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Mayo de 2009 - El Pitic

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Año IX Número 98 <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong> Edición Mensual Hermosillo, Sonora. Antes Villa <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong><br />

Editorial:<br />

Este número <strong>de</strong> “<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>” es distinto a todos los <strong>de</strong>más que se<br />

han editado (para ser exactos a los 97 anteriores), en el sentido <strong>de</strong> que es<br />

el primero que se hace sin su director-fundador, el señor Arnoldo Salazar<br />

Woolfolk.<br />

Soy su hija Verónica, y a pesar <strong>de</strong> que me gusta mucho escribir y me<br />

siento muy relacionada con el mundo <strong>de</strong>l periodismo, nunca colaboré durante<br />

estos nueve años que tiene esta publicación, pues consi<strong>de</strong>raba que era<br />

poco lo que podía aportar.<br />

Sin embargo, ahora quise ser parte <strong>de</strong> la edición y elaboración <strong>de</strong> este<br />

número porque ante la ausencia <strong>de</strong> él, todos los <strong>de</strong> su familia, que lo amamos<br />

y extrañamos entrañablemente, aprovechamos la oportunidad para<br />

rendirle un homenaje, aunque mo<strong>de</strong>sto no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una forma <strong>de</strong> reconocerle<br />

a él su gran pasión.<br />

Arnoldo Salazar, mi padre, amó este proyecto y puso en él sus capacida<strong>de</strong>s<br />

y fuerzas durante los últimos años <strong>de</strong> su vida. Lo que para él empezó<br />

como un sueño, una inquietud o un anhelo, por convicción y con fuerza <strong>de</strong><br />

voluntad logró hacerlo una realidad.<br />

Esta edición es singular también porque en ella <strong>de</strong>jamos impreso el testimonio<br />

<strong>de</strong> una vida que trabajó con incansable esfuerzo, a pesar <strong>de</strong> las<br />

limitaciones <strong>de</strong> toda índole, para que el árbol que sembró diera buenos<br />

frutos.<br />

NO ES UN ADIOS, SINO UN HASTA PRONTO…<br />

¡SE SIEMPRE FIEL A TI MISMO! ¡Eso dice la medalla que hace unos<br />

años me regalaste y que en ese momento la vi como una frase que se te<br />

ocurrió poner y nada más, pero que con el tiempo y más en este momento<br />

en que ya no te tenemos físicamente comprendí que encerraba tu esencia,<br />

tu filosofía <strong>de</strong> vida!<br />

Ese fuiste tú ¡<strong>El</strong> controvertido güero! ¡Fiel a tus i<strong>de</strong>as y a tus principios!<br />

que en muchas ocasiones no iban en el mismo sentido que los <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más,<br />

pero que sin embargo tú siempre <strong>de</strong>fendiste y te mantuviste firme en ellos!<br />

Fuiste un hombre <strong>de</strong> contrastes: Padre exigente, controlador, pero al<br />

mismo tiempo inmensamente amoroso, lleno <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles (apenas acabo <strong>de</strong><br />

tirar las flores que con tanto amor nos compraste a mi mamá y hermanas el<br />

diez <strong>de</strong> mayo). Cada vez que salía a relucir tu parte “impulsiva” y te <strong>de</strong>cíamos<br />

que si porqué tenías tan mal carácter, nos contestabas: ¡no tengo mal<br />

carácter, “tengo carácter” que es muy diferente!<br />

Creo que todos tus hijos heredamos un poco <strong>de</strong> ti. Eras impru<strong>de</strong>nte (al<br />

igual que yo) y hasta en terapia intensiva te referías a la enfermera como la<br />

gorda y al enfermero como el negro, y yo me mortificaba pensando que te<br />

iban a oír y te <strong>de</strong>cía: “¡te van a maltratar en la madrugada!”. Pero así eras tú,<br />

con tu forma tan particular <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar cariño. Todavía antier las enfermeras<br />

me comentaron “ya hasta nos quiere don Arnoldo” porque pasamos por<br />

enfrente y nos tira besos; y yo pensé: ¡Genio y figura hasta la sepultura!<br />

Siempre tú y yo platicábamos <strong>de</strong> cosas místicas y siempre viste el que<br />

1942-<strong>2009</strong><br />

Dios me hubiera mandado a una niña especial (Andrea) como un privilegio<br />

en mi vida que tenía que asumir con orgullo y entereza.<br />

Estos días <strong>de</strong>l hospital un lazo mágico se dio entre tú y yo, quizá fue por<br />

nuestra afinidad en cuanto a las cosas sobrenaturales, pero lo que sé es que<br />

en tu inconciencia mi voz y mis palabras te hicieron reaccionar varias veces,<br />

y en tu último momento <strong>de</strong> conciencia me regalaste tu mejor sonrisa cuando<br />

te dije que ya nos íbamos a un cuarto, ¡eso es algo que me hará sentir muy<br />

especial siempre!<br />

Junto a mi mamá supiste sacar a<strong>de</strong>lante una gran familia. Estuvieron<br />

juntos por más <strong>de</strong> cincuenta años en los que hubo <strong>de</strong> todo (cosas buenas y<br />

malas), pero don<strong>de</strong> siempre prevaleció el amor.<br />

En nombre <strong>de</strong> mi mamá, hermanos, hijos políticos y nietos, queremos<br />

darte las gracias (porque estamos seguros nos estás escuchando) por todos<br />

estos años <strong>de</strong> amor, entrega y enseñanza… ¡¡¡Te vamos a extrañar muchísimo<br />

Papá Güero!!!<br />

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2<br />

DIRECTORIO<br />

<strong>El</strong> hombre joven no tiene memoria<br />

Más tar<strong>de</strong>, goza al recordar<br />

vivencias pasadas.<br />

Y mucho más tar<strong>de</strong>, vive <strong>de</strong> ellas.<br />

Editor<br />

Arnoldo Salazar Woolfolk+<br />

Verónica Salazar Coker.<br />

salazarw42@hotmail.com<br />

Tel. 217-05-90, 217-23-80<br />

Redacción<br />

Fernando Andra<strong>de</strong> Domínguez<br />

H. Rangel Lugo No. 139<br />

esq. 5 <strong>de</strong> <strong>Mayo</strong>.<br />

Barrio La 5 <strong>de</strong> <strong>Mayo</strong>.<br />

Tel. 217-28-04, 215-34-56 y<br />

(6621) 73-81-22<br />

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Alberto Murray Tapia<br />

Fernando Murray Cázares<br />

Lic. Armando Gastélum Alcaraz<br />

Impreso en los talleres <strong>de</strong><br />

Editorial <strong>El</strong> Auténtico, S.A. <strong>de</strong> C.V.<br />

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EUSEBIO FRANCISCO KINO:<br />

DE CARA A LA HISTORIA<br />

P<br />

ocos personajes han brillado<br />

con luz propia en la<br />

historia <strong>de</strong> Sonora como el<br />

Padre Eusebio Francisco Kino, sacerdote<br />

jesuita nacido el 10 <strong>de</strong> agosto<br />

<strong>de</strong> 1645 en la al<strong>de</strong>a italiana <strong>de</strong><br />

Segno, provincia <strong>de</strong> Trento y quien<br />

a partir <strong>de</strong> 1687 sería ampliamente<br />

conocido en el panorama misionero<br />

<strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> Sonora y sur <strong>de</strong> Arizona.<br />

Este extenso territorio que el<br />

Padre Adamo Gilg; compañero <strong>de</strong><br />

Kino, bautizaría como “Pimería<br />

Alta”, constituía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos inmemoriales<br />

el hábitat <strong>de</strong> los indígenas<br />

pimas y pápagos, que levantaban<br />

sus al<strong>de</strong>as en las márgenes <strong>de</strong><br />

los escasos ríos y arroyos don<strong>de</strong><br />

podría haber mayores posibilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> practicar su rudimentaria agricultura<br />

<strong>de</strong> la que <strong>de</strong>pendían primordialmente.<br />

Kino llegó a la frontera <strong>de</strong> la Pimería<br />

en 1687, al pueblo <strong>de</strong> Cucurpe,<br />

entonces consi<strong>de</strong>rado el lin<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la civilización europea. Ahí terminaba<br />

el mundo cristiano; más allá<br />

estaba la geografía incierta, miles<br />

<strong>de</strong> kilómetros cuadrados <strong>de</strong> tierras<br />

semicalcinadas a causa <strong>de</strong> la intemperie,<br />

carentes <strong>de</strong> recursos naturales<br />

suficientes, sobre todo <strong>de</strong> agua,<br />

siendo pues, un verda<strong>de</strong>ro reto para<br />

todo recién llegado.<br />

Acompañado por el Padre vi-<br />

sitador Manuel González y José<br />

Aguilar, encargado <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong><br />

Cucurpe, partieron el 13 <strong>de</strong> marzo<br />

<strong>de</strong>l mismo año río arriba al sitio<br />

don<strong>de</strong> empezaría su ministerio, la<br />

al<strong>de</strong>a pima <strong>de</strong> Cosari que bautizaría<br />

con el nombre <strong>de</strong> Nuestra Señora <strong>de</strong><br />

los Dolores, piedra angular <strong>de</strong> una<br />

ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> misiones que cubrirían la<br />

Pimería.<br />

Se necesitaba un milagro y muchísimo<br />

esfuerzo para transformar<br />

aquellos parajes tan expuestos a los<br />

ataques apaches en floridos vergeles,<br />

pero el buen padre no sólo llevaba<br />

un mensaje <strong>de</strong> fe, sino también<br />

nuevas formas <strong>de</strong> vida, que incluían<br />

la gana<strong>de</strong>ría mayor y menor, y otros<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

“MISIONES DE SONORA”<br />

Tomado <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l mismo nombre <strong>de</strong> las págs. 125 a la 138<br />

Autores: José Rómulo Félix Gastélum<br />

Notas Históricas<br />

Marco Antonio Félix Bernal (+)<br />

Grabados.<br />

Cripta <strong>de</strong>l padre Eusebio Francisco Kino, S.J. por Marco Antonio Félix Bernal.<br />

satisfactores nunca antes asequibles<br />

a los pimas (trigo, árboles frutales,<br />

legumbres, verduras) que los pondrían<br />

con mayor seguridad a salvo<br />

<strong>de</strong>l hambre en la impre<strong>de</strong>cible naturaleza<br />

sonorense.<br />

Bajo su dirección, sus feligreses<br />

no sólo conocieron los misterios <strong>de</strong><br />

las enseñanzas cristianas, también<br />

realida<strong>de</strong>s prácticas en ocasiones<br />

más importantes que los aspectos<br />

filosóficos. <strong>El</strong> mundo que el Padre<br />

Kino vislumbrara empezaba a dar<br />

frutos y, muy pronto, “la madre <strong>de</strong><br />

las misiones” como llegó a ser llamada<br />

Nuestra Señora <strong>de</strong> los Dolores,<br />

se transformó en un emporio<br />

agropecuario, artesanal y manufacturero<br />

cuyos alcances facilitarían<br />

paso a paso, el avance misional al<br />

norte y noroeste <strong>de</strong> la Pimería.<br />

La humil<strong>de</strong> al<strong>de</strong>a indígena don<strong>de</strong><br />

había plantado la semilla <strong>de</strong> sus<br />

sueños, contaba para 1695 con una<br />

iglesia a<strong>de</strong>cuadamente equipada<br />

con la necesaria parafernalia; la misión<br />

agrupaba gran<strong>de</strong>s rebaños <strong>de</strong><br />

ganado mayor y menor y bueyes<br />

para las tareas <strong>de</strong> labranza, tenía<br />

sembradíos y huertas con membrillos,<br />

higos, granadas, peras, uvas,<br />

melocotones; talleres <strong>de</strong> herrería y<br />

carpintería, molino <strong>de</strong> agua, trigo y<br />

maíz, manadas <strong>de</strong> mulas y caballos,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l elemento humano que<br />

hacía funcionar ese pequeño gran<br />

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Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Misiones <strong>de</strong>...<br />

mundo que el padre había forjado, auxiliado por sus “amados hijos”, como<br />

solía llamar a los pimas.<br />

De allí en a<strong>de</strong>lante, los logros materiales y espirituales <strong>de</strong> la misión serían<br />

los cimientos <strong>de</strong> todo un rosario cristiano que se exten<strong>de</strong>ría siguiendo<br />

el curso <strong>de</strong> los ríos, cuyos nombres, al igual que los pueblos evangelizados<br />

surgidos a sus orillas, con sus escasas excepciones perduran, todavía. Van<br />

naciendo así, a lo largo <strong>de</strong> veinticuatro años <strong>de</strong> apostólicos afanes, casi igual<br />

número <strong>de</strong> establecimientos misionales y que ahora conforman la llamada<br />

