de Marqués de Albaserrada - Escaparate de Sevilla

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07.05.2013 Views

40 Escaparate de Sevilla EL MARQUÉS DE TARACENA, Ganadero de Marqués de Albaserrada Sus primeros años de vida creció cantando la Internacional, con el puño en alto, para no poner en peligro a la familia aristocrática a la que pertenecía. El sonido de las bombas que caían en el edificio de la Telefónica de Madrid, o incluso los que terminaban en su propia casa, sin llegar a explotar ninguno, y el encarcelamiento de su augusta abuela, por la injusticia comunista, fueron algunos de los episodios que más recuerda de sus años de juegos en sótanos de la Gran Vía madrileña y tareas escolares en internados de los años del Hambre y del miedo generalizado impreso en los rostros de los maestros sacerdotes. Don José Luis García de Samaniego y Queralt, Marqués de Taracena, pertenece a una saga de ganaderos que han llevado desde su tío abuelo el Conde de Santa Coloma, hasta él, pasando por sus padres, los señores Marqueses de Albaserrada, al toro de lidia a las más altas consideraciones. Aún vive con la austeridad que los años de la Guerra le enseñaron, pero con la satisfacción del trabajo bien hecho por haber luchado por la Fiesta Nacional durante toda una vida, amor a ésta que seguramente siente desde su primer festival taurino, claro está, lo toreaba Belmonte… ¿Señor Marqués, cómo es la vida en el campo? Sobre todo en una dehesa como ésta es muy bonita, porque alegra mucho si además se tienen toros bravos. Es un gustazo poder acercarse a ellos en su paz cotidiana, donde se puede comprobar el olfato y el oído tan agudo que tienen, porque en cuanto a la visión son deficitarios. Te reconocen nada más que sienten que te estás acercando, son muy tímidos y cuando notan que llegas a ellos se van tranquilamente para otro sitio. Existe un diálogo maravilloso entre el toro y el ganadero. Dice usted que son tímidos y tranquilos… ¿por qué cambia la actitud del animal tanto del campo a la plaza? Por la sencilla razón que cambia su armonía para verse metido en un camión días antes y posteriormente en medio de un terreno lleno de ruido, una plaza de toros, donde no ve ni al resto de sus amigos ni a los árboles que acostumbra contemplar, sin contar a las agresiones a las que se ve sometido allí. Los toros cuando están en manada no atacan nunca, sólo cuando se ven solos, huelen el ambiente hostil. Hábleme de los orígenes de las corridas de toros. Texto: Mario Niebla del Toro Fotos: Félix J. Díaz Las corridas de toros las crearon los nobles para entrenar los caballos para la guerra, nada mejor que delante de un toro. Felipe IV o Carlos V rejoneaban muy bien. Al llegar los Borbones al trono español, es decir, de una estirpe regia francesa originarios de una tierra sin aficionados a los toros, no se dieron muchas facilidades para que se siguiera practicando éstas prácticas e idearon unos juegos con cabezas de turcos como objetivos que acabaron aburriendo al personal, porque eso al público que asistía, aunque gratis, a las primeras “corridas” no le divertía nada. Fernando VII fue el primer Borbón que comprendió que había aficionados y que había que corresponderles. Eran tiempos en los que el ruedo estaba lleno de gente que saltaban de forma espontánea a banderillear, mientras el aristócrata de turno entrenaba su caballo delante del astado, se soltaban hasta dos toros a la vez... Esto sucedió así hasta que apareció la figura de Pepe Hillo en el siglo XIX que fue el que estableció unas normas para un futuro reglamento taurino oficial que se respeta hasta nuestros días con actualizaciones que ha ido demandando el paso de los años. Aquel paso fue consiguiendo que la Texto: Mario Niebla del Toro Fotos: Félix J. Díaz gente se quitara del ruedo, con la ayuda de los “despejadotes” de plaza (sonríe) y se empezó a ver los carteles de tres toreros con tres cuadrillas y dos toros para cada torero en orden de antigüedad de alternativa. Todo un salto para la afición. Los primeros toreros ya no eran nobles, sino hijos de empleados de los mataderos que eran los que tenían posibilidad de entrenarse con ganado que no había sido tocado, antes de salir a la plaza. Entonces el pago que se comenzó a hacer a aquellos toreros profesionales era la carne del animal con lo que alimentaba a la familia por un tiempo. Para reconocer al toro que habían toreado, le cortaban la oreja y así los distinguían los matadores en el desoyadero. ¿Qué siente cuando ver matar a un toro suyo? Han nacido para eso y lo he tenido asumido siempre. Si el toro ha sido válido para las distintas suertes y lo ha cogido un torero sin cualidades que ha hecho creer al público que era malo me siento incómodo. Es una experiencia con la que he vivido continuamente a lo largo de mi vida en esta ganadería familiar. Llevo setenta años viendo matar a toros nuestros…

