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MANUEL MUJICA LAINEZ EL ESCARABAJO
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A Anita
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1. ENCUENTRO CON EL DIOS DEL MAR Ha
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yo (ignoro si por soberbia o por es
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o por lo menos me hizo postergar su
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—De Jesucristo. —No lo conozco.
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—Costeábamos la isla de Eubea
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mí se adelantaba, ya que la sierpe
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2. LA ADORABLE REINA NEFERTARI Así
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Escarabajo, no me vi y conocí hast
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la estética escena que representab
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tan imposible, que los súbditos de
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escudos cubiertos de pieles de guep
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perfiló sobre un fondo creado por
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pedazos. Alzóse del suelo una nube
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silbar. El anciano tendría unos oc
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miserables, los chicos desnudos que
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por un dios, por Min, el fecundo, e
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debajo de una ollita en la cual her
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sacudirlo, con lo que el pobre term
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enamoré de Nefertari; y a la Sierp
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extranjero afincado en el Ática.
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denme la perfección de un templo d
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de los oficios. Veamos si ha termin
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Se justifica el asombro de las dama
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4. ASESINATOS ROMANOS No todos los
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Nos metimos en una mala posada, y a
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Pórtico de Pompeyo... La mirada en
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castigos que sufrirían después qu
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las termas) más aislado, más iró
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¿cuándo iba a concluir el ensayo
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andas, reconocí, al lado, el teatr
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en silencio el asesinato, proclamó
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llegaba al delirio. Perdido entre e
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correr en pos del otro por el cuart
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sin narices, partidas águilas de m
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—¡Y esta piedra azul! —¡Y est
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una revelación. Pero al improviso
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perro, así que viene con él. Tú
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de oro y de los petos guarnecidos d
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epresentantes de Decio, que preveí
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esistieran sus elásticas estructur
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ceñidos, isócronas sus respiracio
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—Aquél con cuerpo de mirlo, es e
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fuego? Huían, apretados, los pasaj
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sentidos de Antipater y Estéfano n
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sucesor de Constantino el Grande, e
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adulaciones: —¡Oh, derroche! ¡O
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ocupaba de brillar como una gran lu
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Aconteció que sobre la zona de Nys
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caña teñida de rojo, el cíngaro
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azos, de una red sólida y de varia
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la desventurada Malilini, enloqueci
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tío, y que por lo menos se le conf
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gimiendo, daban espuela al galope.
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él Urganda la Desconocida, en el l
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tales extravagancias se debían al
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a contratar con Dindi el alquiler d
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7. LOS SOÑADORES En la arena qued
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de Florencia, y de asegurar la apot
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ermeja, regalo de Andrea Polo, y lu
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había concebido el amor del Dante
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La sensación de haber sido burlado
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pausas con él, usando una jerigonz
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Micer Andrea cobardona. Y ahí fue
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Polo, Giovanni y Pia se vieron desp
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víctimas de un encanto que los hab
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8. ENCRUCIJADA DEL AMOR A aquel alb
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¡as venas. Problemas tremendos inq
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Probablemente Pantasilea le tomó s
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tono afectado pero profesional, gol
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particular al quisquilloso Livio Al
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velara por la suerte de su vida! ¿
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presentaron para reclamarla ante el
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familiaridad del artista más desco
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Noche. Y a veces, muchas veces, lo
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porque en el taller se hablaba con
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El mudo, que concluyentemente no er
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Santillana del Mar, orgullo de la M
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ponía en marcha la máquina vision
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Diego no entraba ningún elemento i
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Emperador de Alemania; y Don Diego,
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y al tercero, pues al deducir los g
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y como desflecado; los ojos de un m
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incluyendo excepcionalmente en el l
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amargura y, como efecto inmediato d
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pareció) a Marcos de Encinillas, q
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fuese; la vistieron las dos enanas,
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encargo de Su Majestad, los grandes
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10. LOS MAGOS La Monstrua dio como
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Caballero de la Real Orden de San G
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que los sobrecogidos por las estatu
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consuelo. Dos clérigos, a sueldo d
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de los soberanos de Transilvania; y
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incorporándole unas tibias cruzada
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peligros que para mí encerraba la
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apretadamente, como un actor de mod
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experiencia fue una de las más fan
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superior lo separaba dilatadamente
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de taumaturgo, de masón, de diplom
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sus viajes; que procuraba que el Pa
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uen espacio. La escasa luz del cuar
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epiquetear de las pullas y de los i
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cubiertos de gloria y de ceniza, o
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Hall. Se consagró a su actividad c
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Fuese Mr. William a su cuarto, a af
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están. La mujer, dirigiéndose al
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eunidas por Mr. Low, hubiesen trans
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Irlanda? De ser así nunca lo publi
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—Montravel!, mon cher Montravel!
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—Es dulce de batata, capitán, he
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y su relicario de trenza rubia, el
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indignado al Papa Pío VI, quien co
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ciudadanas, él seguía adelante si
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ante el atento público parecía se
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prolija y despistada Mrs. Vanbruck
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acritud de los críticos. Lo grave
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anuncios de que la compañía plane
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- Page 486: 12. LA CATEDRAL, LA ISLA Y EL MUSEO
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- Page 498: continuo sus aprovisionamientos. Ll
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- Page 506: En ocasiones no bailaban; la corrie
- Page 510: jinete, y las siluetas de las ánfo
- Page 514: apagaba la sensación de calma feli
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