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Implantes inmediatos post-extracción: un difícil consenso.

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Ciencia y práctica<br />

152 MAXILLARIS, julio 2007<br />

<strong>Implantes</strong> <strong>inmediatos</strong> pos<strong>extracción</strong>:<br />

<strong>un</strong> <strong>difícil</strong> <strong>consenso</strong>


Introducción<br />

Decía Karl Popper, filósofo y matemático austriaco, que las<br />

teorías científicas, para ser consideradas como tales, deben<br />

ser confrontadas con la experiencia, es decir, deben poder ser<br />

confirmadas o falsadas por ella (“Criterio de Falsabilidad”).<br />

Desde el inicio de la odontología basada en la osteointegración,<br />

los distintos paradigmas sobre los que se asienta la práctica<br />

implantológica han sufrido prof<strong>un</strong>das modificaciones y,<br />

en muchos casos, han encontrado objeciones provocadas por<br />

nuevas teorías que desafían los <strong>post</strong>ulados en las que aquéllas<br />

se cimentaban. Esta “proliferación de las teorías” es sin<br />

duda la responsable del incremento del conocimiento científico<br />

y, en este sentido, la ciencia no debería ser <strong>un</strong>a sociedad<br />

cerrada dogmáticamente ligada a conjeturas o teorías sino,<br />

muy al contrario, y como propugnaba Popper, se debe constituir<br />

en <strong>un</strong>a “sociedad abierta”.<br />

Del acopio de la ingente cantidad de información recopilada<br />

en la actualidad sobre distintos procedimientos implantológicos,<br />

se desprende la necesidad de <strong>un</strong> escrupuloso filtro de la<br />

misma, con el objeto de disponer de <strong>un</strong> criterio predecible y<br />

eficaz de actuación. Esto, que se ha venido a denominar “Estado<br />

de Consenso”, conforma, por <strong>un</strong> lado, <strong>un</strong>a herramienta indispensable<br />

para los clínicos que desean homologar su praxis con<br />

<strong>un</strong> método ya generalizado entre los profesionales de mayor<br />

Dr. Alfredo Machín Muñiz<br />

Estomatólogo.<br />

Implantología y rehabilitación oral.<br />

Práctica privada.<br />

Oviedo.<br />

prestigio y, por otro, proporciona <strong>un</strong>as líneas de actuación que<br />

han sido contrastadas con suficiencia en diversas situaciones<br />

en las que se obtuvieron índices de éxito elevados.<br />

A lo largo de este artículo, desgranaremos las actuales convenciones<br />

entre expertos relacionadas con los implantes<br />

<strong>inmediatos</strong> pos<strong>extracción</strong> (IIPE), las dificultades que conlleva<br />

<strong>un</strong>ificar criterios, así como la heterogeneidad de los datos que<br />

en muchos casos impiden, a pesar de su volumen, diseñar<br />

argumentos de certeza, a<strong>un</strong>que al menos, eso sí, permiten<br />

afrontar con <strong>un</strong> cierto grado de tranquilidad la rutina clínica.<br />

Caso clínico<br />

El paciente, varón de 40 años de edad, no fumador y sin ningún<br />

dato relevante de interés en su historia clínica, demanda<br />

nuestros servicios por presentar, desde hace varios<br />

meses, dolor, inflamación y movilidad en los dos incisivos<br />

centrales superiores. En la exploración, aparte de los datos<br />

anteriormente citados, se comprueba la presencia de <strong>un</strong>a<br />

fístula en el flanco vestibular del 21 y la movilidad grado 3<br />

en los dos incisivos, por lo que se indica la exodoncia de<br />

ambos y la posibilidad de colocar sendos implantes <strong>inmediatos</strong><br />

en las zonas de <strong>extracción</strong>. El paciente accede, siempre<br />

y cuando se le garantice la colocación de <strong>un</strong>a prótesis<br />

fija y simultánea al procedimiento quirúrgico, ya que considera<br />

que portar <strong>un</strong>a prótesis removible le incapacitaría para<br />

el desarrollo de su actividad laboral.<br />

MAXILLARIS, julio 2007<br />

153


Ciencia y práctica<br />

Fig. 1. Estado inicial del paciente. Se observa <strong>un</strong>a fístula en la mucosa vestibular<br />

del 11. A pesar de la deficiente higiene, no parece existir patología periodontal.<br />

