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Extra Fallas - El País

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10 EXTRA EL PAÍS, MIÉRCOLES 16 DE MARZO DE 2011<br />

<strong>Fallas</strong><br />

Alaska, primera fallera<br />

del tercer milenio<br />

encarna<br />

jiménez<br />

Alaska y Nacho Canut acaban de sacar nuevo<br />

disco y vuelven a Valencia a dar un concierto<br />

en Viveros. Sus fotografías han ocupado<br />

muchas veces los carteles anunciadores<br />

a lo largo del margen del cauce del río Turia<br />

en Valencia, sobre todo en <strong>Fallas</strong>. Pero,<br />

cuando amanecía el nuevo milenio, al otro<br />

lado del río, ocurría algo extraordinario:<br />

Alaska se convertía en una fallera muy especial<br />

en un año de referencias cinematográficas:<br />

2001.<br />

En la víspera de San José, el día grande<br />

de las <strong>Fallas</strong>, a punto de comenzar la Nit del<br />

Foc, venían andando por las Alameditas,<br />

con las Torres de Serranos como referente<br />

ciudadano y festero, dos amantes de Valencia:<br />

Alaska y Sigfrido Martín<br />

Begué. Alaska, vestida<br />

de fallera de manera ortodoxa,<br />

sin más concesiones<br />

que su pelo casi naranja<br />

¿homenaje a Valencia?<br />

sujetado por las tres<br />

peinetas, con los aderezos<br />

oportunos, la raya al medio,<br />

corpiño, enaguas, brocados.<br />

Nada exagerado para<br />

una fallera, pero sorprendente<br />

para una mujer<br />

que siempre ha destacado<br />

por su rompedor aspecto,<br />

en las antípodas de<br />

la tradición. La artista,<br />

que trajo el punk cuando<br />

cumplía 15 años en una<br />

España timorata, entre la<br />

represión y el look progre,<br />

verdadera musa de lo<br />

más impactante de un<br />

movimiento conocido como<br />

movida, se abría paso<br />

entre el gentío.<br />

Iba acompañada de<br />

Sigfrido, arquitecto, pintor<br />

y, en esos momentos,<br />

artífice y autor del diseño<br />

de la Falla Na Jordana,<br />

que adoptaba un sesgo<br />

intelectual y moderno<br />

con las figuras coloristas<br />

e ingeniosas de Sigfrido,<br />

el llibret del filósofo y crítico de<br />

arte Vicente Jarque y, como catalizador<br />

de la aventura, el ya fallecido y añorado<br />

artista fallero Manolo Martín, una persona<br />

siempre en contacto con el mundo del<br />

arte. De aquella falla experimental y aventurera<br />

queda el recuerdo de un libro que,<br />

con la colaboración del diseñador Paco<br />

Bascuñán, otro que se nos fue, es uno de<br />

los pocos ejemplos de publicación que documenta<br />

con cariño el proceso de génesis<br />

y construcción de una falla que tuvo mucho<br />

de excepcional. La falla Na Jordana<br />

ya cumplió 125 años en 2009 y, de nuevo,<br />

Sigfrido estuvo con ella colaborando como<br />

sólo puede hacer quien conoce este<br />

mundo y celebra lo que supuso esa conjunción<br />

fructífera entre el taller de Manolo<br />

Martín, la fina ironía de Vicente Jarque<br />

y la luz de Alaska.<br />

Aquellas fallas del inicio del Siglo XXI<br />

tenían una peculiaridad. Alaska, famosa<br />

cantante y mujer poliédrica —hay muchas<br />

mujeres en ella— era la fallera de honor<br />

de una falla de primera categoría y, en<br />

esos momentos, iba camino del ático que<br />

tiene el diseñador de alta costura Juan<br />

Andrés Mompó frente al cauce del río, un<br />

lugar cómodo desde el que contemplar el<br />

espectáculo pirotécnico, perfecto para<br />

propiciar un encuentro que tiene la paz<br />

de la discreción.<br />

Como siempre, Alaska, que arrastraba<br />

el cansancio de las inacabables caminatas<br />

festeras, conservaba la misma sonrisa cálida<br />

y amable que la caracteriza. Es la de<br />

una persona con tanto sentido común como<br />

inteligencia. Perfecta simbiosis de lo<br />

que supone acabar con las fronteras entre<br />

baja y alta cultura. Llevaba un traje que es<br />

difícil que ninguna mujer de las que estábamos<br />

en casa de Juan Andrés nos hubiéramos<br />

puesto, quizá nos habríamos sentido o<br />

demasiado ridículas o demasiado integradas,<br />

pero Alaska lo llevaba como si fuera lo<br />

más natural del mundo, o lo más complicado<br />

que puede engendrar la tradición popular<br />

a base de recuerdos desde la Dama de<br />

Alaska, vestida de fallera, con Manolo Martín padre, en las <strong>Fallas</strong> de 2001.<br />