“Ruta <strong>de</strong> las misiones <strong>de</strong>l Padre Kino”, localizada entre dos naciones.<br />

Pero el Padre Eusebio Francisco Kino tenía también otras habilida<strong>de</strong>s:<br />

su formación universitaria lo había puesto alguna vez en el camino <strong>de</strong> la<br />

ciencia y así, investido con ese conocimiento, pudo hacer su primer viaje al<br />

noroeste <strong>de</strong> la Nueva España como cosmógrafo, cuatro años antes <strong>de</strong> pisar<br />

suelo <strong>de</strong> la Provincia <strong>de</strong> Sonora.<br />

Estando en Baja California, en la expedición comandada por el almirante<br />

Isidro <strong>de</strong> Atondo y Antillón, que al final <strong>de</strong> cuentas fracasó, se enfrentó<br />

a un <strong>de</strong>talle sin importancia entonces, pero que años más tar<strong>de</strong> le daría la<br />

respuesta a una pregunta que tenía siglos sin solución pública segura: La<br />

verda<strong>de</strong>ra naturaleza <strong>de</strong> la California: ¿Isla o Península?<br />

Durante su corta visita al Océano Pacífico fue cuando los indígenas<br />

mostraron unas curiosas conchas azules <strong>de</strong> abulón, las cuales sólo se conocían<br />

en las costas califórnicas. Años <strong>de</strong>spués, ya <strong>de</strong> misionero en Sonora<br />

volvió a ver conchas idénticas en manos <strong>de</strong> los indígenas pimas, mandadas<br />

a Kino por el gobernador <strong>de</strong> los cocomaricopas <strong>de</strong>l río Colorado, quienes<br />

le señalaron dón<strong>de</strong> y cómo las obtenían. Obviamente tenía que haber una<br />

comunicación terrestre hacia la California, pero había que probarlo.<br />

Y lo hizo; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> caminar por lugares <strong>de</strong>solados que sólo los indígenas<br />

conocían, sufriendo junto a ellos y sus compañeros el tormento <strong>de</strong> la<br />

sed, el hambre y la incertidumbre. <strong>El</strong> resultado final fue el enriquecimiento<br />

<strong>de</strong> la cartografía <strong>de</strong>l noroeste, campo en el que el Padre Kino volvió a lucir<br />

sus habilida<strong>de</strong>s sin proponérselo. Y así, la “realidad” mítica tuvo que ce<strong>de</strong>r<br />

el paso a la realidad científica.<br />

Pero el Padre Kino, pese a su indiscutible gran<strong>de</strong>za, era también un<br />

hombre y, como tal, no sólo había sentido en carne propia las envidias y<br />

la incomprensión <strong>de</strong> mucha gente, sino en igual forma los zarpazos <strong>de</strong> la<br />

inhóspita naturaleza sonorense, con su calor, frío, aguaceros o falta <strong>de</strong> ellos,<br />

o peor aún, la pérdida <strong>de</strong> seres queridos como su compañero Francisco Xavier<br />

Saeta, asesinado por los pimas.<br />

Todo esto <strong>de</strong>bió pesar alguna vez sobre el ánimo y el físico <strong>de</strong> Kino,<br />

como se llega a traslucir enciertos documentos salidos <strong>de</strong> su propia mano,<br />

o las <strong>de</strong> sus contemporáneos, sin que por eso haya sido menguado en su<br />

propósito <strong>de</strong> llevar mejores oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> vida a todos sus congregados,<br />

emulando con su trabajo a otras figuras señeras que <strong>de</strong>jaron huellas<br />

similares en la Historia <strong>de</strong> México: Bartolomé <strong>de</strong> las Casas, Fray Bernardino<br />

<strong>de</strong> Sahagún o Vasco <strong>de</strong> Quiroga.<br />

Así continuó su labor el incansable jinete, recorriendo los caminos <strong>de</strong> la<br />

Pimería consolidando sus conversiones, siempre pendiente <strong>de</strong> todo, portando<br />

su fe inquebrantable como escudo contra la adversidad que tantas veces<br />

lo acompañó; y sus anhelos se hicieron realida<strong>de</strong>s, quedando los nombres<br />

<strong>de</strong> Cocóspera, San Ignacio, Magdalena, Caborca, Tubutama y muchas más<br />

para recordarlo.<br />

Pero aquel que fue “Constructor <strong>de</strong> pueblos” como también ha sido llamado<br />

indistintamente “Apóstol <strong>de</strong> los Pimas”, sacudió por última vez sus<br />

sandalias <strong>de</strong>l polvo <strong>de</strong>l camino al encontrarse en la misión <strong>de</strong> Santa María<br />

Magdalena <strong>de</strong> Buquivaba a don<strong>de</strong> había ido, invitado por su hermano en<br />

fe el Padre José Agustín <strong>de</strong> Campos, para la <strong>de</strong>dicación <strong>de</strong> la nueva iglesia<br />

que se estaba construyendo.<br />

<strong>El</strong> Padre Kino murió a media noche <strong>de</strong>l 15 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1711, con la paz<br />

y humildad acostumbradas; ya que su vida se extinguió pero su obra trascendió<br />

al hombre, ya que para don<strong>de</strong> quiera que volteemos viajando por<br />

el norte <strong>de</strong> Sonora y sur <strong>de</strong> Arizona, encontraremos las huellas que <strong>de</strong>jó el<br />

incansable misionero <strong>de</strong> a caballo, a su paso firme por la Pimería.<br />

San Pedro y San Pablo <strong>de</strong> Tubutama, Sonora, México 1935, Julián D.<br />

Hay<strong>de</strong>n y Marvin H. Deshler, Bibl. Paul M. Roca 1967.<br />

EN BUSCA DE UN GIGANTE<br />

La segunda parte <strong>de</strong> la historia no fue escrita por Kino, aunque seguía<br />

siendo la figura central. Se <strong>de</strong>be a los esfuerzos combinados <strong>de</strong> un selecto<br />

grupo <strong>de</strong> investigadores a quienes el Secretario <strong>de</strong> Educación Pública <strong>de</strong> ese<br />

tiempo, licenciado Agustín Yáñez, encargó la tarea <strong>de</strong> localizar los restos<br />

mortales <strong>de</strong>l venerable misionero para prodigarle los honores merecidos. Se<br />

sabía don<strong>de</strong> había sido enterrado porque su acta <strong>de</strong> <strong>de</strong>función lo señalaba<br />

claramente, pero el problema al que se enfrentaban era: ¿dón<strong>de</strong> había sido<br />

sepultado Kino por el Padre José Agustín <strong>de</strong> Campos? Existían al respecto<br />

numerosas conjeturas que habían motivado a otros interesados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Dr.<br />

Herbert E. Bolton en 1919, hasta particulares codiciosos <strong>de</strong>slumbrados por<br />

el oro que suponían acompañaba a Kino, pero nadie tuvo éxito en la empresa.<br />

La búsqueda sistemática empezó en 1965, y estuvo encabezada por el<br />

profesor Wigberto Jiménez Moreno <strong>de</strong>l Instituto Nacional <strong>de</strong> Antropología<br />

e Historia, auxiliado por el Dr. Arturo Romano como antropólogo físico,<br />

Jorge Olvera especialista en arquitectura colonial, William W. Wasley arqueólogo<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Arizona, el Padre Kieran McCarty<br />

y otros colaboradores <strong>de</strong> diversas disciplinas, entre ellos el sacerdote<br />

Cruz G. Acuña y el químico Gabriel Sánchez <strong>de</strong> la Vega.<br />

Parte <strong>de</strong>l equipo comenzó sus pesquisas revisando infinidad <strong>de</strong> documentos<br />

guardados en diferentes archivos nacionales y extranjeros, mientras<br />

otros se encargaban <strong>de</strong> las excavaciones en el mismo centro <strong>de</strong> la ciudad<br />

<strong>de</strong> Magdalena, muy cerca <strong>de</strong>l templo actual, don<strong>de</strong> se suponía estaban las<br />

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3


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Misiones <strong>de</strong>...<br />

ruinas <strong>de</strong> la antigua iglesia <strong>de</strong> San Francisco Xavier, que el Padre Kino<br />

había venido a <strong>de</strong>dicar y en don<strong>de</strong> el Padre Agustín <strong>de</strong> Campos le diera<br />

sepultura.<br />

Con cada documento examinado y cada centímetro excavado, el cerco<br />

se fue cerrando <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>sechar muchas pistas falsas, hasta centrarse<br />

en una zona próxima al palacio municipal, hacia don<strong>de</strong> las evi<strong>de</strong>ncias<br />

apuntaban con mayor fuerza.<br />

Así, las pruebas se fueron acumulando, se analizaban los datos y en<br />

cada investigador aumentaba la certeza <strong>de</strong> que iban por el camino correcto,<br />

aunque la duda persistía.<br />

La consecución <strong>de</strong> tantos esfuerzos culminó a las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />

19 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1966, cuando la pala <strong>de</strong> un trabajador <strong>de</strong>sprendió pequeños<br />

fragmentos <strong>de</strong> hueso en la zanja don<strong>de</strong> se hallaba excavando.<br />

Lo sucedido a partir <strong>de</strong> entonces pertenece a la historia: el sepulcro <strong>de</strong>l<br />

Padre Kino y con él sus restos, había sido <strong>de</strong>scubierto. Estaba <strong>de</strong> nuevo a la<br />

resplan<strong>de</strong>ciente luz <strong>de</strong>l sol, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 254 años <strong>de</strong> oscuridad, pero no <strong>de</strong><br />

olvido. De una forma u otra, su espíritu permanecía en la Pimería pese a la<br />

ausencia corpórea, se le podía ver reflejado en su obra al admirar las huertas<br />

