Boletín 3 - Sociedad Asturiana de Filosofía
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codinámicos (psicoanálisis), mentales (cognitivismo) o biológicos<br />
(neurobiología). Calificó puras «ficciones explicativas»<br />
las teorías que tratan <strong>de</strong> mirar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la persona.<br />
Hay que retomar el ambiente para ver las expectativas que<br />
ofrece la realidad y actuar en consecuencia.<br />
De acuerdo con el conductismo, Marino Pérez<br />
<strong>de</strong>finió la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> contingencia entrelazándola con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
necesidad. No hay libertad al margen <strong>de</strong> la contingencia.<br />
Gracias a la contingencia el mundo está abierto a la conducta<br />
discriminada, a la pru<strong>de</strong>ncia. La contingencia contiene<br />
tres términos soldados: la situación presente sobre la que<br />
va a operar la persona. La conducta posible sobre esa situación.<br />
La conducta como un continuo operar sobre previas<br />
operaciones. Y, en tercer lugar, el resultado que se obtiene<br />
<strong>de</strong> esa conducta, ya que toda conducta supone una operación<br />
que va a producir un resultado posible.<br />
Asimismo, Marino Pérez presentó la vida como drama.<br />
La vida es dramática. El teatro la imita: es una metáfora <strong>de</strong><br />
la vida. Actor, drama y escenario se <strong>de</strong>finen mutuamente.<br />
El actor es el individuo, la persona. (Persona es un término<br />
que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l griego máscara: precisamente la máscara<br />
que cubría el rostro <strong>de</strong> un actor al <strong>de</strong>sempeñar su papel<br />
en el teatro). El drama equivale a la conducta. Y el escenario,<br />
a la situación. El drama es correlativo <strong>de</strong> actor y escenario.<br />
Y los espectadores entien<strong>de</strong>n el drama, sin necesidad<br />
<strong>de</strong> penetrar en la mente <strong>de</strong> los actores. Les basta para<br />
compren<strong>de</strong>r con lo que éstos digan o expresen. Por otra<br />
Conferencias y artículos monográficos<br />
parte, las teorías <strong>de</strong> Skinner, para Marino Pérez, son en el<br />
presente la negación <strong>de</strong>l sentido común. Así, ante la ola <strong>de</strong><br />
sentimentalismo que nos inva<strong>de</strong> y que influye en la conducta,<br />
hizo una referencia concreta a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> «autoestima»,<br />
tan <strong>de</strong> moda en nuestros días. Dijo que la autoestima es un<br />
concepto psicológico importado <strong>de</strong> California. Y que, con<br />
frecuencia, se tratan <strong>de</strong> explicar en psicología éxitos y fracasos,<br />
personales y sociales, en función <strong>de</strong> la baja o <strong>de</strong> la<br />
alta autoestima, aclarando que la autoestima <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse<br />
como consecuencia no como causa <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada<br />
conducta. Acudió entonces a un ejemplo <strong>de</strong> la actualidad<br />
<strong>de</strong>portiva para explicarlo. Es lógico que el Sporting<br />
tenga ahora la autoestima baja por no haber ascendido. Sin<br />
embargo, no fue la baja autoestima la causa <strong>de</strong> su fracaso,<br />
sino los resultados, el mal juego, los otros equipos, las contingencias,<br />
en fin.<br />
Dos últimas i<strong>de</strong>as relacionadas con el conductismo tomadas<br />
<strong>de</strong>l propio B. F. Skinner. Al referirse a la lucha <strong>de</strong>l hombre<br />
por la libertad y la dignidad, <strong>de</strong>jó escrito que «sólo la<br />
transformación <strong>de</strong> los sistemas socioeconómicos que generan<br />
unas <strong>de</strong>terminadas condiciones <strong>de</strong> vida pue<strong>de</strong> dar<br />
opción a una auténtica modificación racional <strong>de</strong> la conducta».<br />
También escribió que «un fracaso no es siempre una<br />
equivocación; pueda que sea, simplemente, lo más que se<br />
pue<strong>de</strong> hacer dadas las circunstancias. La verda<strong>de</strong>ra equivocación<br />
es renunciar a seguir intentándolo».<br />
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