Boletín 3 - Sociedad Asturiana de Filosofía
Boletín 3 - Sociedad Asturiana de Filosofía
Boletín 3 - Sociedad Asturiana de Filosofía
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
90<br />
BOLETÍN Nº 3<br />
tico, lo que sugiere que su práctica por el individuo presupone<br />
la práctica social. Por su parte, la elección consiste en<br />
la captación simultánea <strong>de</strong>l fin y <strong>de</strong> los fines. De ahí que sean<br />
críticos en la elección el momento oportuno (kairós) para<br />
llevar a cabo la acción y el imperativo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo (pasión),<br />
cara al propio control, no fuera que el placer o el dolor lleven<br />
a hacer lo ina<strong>de</strong>cuado.<br />
No está <strong>de</strong>más añadir que la elección implica un<br />
doble aspecto técnico y ético, que bien se podría concretar<br />
en la responsabilidad, relativa tanto a la habilidad <strong>de</strong>l hacer<br />
como al respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong> lo hecho. La propia noción <strong>de</strong> pru<strong>de</strong>ncia<br />
conlleva estos aspectos.<br />
ACTOR, DRAMA Y ESCENARIO (SUJETO, CONDUCTA Y SITUA-<br />
CIÓN)<br />
Por su parte, drama se refiere, como ya se ha apuntado,<br />
a acción y, dado este contex-<br />
to, se diría, cómo no, conducta.<br />
También se refiere a obra y, en<br />
concreto, a ‘obra <strong>de</strong> teatro’, como<br />
conjunto <strong>de</strong> acciones que constituyen<br />
una pieza. En este sentido,<br />
drama consistiría en el <strong>de</strong>spliegue<br />
o puesta en escena <strong>de</strong> las acciones<br />
que forman una obra <strong>de</strong> teatro,<br />
<strong>de</strong>sarrollada en un escenario al<br />
efecto. A este respecto, la noción<br />
<strong>de</strong> drama es correlativa <strong>de</strong> la<br />
noción <strong>de</strong> escenario. Ahora bien,<br />
llevada la noción <strong>de</strong> drama a la<br />
vida, el escenario sería el mundo,<br />
por más señas, el mundo <strong>de</strong> la<br />
vida, por señalar ya a la fenomenología.<br />
En la vida, la noción <strong>de</strong><br />
drama incluiría todas las acciones<br />
<strong>de</strong> la vida o las acciones <strong>de</strong> toda<br />
una vida.<br />
Si el drama es correlativo<br />
<strong>de</strong> escenario, lo es también <strong>de</strong><br />
actor. En el teatro, el drama sería<br />
correlativo <strong>de</strong>l actor como interprete,<br />
pero en la vida lo sería <strong>de</strong>l<br />
actor como autor responsable <strong>de</strong><br />
su actuación (sin perjuicio <strong>de</strong> la<br />
‘calidad’ <strong>de</strong> su interpretación). Todo esto no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> rondar<br />
los términos psicológicos <strong>de</strong> sujeto y <strong>de</strong> conducta. El actor<br />
<strong>de</strong> la vida no sería sino el sujeto <strong>de</strong> la conducta, si se prefiere<br />
<strong>de</strong>cirlo así. Y la conducta es lo que hace el sujeto y,<br />
puestos a <strong>de</strong>cirlo todo, se añadiría que es también lo que<br />
hace al sujeto. Por su parte, el escenario o, en su caso, el<br />
mundo, se correspon<strong>de</strong>ría en términos psicológicos con la<br />
situación o contexto. Así, pues, los términos psicológicos<br />
<strong>de</strong> sujeto, conducta y situación se podrían reexponer en los<br />
términos teatrales <strong>de</strong> actor, drama y escenario, si es que la<br />
noción <strong>de</strong> drama no incluye ya los correlativos <strong>de</strong> actor y<br />
escenario, como también podría ser el caso <strong>de</strong> la conducta<br />
respecto <strong>de</strong> sujeto y situación. Nótese, en todo caso, que los<br />
términos en cuestión (sujeto-conducta-situación) vertebran<br />
la psicología, por más que la psicología siga siendo invertebrada.<br />
LAS VENTAJAS DE LA PERSPECTIVA DRAMÁTICA<br />
Supuesto que pue<strong>de</strong>n reexponerse los términos<br />