<strong>de</strong> frutales, siembras y gana<strong>de</strong>ría a lo largo <strong>de</strong> los ríos Magdalena, Altar<br />

o Santa Cruz, y que seguían dando vida a los pueblos por él fundados.<br />

Los pormenores <strong>de</strong> su búsqueda y los resultados se resumieron en un<br />

acta levantada en la ciudad <strong>de</strong> Magdalena, con la asistencia <strong>de</strong> los participantes<br />

y las autorida<strong>de</strong>s fe<strong>de</strong>rales, estatales y municipales, que con su<br />

irrestricto apoyo y entusiasmo hicieron posible el memorable suceso.<br />

<strong>El</strong> Padre Eusebio Francisco Kino, en un merecido reconocimiento póstumo,<br />

ha pasado a ocupar un lugar muy especial en nuestra historia, conseguido<br />

a base <strong>de</strong> amor, sacrificio, fe y trabajo, que empezara en aquella<br />

humil<strong>de</strong> al<strong>de</strong>a indígena, transformada poco tiempo <strong>de</strong>spués en Nuestra<br />

Señora <strong>de</strong> los Dolores, “La Madre <strong>de</strong> las Misiones Sonorenses” en la Alta<br />

Pimería.<br />

XXIII.- SAN PEDRO Y SAN PABLO DE TUBUTAMA<br />

Tubutama fue el lugar más importante <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong>l río Altar, habiendo<br />

sido siempre Cabecera <strong>de</strong> misión. La iglesia ubicada en la parte alta<br />

<strong>de</strong> la plaza, es una <strong>de</strong> las más gran<strong>de</strong>s, imponentes y bellas <strong>de</strong> esta parte<br />

<strong>de</strong> Sonora. Su arquitectura totalmente fuera <strong>de</strong> lo común, hace resaltar la<br />

fachada ornamentada con motivos no repetidos en ninguna otra iglesia en<br />

el estado.<br />

<strong>El</strong> edificio está construido en forma <strong>de</strong> cruz, con las naves orientadas<br />

<strong>de</strong> este a oeste, y los cruceros o capillas con sus altares laterales a ambos<br />

lados y bajo el domo principal, al final <strong>de</strong> la parte oeste, antes <strong>de</strong> un altar<br />

principal muy bello y adornado.<br />

Su acceso principal no se encuentra al este, o sea opuesto al altar principal,<br />

sino al sur. Su frontispicio por si mismo y las puertas son magníficas.<br />

Su vestíbulo es <strong>de</strong> techo bajo con un coro arriba, y escalera al campanario<br />

a la <strong>de</strong>recha.<br />

<strong>El</strong> bautisterio está a un lado y la nave y altar principal a la izquierda.<br />

Tiene muy buenas pinturas e imágenes <strong>de</strong> bulto, siendo agradable toda su<br />

ornamentación. Su actual edificio es la última <strong>de</strong> seis reconstrucciones a<br />

saber, sobre los mismos cimientos originales.<br />

La primera iglesia en Tubutama fue iniciada por el Padre Antonio<br />

Arias, a quien el Padre Kino instaló en ella como su primer misionero, en<br />

enero <strong>de</strong> 1691. Esta iglesia <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser terminada por su inmediato sucesor,<br />

el Padre Daniel Januzque, luego vino la revuelta pima <strong>de</strong> 1695, en la<br />

cual fue martirizado el Padre Francisco Xavier Saeta en Caborca y que trajo<br />

la ruina <strong>de</strong> San Ignacio <strong>de</strong> Cabórica, Imuris y Magdalena. Este conflicto se<br />

inicia en Tubutama entre los pimas resi<strong>de</strong>ntes y los ópatas <strong>de</strong> la misión, trayendo<br />

por consecuencia el que incendiaran sus construcciones, incluyendo<br />

la iglesia, pero el Padre Janusque pudo escapar ileso.<br />

Después <strong>de</strong>l alzamiento, no había misionero disponible que quisiera ir<br />

a Tubutama; sin embargo, los nativos, quizás para <strong>de</strong>mostrar su arrepentimiento<br />

por lo hecho, iniciaron la reconstrucción <strong>de</strong> la iglesia y en noviembre<br />

<strong>de</strong> 1699, Tubutama tenía iglesia <strong>de</strong> adobe y techo <strong>de</strong> tierra.<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

En julio <strong>de</strong> 1701, el Padre Kino pudo mandar a Ignacio Iturmendi a<br />

hacerse cargo <strong>de</strong> la misión, no estando más <strong>de</strong> un año ahí, ya que muere<br />

en junio <strong>de</strong> 1702.<br />

Hasta diciembre <strong>de</strong> 1703, Jerónimo Minutuli llega a Tubutama. Kino y<br />

él, sin duda, pensaron que dicha iglesia no era lo mejor, y se hicieron planes<br />

para construir una nueva más gran<strong>de</strong>, misma que prometió costear el<br />

Padre Kino.<br />

De hecho lo hizo así y todavía más: supervisó la construcción en a<strong>de</strong>lante.<br />

En marzo <strong>de</strong> 1706 trajo carpinteros <strong>de</strong> su misión <strong>de</strong> Dolores y construyó<br />

la nueva iglesia sobre los cimientos <strong>de</strong> la anterior.<br />

<strong>El</strong> <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> la tercera iglesia que Kino y Minutuli construyeron no<br />

está muy claro, hay un misterio: para 1730 se reportaba que la iglesia apenas<br />

había comenzado, y es que, o la iglesia no había sido terminada para<br />

cuando Luis María Gallardi llegó ahí, o algo le había sucedido que necesitaba<br />

una reconstrucción o remo<strong>de</strong>lación, si esto último es verdad, entonces<br />

las iglesias <strong>de</strong> Tubutama no serían seis sino siete.<br />

Jacobo Se<strong>de</strong>lmayr, sucesor <strong>de</strong> Gallardi, estuvo ahí hasta el alzamiento<br />

pima <strong>de</strong> 1751 y reconstruyó la iglesia, sólo para que la quemaran <strong>de</strong>spués.<br />

En ese terrible 20 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1751, la iglesia y la casa cural, sirvieron<br />

como fortaleza para Se<strong>de</strong>lmayr y el Padre Nentvig, así como para sus mínimos<br />

pertrechos y fieles seguidores.<br />

Dos años <strong>de</strong>spués, el Padre Luis Vivas estaba en Tubutama y tomó la<br />

responsabilidad <strong>de</strong> reconstruir la iglesia, mismo trabajo que fue terminado<br />

para 1764, cuando el visitador Manuel Aguirre la <strong>de</strong>scribió como una muy<br />

buena y bien <strong>de</strong>corada iglesia.<br />

Cuando Fray Mariano Buena, primer Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> las Misiones franciscanas<br />

en la Pimería Alta, tomó el mando <strong>de</strong> Tubutama en 1768, reportó<br />

que mientras la iglesia no tenía sacristía, que él pensaba reconstruir, la<br />

iglesia no estaba <strong>de</strong>l todo mal. <strong>El</strong> primer Obispo <strong>de</strong> Sonora, Fray Antonio<br />

<strong>de</strong> los Reyes, menciona que existía una buena iglesia, con sus dos altares y<br />

buena ornamentación.<br />

Los franciscanos al parecer más o menos <strong>de</strong> inmediato, procedieron<br />

a construir sobre la anterior una nueva iglesia <strong>de</strong> ladrillo, con techos <strong>de</strong><br />

bóveda y un domo, y este trabajo que correspon<strong>de</strong> a la sexta iglesia (que es<br />

la que hoy vemos) fue terminado quizás para principios <strong>de</strong> 1776, pero con<br />

más certeza lo estimamos para 1786.<br />

Bajo los franciscanos, Tubutama continuó como un centro misional <strong>de</strong><br />

gran importancia, atendido por una serie <strong>de</strong> sacerdotes y la iglesia y sus<br />

ornamentaciones y <strong>de</strong>coraciones eran reportados en buena condición.<br />

San Francisco <strong>de</strong>l Atil, Sonora, México 1921, Prentice Duell, A.P.H.S.<br />

Bibl. Paul M. Roca. 1967.<br />

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Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

LA FABRICA DE LOS ANGELES<br />

AUGE Y CAIDA<br />

La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles, cuyo funcionamiento daba vida a un<br />

poblado <strong>de</strong> cuatro mil habitantes, <strong>de</strong>tuvo sus telares y cerró las<br />

puertas a sus obreros a los l2l años <strong>de</strong> fundada. Era el 20 <strong>de</strong><br />

febrero <strong>de</strong> l94l.<br />

La empresa, enclavada en el municipio <strong>de</strong> Horcasitas, Sonora, <strong>de</strong>claró<br />

que el incendio <strong>de</strong> la noche anterior había sido la causa <strong>de</strong>l cierre.<br />

Inquietos los 500 obreros, ante la posibilidad <strong>de</strong> quedarse sin trabajo,<br />

sesionaron con sus lí<strong>de</strong>res en las oficinas <strong>de</strong>l sindicato. Era verdad que<br />

inesperadas llamas habían abatido a la manufacturera, pero a ojos vista,<br />

la conflagración no había llegado a alturas <strong>de</strong> catástrofe. Con mucho el<br />

monto <strong>de</strong> los daños alcanzaba apenas un cinco por ciento <strong>de</strong> las instalaciones.<br />

Durante la jornada <strong>de</strong>l recuento <strong>de</strong> daños, mientras aislaban <strong>de</strong>l fuego<br />

artiselas, driles, caquis, lonas, mezclillas, los obreros se preguntaban<br />

si el incendio no habría sido provocado acaso por funcionarios <strong>de</strong> la misma<br />

compañía. Días atrás se hablaba <strong>de</strong> la incosteabilidad <strong>de</strong> operación,<br />

así como <strong>de</strong> la poca capacidad <strong>de</strong> consumo <strong>de</strong> los sonorenses, los que<br />

se reconocía, no eran mercado suficiente para la producción <strong>de</strong> la fábrica.<br />

A<strong>de</strong>más se <strong>de</strong>cía que la materia elaborada no podía competir con la<br />

La manufacturera consumía todo el algodón que se cosechaba en la región y<br />

en los vecinos estados.<br />

La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles.<br />

traída <strong>de</strong> México, Guadalajara y Monterrey. También, que el gobierno<br />

<strong>de</strong> Anselmo Macías Valenzuela, se había negado a cooperar con el cincuenta<br />

por ciento <strong>de</strong>l costo para la construcción <strong>de</strong> una presa que daría<br />

energía eléctrica al complejo fabril, porque el diesel, que hacía funcionar<br />

los telares, encarecía la producción. Se agregaba que los constantes robos,<br />

maquinados por los mismos obreros, en connivencia con los encargados<br />

<strong>de</strong> resguardar las mercancías, habían agotado la paciencia <strong>de</strong> los accionistas.<br />

Se rumoraba, <strong>de</strong> la misma manera, que el inmueble requería <strong>de</strong><br />

onerosas reparaciones en pare<strong>de</strong>s y techos y que los propietarios se negaban<br />

a realizarlas. Y por último, que el sindicato se había convertido en<br />

un obstáculo para la buena marcha <strong>de</strong> la industrial, ya que cada día era<br />

más po<strong>de</strong>roso y sus reclamos <strong>de</strong> hiperbólica exigencia.<br />

Lo cierto es que a partir <strong>de</strong> aquella “catástrofe” la vida <strong>de</strong>l poblado<br />

inició su cuenta regresiva. Más <strong>de</strong>l ochenta por ciento <strong>de</strong> los habitantes<br />

tuvieron que buscarse otro trabajo y lo más amargo, otro lugar dón<strong>de</strong><br />

vivir. Presa <strong>de</strong> una nostalgia que no les <strong>de</strong>jaría estar alejados <strong>de</strong>l solar<br />

