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Domingo XXXIV Tiempo Ordinario - Diócesis de Pereira

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<strong>Domingo</strong> <strong>XXXIV</strong> <strong>Tiempo</strong> <strong>Ordinario</strong><br />

Cristo, Rey <strong>de</strong>l universo<br />

Preparado por el P. Behitman A. Céspe<strong>de</strong>s (<strong>Diócesis</strong> <strong>de</strong> <strong>Pereira</strong>), con la colaboración <strong>de</strong>l P.<br />

Emilio Betancur Múnera (Arq. <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín). Cf. Servicio Bíblico Latinoamericano.<br />

Ez 34,11-12.15-17: Yo mismo buscaré a mis ovejas.<br />

Salmo responsorial 22: El Señor es mi pastor; nada me falta<br />

1Cor 15,20-26.28: Y así Dios será todo para todos<br />

Mt 25,31-46: ¿Cuándo te vimos hambriento, sediento, emigrante, enfermo?<br />

Evangelio: «Cuando venga el Hijo <strong>de</strong>l hombre… se sentará en su trono <strong>de</strong> gloria» (Mateo 25,31-46)<br />

E<br />

n aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:<br />

«Cuando venga el Hijo <strong>de</strong>l hombre, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> su gloria, acompañado <strong>de</strong> todos<br />

sus ángeles, se sentará en su trono <strong>de</strong> gloria. Entonces serán congregadas ante<br />

él todas las naciones, y él apartará a los unos <strong>de</strong><br />

los otros, como aparta el pastor a las ovejas <strong>de</strong> los<br />

cabritos, y pondrá a las ovejas a su <strong>de</strong>recha y a los<br />

cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>recha.<br />

“Vengan, benditos <strong>de</strong> mi padre; tomen posesión<br />

<strong>de</strong>l reino preparado para uste<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

creación <strong>de</strong>l mundo; porque estuve hambriento y<br />

me dieron <strong>de</strong> comer, sediento y me dieron <strong>de</strong><br />

beber, era forastero y me hospedaron, estuve <strong>de</strong>snudo y me vistieron, enfermo y me<br />

visitaron, encarcelado y fueron a verme”.<br />

Los justos le contestarán entonces:<br />

“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos <strong>de</strong> comer, sediento y te dimos <strong>de</strong><br />

beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o <strong>de</strong>snudo y te vestimos?<br />

¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?”<br />

Y el rey les dirá:<br />

“Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante <strong>de</strong> mis hermanos,<br />

conmigo lo hicieron”.<br />

Entonces dirá también a los <strong>de</strong> la izquierda: “Apártense <strong>de</strong> mí, malditos; vayan al<br />

fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no<br />

me dieron <strong>de</strong> comer, sediento y no me dieron <strong>de</strong> beber, era forastero y no me<br />

hospedaron, estuve <strong>de</strong>snudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me<br />

visitaron”.


~ 2 ~<br />

Entonces ellos le respon<strong>de</strong>rán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, <strong>de</strong><br />

forastero o <strong>de</strong>snudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?”.<br />

Y él les replicará: “Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno <strong>de</strong> aquéllos más<br />

insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo. Entonces irán éstos al castigo eterno y<br />

los justos a la vida eterna”».<br />

Comentario 1<br />

LOS GRANDES TEMAS DE LA FIESTA DE HOY Y DE LA SEMANA<br />

Hay varios gran<strong>de</strong>s temas que podrían servir para orientar la reflexión <strong>de</strong> la homilía, los<br />

encuentros bíblicos o la comunidad cristiana en torno a los textos <strong>de</strong> este domingo. Habrá que<br />

elegir entre ellos. Aquí sólo los apuntamos algunos:<br />

A) EL REINO DE DIOS, COMO CONTENIDO DEL MENSAJE DE JESÚS. Jesús nunca se proclamó Rey:<br />

nada más lejos <strong>de</strong> Él. Lo que Jesús hizo fue ponerse al servicio total <strong>de</strong>l Reino, <strong>de</strong> forma que<br />

éste fue el centro mismo <strong>de</strong> su predicación y <strong>de</strong> su vida, la causa por la que dio la vida.<br />