40<br />

<strong>Escaparate</strong> <strong>de</strong> <strong>Sevilla</strong><br />

EL MARQUÉS DE TARACENA,<br />

Gana<strong>de</strong>ro<br />

<strong>de</strong> <strong>Marqués</strong> <strong>de</strong> <strong>Albaserrada</strong><br />

Sus primeros años <strong>de</strong> vida creció cantando la Internacional, con el puño en<br />

alto, para no poner en peligro a la familia aristocrática a la que pertenecía. El<br />

sonido <strong>de</strong> las bombas que caían en el edificio <strong>de</strong> la Telefónica <strong>de</strong> Madrid, o<br />

incluso los que terminaban en su propia casa, sin llegar a explotar ninguno, y<br />

el encarcelamiento <strong>de</strong> su augusta abuela, por la injusticia comunista, fueron<br />

algunos <strong>de</strong> los episodios que más recuerda <strong>de</strong> sus años <strong>de</strong> juegos en sótanos <strong>de</strong><br />

la Gran Vía madrileña y tareas escolares en internados <strong>de</strong> los años <strong>de</strong>l Hambre y<br />

<strong>de</strong>l miedo generalizado impreso en los rostros <strong>de</strong> los maestros sacerdotes. Don<br />

José Luis García <strong>de</strong> Samaniego y Queralt, <strong>Marqués</strong> <strong>de</strong> Taracena, pertenece<br />

a una saga <strong>de</strong> gana<strong>de</strong>ros que han llevado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su tío abuelo el Con<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

Santa Coloma, hasta él, pasando por sus padres, los señores Marqueses <strong>de</strong><br />

<strong>Albaserrada</strong>, al toro <strong>de</strong> lidia a las más altas consi<strong>de</strong>raciones. Aún vive con la<br />

austeridad que los años <strong>de</strong> la Guerra le enseñaron, pero con la satisfacción<br />

<strong>de</strong>l trabajo bien hecho por haber luchado por la Fiesta Nacional durante toda<br />

una vida, amor a ésta que seguramente siente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su primer festival taurino,<br />

claro está, lo toreaba Belmonte…<br />

¿Señor <strong>Marqués</strong>, cómo es la vida en el<br />

campo?<br />

Sobre todo en una <strong>de</strong>hesa como ésta es<br />

muy bonita, porque alegra mucho si a<strong>de</strong>más<br />

se tienen toros bravos. Es un gustazo<br />

po<strong>de</strong>r acercarse a ellos en su paz cotidiana,<br />

don<strong>de</strong> se pue<strong>de</strong> comprobar el olfato y<br />

el oído tan agudo que tienen, porque en<br />

cuanto a la visión son <strong>de</strong>ficitarios. Te reconocen<br />

nada más que sienten que te estás<br />

acercando, son muy tímidos y cuando<br />

notan que llegas a ellos se van tranquilamente<br />

para otro sitio. Existe un diálogo<br />

maravilloso entre el toro y el gana<strong>de</strong>ro.<br />

Dice usted que son tímidos y tranquilos…<br />

¿por qué cambia la actitud <strong>de</strong>l animal<br />

tanto <strong>de</strong>l campo a la plaza?<br />

Por la sencilla razón que cambia su armonía<br />

para verse metido en un camión días<br />

antes y posteriormente en medio <strong>de</strong> un<br />

terreno lleno <strong>de</strong> ruido, una plaza <strong>de</strong> toros,<br />

don<strong>de</strong> no ve ni al resto <strong>de</strong> sus amigos ni<br />

a los árboles que acostumbra contemplar,<br />

sin contar a las agresiones a las que se ve<br />

sometido allí. Los toros cuando están en<br />

manada no atacan nunca, sólo cuando se<br />

ven solos, huelen el ambiente hostil.<br />

Hábleme <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong> las corridas<br />

