Nº 50 15/11/2009 - enfoqueseducativos.es

REVISTA DIGITAL ENFOQUES EDUCATIVOS Nº 50 15/11/2009
• Como operación mental, que propicia la estructuración psíquica y se manifiesta en
la acción (ésta no tiene por qué ser real, basta que sea imaginada).
El resultado observable de la dramatización, como proceso intelectual y afectivo
de creación y expresión infantil, es el llamado juego dramático, que es lo único que
exteriormente puede ser observado y contemplado por el espectador.
Este juego dramático utiliza como recursos expresivos los mismos que el niño
emplea usualmente en su vida cotidiana:
• Expresión corporal: recursos gestuales y mímicos codificados, posturas y actitudes.
• Expresión lingüística: palabra oral, escrita, recursos fonéticos, fonológicos,
morfosintácticos y semánticos que se manifiestan en elocuciones, entonaciones y
declamaciones.
• Expresión plástica: maquillaje, máscaras, luz, color, línea, volumen, vestuario,
atrezzo dramático, mobiliario y espacios escénicos.
Todos ellos, coordinándose en función de la creatividad del niño, adquiriendo
potencialidad de crear espectáculo para otros que, como observadores y partícipes del
mismo, son receptores activos de los mensajes que la dramatización vehicula. El juego
dramático puede ser a su vez objeto de interpretación no sólo por medio de personas,
como en el teatro infantil o el mimo, sino también por medio de títeres o marionetas,
sombras chinescas, teatro negro, etc., que constituyen otras distintas formas de
plasmación del juego dramático, con una enorme importancia educativa.
Todos los objetivos de dimensiones educativas expuestos anteriormente, pueden
transformarse en una propuesta más reducida de objetivos generales, que agrupados en
grandes unidades didácticas posibilitan su traducción en las actividades
correspondientes:
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