Fig. 3. Las exodoncias confirman la impresión diagnóstica inicial y permiten<br />

observar el ab<strong>un</strong>dante tejido de granulación asociado a las líneas de fractura y<br />

<strong>un</strong>a ligera reabsorción apical del 11.<br />

Fig. 5. Colocación de ambos implantes con <strong>un</strong>a buena estabilidad primaria,<br />

respetando las distancias mínimas entre ambos y con los dientes adyacentes.<br />

154 MAXILLARIS, julio 2007<br />

Fig. 2. Valoración radiográfica del caso. Ambos incisivos habían sido<br />

endodonciados previamente, pero la ausencia de imágenes periapicales permite<br />

<strong>un</strong> diagnóstico de sospecha de fractura radicular vertical.<br />

Fig. 4. En las zonas de <strong>extracción</strong> se comprueban los extensos defectos óseos<br />

vestibulares. Resulta de suma importancia la elevación de <strong>un</strong> amplio colgajo<br />

bucal que permita el legrado minucioso de los alveolos.<br />

Fig. 6. Injerto particulado que cubre los defectos óseos y mantiene el espacio<br />

necesario para el correcto desarrollo de la regeneración ósea.


Ciencia y práctica<br />

Fig. 7. Membranas de colágeno reabsorbibles que cubren el material de injerto. Fig. 8. Cierre primario de los tejidos blandos tras el desplazamiento coronal<br />

del colgajo.<br />

Fig. 9. Aislamiento de la zona quirúrgica y grabado ácido de los dientes<br />

adyacentes.<br />

Fig. 11. Aspecto del puente “Maryland” que el paciente porta al finalizar la sesión<br />

quirúrgica.<br />

156 MAXILLARIS, julio 2007<br />

Fig. 10. Colocación de <strong>un</strong>a prótesis fija adhesiva.<br />

Fig. 12. Radiografía panorámica tras la exodoncia, la cirugía de implantes<br />

y la colocación de prótesis fija.


Ciencia y práctica<br />

Fig. 13. Aspecto vestibular de los implantes previamente a la toma de<br />

impresiones.<br />

158 MAXILLARIS, julio 2007<br />

Fig. 14. Vista oclusal.<br />

Fig. 15. Colocación de los pilares de impresión para cubeta perforada. Fig. 16. Pilares incorporados al material de impresión.<br />

Fig. 17. Radiografía de control de implantes y ajuste de los pilares de prótesis. Fig. 18. Colocación de las coronas. Se puede observar la liberación de los tejidos<br />

blandos de los contornos para permitir su correcto remodelado.


Ciencia y práctica<br />

Fig. 19. Estabilidad de los tejidos blandos y mantenimiento de las papilas. Fig. 20. Aspecto de las coronas al cabo de <strong>un</strong> mes. La higiene del paciente<br />

continúa siendo insatisfactoria.<br />

160 MAXILLARIS, julio 2007<br />

Fig. 21. Aspecto de la rehabilitación a los 10 años. Fig. 22. Estado inicial del caso. Se toma como referencia <strong>un</strong>a línea que <strong>un</strong>a la<br />

parte más apical de los contornos gingivales de los incisivos laterales.<br />

Fig. 23. La fotografía nos muestra la ganancia de 2 mm de inserción en la encía vestibular, a la vez<br />

que la pérdida de 1 mm de papila interincisal. Si valoramos la situación de partida<br />

(véase la figura 4), podemos considerar el resultado como aceptable.


