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levantar a su rival pero Saavedra siguió revolcándose en el suelo, inquieto<br />

por el dolor 3 . Los jugadores de Sarmiento se le fueron al humo a Castelli:<br />

querían matarlo, entre todos. El camillero (un hombre petiso y viejo con el<br />

pelo grasoso) se arrimó hasta Saavedra para decirle que ya podía levantarse,<br />

que el otro animal estaba prácticamente expulsado, pero mientras el referí<br />

hablaba con su asistente nadie tenía en claro cuál iba a ser la sanción. Ni<br />

siquiera en la platea entendían lo que estaba sucediendo: la gente se levantó<br />

de las butacas al escuchar el requebrajo de la canillera, pero después todos<br />

quedaron en silencio, mirando al árbitro.<br />

El asistente acompañó con la cabeza la decisión de su colega, diciendo “no<br />

puede ser”, y el referí se acercó hasta los pies de los jugadores, sacó la tarjeta<br />

roja del bolsillo del pantalón, levantó las dos manos e hizo una seña para<br />

los que circundaban los bancos de suplentes. Con la mano derecha levantó<br />

la tarjeta, sin mirar a Castelli, y con la otra pidió el ingreso de la Fuerza.<br />

Recién entonces algunos comenzaron a intuir el fallo. Otros no tanto. Los<br />

jugadores de Atlético Avellaneda se lanzaron en grupo a discutir algo que ni<br />

siquiera entendían; el técnico se acercó hasta la línea e increpó al asistente,<br />

al mismo tiempo que intentaba calmar al resto de sus jugadores 4 . Castelli se<br />

quedó en silencio, los brazos en jarra, mirando 5 . Entró la policía con cuatro<br />

efectivos luego de la confirmación del árbitro y uno de los uniformados sacó<br />

las esposas del cinturón, las abrió con algo parecido al respeto, las preparó<br />

para ponérselas a Castelli y le pidió a sus compañeros: “ayuden”.<br />

—¿Qué mierda hacés? —le dijo el número siete de Avellaneda al árbitro.<br />

—Está expulsado y se lo llevan preso —dijo el árbitro.<br />

—¿Qué?<br />

—Lo que escuchó, siete.<br />

La gente comenzó espontáneamente a aplaudir y el asistente cambió su<br />

gesto de negación por uno afirmativo (y una mueca por una sonrisa). El<br />

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