Importa pues hacer honor a esta i<strong>de</strong>ntidad verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> Jesús. Jesús habló <strong>de</strong>l Reino, fue su<br />

servidor y su mensajero<br />

Para hablar concretamente <strong>de</strong>l Reino es bueno reparar en el texto <strong>de</strong>l prefacio <strong>de</strong> esta fiesta,<br />

que da una «<strong>de</strong>scripción» muy plástica <strong>de</strong> su contenido. Esa i<strong>de</strong>a fue recogida en el conocido<br />

estribillo <strong>de</strong>l Salmo 71 <strong>de</strong>l compositor Manzano, que dice: «Tu Reino es Vida, tu Reino es<br />

Verdad, tu Reino es Justicia... es Paz... es Gracia... es amor, ¡venga a nosotros tu Reino,<br />

Señor!». Bien glosada, y <strong>de</strong>bidamente justificada esa perspectiva teológica, pue<strong>de</strong> ser un buen<br />

guión para la homilía. Y no <strong>de</strong>bería faltar ese canto en la celebración <strong>de</strong> hoy.<br />

B) EL MESIANISMO DE JESÚS: La aclamación o la espera <strong>de</strong> Jesús como Rey se dio en el<br />

contexto <strong>de</strong>l mesianismo: se esperaba un liberador. ¿Qué esperamos hoy? ¿Cuál es la espera<br />

<strong>de</strong> nuestro pueblo? Si no tenemos nada que esperar la aclamación <strong>de</strong> Jesús como Rey será algo<br />

bien alejado <strong>de</strong> lo que el mesías supuso realmente para los que lo esperaron.<br />

C) LA DIMENSIÓN ESCATOLÓGICA: el final <strong>de</strong> los tiempos, nuestro ineludible caminar en la<br />

historia, el "juicio final"... El final <strong>de</strong>l año litúrgico nos hace tematizar en nuestra reflexión el<br />

final mismo <strong>de</strong> la historia, y el final también <strong>de</strong> nuestras vidas personales.<br />

Comentario 2<br />

El examen final<br />

En el evangelio <strong>de</strong> Mateo encontramos las palabras <strong>de</strong> Jesús antes <strong>de</strong> la pasión, Él se nos<br />

revela y nos revela a Dios, Jesús es el primer hombre <strong>de</strong> la nueva humanidad. Es Jesús quien<br />

dice: “Cuando el Hijo <strong>de</strong>l hombre (el Mesías) venga en su gloria… se sentará sobre su trono<br />

<strong>de</strong> gloria”. La gloria resume los atributos <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cuales está “examinar”.


~ 3 ~<br />

Jesús revela nuestra vocación, el proyecto que tiene sobre nosotros: que seamos reyes. Al<br />

Reino pertenecen todos aquellos que por sus gestos <strong>de</strong> amor y solidaridad pue<strong>de</strong>n escuchar<br />

este llamado: “Vengan, benditos <strong>de</strong> mi Padre. Tomen posesión <strong>de</strong>l Reino (vengan sean reyes)<br />

preparado para uste<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo; porque tuve hambre y me dieron <strong>de</strong><br />

comer, sediento y me disteis <strong>de</strong> beber… ¿Señor, cuándo te vimos en esas circunstancias y te<br />

ayudamos? El Señor respon<strong>de</strong>rá: cada vez que lo hicieron con el más insignificante <strong>de</strong> mis<br />

hermanos conmigo lo han hecho”. El juicio es sobre actos concretos hechos <strong>de</strong> la vida diaria.<br />

Si nos faltaron esas actitu<strong>de</strong>s frente al hambriento, sediento, forastero, mal vestido o<br />

encarcelado, será nuestra fase <strong>de</strong> tinieblas, pero habrá otras don<strong>de</strong> seremos más luz. Lo<br />

importante es que con este examen final se nos está confiando toda la humanidad sufriente.<br />

Esta es una variación sobre la vigilancia, como lo fueron los obreros y las jóvenes sensatas y<br />

<strong>de</strong>scuidadas. En este evangelio se trataba <strong>de</strong> vigilar y cuidar a los pobres. Un rebaño <strong>de</strong> ovejas<br />

en trashumancia siempre corre el riesgo <strong>de</strong> dispersarse.<br />

Un rey pastor<br />

La dispersión es la imagen <strong>de</strong> Isaías a propósito <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Israel en el momento <strong>de</strong>l exilio<br />