Ciencia y práctica<br />

162 MAXILLARIS, julio 2007<br />

Discusión<br />

De las características más destacadas en los implantes<br />

colocados inmediatamente tras la <strong>extracción</strong> podemos<br />

citar como más relevantes: la menor duración del tiempo<br />

total del tratamiento, el reducido número de procedimientos<br />

quirúrgicos, la necesidad, a veces forzada,<br />

de utilizar sustitutos óseos con membranas de<br />

regeneración y la menor reabsorción de la cortical vestibular.<br />

Entre los requisitos imprescindibles para la<br />

obtención de <strong>un</strong> resultado óptimo, recordaremos la<br />

importancia del legrado minucioso, la adecuada estabilidad<br />

primaria y la remodelación de la arquitectura<br />

alveolar para la colocación del implante en <strong>un</strong> escenario<br />

protéticamente adecuado. El uso de antibióticos es<br />

obligado, en contraste con los implantes diferidos que<br />

no siempre requieren de su uso. Por último, y a modo<br />

de en<strong>un</strong>ciado que más tarde desarrollaremos, los índices<br />

de éxito son superponibles a los conseguidos con<br />

los implantes colocados convencionalmente tras la<br />

espera del periodo de cicatrización posexodoncia.<br />

¿Modifica los parámetros de cicatrización del alveolo<br />

la coloación del implante de manera simultánea<br />

a la <strong>extracción</strong>?<br />

Resulta clásica la preocupación entre los profesionales<br />

de la implantología por adivinar el grado de reabsorción<br />

que tendrá lugar tras la exodoncia de <strong>un</strong> área que<br />

previsiblemente va a recibir <strong>un</strong> implante con <strong>post</strong>erioridad.<br />

