06.05.2013 Views

JLcK5

JLcK5

JLcK5

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

sin la potencia maligna y juguetona de los brazos y, a su vez, era imposible<br />

ganar de esa manera un salto. Después de un momento todos los jugadores<br />

entendieron que iba a ser tan imposible ganar el partido como mantener<br />

la virginidad. La batalla era muy desigual y, como si fuera poco, tenían un<br />

jugador menos.<br />

El partido debía extenderse por media hora, pero en el minuto cinco los<br />

policías ya se habían puesto en ventaja 21 . Hubo un forcejeo compartido de<br />

amagos y devoluciones por la derecha que terminó en un córner apurado,<br />

y el córner, gracias a la viveza feliz de un uniformado, se tradujo inmedia-<br />

tamente en gol por un cabezazo fácil del chico encargado de asentar las<br />

denuncias, que aprovechó la falta de manos del arquero rival para mandar<br />

la pelota al fondo del arco (infinito, porque no tenía red).<br />

En los minutos siguientes a la apertura del marcador los policías empeza-<br />

ron a ensuciar la cancha, haciendo pases cortitos en el centro del campo y<br />

boludeando a los futbolistas. Pero también empezaron con la crudeza de los<br />

golpes. El negro Macri recibió un cachiporrazo sorpresivo por la espalda y uno<br />

de los chicos de Rivadavia fue apaleado en una escapada fugaz, justo antes de<br />

ingresar al área. Pasada la mitad del partido, Castelli ya tenía suficiente san-<br />

gre acumulada en la boca como para teñir de rojo todo el cuero de la pelota.<br />

En el minuto treinta y ocho, sin embargo, algunos pudieron disfrutar de<br />

un simulacro de buena noticia. Se interrumpió el juego porque aparecieron<br />

cuatro efectivos a los gritos, a un costado de la cancha, escoltando al juga-<br />

dor necesario para equilibrar los equipos.<br />

Llegó a los tirones y empujones un cuerpo triste y flaco, bañado en lágri-<br />

mas de una pureza inusitada. Llegó Mariano Moreno, el hijo del técnico de<br />

Sarmiento.<br />

—Uy, la culeada que le voy a pegar a ese nene cuando terminemos —dijo<br />

el policía gordo, vencedor en el Chinchón.<br />

30

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!