JLcK5
JLcK5
JLcK5
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
12<br />
En el fondo, pero bien en el fondo, muchos jugadores sólo buscan pisar<br />
el terreno de juego para poner en práctica el pantone de tics y reflejos cabu-<br />
leros que desarrollan, corrigen y perfeccionan durante el crecimiento per-<br />
sonal y deportivo. Sean titulares o no, nunca se olvidan de pisar el primer<br />
césped tres veces seguidas con el pie derecho: tres saltitos para después salir<br />
corriendo. Se besan la bijouterie prohibida pero siempre presente, se per-<br />
signan y miran al cielo, esconden fotos o máscaras o escarpines o mensajes<br />
cifrados en medias, calzoncillos y camisetas. El jugador de fútbol no concibe<br />
no creer y por eso se ve obligado a entrenar su poderío mental a la par del<br />
físico, en busca de una fe razonable. Esa fe de la razón es algo que debe pro-<br />
ducir su cuerpo con la misma necesidad de la insulina, porque es el aroma<br />
que verdaderamente atrae la posibilidad de gol. Allí se cierra el círculo: el<br />
momento supremo en el que convierte, para volver trotando a la mitad de la<br />
cancha entre señas y pantomimas y besos en los tatuajes y dedicatorias a los<br />
muertos. Ese momento es supremo porque cambia el resultado y porque to-<br />
dos, hinchas, compañeros, vigilantes, dirigentes y televidentes, lo ven creer.<br />
13<br />
El momento supremo del gol se desinfla un poco cuando la pelota ingresa<br />
al arco pero no llega a tocar la red. Algo allí pierde autenticidad, como en<br />
un relato inconcluso: la gente no cree del todo en lo que está pasando. Por<br />
eso cada vez que sucede, todos miran de inmediato al referí. Sólo él puede<br />
equiparar el dictamen de una red inflándose.<br />
52