<strong>de</strong> sus mayores, <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> vecinos <strong>de</strong>cidieron acompañar al pueblo en<br />

su <strong>de</strong>rrumbe y se quedaron a rasguñar la tierra <strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores. Otros<br />

marcharon a Los Mochis, acompañando a Bernardo Corvera, presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la industria, para ayudarlo a reforzar otra factoría que por esas fechas<br />

se encontraba con vida artificial, luchando contra el mismo virus que<br />

asfixiaba a Los Angeles, en el marco <strong>de</strong> una crisis generalizada <strong>de</strong>l sector<br />

textil. Una parte <strong>de</strong> la planta laboral, pasaría años <strong>de</strong>spués a inscribirse<br />

en Textiles <strong>de</strong> Sonora, hilatura abierta en Hermosillo.<br />

Manuel <strong>de</strong> la Rosa León, junto con otros compañeros que habían trabajado<br />

en los talleres durante años, se quedó a efectuar labores <strong>de</strong> <strong>de</strong>smantelamiento.<br />

Esta ocupación llevó dos años. Nada más el motor que<br />

alimentaba <strong>de</strong> energía a los husos y telares, era <strong>de</strong> regulares dimensiones<br />

y <strong>de</strong> algunas toneladas <strong>de</strong> peso, don<strong>de</strong> se tuvo que <strong>de</strong>rrumbar una pared<br />

para darle salida. La <strong>de</strong>mora <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegración, provocada por la pobreza<br />

<strong>de</strong> las vías <strong>de</strong> comunicación, hizo pensar a un grupo <strong>de</strong> optimistas que<br />

la fábrica tal vez renacería, una vez pasada la “mala racha”.<br />

Según el historial <strong>de</strong> su producción, no era extraño que los talleres <strong>de</strong>tuvieran<br />

una vez más su funcionamiento. Años atrás, con la revolución<br />

Cristera y anteriormente con la revolución Ma<strong>de</strong>rista, la compañía había<br />

visto <strong>de</strong>tenida sus activida<strong>de</strong>s y enteleridos sus principales nervios motrices.<br />

Los empolvados anales <strong>de</strong> la factoría daban cuenta <strong>de</strong> aquel 22 <strong>de</strong><br />

febrero <strong>de</strong> 1847, cuando la patria peligraba, el congreso facultó ámpliamente<br />

al ejecutivo para organizar la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Estado contra quienes<br />

terminaron cercenando el suelo <strong>de</strong> México. En uso <strong>de</strong> aquellas faculta<strong>de</strong>s,<br />

en esa misma fecha, se celebró un contrato con el señor An-<br />

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6<br />

La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles...<br />

selmo Larrondo, en representación <strong>de</strong> la<br />

empresa textil, comprometiéndose ésta<br />

a entregar al gobierno mil quinientos<br />

fusiles, en el término <strong>de</strong> seis meses, a<br />

cambio <strong>de</strong> que se le permitiera hacer la<br />

importación <strong>de</strong> mil quintales <strong>de</strong> algodón<br />

<strong>de</strong>spepitado, por ser insuficiente la producción<br />

<strong>de</strong> esa materia prima en Sonora.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que se comprometía las Fábrica<br />

<strong>de</strong> los Ángeles a intervenir con sus<br />

hombres para presentar alguna resistencia<br />

al invasor. Bien se acordaban todos<br />

<strong>de</strong> aquellos seis meses que permaneció<br />

sin trabajo en la revolución <strong>de</strong> Sonora.<br />

Y aquel año en que la empresa estuvo<br />

manteniendo a las familias <strong>de</strong>socupadas,<br />

mientras pasaban los trabajos <strong>de</strong> remozamiento<br />

en l9l6. Por eso, para muchos<br />

no había mas que un solo pensamiento<br />

y una sola verdad: La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles,<br />

que se inició cuando esta patria<br />

era todavía colonia española y los sables<br />

insurgentes no terminaban <strong>de</strong> abatir al<br />

último gachupín, cuando aún faltaba un<br />

lustro para que la Villa <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong> fuera<br />

bautizada con el mas eufónico patronímico<br />

<strong>de</strong>l joven general José María González<br />

Hermosillo; la fábrica, que guiaba<br />

la <strong>de</strong>smañada mano <strong>de</strong> los tatarabuelos<br />

por entre urdidoras, batanes e hilaturas,<br />

la que cumple ya ciento veintiún años<br />

operando, no parará jamás <strong>de</strong> existir, ya<br />

que es un ente inmortal arraigado firmemente<br />

en el suelo <strong>de</strong> Sonora, protegido y aviado espiritualmente por<br />

Nuestra Señora <strong>de</strong> los Angeles. Así que el parón <strong>de</strong> anoche, no será sino<br />

otro borrón y cuenta nueva, pues <strong>de</strong> otra forma ¿ qué haríamos los cuatro<br />

mil que somos?<br />

Pero una vez terminados los trabajos <strong>de</strong>l traslado <strong>de</strong> la maquinaria<br />

hacia otros lugares, Corvera or<strong>de</strong>nó fueran tiradas pare<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>más instalaciones<br />

<strong>de</strong>l añoso inmueble, para que en lo sucesivo no le cupiera a<br />

nadie la menor duda <strong>de</strong> que la fuente <strong>de</strong> trabajo más importante <strong>de</strong>l Valle<br />

<strong>de</strong>l río San Miguel y el primer establecimiento fabril <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Yucatán hasta<br />

la Alta California, había finiquitado, esta vez para siempre.<br />

La tristeza era mayúscula en los jóvenes que veían cancelarse posibilida<strong>de</strong>s<br />

futuras <strong>de</strong> vida y que a<strong>de</strong>más ya no gozarían <strong>de</strong> otro carnaval.<br />

Ni testificarían el rebullir <strong>de</strong> los paseantes en la plaza. La parroquia con<br />

la santa patrona Nuestra Señora <strong>de</strong> los Angeles, quedó <strong>de</strong>sierta como<br />

la población y en los días actuales, solo <strong>de</strong> vez en cuando se oficia allí<br />

alguna misa. Una cantina, que ofrece una cerveza refrescada con agua,<br />

es el recuerdo <strong>de</strong> ocho que trabajaron día y noche en los tiempos en que<br />

las telas que producía La Compañía Industrial <strong>de</strong>l Pacífico, encontraban<br />

mercado en Nayarit, Sinaloa, Sonora y Baja California, lo mismo que en<br />

Tucson y Fénix ( Phoenix) en Arizona.<br />

Carlos Tostado, ex operario <strong>de</strong> la fábrica y <strong>de</strong>spués técnico <strong>de</strong> Textiles<br />

<strong>de</strong> Sonora, recuerda la facilidad que había para encontrar acomodo en la<br />

compañía <strong>de</strong> telas. Las mujeres, lo mismo que los niños <strong>de</strong> cierta edad,<br />

eran contratados para instalarlos <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> telares y husos. La supervisión<br />

<strong>de</strong> algunos procesos fabriles no requería fuerza para ser realizados,<br />

las pequeñas manos podían <strong>de</strong>senvolverse bien para limpiar y engrasar<br />

entre los engranajes <strong>de</strong> las máquinas. Los salarios que se les pagaban<br />

eran muy reducidos y las jornadas más largas. La mano <strong>de</strong> obra infantil<br />

estaba clasificada en niños pequeños, medianos y gran<strong>de</strong>s. No existía,<br />

pues, prohibición alguna <strong>de</strong> que trabajaran los niños, antes bien, se les<br />

¿Los constantes embarazos <strong>de</strong> sus operarias, pudiera anotarse como<br />

una causa <strong>de</strong>l cierre? Todavía referirse a ello es un misterio.<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

ataba con una soga y se les bajaba por oscuras, quemantes y tiznadas<br />

chimeneas para que las limpiaran. Ingresaban<br />

como aprendices a los talleres y se<br />

les trataba a cachetadas para que fueran<br />

progresando en habilida<strong>de</strong>s y conocimientos<br />

hasta llegar a la incapacidad <strong>de</strong><br />

la vejez. Así, la comunidad tenía asegurada<br />

su vida y los nuevos habitantes<br />

siempre encontraban lugar en la empresa.<br />

<strong>El</strong> pueblo no se vio, en todos aquellos<br />

años, diezmado por la emigración o el<br />

<strong>de</strong>sempleo. Sin embargo, las condiciones<br />

<strong>de</strong> vida para los empleados eran un<br />

suplicio ya que se tenía que laborar <strong>de</strong><br />

doce a catorce horas diarias, los sábados<br />

jornada completa y los domingos medio<br />

día. Los talleres tenían que funcionar<br />

al cien por cien, doce meses al año, seis<br />

días a la semana y 11 y media horas diarias.<br />

Las especialida<strong>de</strong>s estaban ocupadas<br />

por canilleros, torcedores, tejedores,<br />

engomadores, atadores, mudadores, boteros,<br />

estiradores, veloceros, trocileros,<br />

cabos, carretilleros, <strong>de</strong>vanadores, empacadores,<br />

fogoneros, medidores, envasadores,<br />

dobladores, urdidores, bataneros,<br />

blanqueadores, zurcidores, ro<strong>de</strong>leros,<br />

tintoreros, estampadores y maestros <strong>de</strong><br />

hilados y preparación. Des<strong>de</strong> 1842 en<br />

que se industrializó el cultivo <strong>de</strong>l algodón<br />

en el Estado, en los campos estaban<br />

los cultivadores <strong>de</strong> esa fibra, los yunteros,<br />

los granjeros, los carreteros y en el<br />

casco <strong>de</strong> la población, quienes atendían<br />

las trojes, los chiqueros, las bo<strong>de</strong>gas, los graneros, los pajares, los macheros,<br />

los carpinteros y lava<strong>de</strong>ros, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> maquinistas y cal<strong>de</strong>reros que<br />

operaban las bombas <strong>de</strong> vapor, generalmente acompañados <strong>de</strong>l juez <strong>de</strong>l<br />

acueducto. Todos ellos formando una comunidad babélica que lo mismo<br />

se daba a enten<strong>de</strong>r en las lenguas <strong>de</strong>l inglés, español, chino, africano y<br />

latín como en los dialectos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> matriz cahíta.<br />

La factoría había sido ubicada lejos <strong>de</strong> los centros poblacionales para<br />

realizar un tipo <strong>de</strong> liberalismo a sus anchas sin intervenciones estatales,<br />

ni regulación <strong>de</strong> condiciones o <strong>de</strong> horas <strong>de</strong> labor. A <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> ello,<br />

las crisis <strong>de</strong> subsistencia se terminaron al existir una fuente segura <strong>de</strong><br />

trabajo, a pesar <strong>de</strong> que la compañía procuraba en los primeros <strong>de</strong>cenios,<br />

evitar la paga en efectivo, liquidando al trabajador con vales o cupones<br />

que eran <strong>de</strong>scontables en especie y ropa. En el aspecto tecnológico, Sonora<br />

fue más rica en los ochocientos que doscientos años <strong>de</strong>spués, ya que<br />

su auge estuvo basado en la economía inglesa <strong>de</strong> la mecanización más<br />

que en la <strong>de</strong> Estados Unidos, don<strong>de</strong> en ese tiempo tales a<strong>de</strong>lantos no se<br />

imponían. Se pudo comprobar en esa parte <strong>de</strong> Sonora, que la renta y la<br />

riqueza crecieron más rápidamente que la población, haciéndolas vivir el<br />

paso más glorioso <strong>de</strong> ese siglo.<br />

La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles, comenzó a operar en l842, en un edificio <strong>de</strong><br />

dos pisos, <strong>de</strong> una hectárea <strong>de</strong> superficie. Pero es natural pensar que para<br />

llevar a su apertura, hubieron <strong>de</strong> pasar lo menos 22 años, los que se utilizaron<br />

en conseguir la maquinaria, su translado e instalación, así mismo,<br />

el lugar para el ingenio y sus campos, las condiciones más idóneas para el<br />

fin provocador que se buscaba, la construcción <strong>de</strong> casas para los obreros,<br />

la instrucción para cada uno <strong>de</strong> ellos sobre el papel que <strong>de</strong>sempeñarían<br />

frente a cada reto <strong>de</strong>l conjunto fabril. Tenían que opositar, realizar una<br />

serie <strong>de</strong> pruebas para optar a un cargo. Se realizaba un procedimiento<br />

selectivo <strong>de</strong> los aspirantes para someter su competencia al juicio<br />

