Boletín 3 - Sociedad Asturiana de Filosofía
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que censura vivamente a su interlocutor muestran un modo<br />
<strong>de</strong> ser cortante y visceral, muy propio <strong>de</strong> la visión vulgar<br />
relacionada con el método socrático <strong>de</strong> rechazo y ataque<br />
directo sin contemplaciones. Es una cierta manera <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r<br />
características asimismo, y sin mayores exigencias<br />
filosóficas, <strong>de</strong>l seguidor fanático que se queda en las formas<br />
externas. Ese retrato pue<strong>de</strong> hacer creíble el afán por<br />
conseguir una información completa y respetuosa <strong>de</strong> las<br />
anécdotas <strong>de</strong>l maestro.<br />
Glaucón es un nombre corriente. Un hermano <strong>de</strong><br />
Platón tenía este nombre, que asimismo llevaba un hijo <strong>de</strong><br />
aquél, aparece en la República como interlocutor <strong>de</strong> Sócrates.<br />
No parece tratarse <strong>de</strong>l mismo. Su confusión <strong>de</strong> fechas<br />
da pie a todo tipo <strong>de</strong> elucubraciones, pero al mismo tiempo<br />
abre una faceta nueva en la interpretación <strong>de</strong>l diálogo. Es<br />
imposible que alguien <strong>de</strong> repente confunda una fecha con<br />
otra, mostrando semejante falta <strong>de</strong> información cuando<br />
parece que es un tema fundamental para él. Una pequeña<br />
muestra teatral, según <strong>de</strong>cían los estudiosos <strong>de</strong> Platón, pero<br />
¿para qué?<br />
Hay dos respuestas. Una, que se atiene a lo inmediato<br />
y entien<strong>de</strong> que se trata <strong>de</strong> un mero recurso para centrar<br />
las fechas en las que tuvo lugar el encuentro entre esos<br />
dos conocidos que rememora el acontecimiento y así abre<br />
la puerta a la narración. Otra, que permite un escarceo cinematográfico<br />
para acercarnos a la postura política <strong>de</strong> Platón,<br />
por un lado, y a la situación histórica, por el otro, en medio<br />
<strong>de</strong> un afán por justificar resquemores particulares con <strong>de</strong>sarrollos<br />
generales en apariencia.<br />
No es difícil <strong>de</strong>terminar la fecha en la que tuvo<br />
lugar el mencionado banquete: era al año siguiente <strong>de</strong> la<br />
victoria <strong>de</strong> Agatón en el certamen teatral y sabemos que fue<br />
en el 416 a.C.. La fecha <strong>de</strong> escritura probablemente fue por<br />
el 378 más o menos, muy cercana a la <strong>de</strong> la República, en<br />
plena efervescencia doctrinal platónica por un programa<br />
educativo, por la necesidad <strong>de</strong> que la filosofía se convirtiera<br />
en el manual imprescindible <strong>de</strong> los gobernantes, dominado<br />
todo ello por la explosión cinematográfica <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces <strong>de</strong>l símil <strong>de</strong> la Caverna, <strong>de</strong>l sol y <strong>de</strong> la línea <strong>de</strong>l<br />
conocimiento humano, que popularizaban su particular<br />
enfoque intelectual (Estos símiles aparecen entre el final<br />
<strong>de</strong>l libro VI <strong>de</strong> la República, cuando se elu<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir el bien<br />
y, a cambio, se habla <strong>de</strong>l “hijo <strong>de</strong>l bien”, esto es, <strong>de</strong>l sol que<br />
ilumina y calienta, para pasar a continuación a comparar el<br />
proceso <strong>de</strong>l conocimiento con una línea que se subdivi<strong>de</strong><br />
en dos partes (lo visible y lo inteligible), que a su vez se subdivi<strong>de</strong><br />
cada una <strong>de</strong> ellas. Al comienzo <strong>de</strong>l libro VII aparece<br />
el símil <strong>de</strong> la humanidad como los prisioneros <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
una caverna con<strong>de</strong>nados a ver sombras que el fuego proyecta<br />
en una pared). La otra fecha que, sin embargo, se vislumbra<br />
en ese comienzo teatral que comentamos es la <strong>de</strong>l<br />
encuentro entre los amigos, que es la que da sentido a la<br />
rememoración por parte <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>l banquete que ha tenido<br />
lugar años antes. Sin duda, por los rasgos hábiles <strong>de</strong> la<br />
conversación, se intuye que es un momento importante<br />
para ese tal Glaucón, y no parece ser el hecho <strong>de</strong> que se<br />
hablase <strong>de</strong>l amor o <strong>de</strong> que los planteamientos habidos allí<br />
les interesasen <strong>de</strong> manera particular. Tampoco encontraríamos<br />
así un nexo <strong>de</strong> unión con los posibles intereses <strong>de</strong> un<br />
lector <strong>de</strong>l 378, por más que a nosotros la filosofía que pro-<br />
Conferencias y artículos monográficos<br />
duce la obra nos pueda parecer justificación suficiente. Es<br />
más que probable que el tema <strong>de</strong> Alcibía<strong>de</strong>s fuera el núcleo<br />