<strong>de</strong> Babilonia, “un día <strong>de</strong> ruidos y oscuridad” que no parece tener fin.<br />

Ezequiel por ser profeta sabía que Dios no iba a ser infiel a la Alianza. La Buena Nueva para<br />

Israel, fue: “uste<strong>de</strong>s aún son el rebaño <strong>de</strong> Dios”. Así Israel se sentía en buenas manos pero no<br />

estaba en condiciones <strong>de</strong> esperar mucho; una espera larga no podía servirles a corto plazo, <strong>de</strong><br />

ahí que Ezequiel les hablara <strong>de</strong>l próximo retorno a la tierra prometida: “Yo buscaré mis ovejas<br />

para cuidar <strong>de</strong> ellas… y las sacaré <strong>de</strong> los sitios don<strong>de</strong> se dispersaron un día <strong>de</strong> tinieblas y<br />

oscuridad… buscaré a la oveja perdida y haré volver a la <strong>de</strong>scarriada, curaré a la herida,<br />

robusteceré la débil, a la que esta gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia”<br />

(primera lectura).<br />

David le contaba así su experiencia <strong>de</strong> pastor al rey Saúl: “Yo era pastor en casa <strong>de</strong> mi padre y<br />

si venia un león o un oso y se llevaba la oveja, salía tras <strong>de</strong> él, lo apaleaba y se la quitaba <strong>de</strong><br />

la boca, y si me atacaba lo agarraba por la melena y lo golpeaba hasta matarlo” (1Sam 34-<br />

35). El jefe <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong>be tener las mismas cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un pastor. En la antigüedad el<br />

cetro <strong>de</strong> un rey era un bastón <strong>de</strong> pastor. Hammurabi, siendo rey, se comparaba con un pastor y<br />

<strong>de</strong>cía: “yo soy el pastor que salva porque su cetro es justo”.<br />

Los malos pastores o reyes <strong>de</strong> Israel en lugar <strong>de</strong> luchar por sus rebaños se preocupaban <strong>de</strong><br />

enriquecerse explotando sus ovejas y aprovechándose <strong>de</strong> ellas para su gran<strong>de</strong>za; así instalaron<br />

la injusticia que hacía que unos se enriquecieran y otros se empobrecieran.<br />

Con razón Samuel era reticente a darle un Rey a Israel porque el i<strong>de</strong>al era un pastor; a Israel le<br />

bastaba con Yhwh como pastor. A los gobernantes se les olvidaba fácilmente que eran<br />

lugartenientes <strong>de</strong> Dios. Uno no se pue<strong>de</strong> imaginar que un rey cargue una oveja enferma sobre<br />

sus espaldas como lo hace el pastor.


~ 4 ~<br />

Que nada nos falte<br />

No queda duda que el compositor <strong>de</strong>l Salmo 22 era pariente doctrinal <strong>de</strong> Ezequiel,<br />

i<strong>de</strong>ntificando el rebaño con el pueblo <strong>de</strong> Israel: “Él es nuestro Dios, nosotros el pueblo que El<br />

guía” (Sal 95,94). Recor<strong>de</strong>mos que Abraham era rico, primero en ganados y luego en oro y<br />

plata (Gn 3,2). Nosotros somos la riqueza <strong>de</strong> Dios y si permitimos que Él sea nuestro pastor<br />

nada nos faltará; por el contrario, nos conducirá hacia fuentes tranquilas y ver<strong>de</strong>s pra<strong>de</strong>ras nos<br />

hará reposar, con el fin <strong>de</strong> reparar nuestras faltas; todo esto lo hace por honor <strong>de</strong> su nombre:<br />

pastor. Algo nos asegura la fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong>l Buen Pastor: Da la vida por sus ovejas (Jn 10),<br />

significada en la mesa, la misión y la copa.<br />

A diario los creyentes y no creyentes contamos con signos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Dios en las nuestras:<br />

la bondad y la misericordia que nos cuidan hasta llegar a la casa <strong>de</strong>l Señor por años sin<br />

término (Sal 22).<br />

La segunda lectura <strong>de</strong> la primera carta <strong>de</strong> Pablo a los Corintios nos dice quién es el Pastor,<br />

cómo nos da vida. En Adán todos hemos muerto pero en Cristo todos hemos vuelto a la vida.<br />