‘Pinotxada Universal’ fue<br />

un despliegue de ingenio<br />

y de guiños para amantes<br />

del arte y del mundo pop<br />

La falla fue una conjunción<br />

entre el taller de Manolo<br />

Martín, la ironía de Vicente<br />

Jarque y la luz de Alaska<br />

<strong>El</strong>che a los tejidos dieciochescos, cuando la<br />

industria de la seda en Valencia iluminaba<br />

sueños rococó. Esa era la diferencia: sólo<br />

era chocante que Alaska resultaba tan fallera,<br />

como hacía posible que las fallas se convirtieran<br />

en contraculturales con su varita<br />

mágica. Sólo los artistas hacen que las cosas<br />

cambien.<br />

Los dos habían participado en la ofrenda,<br />

un desfile de las comisiones falleras<br />

para llevar un ramo de flores que sirviera<br />

para componer una gigantesca Virgen de<br />

los Desamparados hecha de claveles y rosas<br />

frente a su Basílica. Alaska entendía<br />

perfectamente esa adoración a una virgen,<br />

quizá sólo comparable con la de Guadalu-<br />

pe en México o la Macarena de Sevilla. <strong>El</strong>la<br />

quiso ser una fallera más, y cumplir con la<br />

tradición que marca soltar una lágrima al<br />

entregar el ramo. Sin embargo, no era,<br />

exactamente, igual que las demás, porque<br />

muchas de las mujeres con moños y peinetas,<br />

más los visitantes y componentes del<br />

desfile, querían tocarla y hacerse fotos con<br />

una mujer que era superpopular y que no<br />

permanecería siempre entre ellos como la<br />

Virgen de los valencianos. Posiblemente,<br />

no fue mala idea que, cuando llegó la noche,<br />

se separara de las multitudes, y preparara,<br />

con cierto sosiego, la jornada del día<br />

de San José en un ambiente más íntimo.<br />

La velada en la que Alaska participó,<br />

con apenas una docena de personas, transcurrió<br />

de manera fluida y amable, entre la<br />

terraza y el salón de discreta elegancia,<br />

como le gusta a Juan Andrés Mompó: vanguardia,<br />

refinamiento y escasa ostentación.<br />

<strong>El</strong> coleccionista y abogado Francisco<br />

Fandos, con Mara, su mujer, nos ofreció<br />

unos exquisitos chocolates traídos de Barcelona,<br />

y no faltó conversación con gente<br />

de lengua tan rápida como Sigfrido Martín<br />

Begué, Yolanda Yturraspe, Pilar Martínez<br />

o Amparo Coll, la única persona en la casa<br />

que, desde niña, ha vivido las fallas. Si hay<br />

una familia que ha sabido unir tradición y<br />

cultura es la de los Coll-Comín, desde su<br />

residencia de la calle Jorge Juan.<br />

Juan Andrés Mompó no ha sido precisamente<br />

un fan de las fallas, pero allí teníamos<br />

un diseñador sutil, con Alaska fallera,<br />

en un cuadro surrealista, y algo metafísico,<br />

pintado por Sigfrido y rubricado por<br />

dos artistas de ilimitados recursos. Era la<br />

prolongación en la noche de esa falla de<br />

2001 que, bajo el título de Pinotxada Universal,<br />

criticaba la hipocresía y la mentira<br />

generalizada, y que fue un despliegue de<br />

ingenio y de guiños para amantes del arte<br />

y del mundo pop. Había bodegones ala<br />

manière de De Chirico, paellas Mondrian,<br />

falleras vestidas por Ágatha Ruiz de la Prada<br />

y Gaultier y representación en efigie de<br />

varios personajes de la vida política y cultural<br />

de Valencia. Sigfrido siempre tuvo<br />

una especial relación con la ciudad y conocía<br />

el panorama a fondo. Por eso se había<br />

metido en esa aventura con Manolo Martín,<br />

que estaba echando el resto en el proyecto.<br />

Aquello había sido una odissea de<br />

tres pares de nassos que concluiría con la<br />

crema de tanto esfuerzo, bajo la atenta mirada<br />

de una fallera que resume todas las<br />

posibilidades del encuentro entre el arte y<br />

todas sus manifestaciones.<br />

Cuando acabó la Nit del Foc, Alaska se<br />

