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REVISTA DIGITAL ENFOQUES EDUCATIVOS Nº 50 15/11/2009
Jaffa (ciudad que previamente había conquistado de manera brutal y sangrienta según
las crónicas) en que se produce la exaltación del emperador mediante la humanización
de su persona.
El academicismo ilustrado Español de la época no difiere mucho en cuanto a filosofía se
refiere sin embargo en el caso de Goya 5 vemos que su arte no estará tan sometido al
servicio de la propaganda política y -ante todo- Goya demuestra ser un pintor con unas
ideas particulares acerca de la monarquía y toda su pompa a pesar de haberse formado
en el taller Francisco Bayeu donde tenía excelentes relaciones con el dictador artístico y
promotor del Neoclasicismo en la pintura más aclamado del momento, Rafael Mengs.
Los testimonios pictóricos que aporta el artista al estudio y didáctica de la historia son
infinitos, entre su serie de cartones para tapices, ejemplo clarísimo del costumbrismo
más auténtico de la España de principios del XIX y sus series de grabados alusivas a
fiestas y demás eventos de ocio, tendríamos bastante documentación. Sin embargo en
ellos Goya critica la sociedad de su tiempo de una manera ácida y despiadada,
manifestando su ideología ilustrada.
Fue además, un pintor de renombre en la corte durante los primeros años del XIX, los
cuales pasó tranquilo retratando a las más nobles familias españolas e incluso a
pensadores ilustrados como Gaspar Melchor de Jovellanos y, manifestando en cada
caso su simpatía o no hacia el retratado (convenientemente encubierta) algo que, la
historiografía ha descubierto a posteriori y que en la época de Goya no debió ser objeto
de atención de las altas esferas pues, parece ser que la causa de su sustitución por el
pintor valenciano Vicente López, se debió a un cambio en los gustos artísticos de la
corte madrileña, que solicitaba retratos detallistas y minuciosos que Goya no
proporciona al utilizar una pincelada suelta y empastada.
Asimismo, en sus retratos de corte no se muestra nada permisivo con los defectos
físicos de sus retratados, sacando a relucir sus bajezas hecho que le ha valido la
admiración de muchos autores puesto que a pesar de ser considerado un pintor
magnífico y que siempre fue fiel a sus principios, consiguió ganarse el favor de la corte
5
Castán y Alegre. M, A (1998). Don Francisco de Goya y Lucientes, Y su linaje. Revista
Hidalguía, 270, 610-649.
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