Es preciso que <strong>de</strong>jemos a Dios ser Dios en nuestra vida, que equivale a lo que Pablo llama<br />

“<strong>de</strong>jar reinar a Cristo hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos, y el<br />

último será la muerte”, que es todo lo contrario a la vida y los signos <strong>de</strong> la vida, “Al final,<br />

cuando todo se haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre y así Dios será todo en<br />

todas las cosas” (segunda lectura).<br />

Conclusión<br />

El juez universal esta <strong>de</strong> incógnito en todos los pobres <strong>de</strong> la tierra, oculto en todos los rostros<br />

doloridos, pero esta presencia oculta se pondrá <strong>de</strong> manifiesto en el momento final. Esta<br />

enseñanza <strong>de</strong> Jesús se dirige a los cristianos que han <strong>de</strong>scuidado su compromiso práctico para<br />

<strong>de</strong>spertarlos <strong>de</strong> su letargo y recordarles que el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> cada uno se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> en la actitud que<br />

tenga ante los necesitados en este tiempo que prece<strong>de</strong> a su venida.<br />

Des<strong>de</strong> el momento <strong>de</strong> la venida <strong>de</strong> Jesús al mundo el reino <strong>de</strong> Dios está presente entre<br />

nosotros, si bien todavía no se ha manifestado en toda su plenitud. Así también el juicio <strong>de</strong><br />

Cristo esta ya realizándose en el presente <strong>de</strong> nuestra vida. El dictamen final no será más que<br />

hacer pública la sentencia que día a día vamos pronunciando nosotros mismos con muestra<br />

vida <strong>de</strong> amor o <strong>de</strong>samor.<br />

Los hombres serás juzgado, por el Rey, según la aceptación o el rechazo <strong>de</strong> Cristo a quien no<br />

vemos en carne y hueso, pero que se i<strong>de</strong>ntifica con cuantos sufren en la tierra. El prójimo es<br />

así la pantalla <strong>de</strong> nuestra vida, el vi<strong>de</strong>o para leer nuestra conducta. La sensibilidad y<br />

solidaridad efectivas ante el dolor ajeno son, pues, la medida exacta <strong>de</strong> nuestro cristianismo y<br />

la mejor manera <strong>de</strong> manifestar el reino y el reinado <strong>de</strong> nuestro buen Dios.<br />

Para la revisión <strong>de</strong> vida<br />

El Reino <strong>de</strong> Dios fue el “leit motiv”, el estribillo <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Jesús, el centro <strong>de</strong> su<br />

predicación, la razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> su fi<strong>de</strong>lidad hasta la muerte… ¿Qué es para mí el Reino <strong>de</strong><br />

Dios? ¿Está también en el centro <strong>de</strong> mi vida? ¿Es mi «Causa», como fue la <strong>de</strong> Jesús?


Para profundizar<br />

~ 5 ~<br />

Me parece interesante compartirles unos apartes <strong>de</strong> John P. Meier sobre el Reino <strong>de</strong> Dios: (Un<br />

judío marginal. Nueva visión <strong>de</strong>l Jesús histórico. Tomo II/1: Juan y Jesús. El reino <strong>de</strong> Dios,<br />

pp. 293ss.)<br />

“1) El reino <strong>de</strong> Dios como componente principal <strong>de</strong>l mensaje <strong>de</strong> Jesús… Que el reino <strong>de</strong> Dios fue al<br />

menos un componente importante <strong>de</strong>l mensaje <strong>de</strong> Jesús resulta evi<strong>de</strong>nte con sólo contar el número <strong>de</strong><br />

veces que es mencionado en sus dichos. El criterio <strong>de</strong>l testimonio múltiple <strong>de</strong> fuentes queda más que<br />

satisfecho: la expresión "reino <strong>de</strong> Dios" o sus equivalentes (p. ej., "reino <strong>de</strong> los cielos", "reino <strong>de</strong> mi<br />

Padre", etc.) figura en trece dichos <strong>de</strong>l Evangelio <strong>de</strong> Marcos, en unos trece <strong>de</strong> Q, en unos veinticinco <strong>de</strong><br />

M, en unos seis <strong>de</strong> L y en dos <strong>de</strong>l Evangelio <strong>de</strong> Juan 6.<br />

