Escarlata y negro.pub
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este el tema a debatir con esta película (porque el tema judío sólo sale circunstancialmente), aunque<br />
evidentemente el director nos da su propia visión, más bien de respeto hacia el Papa. Sin embargo,<br />
cuando el Papa va conociendo las actividades de monseñor O’Flaherty se siente obligado a aclararle<br />
algunas cosas. Por dos veces hablará en privado con él, primero para decirle que debe actuar en conciencia<br />
y que si le descubren, nada puede hacer por él. Después, en los sótanos del Vaticano tienen<br />
una conversación clave que nos ayuda a entender el drama que se está viviendo. Pío XII justifica su<br />
postura de neutralidad para salvar la Iglesia, su historia y sus tesoros, mostrando que es una responsabilidad<br />
nada fácil: “Yo he heredado la responsabilidad de los Papas… y mi mayor deber es preservar la<br />
continuidad de los siglos y la heredad de toda la existencia de la Iglesia”. Esto es lo que piensa, aunque<br />
llega incluso a preguntarse si hizo mal al firmar un concordato con Hitler.<br />
Pio XII le pedirá al padre O’Flaherty que deje lo que está haciendo para no dar pie a la entrada<br />
de Hitler en el Vaticano. “La esencia del estadismo es la diplomacia” le dice el Papa como argumento.<br />
Pero nuestro protagonista no se siente estadista y se plantea cómo combatir el mal siendo diplomático.<br />
Finalmente Pío XII le deja actuar en conciencia: “Que Dios guíe su decisión”. Esta es su última recomendación.<br />
Será al final, cuando la guerra haya terminado que Pio XII descubrirá lo más valioso de la Iglesia.<br />
Por eso le dirá que “el auténtico tesoro de la Iglesia es que alguien se entregue como Usted”. El<br />
Papa tuvo miedo en su momento pero supo valorar el papel y el riesgo de su sacerdote.<br />
¿Cuáles son los rasgos más sobresalientes del padre O’Flaherty? Podríamos señalar los siguientes:<br />
es un sacerdote servicial. Ofrece un servicio necesario, profético y testimonial arriesgando su<br />
vida y comprometiéndose hasta al fondo.<br />
es un sacerdote disponible. Hay un gesto que lo expresa claramente: ponerse en las escaleras<br />
de la plaza de San Pedro rezando el breviario para que lo localicen fácilmente quien lo busca.<br />
en un sacerdote que sabe trabajar en equipo como lo muestra las reuniones que tiene con los<br />
colaboradores.<br />
no es violento ni vengativo. El hecho de que sea irlandés no le impide ayudar a los ingleses.<br />
Rechaza además la violencia como oposición a la policía nazi.<br />
es un sacerdote que ama a todos sin distinción y que es capaz de ayudar a los judíos en la<br />
multa de oro que les han impuesto los nazis.<br />
en todo momento aparece como una persona alegre, optimista, de buen humor y creativa<br />
ante las dificultades (es genial el uso que hace de sucesivos disfraces para seguir ayudando).<br />
es un sacerdote que actúa en conciencia y por eso no le echa en cara nada al Papa. Este es su<br />
planteamiento: ¿cuál es nuestro deber cuando nos vemos frente a frente contra el mal?<br />
¿Cuándo está justificado ver personas inocentes en peligro y darles la espalda?<br />
es un sacerdote que termina ayudando a su gran enemigo. La discusión final con el coronel<br />
Kappler en el Coliseo es una escena difícil de olvidar. Kappler hace una preciosa descripción<br />
de su “enemigo”: “Dicen que no pasa indiferente ante un mendigo o un perro cojo. Que para<br />
Usted es como si fuera una obligación: ayudar a quien esté en un apuro. Que ayuda a prisioneros<br />
ingleses y americanos, a judíos, árabes, refugiados, a cualquiera. Que eso es parte de su<br />
fe”. O’Flaherty dice que por eso se hizo sacerdote y que “ayudar es parte de mi fe”. Después,<br />
Kappler le pide un imposible: si cree en lo que predica debe salvar su familia. Pero ante la<br />
reacción del sacerdote, él cree que la caridad, la compasión y el perdón son mentiras. Pero<br />
lo descubrirá más tarde. Y lo hará de tal modo que, según se nos dice al final, con el paso de<br />
los años y aún en prisión, recibirá el bautismo de manos del padre O’Flaherty.<br />
Conviene mencionar un detalle que no pasa desapercibido. Por lo que se ve en la película, hay<br />
una alta clase social en Roma que se dedicaba a organizar muchas fiestas. Parece que la presencia de<br />
monseñores en esas fiestas es algo normal. El padre O’Flaherty también participa, hasta tal punto que<br />
su enemigo le describe como “mitad playboy, mitad cura, que está en todas las fiestas”. Es un tema a<br />
discutir, considerando también que el padre O’Flaherty se sirvió de esta estructura y de sus conocidos<br />
para mantener toda su red de ayuda a los prisioneros fugados.<br />
“<strong>Escarlata</strong> y <strong>negro</strong>” es una buena película para trabajar valores vocacionales como: el servicio,<br />
la disponibilidad, el testimonio, el perdón…<br />
Fotocopie y utilice libremente este material vocacional. Gracias por confiar en nosotros. www.cineyvocacion.org - 2