />
<strong>de</strong>l sentimiento que nos embarga; un día que vale todo un año <strong>de</strong> espera y con<br />
cuyo nombre se nos llena <strong>la</strong> boca.<br />
<strong>Brenes</strong> atesora una particu<strong>la</strong>r trilogía <strong>de</strong> advocaciones y sentimientos que<br />
se aprecia hasta en los <strong>de</strong>talles más pequeños, y cada cofra<strong>de</strong> <strong>de</strong> este pueblo se<br />
reconoce a sí mismo en su fe a través <strong>de</strong> un día seña<strong>la</strong>do al que por tradición o<br />
por convicción permanecerá vincu<strong>la</strong>do toda <strong>la</strong> vida, y que representa el verda<strong>de</strong>ro<br />
centro <strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong> su sentimiento, <strong>la</strong> auténtica medida <strong>de</strong> su fe manifestada<br />
públicamente, el recipiente don<strong>de</strong> se extasían sus sentidos y el más eficaz bálsamo<br />
que reconforta su alma, porque ese día al que pertenecemos y nos entregamos,<br />
contemp<strong>la</strong>ndo a nuestras imágenes titu<strong>la</strong>res en estación <strong>de</strong> penitencia, contemp<strong>la</strong>mos<br />
los verda<strong>de</strong>ros rostros <strong>de</strong> Jesús y <strong>de</strong> María.<br />
Y eso no es malo, si tenemos <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> reconocer el mismo <strong>de</strong>recho<br />
y sentimiento en el <strong>de</strong> enfrente, tan cristiano como nosotros, tan cofra<strong>de</strong> como<br />
nosotros, con una misma fe compartida por todos, pero con un distinto sentimiento<br />
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