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<strong>Revolución</strong> y <strong>Cultura</strong> 18<br />
un personaje que despierta una cierta compasión,<br />
que lo humaniza, y lo hace más cercano. Lo cual<br />
no quiere decir que políticamente sus métodos,<br />
cuando tuvo el poder y fue un «triunfador» hayan<br />
sido más aceptables que los de Stalin. Recuerden<br />
que Trotski también reprimió, pretendió la militarización<br />
del trabajo en la URSS, destruyó la independencia<br />
de los sindicatos. Él también era un<br />
fanático y, si hubiera tenido el poder después de la<br />
muerte de Lenin, quién sabe qué cosas habría hecho,<br />
porque lo cierto es que desde el poder la relación<br />
con la realidad es muy distinta. Pienso, por<br />
ejemplo, que Trotski no hubiera sido tan sanguinario<br />
como Stalin: pero en sus manos había sangre<br />
y pudo haber habido más. De todas maneras,<br />
su exilio, marginación, derrota política y muerte<br />
lo hacen un personaje mucho más dramático y<br />
eso lo hace más atractivo y amable como personaje<br />
literario.<br />
En la novela se plantea que Stalin no estaba interesado<br />
en una intervención militar soviética en la Guerra Civil<br />
Española y que recelaba de un potencial ejército español<br />
lo suficientemente armado. Por otra parte, se alude a<br />
una colaboración estrecha entre los servicios secretos<br />
nazi y soviético para fabricar las pruebas falsas que justificaron<br />
las purgas intestinas llevadas a cabo por Stalin<br />
en la URSS. ¿Cómo quisiera que fueran recibidas estas<br />
críticas evidentes y subyacentes a protagonistas de la<br />
historia soviética cuya imagen histórica, sobre todo en<br />
Cuba, continúa siendo broncínea y con muy pocas máculas?<br />
Va a ser recibido con asombro, sorpresa, resquemor<br />
y rechazo. Las reacciones serán muy disímiles.<br />
Pero pueden estar convencidos de que todas<br />
esas afirmaciones están tomadas de libros<br />
documentados. Las interpretaciones varían. Ha<br />
ocurrido sobre todo con el tratado Molotov-<br />
Ribbentrop. Siempre se ha dicho entre nosotros<br />
que fue una estrategia de Stalin para alejar la guerra<br />
de la Unión Soviética, aunque la esencia que<br />
demuestran documentos revelados en los años<br />
90 es que se trataba de un protocolo de repartición<br />
del mundo. No es para nada casual que los<br />
alemanes entren en Polonia por un lado y los soviéticos,<br />
por el otro. Tampoco es producto del azar<br />
que después ocupen las repúblicas bálticas, inva-<br />
dan Finlandia y no protesten cuando los alemanes<br />
empiecen a invadir el resto de Europa. Son<br />
acuerdos previos entre los fascistas y Stalin. Habrá<br />
personas que se indignarán porque esto aparezca<br />
en un libro, y lo único que me queda es remitirlo<br />
a la bibliografía que se ha publicado durante<br />
estos años. Otros hechos están absolutamente<br />
demostrados y discutidos desde hace mucho<br />
tiempo.<br />
Hay un libro de conferencias y escritos de Trotski,<br />
en el que él demuestra en su momento cómo era<br />
posible detener el avance del fascismo en Alemania<br />
mediante una coalición entre los partidos de<br />
izquierda y de centro. Stalin prohibió esta alianza<br />
a través de la Internacional Comunista. Pero<br />
después aplica la idea de los pactos estratégicos,<br />
en lo que es considerada una de sus políticas<br />
más brillantes: los Frentes Populares. No lo permitió<br />
en Alemania, y sin embargo, años después<br />
apoya esta unión en Francia y España, para que<br />
los partidos socialistas lleguen al poder.<br />
Respecto a lo sucedido en la Guerra Civil Española,<br />
que es algo especialmente sensible para Cuba, las<br />
revelaciones que se han producido son incontestables.<br />
Existe una historia de esta guerra y de la<br />
actuación soviética en España anterior a la perestroika<br />
y a la glasnot, y otra posterior al momento<br />
de apertura de los archivos moscovitas.<br />
¿Y el público ruso? ¿Cómo supone que recibirá esta novela?<br />
Pues no lo sé. Hay todavía muchos rusos que idolatran<br />
a Stalin, a pesar de todo, y quizás no les guste.<br />
Otros que se avergüenzan de lo que ocurrió en ese<br />
país y como se pervirtió el ideal comunista. Y creo<br />
que hay muchísimos más que ni siquiera tienen<br />
una idea de quién fue en realidad Ramón Mercader<br />
y, como nosotros, descubrirán muchas cosas de su<br />
propia historia leyendo la novela. Esperemos que<br />
se publique allá y luego veremos qué reacciones<br />
provoca.<br />
¿Por qué decidió convertir a Stalin en un personaje ubicuo?<br />
¿En algún momento valoró que cobrara voz y cuerpo<br />
propios?