A<strong>de</strong>más, este amplio testimonio <strong>de</strong> diversas fuentes se complementa con el amplio testimonio <strong>de</strong><br />

diversas categorías formales: parábolas, oraciones, bienaventuranzas, profecías escatológicas, relatos<br />

<strong>de</strong> milagro, frases condicionales en las que se expresan los requisitos para entrar en el reino, una<br />

concisa <strong>de</strong>claración en dos partes sobre Juan Bautista y un conciso resumen <strong>de</strong> la proclamación <strong>de</strong><br />

Jesús y <strong>de</strong> sus discípulos… el testimonio múltiple tanto <strong>de</strong> fuentes como <strong>de</strong> formas es un buen indicio<br />

<strong>de</strong> que el reino <strong>de</strong> Dios constituyó una parte importante <strong>de</strong>l mensaje <strong>de</strong>l Jesús histórico.<br />

Esta observación preliminar encuentra apoyo en el criterio <strong>de</strong> discontinuidad. La precisa expresión<br />

"reino <strong>de</strong> Dios" no aparece como tal en el AT hebreo. Y en los libros <strong>de</strong>uterocanónicos/apócrifos y<br />

pseudoepígrafos <strong>de</strong>l AT, así como en Qumrán, Filón, Josefa y la mayor parte <strong>de</strong> los targumes, su<br />

presencia es rara o inexistente". El empleo <strong>de</strong> "reino <strong>de</strong> Dios" es algo más frecuente en los rabinos,<br />

pero está limitado en gran parte a ciertas frases estereotipadas. En correspon<strong>de</strong>ncia con el escaso uso<br />

que hace <strong>de</strong> esa expresión la literatura judía antigua está su relativamente escasa presencia en otras<br />

partes <strong>de</strong>l NT. Todo el corpus <strong>de</strong> las epístolas indiscutiblemente paulinas contiene "reino <strong>de</strong> Dios" sólo<br />

en siete pasajes (1Tes 2,12; Gál 5,21; 1Cor 4,20; 6,9-10 [2 veces]; 15,24.50; Rom 14,17), Y muchos <strong>de</strong><br />

ellos parecen representar tradiciones bautismales o parenéticas simplemente recogidas por Pablo. Es<br />

sorpren<strong>de</strong>nte que, aunque las epístolas paulinas representan el más antiguo corpus literario cristiano<br />

completo que se ha conservado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l ministerio histórico <strong>de</strong> Jesús, "reino <strong>de</strong> Dios" no tenga un<br />

papel <strong>de</strong>stacado en el pensamiento y en el lenguaje <strong>de</strong> Pablo. A<strong>de</strong>más, en sus pocas apariciones en ese<br />

corpus, la expresión parece un eco <strong>de</strong> una antigua proclamación cristiana, en la que a su vez resuena el<br />

uso que hacía <strong>de</strong> ella el maestro. Su presencia en epístolas <strong>de</strong> discutido origen paulina (2Tes 1,5; Col<br />

1,13; 4,11; Ef 5,5; 2 Tim 4,1.18) es aún menor y, en todo caso, <strong>de</strong> menor centralidad con respecto al<br />

mensaje <strong>de</strong> las cartas. En los Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles aparece algunas veces más (Hch 1,3.6; 8,12;<br />

14,22; 19,8; 20,25; 28,23.31), pero es preciso tener en cuenta la ten<strong>de</strong>ncia redaccional <strong>de</strong> Lucas a<br />

conectar la época <strong>de</strong> Jesús (el tercer Evangelio) con la época <strong>de</strong> la Iglesia (Hechos) utilizando términos<br />

y expresiones evangélicos (p. ej., "discípulos"). Así, un examen <strong>de</strong> los distintos textos <strong>de</strong> Hechos que<br />

mencionan el reino <strong>de</strong> Dios sugiere que en su mayor parte, si no todos, proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la actividad<br />

redaccional <strong>de</strong> Lucas.<br />

Fuera <strong>de</strong> la órbita paulina, el Apocalipsis <strong>de</strong> Juan contiene, naturalmente, referencias al reino<br />

escatológico <strong>de</strong> Dios; pero, una vez más, en número sorpren<strong>de</strong>ntemente escaso (Ap 1,9; 11,15; 12,10).<br />