En <strong>un</strong> estudio realizado en 2003 por Schropp y<br />

cols. se valoraron estos aspectos tras la <strong>extracción</strong> de<br />

premolares y molares en 36 pacientes. Se concluyó<br />

que los cambios verticales fueron insignificantes,<br />

mientras que la reabsorción horizontal resultante fue<br />

del 30% a los tres meses y del 50% al año (media de<br />

reducción bucolingual de 5,9 mm). Los cambios fueron<br />

mayores en molares que en premolares y en mandíbula<br />

que en maxilar 1 .<br />

Estos mismos estudios, pero relativos a zonas no<br />

molares, y tras <strong>un</strong> periodo de espera que oscilaba<br />

entre cuatro y seis meses, arrojaron <strong>un</strong>a reducción de<br />

3,1 mm en el trabajo de Camargo (2000) 2 , y de 2,6 mm<br />

en el de Lasella (2003) 3 .<br />

Araujo y Lindhe, en 2005 4 , en <strong>un</strong> estudio en perros,<br />

confirmaron lo que ya se había sugerido hace alg<strong>un</strong>as<br />

décadas, que es que la reabsorción tras la <strong>extracción</strong><br />

de <strong>un</strong> diente es mayor en la zona bucal que en la lingual.<br />

La colocación inmediata de los implantes se<br />

había considerado clásicamente como <strong>un</strong>a manera de<br />

disminuir o minimizar esta reabsorción. Sin embargo,<br />

recientes estudios clínicos indican que esta reabsorción<br />

también se produce cuando los implantes se<br />

colocan en alveolos pos<strong>extracción</strong>. Boticelli y cols.<br />

(2006) 5 , colocaron 21 implantes en alveolos frescos de<br />

18 pacientes. Después de la reentrada a los cuatro<br />

meses, comprobaron, con la posición del implante<br />

como referencia, que se producía <strong>un</strong>a reabsorción<br />

vestibular de alrededor del 50% y del 30% en lingual,<br />

que equivaldría a <strong>un</strong>a medida de 2,8 mm. Covani y<br />

cols. (2004) también comprobaron que la colocación<br />

inmediata del implante no prevendría la reabsorción<br />

bucolingual del proceso alveolar. Es interesante remarcar<br />

que esta reabsorción depende de la salud<br />

periodontal de los dientes vecinos, manteniéndose la<br />

altura tras la colocación del implante inmediato,<br />

mientras que la disminución en el plano horizontal se<br />

limita sólo a la zona bucal. Como conclusión de origen<br />

práctico, se podría extraer la necesidad de colocar<br />

injertos duros y blandos j<strong>un</strong>to con el implante<br />

cuando se trata la zona estética.<br />

¿Resulta útil la morfología alveolar como guía en la<br />

obtención de <strong>un</strong>a posición correcta del implante?<br />

Varios estudios han indicado la ventaja de usar el alveolo<br />

como guía para el cirujano durante la inserción del<br />

implante inmediato. Muchos profesionales, especialmente<br />

si se inician en la práctica implantológica, entienden<br />

que esta situación facilita y simplifica mucho<br />

los procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, cuando<br />

el clínico comienza a preparar la zona de osteotomía,<br />

la fresa frecuentemente sigue las paredes alveolares<br />

que conducen de manera irremediable a la posición<br />

previamente ocupada por el ápice del diente extraído.<br />

Si esta dirección no se corrige ni se remodela la morfología<br />

del alveolo residual de <strong>extracción</strong>, puede resultar<br />

<strong>un</strong>a angulación y <strong>un</strong>a posición protética extremadamente<br />

indeseada hacia vestibular.<br />

La presencia del septo interradicular en zonas de<br />

primeros premolares superiores dificulta de manera<br />

especial la colocación de la fijación. Si el implante se<br />

coloca por delante del septo, la posición final es con<br />

frecuencia demasiado bucal y, por consiguiente, resulta<br />

<strong>un</strong>a antiestética restauración. Si se sitúa muy hacia<br />

palatino, se necesita la colocación de <strong>un</strong>a corona con<br />

<strong>un</strong>a extensión vestibular acentuada y se crea <strong>un</strong> problema<br />

potencial de control de placa.<br />

¿Interfiere la patología del hueso remanente en los<br />

procesos de osteointegración del implante colocado<br />

de manera inmediata?<br />

Una de las objeciones más frecuentes a la terapia con<br />

implantes <strong>inmediatos</strong> es que la infección residual en el<br />

lugar de la <strong>extracción</strong> puede comprometer la osteointegración,<br />

ya que, a menudo, <strong>un</strong> diente se extrae por<br />

patología de origen periodontal o endodóntica.


Ciencia y práctica<br />

En general, los estudios muestran que los implantes<br />

<strong>inmediatos</strong> en los alveolos de <strong>extracción</strong> infectados no<br />

son realmente <strong>un</strong> riesgo. Se debe tener en cuenta que<br />

varios autores basan este convencimiento en el estudio<br />

de casos (Novaes) 6 , estudios clínicos retrospectivos<br />

(Pecora) 7 y dos estudios en animales (Novaes) 8,9 .<br />

Por otro lado, parece ser que en las escasas situaciones<br />

de implantes perdidos, la aparición de lesiones<br />

periapicales se relaciona con <strong>un</strong>a historia de patología<br />

periapical endodóntica de los dientes extraídos 10,11 .Es<br />

necesario considerar que <strong>un</strong>o de los problemas a los<br />

que nos enfrentamos al intentar evaluar estos datos es<br />

la ausencia de información del grado de exactitud con<br />

el que se ha realizado el desbridamiento y el legrado<br />

antes de la colocación del implante.<br />

Otros estudios com<strong>un</strong>ican <strong>un</strong> ligero mayor índice de<br />

fracasos en los implantes <strong>inmediatos</strong> colocados en<br />

pacientes periodontales 12,13,14 , a<strong>un</strong>que en estudios sobre<br />

animales no habría <strong>un</strong>a clara diferencia entre los implantes<br />