<strong>de</strong> toros.<br />

Texto: Mario Niebla <strong>de</strong>l Toro<br />

Fotos: Félix J. Díaz<br />

Las corridas <strong>de</strong> toros las crearon los nobles<br />

para entrenar los caballos para la guerra,<br />

nada mejor que <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> un toro. Felipe<br />

IV o Carlos V rejoneaban muy bien. Al<br />

llegar los Borbones al trono español, es<br />

<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> una estirpe regia francesa originarios<br />

<strong>de</strong> una tierra sin aficionados a<br />

los toros, no se dieron muchas facilida<strong>de</strong>s<br />

para que se siguiera practicando éstas<br />

prácticas e i<strong>de</strong>aron unos juegos con cabezas<br />

<strong>de</strong> turcos como objetivos que acabaron<br />

aburriendo al personal, porque eso al<br />

público que asistía, aunque gratis, a las<br />

primeras “corridas” no le divertía nada.<br />

Fernando VII fue el primer Borbón que<br />

comprendió que había aficionados y que<br />

había que correspon<strong>de</strong>rles. Eran tiempos<br />

en los que el ruedo estaba lleno <strong>de</strong> gente<br />

que saltaban <strong>de</strong> forma espontánea a ban<strong>de</strong>rillear,<br />

mientras el aristócrata <strong>de</strong> turno<br />

entrenaba su caballo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l astado,<br />

se soltaban hasta dos toros a la vez... Esto<br />

sucedió así hasta que apareció la figura <strong>de</strong><br />

Pepe Hillo en el siglo XIX que fue el que<br />

estableció unas normas para un futuro<br />

reglamento taurino oficial que se respeta<br />

hasta nuestros días con actualizaciones<br />

que ha ido <strong>de</strong>mandando el paso <strong>de</strong> los<br />

años. Aquel paso fue consiguiendo que la<br />

Texto: Mario Niebla <strong>de</strong>l Toro<br />

Fotos: Félix J. Díaz<br />

gente se quitara <strong>de</strong>l ruedo, con la ayuda<br />

<strong>de</strong> los “<strong>de</strong>spejadotes” <strong>de</strong> plaza (sonríe) y<br />

se empezó a ver los carteles <strong>de</strong> tres toreros<br />

con tres cuadrillas y dos toros para cada<br />

torero en or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> antigüedad <strong>de</strong> alternativa.<br />

Todo un salto para la afición. Los<br />

primeros toreros ya no eran nobles, sino<br />

hijos <strong>de</strong> empleados <strong>de</strong> los mata<strong>de</strong>ros que<br />

eran los que tenían posibilidad <strong>de</strong> entrenarse<br />

con ganado que no había sido tocado,<br />

antes <strong>de</strong> salir a la plaza. Entonces<br />

el pago que se comenzó a hacer a aquellos<br />

toreros profesionales era la carne <strong>de</strong>l<br />

animal con lo que alimentaba a la familia<br />

por un tiempo. Para reconocer al toro que<br />

habían toreado, le cortaban la oreja y así<br />

los distinguían los matadores en el <strong>de</strong>soya<strong>de</strong>ro.<br />

¿Qué siente cuando ver matar a un toro<br />

suyo?<br />

Han nacido para eso y lo he tenido asumido<br />

siempre. Si el toro ha sido válido para<br />

las distintas suertes y lo ha cogido un torero<br />

sin cualida<strong>de</strong>s que ha hecho creer al<br />

público que era malo me siento incómodo.<br />

Es una experiencia con la que he vivido<br />

continuamente a lo largo <strong>de</strong> mi vida<br />

en esta gana<strong>de</strong>ría familiar. Llevo setenta<br />

años viendo matar a toros nuestros…


¿Cuáles son los orígenes gana<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> toros<br />