despidió sin manifestar en ningún momento<br />

las molestias y el cansancio de tener que<br />

volver a caminar ¡¡¡otra vez!!! Tenía que<br />

estar preparada para otro larguísimo día<br />

en el que el fuego consumiría el gigantesco<br />

Pinocho que homenajeaba con lenguaje<br />

burlesco al mundo de la cultura. <strong>El</strong> jurado<br />

no consideró que este tema mereciera el<br />

primer premio, ya se sabe que la cultura<br />

no es valorada más que como disfraz, y de<br />

eso trataba la falla. Demasiado explícita.<br />

Alaska siempre ha tenido un concepto<br />

tan agudo de lo nuevo, lo radical, como de<br />

lo popular. Por eso pudo meterse en la fiesta<br />

y aceptar ser fallera de honor de una<br />

falla de larga tradición como Na Jordana,<br />

en la que se amontonan como un recargado<br />

altar los elementos más dispares. Lo<br />

barroco es algo que entiende muy bien una<br />

mexicana, y también la fiesta y el vestido.<br />

Aquella noche no estaba en casa de<br />

Juan Andrés Mompó Lluís Fernández, que<br />

revolucionó el panorama fallero a finales<br />

de los 70 con La fallera mecánica, un divertimento<br />

contracultural que metió el dedo<br />

en el ojo falleril cuando más le molestaba,<br />

pero hubiera encajado perfectamente con<br />

la Alaska fallera. La amistad y la capacidad<br />

para disfrutar de todas<br />

las manifestaciones culturales<br />

y vitales han sido<br />

una constante en la trayectoria<br />

de Alaska y de<br />

Lluis. Pasar del museo a<br />

la discoteca, del rastro a<br />

las últimas tendencias y<br />

mezclar lo más sesudo<br />

con lo más frívolo. Y saber<br />

sacar lo mejor de todos<br />

ellos...<br />

Esa confluencia en<br />

preferencias estéticas y<br />

su amistad fue la que hizo<br />

que, en 1991, diez años<br />

antes de aquella especial<br />

Nit del Foc, Lluís quisiera<br />

contar con Alaska en su<br />

primer año como director<br />

de la Mostra de Valencia.<br />

Adelantándose en el<br />

tiempo, organizó un ciclo<br />

sobre cine gore y pensó<br />

que nada mejor para presentar<br />

las producciones<br />

de Troma que Alaska,<br />

una verdadera fan de <strong>El</strong><br />

vengador tóxico, personaje<br />

fundamental de la cultura<br />

basura. Toxy se cayó<br />

en un bidón de residuos<br />

radioactivos y salió transformado<br />

en un ser deforme<br />

que tiene todos los referentes<br />

del friqui, tanto contracultural (de<br />

los 70) como posmoderno. Es decir, pura<br />

parodia. Iba armado con un mocho de fregar<br />

y constituía una burla del cine de terror.<br />

La relación de Alaska con el cine y<br />

Valencia ha tenido también otras motivaciones,<br />

como es su amistad con Carlos Berlanga<br />

y con toda la familia del cineasta<br />

valenciano Luís García Berlanga. Carlos,<br />

que además de músico y letrista era pintor,<br />

realizó el cartel de la XIII edición de la<br />

Mostra que seguía dirigiendo Lluís Fernández.<br />

Carlos Berlanga falleció en junio de<br />

2002, pero siempre llevó a sus canciones el<br />

color del Pop. Valencia fue, desde los años<br />

60 del pasado siglo, un lugar en el que se<br />

manifestaron las primeras muestras de<br />

Pop Art, por eso no es extraño que de Carlos<br />

Berlanga saliera Quiero ser un bote de<br />

Colón. Era la forma chispeante de entrar<br />

de lleno en el consumo del supermercado,<br />

la televisión y la warholiana manera de<br />

transformar un detergente empaquetado<br />

en obra de arte.<br />

Más o menos lo que hicieron en 2001<br />

aquellos extraordinarios artistas falleros.<br />

<strong>Extra</strong>cto del libro Ocurrió en Valencia, de próxima<br />

aparición, coordinado por Rafa Marí y en el<br />

que han participado varios autores, entre ellos,<br />

Encarna Jiménez, directora de comunicación<br />

y desarrollo del IVAM.

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