Es interesante notar, a<strong>de</strong>más, que la expresión "reino <strong>de</strong> Dios" nunca aparece en labios <strong>de</strong> Jesús<br />

resucitado, al que, sin embargo, en ese libro se atribuye un número consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> dichos. Tenemos<br />

así que, en el único caso claro don<strong>de</strong> un profeta cristiano pone palabras en boca <strong>de</strong> Jesús (resucitado),<br />

esas palabras no incluyen "reino <strong>de</strong> Dios". En cuanto al resto <strong>de</strong>l NT, la cosecha es extremadamente<br />

exigua. La carta a los Hebreos utiliza la expresión dos veces: en 1,8 (cuando Sal 45,7 es referido a<br />

Cristo) y en 12,28. La carta <strong>de</strong> Santiago, una sola vez: 2,5. Y con 2Pe 1,11 se acaba el poco<br />

impresionante catálogo <strong>de</strong> pasajes extrasinópticos don<strong>de</strong> figura "reino <strong>de</strong> Dios".


~ 6 ~<br />

Esta rápida ojeada permite <strong>de</strong>ducir que la frecuente aparición <strong>de</strong> "reino <strong>de</strong> Dios" en boca <strong>de</strong>l Jesús<br />

sinóptico no pue<strong>de</strong> ser atribuida a la popularidad y al frecuente uso <strong>de</strong> tal expresión en el judaísmo<br />

precristiano o en el cristianismo <strong>de</strong>l siglo I. Fuera <strong>de</strong> los Evangelios sinópticos y <strong>de</strong> los labios <strong>de</strong> Jesús,<br />

no parece haber sido muy utilizada por los judíos ni por los cristianos en las primeras décadas <strong>de</strong>l siglo<br />

1 d. C. Significativamente, no hay autores neotestamentarios que, en textos no evangélicos, la pongan<br />

en boca <strong>de</strong> Jesús, y el Apocalipsis llama mucho la atención a este respecto.<br />

En los mismos Evangelios sinópticos, "reino <strong>de</strong> Dios" se encuentra casi siempre en dichos <strong>de</strong> Jesús,<br />

raramente en los comentarios <strong>de</strong>l evangelista (p. ej., Mc 15,43 par.; Lc 19,11) y en boca <strong>de</strong> otras<br />

personas (como en Lc 14,15). Por consiguiente, nuestra impresión inicial cobra fuerza: la única<br />

explicación razonable para el llamativo contraste entre las frecuentes apariciones <strong>de</strong> "reino <strong>de</strong> Dios" en<br />

los dichos <strong>de</strong>l Jesús sinóptico y su escaso empleo en el judaísmo primitivo y en el resto <strong>de</strong>l NT es que<br />

Jesús realmente utilizaba y recalcaba esa expresión. Como mínimo, el reino <strong>de</strong> Dios era un componente<br />

principal <strong>de</strong>l mensaje <strong>de</strong> Jesús.<br />

2) "Reino <strong>de</strong> Dios" y "reino <strong>de</strong> los cielos': A lo largo <strong>de</strong>l NT, la expresión se encuentra formulada<br />

normalmente como "reino <strong>de</strong> Dios". Sólo Mateo emplea "reino <strong>de</strong> los cielos", aunque en su Evangelio<br />

aparece "reino <strong>de</strong> Dios" cuatro veces (12,28; 19,24; 21,31.43). Varios estudiosos <strong>de</strong> Mateo han creído<br />

<strong>de</strong>scubrir alguna diferencia <strong>de</strong> significado (p. ej., entre reino presente y reino fututo) o <strong>de</strong> énfasis (más<br />

acentuado el origen trascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l reino mediante el uso <strong>de</strong> "cielos"); pero el modo intercambiable<br />

en que Mateo utiliza ambas formas (incluso en dos versículos consecutivos <strong>de</strong> una misma perícopa:<br />

19,23 + 24) se encarga <strong>de</strong> refutar semejantes sutilezas. El uso mateano se explica mejor por el hecho <strong>de</strong><br />

que la tradición y la formación <strong>de</strong> Mateo proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una iglesia intensamente ju<strong>de</strong>ocristiana en sus<br />

primeros tiempos. El empleo <strong>de</strong> "cielos" es simplemente una piadosa perífrasis judía para evitar<br />

nombrar constantemente a Dios en el caso oblicuo <strong>de</strong> la fórmula. Por tanto, la sorpren<strong>de</strong>nte aparición<br />