<strong>de</strong> la cuestión. Sabemos que en los últimos estertores <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>mocracia ateniense en el final <strong>de</strong>l siglo V, en concreto<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 407, había muchos ciudadanos que <strong>de</strong>seaban una<br />
vuelta <strong>de</strong> Alcibía<strong>de</strong>s para que se ponga al frente <strong>de</strong> la situación.<br />
Éste será finalmente asesinado en el 404, el año <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> Atenas. La familia <strong>de</strong> Platón, Critias<br />
en concreto, estaba por entonces persuadiendo a los espartanos<br />
para dar carpetazo a la <strong>de</strong>mocracia, <strong>de</strong> manera que la<br />
simple mención <strong>de</strong>l aventurerismo político <strong>de</strong> Alcibía<strong>de</strong>s<br />
les ponía tan nerviosos como parece estarlo el tal Glaucón,<br />
cuando trata <strong>de</strong> rememorar la ocasión <strong>de</strong>l famoso discurso<br />
<strong>de</strong> Alcibía<strong>de</strong>s, el último antes <strong>de</strong> que pusiera tierra <strong>de</strong> por<br />
medio para evitar la acusación <strong>de</strong> impiedad, sacrilegio y<br />
<strong>de</strong>sprecio por todo tipo <strong>de</strong> escrúpulo o respeto moral a causa<br />
<strong>de</strong>l acto <strong>de</strong> vandalismo que le llevó a participar en la<br />
mutilación nocturna <strong>de</strong> todas las estatuas <strong>de</strong>l dios Hermes<br />
que había por la ciudad (Los datos históricos pue<strong>de</strong>n cotejarse,<br />
por ejemplo, en H. Bengtson, Historia <strong>de</strong> Grecia<br />
(1965), trad. Gredos, Madrid 1986, pp. 172-181).<br />
Y es que Alcibía<strong>de</strong>s fue para los atenienses un<br />
motivo siempre <strong>de</strong> odio mezclado con la admiración a la<br />
inteligencia y a la brillantez que precisamente se pone en<br />
su sitio en esta obra.<br />
Por el 378 anda Atenas metida en unos breves<br />
momentos <strong>de</strong> gloria ante un renacimiento en versión reducida<br />
<strong>de</strong> la vieja liga <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s que fue la base <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r<br />
y gloria en la <strong>de</strong>mocracia. Y esta alianza fue promovida por<br />
<strong>de</strong>stacadas personalida<strong>de</strong>s políticas como Formión (Bengtson,<br />
op.cit., pp. 145, 430.), que era amigo <strong>de</strong> Platón. El lector<br />
busca la orientación mediante la filosofía y la figura <strong>de</strong>l<br />
filósofo guía adquiere fuerza no sólo <strong>de</strong> persuasión con el<br />
triunfo <strong>de</strong>l amor sino <strong>de</strong> eficacia con los fundamentos <strong>de</strong> la<br />
amistad.<br />
El primer plano <strong>de</strong>l la escena teatral abre un prisma<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el que la lectura <strong>de</strong> Apolodoro cobra un interés<br />
particularmente distinto: es la película <strong>de</strong> la orientación<br />
política que se espera obtener a propósito <strong>de</strong> una confrontación<br />
<strong>de</strong> modos <strong>de</strong> ser, que era por otra parte lo frecuente<br />
en este tipo <strong>de</strong> charlas <strong>de</strong> sobremesa. No olvi<strong>de</strong>mos que<br />
Jenofonte tiene también un Banquete (De obras <strong>de</strong> Jenofonte,<br />
en concreto <strong>de</strong>l Banquete, hay una traducción <strong>de</strong> A.<br />
García Calvo en Alianza, Madrid 1967 y <strong>de</strong> J. Zaragoza en<br />
Gredos, Madrid 1993. Sobre la relación con el diálogo platónico<br />
<strong>de</strong> este título se habla en las introducciones <strong>de</strong> estas<br />
obras), en don<strong>de</strong> aparecen personajes como Sócrates y<br />
Antístenes, el supuesto fundador <strong>de</strong> los Cínicos (Sobre<br />
Antístenes se pue<strong>de</strong> leer C. García-Gual, La secta <strong>de</strong>l perro,<br />
Alianza, Madrid 1987 y el colectivo editado por R.Bracht<br />
Branham y M.-O. Goulez-Cazé, Los Cínicos (1996), trad.<br />
Seix Barral, Barcelona 2000), en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que se confrontan<br />
así actitu<strong>de</strong>s convergentes pero dispares <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las que<br />
se establecen perspectivas filosóficas diversas.<br />
La reunión <strong>de</strong> sobremesa se inicia asimismo con<br />
otro golpe <strong>de</strong> efecto paralelo a la actitud <strong>de</strong> Apolodoro sólo<br />
que en este caso se trata <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo o referente en Sócrates,<br />
es el paradigma <strong>de</strong> la diferencia, que en realidad le costó<br />
al maestro la vida en la famosa acusación <strong>de</strong> introducir<br />
divinida<strong>de</strong>s nuevas. Se trata pues, <strong>de</strong>l genio negativo que<br />
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