Transiciones en el consumo de drogas en Colombia - Mama Coca

14. Quienes no hacen mezclas dicen que tienen temor a una mala reacción, no han pensado en
esa posibilidad, o no quieren dañar los efectos de lo que consumen; esta última razón la dan
quienes se han ‘especializado’ en una sustancia.
15. Conviene estudiar las transiciones negativas, acumulativas y reversas para tener una visión
integral que de lugar a nuevas predicciones y facilite el diseño de estrategias de prevención.
Del análisis de las percepciones e imaginarios se desprende:
1. Las razones para no inyectarse son muy variadas, pero las más sobresalientes se relacionan
con la generación de mayor dependencia, mayor riesgo de muerte, daño a la salud y temor a
las agujas.
2. La heroína es considerada la sustancia más peligrosa por sus consecuencias físicas, los riesgos
de sobredosis y de contraer una infección; el basuco la sigue a causa de sus consecuencias
sociales y la capacidad de producir adicción. Igualmente, se considera que la vía de
administración más peligrosa es la inyección, seguida por la pipa.
3. El alcohol y el tabaco son considerados por la mayoría como más peligrosos que la marihuana.
Esto puede tener implicaciones interesantes para crear algunos programas de prevención.
4. Aun cuando la percepción de riesgo suele ir aumentando con la edad (por ejemplo, las personas
mayores de 30 años no están muy inclinadas a ensayar cualquier cosa o drogas altamente
estigmatizadas), en los jóvenes que utilizan muchas sustancias ocurre lo contrario: entre más
sustancias exploran, menos temor sienten a las consecuencias y más ‘invulnerables’ se creen.
Los conceptos de ‘presión de grupo’ o ‘necesidad de pertenencia y aceptación’ no suelen
aparecer, naturalmente, en los grupos más jóvenes; sin embargo, en ellos sí se encuentran
razones que preceden a esos conceptos, tales como ‘malas amistades’, el ofrecimiento de
drogas delante de amigos consumidores, o la imitación.
En cuanto a las consecuencias del consumo de drogas, lo dicho por los entrevistados recubre
una amplia gama (ocho temáticas), pero las más sobresalientes tienen que ver con efectos económicos,
familiares, sociales y psicológicos: pérdida de dinero, desconfianza, rechazo y pérdida de
memoria. Estos elementos pueden introducirse en los programas de prevención ya no como una
presunción, sino como un hecho.
Aun cuando la mayoría de las personas dijeron en las entrevistas que los mayores gastos eran
causados por el consumo de marihuana y cocaína, hay razones para pensar que estas no son las
sustancias más onerosas desde el punto de vista económico, sino que son otras como la heroína y
el basuco. La explicación parece ser que la mayor parte de quienes respondieron esta pregunta
eran fundamentalmente consumidores de marihuana y cocaína, con un consumo eventual tardío
de otras sustancias.
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II Transiciones en el consumo de drogas en Colombia