<strong>de</strong> quien ya sabía. <strong>El</strong> fruto <strong>de</strong> tanto esfuerzo <strong>de</strong>vendría en un<br />

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Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles...<br />

taller poco ortodoxo con un perfil dominantemente ingenioso. De tales<br />

preparativos tendrían que salir a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los técnicos y agricultores, los<br />

accionistas, los consejeros activos, juristas expertos, consultores <strong>de</strong> dirección<br />

y ejecutivos <strong>de</strong> empresas y entida<strong>de</strong>s financieras. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> quien<br />

vigile y mo<strong>de</strong>re, represente, aglutíne y anime al equipo, salvaguar<strong>de</strong> a la<br />

empresa y sea vizagra entre consejo y trabajadores. Se trataba <strong>de</strong> crear<br />

sobre éstas sórdidas regiones, lo que no había existido jamás.<br />

Se había <strong>de</strong>stinado una nave exclusivamente para la producción, las<br />

habitaciones obreras se localizaron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un gran patio don<strong>de</strong> se<br />

ubicó la vía <strong>de</strong> acceso a la gran factoría. Las pare<strong>de</strong>s se levantaron con<br />

mampostería y los techos <strong>de</strong> terrados y vigas, los pisos eran <strong>de</strong> cemento.<br />

En la planta alta se dispusieron habitaciones para los ejecutivos. La maquinaria<br />

fue traída en barco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Inglaterra hasta Guaymas y <strong>de</strong> allí, en<br />

lomos <strong>de</strong> mulas, hasta un recoveco <strong>de</strong>l río San Miguel, don<strong>de</strong> los Iñigo,<br />

al establecer la industria, hicieron nacer un poblado textil formado por<br />

técnicos que pertenecían a la mo<strong>de</strong>rnidad global <strong>de</strong> entonces, la que reverberaba<br />

con mayor ímpetu en las ciuda<strong>de</strong>s inglesas. En l941, época <strong>de</strong><br />

su <strong>de</strong>clive, la comunidad contaba cuatro mil almas y establecerla, a principios<br />

<strong>de</strong>l siglo XlX, no fue un proceso sencillo y lineal ya que se enfrentaron<br />

gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s, sobre todo la capacidad social para adaptarse a<br />

las innovaciones foráneas, las que llevaban un ritmo <strong>de</strong> vértigo. Aunado<br />

a ello, el conocimiento para esta maquiladora, la más avanzada en aquella<br />

época, llegaba con <strong>de</strong>masiado retraso y su difusión alcanzaba a pocos<br />

individuos. Se tenían que enfrentar reparaciones que no se sabía cómo<br />

iniciarlas. Un pequeño problema, como engrasar los piñones, que transmitían<br />

la fuerza al resto <strong>de</strong> la maquinaria, <strong>de</strong>tenía el proceso por días y<br />

hasta por meses. Alguien <strong>de</strong>bía salir <strong>de</strong> estas apartadas regiones y presentarse<br />

en Guaymas, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> bogaría hasta Salina Cruz o Acapulco,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, otra vez pisando tierra, alcanzaría la Ciudad <strong>de</strong> México y seguiría<br />

hasta Veracruz, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> luego reembarcaría a Europa, buscando<br />

los talleres <strong>de</strong> Liverpool o Manchester para pedir la pieza, la herramienta<br />

y el conocimiento sobre cómo embonarla en el engranaje averiado, si es<br />

que todavía la marca <strong>de</strong>l mecanismo no había mo<strong>de</strong>rnizado su hechura.<br />

Aquel alguien <strong>de</strong>bía manejar el inglés, el francés y el español para<br />

sortear la cauda arancelaria <strong>de</strong> los distintos puertos que aparecían en su<br />

itinerario y a<strong>de</strong>más ser un versado en la técnica fabril. <strong>El</strong> enviado podía<br />

redon<strong>de</strong>ar con facilidad un año completo en regresar <strong>de</strong> su viaje.<br />

Des<strong>de</strong> que partió el primer grupo <strong>de</strong> jesuitas rumbo a las ignotas<br />

tierras <strong>de</strong> esta gran región, para per<strong>de</strong>rse en sus gran<strong>de</strong>s secarrales<br />

predicando la pasión por Cristo, Guaymas, el puerto que comunicaba<br />

con el mundo, no había experimentado tales arrebatos <strong>de</strong> emoción. La<br />

comunidad porteña, compuesta <strong>de</strong> comerciantes, soldados, navieros y<br />

personal <strong>de</strong> aduanas, se preparó para presenciar el hito histórico en que<br />

todo este complejo fabril, habría <strong>de</strong> tomar rumbo, en carretas, tiradas<br />

por veinte caballos y cuatro escoltas <strong>de</strong> las guardias volantes, hacia el<br />

lugar en don<strong>de</strong> el río San Miguel, a ocho leguas <strong>de</strong> la Villa <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong>, <strong>de</strong>linea<br />

un bucle en su corriente, acelera la potencia <strong>de</strong> sus aguas, confirma<br />

un caudal valioso la mayor parte <strong>de</strong>l año y en cuyas riberas aguardan,<br />

entre recelosos y díscolos integrantes <strong>de</strong> la tribu Seri, algunos mestizos<br />

espectantes y dos o tres blancos peninsulares, para juntos dar la bienvenida<br />

al cargamento que se ha documentado en Liverpool, la cuna <strong>de</strong> la<br />

revolución industrial, al otro lado <strong>de</strong>l planeta. En materia técnica, en ese<br />

siglo, nadie había osado antes algo igualmente grandioso. Des<strong>de</strong> la pisada<br />

impresa por el pié <strong>de</strong> Kino, nada ha sido comparable a este enorme<br />

salto <strong>de</strong>l ingenio humano. Sesenta años <strong>de</strong>spués, quizá, la presencia <strong>de</strong>l<br />

proboscidio <strong>de</strong> hierro, pitando por entre cañadas y ríos a la endiablada<br />

velocidad <strong>de</strong> sesenta kilómetros por hora, se le pueda equiparar. Es por<br />

ello que la gente se exalta, platica, grita y discute. Por momentos largos<br />

se vanagloria <strong>de</strong> pertenecer a esa generación que ha logrado cimbrar los<br />

talentos <strong>de</strong>l comercio y retar a cuanto aquí se haya llevado a cabo que implique<br />

participación <strong>de</strong>l ingenio. La maquinaria británica ha llegado a los<br />

miserables parajes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto sonorense. Todo será cuestión <strong>de</strong> armar<br />

el rompecabezas e iniciar una <strong>de</strong> las más épicas sagas <strong>de</strong> la globalización<br />

impulsada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sonora.<br />

La formación <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a, el emplazamiento <strong>de</strong> entonces, se elige en<br />

función <strong>de</strong> la cercanía <strong>de</strong> las vías <strong>de</strong> comunicación, pero a la vez, procurando<br />

alejarlo <strong>de</strong>l territorio hostil don<strong>de</strong> compulsan entre sí las tribus, su<br />

discolidad secular. San Miguel <strong>de</strong> Horcasitas mantenía una comunicación<br />

periódica con Guadalajara a través <strong>de</strong> un camino agrestre y acci<strong>de</strong>ntado<br />

que llevaba y traía bienes e informaciones. Se buscó igualmente la<br />

cercanía <strong>de</strong> un curso <strong>de</strong> agua. Deforestado el monte, las tierras cultivadas<br />

se extendieron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a, formando un anillo. Del monte llegaba<br />

ma<strong>de</strong>ra, leña, miel, cera, frutos secos y productos <strong>de</strong> la caza. Y por<br />

primera vez en la historia <strong>de</strong> éste país, se instalan aquí, máquinas automáticas<br />

movidas por la fuerza expansiva <strong>de</strong>l vapor. Para el año l820, los<br />

tejidos <strong>de</strong> algodón habían superado a los <strong>de</strong> lana y la producción, permitiría<br />

el abaratamiento <strong>de</strong> los precios y la extensión <strong>de</strong> las ventas. A partir<br />

<strong>de</strong> ese momento, Sonora queda conectada tecnológicamente con Europa,<br />

para vivir los acontecimientos maquinizados <strong>de</strong> modo propio.<br />

La sola aparición <strong>de</strong> los productos emergidos <strong>de</strong> husos y telares mo<strong>de</strong>rnos,<br />

<strong>de</strong>salentó el interés por las cosas hechas a mano. Los indios <strong>de</strong><br />

estas tierras tejían sus ropas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía 4500 años. Sobre géneros <strong>de</strong><br />

estallante colorido imprimían motivos geométricos y figuras <strong>de</strong> animales<br />

utilizando algodón blanco y café.<br />

Manuel Iñigo, hombre rico, incisivo, imaginativo y cortante, había<br />

escogido precisamente éste lugar para escon<strong>de</strong>r el negocio, porque aún<br />

en esa fecha, no caducaban las patentes <strong>de</strong> los telares europeos, lo que<br />

sucedió hasta una <strong>de</strong>cena <strong>de</strong> años <strong>de</strong>spués. Por ese tiempo se tenía más<br />

temor a las leyes <strong>de</strong> patente que a los indios alzados. <strong>El</strong> natalicio <strong>de</strong> la<br />

manufacturera ocurrió cuando el interior <strong>de</strong> Sonora era aún una tierra<br />

incógnita y muy pocos, incluso los indígenas, apaches, seris y pimas, se<br />

aventuraban a viajar por estas remotas regiones. Es <strong>de</strong> suponer que ya<br />

los jesuitas habían cartografiado todas las especies, hecho los catálogos<br />

<strong>de</strong> la flora y la fauna, logrado establecer poblados y rancherías, mas a<br />

pesar <strong>de</strong> todo aquel empuje civilizador, la región seguía estando en blanco.<br />

<strong>El</strong> territorio vivía en un permanente estado <strong>de</strong> alerta. Cuesta trabajo<br />

hoy en día, creer que esa porción <strong>de</strong> suelo <strong>de</strong>pauperado, sin <strong>de</strong>mografía,<br />

haya sido durante un dilatado tiempo, ciento veintiún años, un preciado<br />

asiento <strong>de</strong>l lucrativismo. <strong>El</strong> primer taller <strong>de</strong> la Nueva España. Uno <strong>de</strong> los<br />

sucesos mas apasionantes e ignorados <strong>de</strong>l siglo XlX.<br />

En l893, el nombre <strong>de</strong> La Fábrica <strong>de</strong> los Angeles, cambió por el <strong>de</strong><br />

