Transiciones en el consumo de drogas en Colombia - Mama Coca

muestra de 285 personas en situación de exclusión social con consumo de heroína; en
éste se encuentra que son cuatro factores los que se muestran asociados a una mayor
probabilidad de inyectarse: sexo, edad, edad de inicio en el consumo y número de tratamientos
anteriores con metadona. Las mujeres que participaron en el estudio prefirieron la
vía pulmonar, lo cual también ha sido indicado por otros autores (Gossop y cols, 1994).
Los resultados sugieren que los más jóvenes y quienes se han iniciado más tardíamente en
el consumo de heroína tienden a usar la vía inyectada en menor medida; afirman los autores
que “…la edad de inicio en el consumo, como factor de riesgo, es una constante en
los estudios sobre drogas, donde se indica que cuánto más jóvenes comienzan las persona
a consumir, mayores son los daños asociados…”; sugieren además que el consumo
por la vía pulmonar podría estar acercando la heroína a poblaciones jóvenes, por su
rápida biodisponibilidad con la ventaja de poder administrársela sin necesidad de utilizar
una aguja. Asimismo, Oviedo y cols, (2005) afirman que quienes han realizado más de dos
tratamientos con metadona, en comparación con los que no han realizado ninguno, tienden
a usarla en mayor medida de manera inyectada, “…posiblemente aquellos usuarios de
heroína para los cuales los tratamientos disponibles no han sido efectivos sean los que
presentan conductas de mayor riesgo asociadas al consumo, y por ende, suman más
problemas a su dependencia”.
Para Oviedo y cols., (2005) las explicaciones para el paso hacia el uso de la vía inyectada
desde la pulmonar son: la presión social, tener una pareja que se inyecta, la influencia del mercado,
cambios en las costumbres, entre otras. Según estos autores no se encontraron en su muestra
evidencias de transiciones inversas, es decir, de usuarios por vía intravenosa a la vía pulmonar.
En el caso de los patrones de consumo y su cambio a lo largo de los años, España también
refleja las generalidades halladas en los países europeos. Así entonces, la mayoría de los consumidores
de heroína usan esta droga preferentemente por vía pulmonar (fumadores) o intranasal. En
1998 un 62,2% de los tratados por dependencia de heroína eran fumadores y un 5,5% ‘esnifadores’.
Los autores citados muestran que en los últimos años disminuye de manera importante la práctica
de inyectarse. De hecho, la proporción de tratados por heroína que usan esta droga preferentemente
por vía parenteral (inyectores) descendió de 62,4% en 1991 a 28,8% en 1998.
Según los autores hay poca información sobre los factores que han influido en el cambio hacia
vías no parenterales. Sugieren que pueden haber sido decisivas la amplia disponibilidad de heroína
base apta para fumar, factores socioculturales ligados al área de residencia, y la percepción por los
consumidores de un alto riesgo de SIDA, sobredosis y otros problemas de salud asociado a la inyección.
“…en cambio, no parecen haber jugado un papel importante en este proceso las políticas de
prevención del VIH y de reducción del riesgo desarrolladas en las distintas comunidades autónomas…”
(Barrios y cols., 2000). También afirman que existe una “lógica económica”, o la llamada
“mejor relación coste-efecto de la inyección frente a las otras vías” que puede inducir a muchos
consumidores a continuar inyectándose, a pesar de los riesgos a los que se exponen.
Barrios y cols., (2000) reconocen para el caso del consumo de cocaína dos patrones: “…uno
mayoritario, caracterizado por un consumo poco intenso (esporádico y de cantidades moderadas),
generalmente por vía intranasal, y otro minoritario, que se da a menudo entre consumidores de
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I Evolución reciente de consumo de drogas