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entre salir o quedarse bajo los palos. El centrodelantero de Avellaneda apro-<br />

vechó la duda y la mandó adentro con un puntazo disimulado, para poner<br />

el partido 1 a 2.<br />

Todo el equipo, como era de esperarse, se fue para arriba. Sarmiento<br />

armó dos líneas de cuatro, dejando como único punta al chupete Illia, y<br />

esperó en su campo. Avellaneda metió un defensor central fijo en el área<br />

contraria y empezó a encarar por los laterales para robar algún córner y<br />

poder llegar al empate.<br />

El técnico de Sarmiento estaba acostado a los pies del banco de suplen-<br />

tes, durmiendo una siesta forzada después de sufrir una suerte de lipoti-<br />

mia nerviosa. No había podido recuperarse de la detención de su hijo y los<br />

jugadores suplentes creyeron que lo mejor que podía hacer para calmarse<br />

era dormir la siesta. El gol de Avellaneda no lo despertó: Manuel Moreno<br />

recibió el estruendo y se pasó una mano por la cara, como si en vez de sufrir<br />

un gol en contra lo hubiese molestado un insecto.<br />

Avellaneda tuvo un córner a favor cuando faltaban dos minutos. Todos<br />

los jugadores que estaban en la cancha se juntaron dentro del área y el vo-<br />

lante más habilidoso se encargó de ejecutar el córner. El arquero, desde el<br />

área contraria, pidió permiso al banco para también unirse al ataque (escu-<br />

chó su propia voz y le dio vergüenza); le dijeron que “ni loco” podía subir,<br />

por miedo a un contraataque letal de Sarmiento. “No seas pelotudo”, le gri-<br />

tó el ayudante de campo. Finalmente se acuclilló en la medialuna y optó por<br />

rezar, tapándose la boca con los guantes.<br />

El centro de la ilusión cayó a la altura del segundo palo, bien abierto y vo-<br />

lado. A pesar de que algunos creyeron que el peligro se iba esfumando a me-<br />

dida que el efecto sacaba la pelota del área chica, fue el segundo marcador<br />

central de Avellaneda (que hacía un rato estaba jugando de nueve) el que<br />

saltó prácticamente solo y metió un cabezazo sólido, impactando de lleno a<br />

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