psicológicos en términos teatrales, la pregunta sería cuál es<br />
la ventaja o el interés para hacerlo. Por lo pronto, la analogía<br />
<strong>de</strong>l teatro ofrece una imagen más cabal <strong>de</strong> la conducta<br />
humana que la proveniente <strong>de</strong> la ‘caja <strong>de</strong> Skinner’, <strong>de</strong> la que,<br />
sin embargo, <strong>de</strong>rivan los términos técnicos <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> la<br />
conducta. De acuerdo con la perspectiva teatral, la conducta<br />
se ofrece a una plena visión funcional, como correspon<strong>de</strong><br />
al <strong>de</strong>signio <strong>de</strong>l análisis funcional <strong>de</strong> la conducta y todavía se<br />
añadiría funcional interpersonal, habida cuenta el carácter<br />
radicalmente social <strong>de</strong> toda conducta, aun cuando se realice<br />
a solas. Se podría <strong>de</strong>cir igualmente interconducta, como<br />
gusta <strong>de</strong>cir al interconductismo, en la medida en que la conducta<br />
<strong>de</strong> uno <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la conducta <strong>de</strong> otro. En este sentido,<br />
si bien la noción <strong>de</strong> interconducta conlleva la visión funcional<br />
interpersonal y, <strong>de</strong> hecho, el<br />
interconductismo adopta una teo-<br />
HISTORIA GRÁFICA DE LA SAF<br />
ría <strong>de</strong> campo, su énfasis en las<br />
inter-conductas le lleva a preterir a<br />
los sujetos, las personas o los actores<br />
<strong>de</strong> la conducta, <strong>de</strong>spachados<br />
como ‘organismos’.<br />
Una visión <strong>de</strong>claradamente<br />
teatral sería interconductual sin<br />
preterición <strong>de</strong> los actores que,<br />
como quiera que sea, se reivindican<br />
aquí. En efecto, la perspectiva<br />
dramatúrgica permite incorporar<br />
la persona (un término teatral) en<br />
el análisis <strong>de</strong> la conducta, sin incurrir<br />
en el dualismo ni aniquilar el<br />
subjetivismo. La supuesta interioridad<br />
(sempiterno caballo <strong>de</strong> batalla<br />
en estas li<strong>de</strong>s) sería más una<br />
cuestión <strong>de</strong> estar la persona <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong>l mundo que <strong>de</strong> estar el mundo<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la persona. En este sentido,<br />
se trata <strong>de</strong> ver la conducta <strong>de</strong> las<br />
personas (que no <strong>de</strong> los organismos)<br />
<strong>de</strong>splegándose en las relaciones<br />
recíprocas con otras personas,<br />
2001<br />
<strong>de</strong> acuerdo con un contexto <strong>de</strong><br />
referencia o diégesis, en términos<br />
teatrales. Siendo así, la perspectiva <strong>de</strong>l psicólogo (conductista)<br />
se asemejaría, en principio, a la <strong>de</strong>l espectador que ve<br />
una obra <strong>de</strong> teatro, con distancia y al mismo tiempo con<br />
implicación. Mientras que la distancia supone la explicación<br />
objetiva <strong>de</strong> lo que ocurre, la implicación supondría la comprensión<br />
empática <strong>de</strong> los personajes según su posición.<br />
La cuestión es que ambos puntos <strong>de</strong> vista (objetivo<br />
y subjetivo) son necesarios a la ciencia <strong>de</strong>l comportamiento.<br />
La insistencia en uno en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong>l otro pue<strong>de</strong><br />
suponer o bien que se explique la conducta sin compren<strong>de</strong>rla<br />
o bien que se comprenda sin explicarla. Se ha <strong>de</strong> añadir<br />
que la explicación aquí referida apunta al contexto cultural<br />
(contingencias y normas que organizan la vida) y no a sustratos<br />
neurobiológicos (porque fueran supuestamente el<br />
lugar propio <strong>de</strong> una explicación científica). Se excusaría<br />
<strong>de</strong>cir que el lugar <strong>de</strong> la explicación psicológica tampoco se