<strong>de</strong> "reino <strong>de</strong> Dios" en cuatro pasajes mateanos <strong>de</strong>bería consi<strong>de</strong>rarse como un recordatorio <strong>de</strong> cuál era la<br />

forma anterior, y quizá original, <strong>de</strong> la expresión.<br />

Esta hipótesis encuentra apoyo en el hecho <strong>de</strong> que, cuando cualquier otro autor neotestamentario se<br />

halla en el caso mencionado, utiliza "reino <strong>de</strong> Dios", nunca "reino <strong>de</strong> los cielos". En muchos otros tipos<br />

<strong>de</strong> dichos evangélicos se ve que Jesús no evita regularmente el nombre <strong>de</strong> Dios, por lo cual no hay<br />

razón para suponer la intención <strong>de</strong> evitarlo en la referencia al reino. Por otro lado, la literatura<br />

intertestamentaria judía anterior a Jesús no utiliza nunca "reino <strong>de</strong> los cielos" y, en cambio, contiene<br />

algún ejemplo <strong>de</strong> "reino <strong>de</strong> Dios". A<strong>de</strong>más, el uso rabínico <strong>de</strong> "reino <strong>de</strong> los cielos" no pue<strong>de</strong> ser<br />

documentado hasta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Jesús. Así pues, aunque cabe la posibilidad <strong>de</strong> que Jesús emplease<br />

ambas fórmulas, todos los indicios apuntan hacia "reino <strong>de</strong> Dios" (en arameo, malkuta' di 'elaha' )<br />

como su modo regular, si no único, <strong>de</strong> referirse al reino.<br />

3) ¿"Reino" o "reinado"? "Reino <strong>de</strong> Dios" es la traducción tradicional <strong>de</strong> basilei,a tou/ qeou/, ... Ahora<br />

bien, mi acatamiento <strong>de</strong> la tradición no me impi<strong>de</strong> admitir que "reino <strong>de</strong> Dios" es una expresión vaga y<br />

algo abstracta, que más bien evoca la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> territorio gobernado por un rey. Y que precisamente por<br />

ello -por lo que tiene <strong>de</strong> abstracto y por la connotación territorial- <strong>de</strong>sorienta. Como veremos, con<br />

"reino <strong>de</strong> Dios" se trata <strong>de</strong> sugerir la noción dinámica <strong>de</strong> Dios reinando con po<strong>de</strong>r sobre su creación,<br />

sobre su pueblo y sobre la historia <strong>de</strong> ambos. O como varios autores han expresado <strong>de</strong> modo más<br />

escueto: el reino <strong>de</strong> Dios es el reinar <strong>de</strong> Dios. Por eso, más que a un ámbito territorial, la referencia es a<br />

la acción <strong>de</strong> Dios sobre los gobernados y a su relación dinámica con ellos.<br />

Sin embargo, "reino" no está totalmente fuera <strong>de</strong> lugar como traducción <strong>de</strong> basilei,a. Si Dios gobierna<br />

todo el universo y en particular a su pueblo Israel, lógicamente tiene que haber una realidad concreta<br />

que es gobernada, una realidad espacio-temporal que <strong>de</strong> algún modo constituya un reino en el que Dios<br />

ejerza y manifieste visiblemente su po<strong>de</strong>r. Los dichos <strong>de</strong> Jesús que hablan <strong>de</strong> entrar en el reino <strong>de</strong> Dios


~ 7 ~<br />

o estar en el reino <strong>de</strong> Dios evocan necesariamente una imagen espacial, por ajena al espacio que pueda<br />

ser la realidad última a que se refiere la imagen.<br />

Habida cuenta <strong>de</strong> lo cual, prefiero conservar "reino <strong>de</strong> Dios" como traducción preferente <strong>de</strong> basilei,a<br />

tou/ qeou/, siempre y cuando que<strong>de</strong> entendido como primer componente <strong>de</strong>l símbolo el gobierno<br />

dinámico <strong>de</strong> Dios que sirve <strong>de</strong> base a su reino. En caso contrario, utilizaré "reinado" o algún término<br />

similar para evitar que incurramos inadvertidamente en la aceptación <strong>de</strong>l imperativo territorial latente<br />

en el símbolo.”

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