colocados en zonas con <strong>un</strong>a historia de inflamación<br />

periodontal y sitios sanos 9,15,16 .<br />

En la presentación del informe de <strong>consenso</strong> realizado<br />

por Quyrinen en la Sociedad Americana de Osteointegración<br />

(2007) se relata textualmente que existe <strong>un</strong><br />

“estado de ausencia de definitiva evidencia que relaciona<br />

la patología residual local con el éxito y la supervivencia<br />

de los implantes <strong>inmediatos</strong>“.<br />

164 MAXILLARIS, julio 2007<br />

Buscando el <strong>consenso</strong><br />

A la preg<strong>un</strong>ta de ¿cómo afecta a los resultados el tiempo<br />

de la colocación del implante tras la exodoncia? la Academia<br />

Americana de Osteointegración encargó a <strong>un</strong> grupo<br />

de expertos que elaborase <strong>un</strong> informe tras la realización<br />

de <strong>un</strong> estudio detallado de la literatura disponible en los<br />

últimos años. El grupo formado por Quirynen y Bergl<strong>un</strong>dh<br />

17 entre otros, seleccionaron <strong>un</strong> total de 1.882 trabajos<br />

de los publicados por revistas de contrastado prestigio,<br />

como: Clinical Implant Dentistry & Related Research,<br />

Clinical Oral Implant Research, International Journal of Oral<br />

& Maxillofacial Implants, International Journal of Periodontics<br />

& Restorative Dentistry, Journal of Clinical Peridontology<br />

y Journal of Periodontology. Los criterios de inclusión fueron:<br />

estudio de pacientes con edentulismos <strong>un</strong>itarios, parciales<br />

o totales tratados con o sin regeneración ósea guiada<br />

simultánea; estudios con implantes endoóseos con forma<br />

de raíz; estudios prospectivos y retrospectivos (aleatorizado,<br />

no aleatorizado, estudio de cohortes, series de<br />

casos, reportaje de casos), si el seguimiento poscarga fue<br />

igual o superior a <strong>un</strong> año en al menos el 80% de los<br />

implantes. Las series de casos sólo se estudiaron si incluían<br />

al menos ocho pacientes o diez implantes.<br />

Entre las razones de exclusión se citan la ausencia<br />

de datos clínicos, <strong>un</strong> periodo de seguimiento demasiado<br />

corto, <strong>un</strong> número pequeño de pacientes y/o implantes,<br />

la imposibilidad de separar los datos de implantes<br />

<strong>inmediatos</strong> y no <strong>inmediatos</strong>, datos restringidos de la<br />

cicatrización a la reentrada y la información restringida<br />

de la técnica.<br />

Los datos fueron evaluados por tres observadores<br />

distintos.<br />

Entre las variables incluidas en la revisión se citan las<br />

pérdidas de implantes, la pérdida de hueso crestal, la<br />

presencia de periimplantitis y las complicaciones de los<br />

tejidos blandos.<br />

Llama la atención la gran heterogeneidad entre los<br />

estudios que hace imposible obtener resultados exactos<br />

y fiables. Entre los factores que cabría incluir, podríamos<br />

citar: los defectos óseos y gaps implante-alveolo; el uso o<br />

no de regeneración; la localización apicocoronal del implante;<br />

los criterios de inclusión-exclusión (bruxistas, fumadores,<br />

patología endodóntica, mala higiene oral); los<br />

distintos tipos de rehabilitación (<strong>un</strong>itarios, completas,<br />

etc.); los diseños de superficies y las diferentes medidas<br />

(diámetros y longitudes) de los implantes: criterios de<br />

inclusión, ausencia o sólo esporádica descripción detallada<br />

de complicaciones (pérdida de inserción, periimplantitis,<br />

pérdida ósea, recesiones gingivales).<br />

Los resultados clínicos en los “estudios prospectivos”<br />

sobre 1.126 implantes <strong>inmediatos</strong> pos<strong>extracción</strong> en 898<br />