Compañía Industrial <strong>de</strong>l Pacífico y el sesenta por ciento <strong>de</strong> las acciones<br />

quedaron en manos <strong>de</strong> la familia Corvera. <strong>El</strong> negocio se reinició con un<br />

capital <strong>de</strong> tres millones <strong>de</strong> pesos. La sociedad fue suscrita en la ciudad<br />

<strong>de</strong> Hermosillo. La acción se cotizaba en mil quinientos pesos. La empresa<br />

empleó a seiscientos obreros venidos <strong>de</strong>l extranjero y <strong>de</strong> diversos puntos<br />

<strong>de</strong>l país. <strong>El</strong> complejo constaba <strong>de</strong> seis mil doscientos husos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

doscientos ochenta telares. Consumía l4,600 pacas <strong>de</strong> algodón al año y<br />

elaboraba driles, mezclillas, caquis, lonas, artiselas, produciendo cuatro<br />

millones, trescientos mil metros <strong>de</strong> esos géneros al año.<br />

<strong>El</strong> pórtico <strong>de</strong> la Compañía es en la actualidad el único vestigio que señala que<br />

allí se levantó un emporio que duró más <strong>de</strong> ciento veintiún años.<br />

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Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Semblanza en Fotos<br />

Con su mamá Carmen Salazar en 1944.<br />

Apenas tenía dos años.<br />

¡¡Miren cómo la traigo!!<br />

<strong>El</strong> Güero y la Márgara;<br />

ella sería <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

ese día la mujer que lo<br />

acompañaría hasta el<br />

final.<br />

Una <strong>de</strong> sus pasiones fue el beisbol, solamente<br />

en su época <strong>de</strong> primaria en la escuela Cervantes<br />

<strong>de</strong> Guadalajara, Jal. tuvo la oportunidad<br />

<strong>de</strong> uniformarse <strong>de</strong> pelotero. Esto en 1950.<br />

Una pléya<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

galanes adolescentes,<br />

son los<br />

compañeros <strong>de</strong><br />

Arnoldo a su<br />

paso por la secundaria<br />

<strong>de</strong>l<br />

Regis, durante<br />

el ciclo escolar<br />

1955-1956.<br />

<strong>El</strong> Güero y la Pituka el día <strong>de</strong> su primera<br />

comunión en 1951.<br />

En esta casa vivió su<br />

infancia, está en la esquina<br />

que actualmente<br />

forman las calles Revolución<br />

y Coahuila,<br />

la foto data <strong>de</strong> los años<br />

40s.<br />

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Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Semblanza en Fotos<br />

Muy serios los muchachos tomando<br />

pura “Coca-Cola”; la gráfica<br />

correspon<strong>de</strong> a una fiesta en “<strong>El</strong><br />

Mezquital <strong>de</strong>l Oro”, en 1959.<br />

Inaugurando el negocio<br />

“Plomería, S.A.” en 1976;<br />

bendice el sacerdote Luis<br />

Fimbres.<br />

Boda: 29 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 1966.<br />

Ocho años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>claración, por fin se casaron<br />

en octubre <strong>de</strong> 1966;<br />

la foto fue tomada en la<br />

Ciudad <strong>de</strong> México en su<br />

luna <strong>de</strong> miel.<br />

Evento <strong>de</strong>l Grito <strong>de</strong> In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

en Palacio <strong>de</strong> Gobierno.<br />

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10<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Semblanza en Fotos<br />

Una <strong>de</strong> las empresas más exitosas que fundó en la década <strong>de</strong><br />

los 70’s, misma que mantuvo durante 18 años, fue “Azulejos<br />

y Sanitarios”; se ubicaba en la misma esquina don<strong>de</strong> vivió su<br />

infancia. En la foto tomada en 1978 aparece su hijo Arnoldo.<br />

¿Quién no recuerda el eslogan <strong>de</strong> “A los gatos no les gusta el<br />

baño” acompañado <strong>de</strong> su ¡¡¡miau, miau, miau, miau!!!?<br />

Enguerrando Tapia, director <strong>de</strong>l periódico “<strong>El</strong> Sonorense”,<br />

acompaña a su amigo el Güero Salazar durante un evento <strong>de</strong><br />

charros.<br />

Reunido con sus mejores amigos: Sany Cabrera, Mac Murrieta,<br />

Héctor Morán (q.e.p.d.), Buby Mazón. La foto fue tomada<br />

en 1992, en el restaurante “<strong>El</strong> Corral”.<br />

Con sus hermanos(as): Rafaelita, Carmen, Luis Fernando y<br />

Carlos. (Foto tomada en 1989).<br />

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ermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Semblanza en Fotos<br />

Comida en casa <strong>de</strong> Félix Tonella<br />

en 1992 en la foto aparecen:<br />

Chino Bórquez, Ernesto Rivera<br />

Claisse, “Taquico” Vizcaíno,<br />

“Chino” Fernando Andra<strong>de</strong>.<br />

La familia completa: esposa, hijos y nietos, en la boda <strong>de</strong> Arnoldo hijo en el año 2005.<br />

Comida ofrecida por su gran amiga<br />

la pintora Martha Peterson en el<br />

año 2007; le agra<strong>de</strong>cían suscripción<br />

gratuita que periódicamente les hacía<br />

llegar <strong>de</strong> “<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>”.<br />

Festejo en “La Bohemia” organizado<br />

por Rodolfo Ontiveros,<br />

por los primeros cinco años <strong>de</strong>l<br />

periódico. En la foto con su más<br />

cercano colaborador, el Sr. Fernando<br />

Andra<strong>de</strong> Domínguez.<br />

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12<br />

M<br />

artha Peterson fue mi maestra <strong>de</strong> pintura, llegué hasta ella gracias a que mi<br />

padre, Arnoldo Salazar Woolfolk era su amigo, estuve unos pocos meses en su<br />

estudio y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las pláticas sobre arte que ella generosamente me brindaba,<br />

me enseñó muchas otras cosas enriquecedoras.<br />

Fue precisamente durante esa enseñanza que brinda la plática cotidiana, cuando<br />

comprendí los motivos que mi padre tenía para disfrutar su amistad.<br />

Ahora que trato <strong>de</strong> mantener viva la memoria <strong>de</strong> mi padre y conocer un poco más<br />

todo lo que encerraba su grandiosa, y a veces controvertida personalidad, no podía <strong>de</strong>jar<br />

pasar la posibilidad <strong>de</strong> volver a charlar con Martha Peterson, particularmente porque<br />

es alguien a quien él no solamente admiraba como artista, también le tenía un profundo<br />

respeto y los unía una entrañable amistad.<br />

Con esa inquietud llegué a su estudio, siempre pensando que existen personajes<br />

en nuestras vidas que tienen profunda influencia, que nos marcan la existencia. En esos<br />

momentos los recuerdos que tenía <strong>de</strong> Martha me obligaban solamente a elogiarla y tener<br />

un agra<strong>de</strong>cimiento permanente a su persona.<br />

Ahí estaba, en aquella mañana <strong>de</strong> junio, extraña porque inusualmente soplaba un<br />

viento fresco y un nublado mitigaba los rayos <strong>de</strong>l sol que sabemos son inclementes por<br />

esas fechas en Hermosillo; sus obras <strong>de</strong> arte nos ro<strong>de</strong>aban, su colección <strong>de</strong> casas <strong>de</strong> muñecas<br />

es impresionante, con la calma y lo plácido <strong>de</strong>l momento me platicó los planes<br />

que ella, mi padre y otros amigos <strong>de</strong> ambos, tenían en mente, pero que a la muerte <strong>de</strong> él<br />

quedaron inconclusos.<br />

Martha y “<strong>El</strong> Güero” fueron siempre unos i<strong>de</strong>alistas, unos apasionados amantes <strong>de</strong><br />

la historia <strong>de</strong> su tierra, <strong>de</strong> su pueblo; por ello les gustaba reconocer a aquellos que compartían<br />

su misma pasión.<br />

En ese sentido ya tenían en la mira organizar un reconocimiento a un sonorense que<br />

<strong>de</strong>dica una buena parte <strong>de</strong> su tiempo a investigar y luego redactar verda<strong>de</strong>ros textos que<br />

<strong>de</strong>scriben momentos <strong>de</strong>terminantes en la historia <strong>de</strong> Sonora, <strong>de</strong> Hermosillo y <strong>de</strong> algunas<br />

familias locales; el merecedor <strong>de</strong> tal admiración por parte <strong>de</strong> ellos es el ingeniero Ignacio<br />

Lagarda Lagarda, en ese momento director <strong>de</strong>l Catastro Municipal.<br />

Hacerle un reconocimiento, implicaba para ellos agra<strong>de</strong>cerle públicamente su <strong>de</strong>di-<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Dos amigos i<strong>de</strong>alistas, apasionados<br />

<strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> su tierra...<br />

Por: Verónica Salazar Coker<br />

cación y que con relativa constancia estuviera publicando nuevas obras <strong>de</strong> investigación,<br />

como sucedió con la presentación <strong>de</strong> su libro más reciente durante la celebración <strong>de</strong> “Las<br />

Fiestas <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong> <strong>2009</strong>”.<br />

Si bien en materia <strong>de</strong> historia regional, “<strong>El</strong> Güero” siempre estaba “apuntado”, había<br />

otros asuntos en los que por ignorar su existencia simplemente no se involucraba. En ese<br />

sentido, Martha Peterson había estado sensibilizándolo y motivándolo para ayudar a una<br />

incipiente fábrica <strong>de</strong> trapeadores, que es manejada por personas débiles visuales o totalmente<br />

invi<strong>de</strong>ntes.<br />

<strong>El</strong>los tienen un buen producto, pero se les dificulta comercializarlo. Arnoldo Salazar,<br />

“<strong>El</strong> Güero”, conocía perfectamente ese tema, había prosperado en los negocios gracias a<br />

su capacidad <strong>de</strong> venta y a<strong>de</strong>más, tenía una gran cantidad <strong>de</strong> amigos y conocidos en el<br />

ramo comercial que bien podían ser potenciales clientes <strong>de</strong> esta fábrica y comprarles su<br />

mercancía.<br />

Cuando Martha Peterson <strong>de</strong>scribía con aquellos colores tan vivos el ardor y el interés<br />

<strong>de</strong> mi padre, cuando dibujaba con los trazos más finos <strong>de</strong> sus manos aquel entusiasmo<br />

que él tenía por reconocer a un historiador y ayudar <strong>de</strong>sinteresadamente a estas personas<br />

con problemas <strong>de</strong> visión, cada que ese pincel imaginario <strong>de</strong> Martha me daba una nueva<br />

tonalidad <strong>de</strong> color aparecía mi padre en aquel lienzo que ella pintaba en mi cabeza, era él<br />

pero ahora lo veía a través <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong> Martha, lo conocía mejor, sabía cosas que no lo<br />

imaginaba planeando o ejecutando y me sentía orgullosa y agra<strong>de</strong>cida con Dios y con la<br />

vida por permitirme llevar su sangre.<br />

Yo no puedo juzgar a mi papá; el señor Arnoldo Salazar, pudo tener ninguno, pocos<br />

o muchos <strong>de</strong>fectos, eso es cuestión <strong>de</strong> cada quien, lo que nadie pue<strong>de</strong> negarle es que<br />

siempre estaba dispuesto a ayudar a los <strong>de</strong>más y esa es una virtud que no muchos pue<strong>de</strong>n<br />

presumir.<br />

Agra<strong>de</strong>cerle a Martha Peterson por las horas <strong>de</strong> plática y los gratos recuerdos que me<br />

hizo evocar, es quedarme corta. <strong>El</strong>la sabe lo preciada que era para “<strong>El</strong> Güero” y la gran<br />

estima que le guardamos.<br />

Lo que más le agra<strong>de</strong>zco es su generosidad para hacerme ese boceto <strong>de</strong> mi padre,<br />

porque en la amistad <strong>de</strong> ellos había un Arnoldo Salazar que <strong>de</strong>bo reconocer no conocía y<br />

que me encantó <strong>de</strong>scubrir.<br />

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Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Recordando al Güero<br />