<strong>de</strong> lidia en los <strong>Albaserrada</strong>?<br />

Fue en el siglo XIX <strong>de</strong> manos <strong>de</strong>l hermano<br />

<strong>de</strong> mi abuelo, el Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Santa Coloma,<br />

gran aficionado a los toros, quien inicia<br />

nuestro camino gana<strong>de</strong>ro proce<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> Ybarra y <strong>de</strong> la Saltillo. Mi abuelo tuvo<br />

mucha suerte, ya que <strong>de</strong>butó en Madrid<br />

en el año veintisiete y esa misma tar<strong>de</strong><br />

le perdonaron la vida a un toro suyo que<br />

lidió el torero Rodolfo Gaona, el mejor<br />

torero que ha dado Méjico. La cabeza <strong>de</strong><br />

aquel toro la conservo en el cortijo. La<br />

primera vez que vi torear sólo tenía seis<br />

añitos y fue en El Escorial, a Belmonte,<br />

en un festival como rejoneador, él lo hacía<br />

todo bien, rejoneaba pero mataba a pie.<br />

He visto torear a Chicuelo, a Cagancho,<br />

que sería un ídolo <strong>de</strong> masas hoy con la televisión,<br />

un gitano guapísimo, como el <strong>de</strong><br />

hoy, pero toreando bien…soy muy mayor<br />

y he visto gran<strong>de</strong>s cosas gracias a Dios.<br />

¿Qué éxitos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>l <strong>Marqués</strong> <strong>de</strong> <strong>Albaserrada</strong><br />

guarda en la memoria con más<br />

cariño?<br />

Quizás cuando le perdonaron la vida a<br />

Laborioso en 1965, el único toro al que<br />

se le ha perdonado la vida en <strong>Sevilla</strong>, superar<br />

eso es muy difícil. Luego un hijo<br />

suyo en Pamplona tiene el récord <strong>de</strong> haber<br />

sido el toro con el puyazo más largo<br />

<strong>de</strong> la historia, que viene en el guinness, <strong>de</strong><br />

ocho minutos. Fue<br />

el toro más bravo<br />

que se lidió ese<br />

año en España, en<br />

los ochenta.<br />

¿Cómo ha evolucionado<br />

la vida <strong>de</strong>l<br />

gana<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> antaño<br />

a la <strong>de</strong> ahora?<br />

Bastante. Se nota<br />

hasta en los carteles.<br />

Ahora el nombre<br />

<strong>de</strong>l gana<strong>de</strong>ro<br />

hay que leerlo con<br />

una lupa. Antiguamente<br />

el nombre<br />

<strong>de</strong>l gana<strong>de</strong>ro<br />

aparecía incluso<br />

más gran<strong>de</strong> que el<br />

<strong>de</strong> los toreros. La mayoría <strong>de</strong> la gente que<br />

va a la plaza no sabe qué gana<strong>de</strong>ría va a<br />

salir. Saben sólo los matadores que lo van<br />

a hacer.<br />

¿Cuántas corridas da la Gana<strong>de</strong>ría <strong>de</strong>l<br />

<strong>Marqués</strong> <strong>de</strong> <strong>Albaserrada</strong> en la actualidad?<br />

Muy pocas, porque ahora le sacamos más<br />

dinero a la siembra <strong>de</strong>l trigo que a la cría<br />

<strong>de</strong> toros <strong>de</strong> lidia. Ahora mismo no llega<br />

a los dos centenares <strong>de</strong> cabezas <strong>de</strong> ganado.<br />

Cada astado tiene para él más <strong>de</strong> una<br />

hectárea, con un terreno muy poblado <strong>de</strong><br />

hierba…Lidio ahora mucho en Navarra,<br />

en pueblos <strong>de</strong> Madrid y <strong>de</strong> Segovia.<br />

¿Hábleme <strong>de</strong> su infancia en pleno estallido<br />

<strong>de</strong> la Guerra Civil Española?<br />

Pues hijo mío, regular, regular. Tenía<br />

tres años cuando empezó la Guerra, en<br />

un colegio interno y, la verdad, es que no<br />

lo pasamos nada bien. Los curas, a muchos,<br />

los mataron, y a los que quedaban<br />

en escuelas pías, los pobres, acabaron un<br />

poco trastornados. Aquellos años fueron<br />

muy malos. A mi madre le cogió con mi<br />

abuela, mi hermano y conmigo, sola en


42 42<strong>Escaparate</strong> 42 42 42<br />

<strong>Escaparate</strong> <strong>Escaparate</strong> <strong>de</strong> <strong>Sevilla</strong><br />