pacientes (Quirynen M y cols., 2007, metaanálisis), fueron:<br />

la pérdida de implantes osciló entre el 0,0% y el 40%<br />

(media de 6,2%): si las fijaciones siguieron el protocolo<br />

de sumersión, el fracaso resultante fue del 3,8% (0,0 % -<br />

8,7%), de los cuales el 2,6% aconteció antes de la carga y<br />

el 1,3% después. Resulta muy esclarecedor comprobar<br />

que si los implantes se cargaron inmediatamente, las pérdidas<br />

se incrementaron hasta el 10,4% (0,0%-40%), especialmente<br />

en implantes poco rugosos.<br />

Siete estudios comparan implantes colocados en<br />

alveolos de <strong>extracción</strong> con implantes insertados en<br />

zonas cicatrizadas, con <strong>un</strong> resultado simétricamente<br />

desigual: la mitad dice que se perdieron más los de<br />

zonas maduras y la otra mitad que más los IIPE.<br />

Los resultados clínicos de los “estudios retrospectivos”<br />

que incluyeron 1.776 implantes <strong>inmediatos</strong> pos<strong>extracción</strong> y<br />

847 implantes de forma “temprana” o diferida (Quirynen M<br />

y cols., 2007, metaanálisis), fueron los siguientes: pérdida<br />

de implantes 0,0%-14,8% (media de 3,5%); si fueron sumergidos<br />

2,4%; si se cargaron inmediatamente, las pérdidas son<br />

del 7,3%; cuatro estudios comparan los IIPE con implantes<br />

en zonas cicatrizadas: la mitad dice que se perdieron más<br />

los de zonas maduras y la otra mitad que más los IIPE.<br />

De este estudio se desprenden los resultados clínicos”<br />

promedios” globales:


Ciencia y práctica<br />

• Si ignoramos el tiempo de carga, los implantes diferidos<br />

aparecen ligeramente mejores que los implantes<br />

<strong>inmediatos</strong> pos<strong>extracción</strong> y ambos mejor que los<br />

“tempranos”.<br />

• En los escasos estudios de la pérdida de hueso crestal<br />

a los 1-5 años, se pierden 2 mm (en el 12% de los<br />

IIPE y en el 18% en los convencionales).<br />

• En cuanto a las complicaciones de los tejidos blandos,<br />

y después de seis años de carga, en los implantes<br />

<strong>inmediatos</strong> alg<strong>un</strong>os autores han encontrado bolsas<br />

mayores de 4 mm en el 20% (Polizzi) y mayores<br />

de 3 mm en el 50% (Bianchi).<br />

• La pérdida de los IIPE es globalmente del 4% al 5%<br />

(2,5% antes de la colocación de la prótesis y 2-3%<br />

durante la f<strong>un</strong>ción).<br />

Podemos, pues, utilizar estos datos de <strong>consenso</strong><br />

para afirmar que los implantes <strong>inmediatos</strong>, especialmente<br />

si se utiliza <strong>un</strong> protocolo quirúrgico de dos<br />

tiempos, obtienen <strong>un</strong>os índices de éxito similares a<br />

Bibliografia<br />

166 MAXILLARIS, julio 2007<br />

los de los implantes convencionales colocados en<br />

hueso maduro, y que la carga inmediata sobre los<br />

implantes <strong>inmediatos</strong> conlleva aparejado <strong>un</strong> mayor<br />

riesgo de fracaso, por lo que deben escogerse de forma<br />

individual los casos en los que esta última opción<br />

sea la elegida 18,19 .<br />

Conclusiones<br />

A pesar de la heterogeneidad de los factores involucrados<br />

en la terapia de los implantes <strong>inmediatos</strong><br />

pos<strong>extracción</strong>, existe <strong>un</strong> estado de <strong>consenso</strong> razonable<br />

que ap<strong>un</strong>ta a que esta opción terapéutica, aplicada<br />

con cuidadosa precisión, en las indicaciones adecuadas<br />

y con <strong>un</strong>a cierta prudencia, puede resultar de<br />

gran utilidad en el tratamiento de los edentulismos<br />

susceptibles de resolución con los procedimientos<br />

implantológicos.<br />

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