(Acróstico<br />

“in memoriam”)<br />

Por el Lic. Armando Gastélum Alcaraz<br />

A rnoldo ¡amigo!… <strong>de</strong> siempre yo te digo<br />

R ecuerdos mil nos <strong>de</strong>ja tu partida<br />

N unca por nunca… jamás podremos olvidarte<br />

O freciste a todos tu bonhomía constante<br />

L o mismo en tu familia, que en tu oficio<br />

D ominaste <strong>de</strong> la historia el periodismo<br />

O freciendo a gratuidad tu esfuerzo por el mismo.<br />

S aldo favorable nos <strong>de</strong>jas <strong>de</strong> tu vida<br />

¡A b aeterno! Des<strong>de</strong> la eternidad silente<br />

L igaremos para siempre tu recuerdo<br />

A l hombre <strong>de</strong> carácter fuerte, pero tierno<br />

Z afiro <strong>de</strong> amistad sin par… ¡perseverante!<br />

“A b imo pectore” <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong>l corazón<br />

R ecordaremos tu personalidad “multo” inquietante.<br />

“W apití” siervo <strong>de</strong> Dios en todos sus altares<br />

O frendaste tu fe al creador sin cortapisas.<br />

O olvidándote <strong>de</strong>l carácter fuerte que mostrabas<br />

L o mismo en las fiestas <strong>de</strong> guardar, como en las misas…<br />

F undador director <strong>de</strong>l periódico histórico “EL PITIC”<br />

O rganizador y difusor <strong>de</strong> Hermosillo y <strong>de</strong> su historia<br />

L ogrando conjuntar y escribir la vida <strong>de</strong> sus héroes<br />

K ilómetros <strong>de</strong> letras, <strong>de</strong> tinta y <strong>de</strong> papel…<br />

Nos <strong>de</strong>jas como testamento fiel…<br />

¡De tu vida… <strong>de</strong> tu obra… y tu memoria!<br />

Hermosillo, Sonora 09 <strong>de</strong> Junio <strong>de</strong> <strong>2009</strong>.<br />

Tata:<br />

Quiero <strong>de</strong>cirte que ya sé que como estás en el cielo pue<strong>de</strong>s escuchar,<br />

ver y saber todo lo que hago; yo sé que nos estás esperando allá arriba<br />

y que hasta nos pue<strong>de</strong>s cuidar <strong>de</strong> lejos.<br />

Mi mamá me contó que todos los miércoles ibas a comer con tus amigos<br />

y que cuando estaban muy serios <strong>de</strong>cías: “Qué los regañó la Leona”<br />

( ja). Yo recuerdo que tú tenías una personalidad tan “propia” ¡pero tan<br />

propia! Yo sé que tenías tu carácter fuerte, pero me atrevo a <strong>de</strong>cir que<br />

¡¡NADA reemplazará tu amor y cariño en nuestros corazones!!.<br />

Te queremos mucho Tu nieto Jos’e Carlos<br />

Rosas Salazar<br />

EL HOMBRE DORADO<br />

C onocí<br />

y traté a Arnoldo Salazar Woolfolk en sus tres diferentes dimensiones:<br />

como empresario, como amigo y como benefactor. En las tres facetas<br />

aprendí a admirarlo porque en cada una <strong>de</strong> ellas fue un profesional.<br />

Rememoro la primera vez que tuve la oportunidad <strong>de</strong> oír su grave voz. Me<br />

llamaba telefónicamente para conocerme y pedirme nos entrevistáramos en su<br />

oficina <strong>de</strong> Azulejos y Sanitarios. La inquietud que lo movía, me dijo, era saber si yo<br />

–otro Woolfolk- había sido capaz <strong>de</strong> escribir toda esa sarta <strong>de</strong> babosadas que lo<br />

habían enganchado al comprar mi revista “José Luis”. Era 1973. Según supe luego,<br />

ASW, concurría asiduamente a Librolandia para abastecerse <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong> libros,<br />

obras <strong>de</strong> diversos enfoques sin omitir levantar <strong>de</strong> la mesa revistas y publicaciones<br />

elaboradas en la localidad. En aquella llamada me hizo ver que tenía en mente cubrir<br />

la totalidad <strong>de</strong>l costo <strong>de</strong> mi publicación bajo el compromiso <strong>de</strong> que solo apareciera<br />

en sus páginas la publicidad <strong>de</strong> sus negocios. Yo la comercializaría y el dinero <strong>de</strong> la<br />

venta al suelto sería sólo para mí. Que la diseñarían sus publicistas Gustavo Romero<br />

Carpena y Enrique Yescas, artistas que gozaban en el medio <strong>de</strong> una muy justificada<br />

consagración.<br />

En aquel momento ambos teníamos la misma edad y a mis años, jamás había<br />

oído una superclase <strong>de</strong> oportunidad como aquella que Arnoldo me ofrecía. Pero él<br />

no me conocía y no sabía siquiera si yo era merecedor <strong>de</strong> aquella. Por ello cuidé mucho<br />

no contrariarlo, no <strong>de</strong>cepcionarlo a través <strong>de</strong> la vía telefónica. Incluso llegué a<br />

impostar la voz, para darme importancia. ¿Sabrá que me emborracho <strong>de</strong> seguido?<br />

¿qué no hago otra cosa más que escribir vagancias? ¿relacionaría el epígrafe <strong>de</strong> mi<br />

revista, esto es, Organi di volto vacile e irrigatione ilaborato a due mani in stato<br />

turulato, con mi vida <strong>de</strong> disipación y <strong>de</strong>senfreno? ¿tendría conocimiento <strong>de</strong> que a<br />

esa edad no había tenido un trabajo que pudiera llamarse como tal? ¿me consi<strong>de</strong>rará<br />

un simple turulato?. Un gorrión <strong>de</strong> cantinas, brinca tapias, roba huevos?. <strong>El</strong> cúmulo<br />

<strong>de</strong> cuestiones autoplanteadas directamente a mi conciencia me hicieron <strong>de</strong>morar el<br />

A mi abuelo…<br />

“Soy el abuelo regañón, pero regalón”, así se <strong>de</strong>cía mi abuelo, mi “Papá<br />

Güero”. De magnífica gran<strong>de</strong>za; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> pequeña me atrajo su aura <strong>de</strong> conocimiento,<br />

cautivamente guardado en su <strong>de</strong>spacho, en la entrada <strong>de</strong><br />

“La Berlín diecisiete”.<br />

Horas llegué a pasar sentada al lado <strong>de</strong> su gran silla, en un pequeño<br />

banquito, escuchando sus anécdotas, sus relatos <strong>de</strong> letras nuevas para mí.<br />

Las abundantes discusiones acerca <strong>de</strong> tortugas, fantasmas, magia, sueños:<br />

vida.<br />

Allí aprendí a leer el reloj (que me regaló al entrar al primero <strong>de</strong><br />

primaria, cosa que me aterraba con tan sólo pensar que <strong>de</strong>jaría el kín<strong>de</strong>r).<br />

Aprendí a querer los libros, a bolear zapatos, a dibujar; aprendí a imaginar,<br />

a crear y construir sueños.<br />

Tras la gran nube <strong>de</strong> “puro” que siempre lo ro<strong>de</strong>aba, llena <strong>de</strong> flotantes<br />

i<strong>de</strong>as incomprensibles e intangibles para muchos, que hasta ahora las<br />

comprendo.<br />

Navida<strong>de</strong>s y veranos se pasaron como estrellas fugaces, siempre a su<br />

lado. En navidad llegaban sus “nietas <strong>de</strong> Guadalajara” y poníamos en revolución<br />

la casa, hasta colmar su paciencia y regañarnos por abrir los regalos<br />

antes <strong>de</strong> tiempo, y si teníamos suerte hasta un bastonazo nos daba (el cual<br />

siempre olvidaba en el comedor).<br />

Pero claro siempre estaba la visita obligada a “Ley” en la que su cartera<br />

se mostraba extremadamente “regalona” y retacábamos el carrito <strong>de</strong><br />

puras interesantes y curiosas “chácharas” que hasta la fecha rondan por la<br />

casa.<br />

Puedo presumir <strong>de</strong> la relación tan especial que hubo entre mi abuelo<br />

y yo. Y me siento agra<strong>de</strong>cida con Él, por haberme permitido absorber muchas<br />

<strong>de</strong> sus enseñanzas, <strong>de</strong> su personalidad y gustos tan selectos y especiales.<br />

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13<br />

encuentro que ya habíamos pactado para un lunes. Me <strong>de</strong>cía entonces: si me conoce<br />

personalmente, si me ve con ésta ropa que no es <strong>de</strong> mi talla, que otros la estrenaron,<br />

me sacará volando por la ventana. Me tratará como a un impostor. Como un tipo que<br />

todo lo copia a los mejores humoristas que por supuesto no han leído en Hermosillo.<br />

Averiguará que no me llamo José Luis y que el apellido Woolfolk en nada nos une.<br />

Bocabajeado por mi falta <strong>de</strong> autoestima y pensando a<strong>de</strong>más que no creería que un<br />

millar <strong>de</strong> Organis di Molto, costaban tres mil pesos y esto sin recurrir al auxilio <strong>de</strong><br />

brillantes diseñadores, <strong>de</strong>cidí no acudir. Dejar pasar el envite y consi<strong>de</strong>rarlo nada<br />

más como una cortesía que ha tenido para con un coetáneo. Una coba para un chaval<br />

<strong>de</strong> barrio. Un metrote cúbico <strong>de</strong> aire y nada más.<br />

Pero el lunes que no me presenté en Revolución y Coahuila, La casa <strong>de</strong> los gatos,<br />

ya estaba hablándome <strong>de</strong> nuevo. Qué pasa contigo, me arguyó imperactivamente,<br />

no me digas que tú también eres un animal como muchos que conozco. Vienes y<br />

aceptas, no te hagas el interesante, tú vas a hacer el cochinero <strong>de</strong> revista que tienes y<br />

a poner sólo mis anuncios en ella y san camaleón.<br />

Firmó con una Shaeaffer dorada, <strong>de</strong>l color <strong>de</strong> su pelo. Romero y Yescas vistieron<br />

mi publicación como si se tratara <strong>de</strong>l MAD en español y en las páginas <strong>de</strong> José<br />

Luis sólo se vieron durante mucho tiempo los anuncios <strong>de</strong> Azulejos y Sanitarios y<br />