Madrid. Mi padre tuvo mucha suerte,<br />

porque el mismo dieciocho <strong>de</strong> julio se<br />

vino <strong>de</strong> Madrid para <strong>Sevilla</strong> para recoger<br />

la cosecha, en coche, y ya por los pueblos<br />

le apedrearon el automóvil. Llegó aquí<br />

al campo <strong>de</strong> puro milagro, porque si se<br />

hubiera quedado en Madrid hubiera durado<br />

cuatro días, porque los republicanos<br />

iban cada semana a mi casa a hacer un<br />

registro. A mi abuela la metieron en la<br />

cárcel, porque al registrarle los armarios<br />

encontraron uniformes <strong>de</strong> mis dos tíos<br />

ya fallecidos antes <strong>de</strong> la guerra. Los rojos<br />

no se creían que hubieran fallecidos y la<br />

encarcelaron, a pesar <strong>de</strong> que les enseñaba<br />

hasta las esquelas... pero como no sabían<br />

ni leerlas no la creyeron. Vivíamos en la<br />

calle Valver<strong>de</strong>, esquina con la Telefónica,<br />

don<strong>de</strong> más bombar<strong>de</strong>os había para cortar<br />

las comunicaciones, junto a la Gran Vía,<br />

y los días que no habían bombar<strong>de</strong>os nos<br />

llevaba mi madre al Parque <strong>de</strong>l Retiro,<br />

don<strong>de</strong> iban todos los niños a jugar. Entrábamos<br />

por la puerta que está pegada a<br />

la Puerta <strong>de</strong> Alcalá que estaba tapada por<br />

un gran retrato, muy<br />

gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong> Stalin al<br />

lado <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> Lenin<br />

y arriba ponía<br />

“¡Viva Rusia!”. La<br />

gente hoy día está<br />

muy equivocada con<br />

la Guerra, hablan <strong>de</strong><br />

republicanos contra<br />

monárquicos. Nada<br />

<strong>de</strong> eso. Era <strong>de</strong> comunistas<br />

contra no<br />

comunistas y, menos mal, que perdieron<br />

los comunistas, porque, si hubieran ganado,<br />

España se hubiera convertido como<br />

Polonia o Hungría, en una provincia <strong>de</strong><br />

Rusia. Los socialistas entonces se fueron<br />

a Méjico y allí vivieron como reyes. Aquí<br />

quedaron nada más que los comunistas,<br />

Carrillo y la Pasionaria…que por culpa<br />

<strong>de</strong> la Pasionaria duró dos meses más la<br />

Guerra, porque las tropas nacionales ya<br />

“A mi abuela la metieron<br />

en la cárcel, porque al<br />

registrarle los armarios<br />

encontraron uniformes <strong>de</strong><br />

<br />

antes <strong>de</strong> la guerra”.<br />

tenían conquistada Madrid y estaban<br />

rendidos los rojos, pero<br />

la imbécil aquella con<br />

aquello <strong>de</strong> “No pasarán<br />

y si pasan morirán” hizo<br />

que aquella catástrofe<br />

durara dos meses más<br />

y muriera más gente.<br />

Una auténtica mala bestia.<br />

Abandonó luego a<br />

su marido y se fue con<br />

su novio a vivir a Rusia<br />

como una maharajá.<br />

Cuando estalló la Guerra tenía sólo seis<br />

años y, por supuesto, ya sabía leer, y mi<br />

madre me tapaba por la calle la carita<br />

para que no leyera los carteles <strong>de</strong> los<br />

comunistas para que no me asustara. En<br />

una ocasión, en mi barrio había un camión<br />

que se llevaba a niños a Rusia, a<br />

niños <strong>de</strong> mi edad, porque muchos padres<br />

preferían eso a que sus hijos se murieran<br />

<strong>de</strong> hambre. Muchos madrileños, rojos


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<strong>Escaparate</strong> <strong>de</strong> <strong>Sevilla</strong><br />

claro, y, efectivamente,<br />

muchos crecieron<br />

en aquel país, estudiaron<br />

y crearon allí una<br />

familia, otros tantos<br />

murieron <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s<br />

contagiosas. Un<br />

buen número volvió<br />

con la Amnistía. El que tuvo suerte fue<br />

mi padre, porque aquí en Andalucía no<br />

hubo prácticamente Guerra. Él se metió<br />

<strong>de</strong> voluntario en la Policía Montada. Tenía<br />

que poner, los voluntarios, los caballos<br />

y te cedían un rifle y la comida. Entonces<br />

iban por los pueblos pegando tiros sólo a<br />

la entrada y ya la gente con el miedo no se<br />

sublevaba generalmente. Mi padre, meses<br />

antes <strong>de</strong> terminar la Guerra, entró en<br />

Madrid vestido <strong>de</strong><br />

miliciano <strong>de</strong> noche<br />

y fue nuestro reencuentro<br />

(suspira).<br />

Teníamos siempre<br />

las luces apagadas,<br />

porque los que las tuvieran encendidas<br />

eran asaltadas sus ventanas a tiros por los<br />

rojos ya que creían que era una señal para<br />

que ese edificio no fuese bombar<strong>de</strong>ado<br />

por los aviones <strong>de</strong> los nacionales…<br />

Mi madre, para que pasara <strong>de</strong>sapercibido,<br />

teniendo en cuenta <strong>de</strong> la familia nobiliaria<br />

<strong>de</strong> la que procedía, me enseñó a ir<br />

por las calles <strong>de</strong> Madrid con el puño en<br />

alto. Iba por la calle con mis amiguitos<br />

con nuestros puñitos en alto y cantando<br />

la Internacional como el más comunista.<br />

Me metieron en uno <strong>de</strong> esos camiones,<br />

pero mi madre me bajó mientras yo quería<br />

irme para Rusia con mis amiguitos…<br />

No entendíamos nada.<br />

Los niños cuando sonaban las sirenas,<br />

por inminentes bombar<strong>de</strong>os, nos lo pasá-<br />

bamos mejor que<br />

nunca porque nos<br />

reuníamos todos<br />

los amiguitos en<br />

los sótanos con<br />

todos los vecinos<br />

para jugar…<br />

éramos víctimas<br />

inocentes que nos tocó vivir el miedo en<br />

estado puro.<br />

El resto <strong>de</strong> mi niñez en los Escolapios <strong>de</strong><br />

<strong>Sevilla</strong> fue muy dura. Entonces era mitad<br />

escuela, mitad cuartel <strong>de</strong> oficiales, en la actual<br />

Plaza <strong>de</strong> Ponce <strong>de</strong> León. Los profesores<br />

venían <strong>de</strong> haberlo pasado muy mal. Mi<br />

abuela tuvo escondido, durante la Guerra,<br />

con unos amigos a un cura escolapio en<br />

un piso en nuestro bloque porque pusimos<br />

una placa <strong>de</strong> un<br />

vecino que era<br />

“Mi madre, para que pasara<br />

<strong>de</strong>sapercibido, me enseñó a<br />

ir por las calles <strong>de</strong> Madrid<br />

con el puño en alto”.<br />

“Por culpa <strong>de</strong> la Pasionaria duró<br />

dos meses más la Guerra”.<br />

cónsul honorario<br />

<strong>de</strong> Nicaragua y<br />

así sobrevivió a<br />

la Guerra, más<br />

tar<strong>de</strong> fue profesor mío.<br />

Al acabar la guerra y hasta los nueve años<br />

nos venimos a vivir entre el palacio <strong>de</strong><br />

Gerena y el Cortijo. Lo peor había pasado.<br />

¿Una afición?<br />

El tenis me encanta. De mi edad hay pocos<br />

jugando en <strong>Sevilla</strong>.<br />

¿Un libro?<br />

Me encanta leer. Tengo una magnífica<br />

biblioteca. Me gusta mecho los libros <strong>de</strong><br />

Historia. El primer libro que leí fue El<br />

Bosque Animado <strong>de</strong> Wenceslao Fernán<strong>de</strong>z<br />

Flórez.<br />

¿Un día?<br />

Todos los siete <strong>de</strong> julio, San Fermín.<br />

Veintiséis años seguidos llevo sin faltar a<br />

la cita <strong>de</strong> Pamplona y siete con toros.

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