Plomería SA.<br />

Gracias al aprecio <strong>de</strong> ASW y a su ética altruista pudo exten<strong>de</strong>rse el territorio<br />

turulato <strong>de</strong> José Luis y luego <strong>de</strong> La Gotita. Después llegarían otros anuncios a reforzar<br />

la i<strong>de</strong>a original <strong>de</strong>l Gato Dorado.<br />

Mi familia, mis hijos, le estamos permanentemente agra<strong>de</strong>cidos. Cuando levantábamos<br />

la casa en Sambenito nos regaló los baños y los materiales <strong>de</strong> pare<strong>de</strong>s y<br />

pisos. Yo ya estaba en edad <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>r pero el se negó a aceptarme un cinco.<br />

Lo que he dicho al principio: a este humano excepcional lo admiré en tres dimensiones,<br />

como empresario, como benefactor y amigo. Es por ello que jamás podré<br />

olvidar su ejemplo generoso.<br />

“Cacho”<br />

Jesús Bojórquez Woolfolk.<br />

Recuerdo el sonido <strong>de</strong> su caminar <strong>de</strong>ambulando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las cinco <strong>de</strong><br />

la mañana y cómo olvidar los paseos en su “charangón” (como él lo llamaba),<br />

en los que sacaba la cabeza por la ventana y gritaba a la gente que se<br />

encontraba en la calle, la finalidad <strong>de</strong> esto hacernos reír a mis hermanas y<br />

a mí, y si esto no funcionaba también estaba “el músculo <strong>de</strong> la risa” el cual<br />

nunca fallaba.<br />

Extrañaré sus anécdotas sobre la tortuga hoja ver<strong>de</strong> y <strong>de</strong> los diferentes<br />

lugares en los que vivió. Harán falta sus gritos <strong>de</strong> ¡Alec! ¡José Carlos!,<br />

llamándonos para que fuéramos a su encuentro en su <strong>de</strong>spacho.<br />

Siempre trató <strong>de</strong> hacerme enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> algún modo u otro que algún<br />

día ya no estaría con nosotros; jamás le creí, pensaba que mi Papá Güero”<br />

sería eterno. Ahora sé que sí lo es, como leí casualmente en uno <strong>de</strong> sus muchos<br />

libros <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spacho: “Estar muerto es la única superioridad sobre los<br />

vivos”. Y lloro <strong>de</strong> pensar que Él ya no está aquí, pero mis lágrimas son secadas<br />

por su típico pañuelo rojo, y mi gran consuelo es que ahora que Él se<br />

encuentra en la gracia <strong>de</strong> Dios, es más especial que nunca y siempre estará<br />

entre nosotros, los que lo queremos. Sólo basta dar la vuelta y ver todo el<br />

legado que nos <strong>de</strong>jó: Una gran familia llena <strong>de</strong> amor, sabiduría, su periódico<br />

y una doctrina <strong>de</strong> vida.<br />

Cada momento con mi Papá Güero fue especial... Ahora que volvamos<br />

a Hermosillo me doy cuenta que nadie podrá reemplazarlo y me pregunto<br />

¿Quién irá al aeropuerto a recogernos y tomarnos la típica foto, y pelearse<br />

hasta con los <strong>de</strong>l estacionamiento?<br />

“Su fuerza por vivir era infinita, pero la necesidad <strong>de</strong> ser superior era<br />

mayor”.<br />

Y como me dijo el José Luisito (<strong>de</strong> los nietos más pequeños) en la primera<br />

misa. Y esto lo dijo afligido pero con tal sentimiento <strong>de</strong> afecto: “¡¡¡De<br />

verdad voy a extrañar al viejo”!!!... Todos lo haremos…<br />

Tu nieta Alejandra Munguía Salazar.


14<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Recordando al Güero... AL AMIGO DE SIEMPRE Y COMPAÑERO<br />

DE LA COMIDA DE LOS MIERCOLES…<br />

Es increíble como la vida se encarga <strong>de</strong><br />

cruzar caminos, entretejer y bifurcar el<br />

<strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los hombres, hacer <strong>de</strong> cada día<br />

una novedad o el <strong>de</strong>scubrimiento, aparentemente ya <strong>de</strong>scubierto.<br />

Conocí al Güero Salazar cuando él todavía era un chamaco,<br />

en su diario recorrido <strong>de</strong> su casa paterna <strong>de</strong> la Revolución<br />

hacia el Colegio Regis, siempre acompañado <strong>de</strong> Pancho<br />

Vega, displicentemente a paso cansado y entreteniéndose con<br />

cualquier cosa, paso a paso todos los días los veía pasar y jamás<br />

me imaginé que <strong>de</strong> manera tan <strong>de</strong>finitiva, influiría tanto<br />

en mi vida, al grado <strong>de</strong> que su muerte me ha lastimado tanto<br />

como si se tratara <strong>de</strong> un hermano.<br />

Aquella mañana sentado en una <strong>de</strong> las bancas <strong>de</strong> la<br />

plaza Zaragoza esperaba a un funcionario menor <strong>de</strong>l Ayuntamiento<br />

para dar trámite a una documentación y <strong>de</strong>jaba<br />

pasar el tiempo en espera paciente, cuando <strong>de</strong> pronto frente<br />

a mí pasaron dos personajes y uno <strong>de</strong> ellos me saludó con un<br />

estentóreo ¡¡¡FERNANDO!!! Y fue tan fuerte su saludo que el<br />

compañero a su lado volteó y con un bronco ¿tú eres Andra<strong>de</strong>?<br />

<strong>de</strong> pronto, me hizo reparar en su figura alta e inusualmente<br />

güero y con el cabello rojo. Sí, fue mi respuesta y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este<br />

momento se estableció un puente <strong>de</strong> amistad que durante<br />

escasos 10 años compartimos.<br />

Le platiqué que yo sí lo conocía, él jamás se acordó <strong>de</strong><br />

mí, nos convertimos en buenos amigos y me invitó a colaborar,<br />

enseñándome a comunicar con lo que escribía en su<br />

aventura <strong>de</strong>l PITIC y junto con él comencé a remar contracorriente,<br />

a golpes y sombrerazos y a base <strong>de</strong> sacrificios el<br />

GÜERO sacó a<strong>de</strong>lante por casi 9 años su sueño <strong>de</strong> hacer un<br />

periódico, sin más ambiciones que compartir con su gente el<br />

arcón <strong>de</strong> recuerdos que en cada número abría, logrando ver<br />

su sueño coronado por la gran realidad que significa para la<br />

AL AMIGO:<br />

In Memoriam<br />

Por Juan Antonio Ruibal Corella<br />

vida diaria hermosillense el poner a circular unas hojas que<br />

llevan la historia <strong>de</strong> nuestra ciudad.<br />

Siempre cubierto por una piel <strong>de</strong> “<strong>El</strong>mer Gruñón”, renegando<br />

acerca <strong>de</strong> la discriminación hacia los güeros que<br />

existe en nuestro país, (en broma); se empeñaba en ocultar<br />

toda la enorme gratitud que le guardaba a las personas, las<br />

regañaba, mal<strong>de</strong>cía y a veces hasta insultaba, pero no fue<br />

más que una máscara que cubría el enorme corazón que lo<br />

movía, creo haberlo conocido lo suficiente para enten<strong>de</strong>r su<br />

carácter, siempre se olvidaba <strong>de</strong>l día cuando estaba nublado,<br />

pero nunca se olvidaba <strong>de</strong> sus horas <strong>de</strong> sol, se olvidaba <strong>de</strong> los<br />

tiempos en que lo <strong>de</strong>rrotaban pero jamás se olvidaba <strong>de</strong> las<br />

victorias obtenidas.<br />

Fue un hombre que hizo las cosas y nunca buscó razones<br />

para <strong>de</strong>mostrar que no se podían hacer; Arnoldo supo<br />

hacer lo que tenía que hacer y lo hizo, supo lo que se tenía que<br />

<strong>de</strong>cir y lo dijo, aunque con ello causara incomodida<strong>de</strong>s a los<br />

amigos.<br />

<strong>El</strong> Güero Salazar supo ser creador <strong>de</strong> algo: un hogar, un<br />

negocio, un puesto, un sistema <strong>de</strong> vida aún en contra <strong>de</strong> la adversidad.<br />

Su lucha constante durante el final <strong>de</strong> su vida jamás<br />

<strong>de</strong>clinó buscando la salud perdida.<br />

Deja un ejemplo que es un orgullo para sus familiares,<br />

su esposa, sus hijos, sus nietos paso a paso encontrarán la<br />

resignación necesarias y estarán <strong>de</strong> acuerdo <strong>de</strong> que el Güero<br />

acudió al llamado que le hizo “<strong>El</strong> Big Chief ” (como llamaba a<br />

DIOS) con la entereza que siempre <strong>de</strong>mostró y con aquel carácter<br />

que a veces no entendimos.<br />

Hombres <strong>de</strong> la talla <strong>de</strong> Arnoldo Salazar Woolfolk “<strong>El</strong><br />

Güero Salazar”, y <strong>de</strong> su alcurnia, el mundo los necesita, los<br />

reclama pero, los exige DIOS…<br />

Fernando Andra<strong>de</strong> Domínguez.<br />

Entre Arnoldo “<strong>El</strong> Güero” Salazar Woolfolk y yo, había sólidos nexos. Nuestras abuelas<br />

maternas eran hermanas, así que nosotros éramos primos segundos. Por si fuera<br />

poco, estábamos casados con 2 hermanas y a lo largo <strong>de</strong> 40 años, vivimos en la misma<br />

calle a media cuadra <strong>de</strong> distancia.<br />

Fui testigo <strong>de</strong> su audacia comercial en los años 70 y 80, al convertir en compañía <strong>de</strong> su socio Ramón<br />

Rodríguez en un emporio mercantil, el negocio ubicado don<strong>de</strong> estuvo la vieja y señorial casona<br />

<strong>de</strong> sus padres, por la calle Revolución.<br />

Dedicado como he estado buena parte <strong>de</strong> mi vida a la investigación histórica aparte <strong>de</strong> mi profesión<br />

como Notario, no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> llamarme la atención que en los diez últimos años <strong>de</strong> su vida, Arnoldo<br />

revelara su pasión por la historia <strong>de</strong> la ciudad y todo lo relacionado con ella a la que amó entrañablemente.<br />

Poco tiempo <strong>de</strong>spués, fundaría este órgano informativo que llegó al respetable tiraje <strong>de</strong> 97<br />

ejemplares (1 mensual) y al que puso por nombre “<strong>Pitic</strong>”, pugnando porque este apelativo se agregara<br />

como apellido a la ciudad.<br />

Estricto pero buen esposo, padre <strong>de</strong> familia y abuelo, fue hombre <strong>de</strong> carácter fuerte y firmes<br />

convicciones, jamás claudicó en su manera <strong>de</strong> pensar; frecuentemente chocaban nuestras opiniones,<br />

pero esto no mermó la relación afectuosa entre ambos.<br />

Volviendo a “<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>”, es un esfuerzo muy loable, único en su género en la ciudad, que se encargó<br />

<strong>de</strong> dignificar el recuerdo <strong>de</strong> quienes nos precedieron en el tiempo y en el espacio.<br />

La memoria <strong>de</strong> Arnoldo Salazar Woolfolk, merece también ser dignificada. Este órgano informativo<br />

<strong>de</strong>be continuar, para la cual seguramente habrá personas idóneas. Será el mejor homenaje a<br />

nuestro estimado “Güero”.<br />

Ya llegó el güero, no lo hagan enojar porque les va a mentar la madre. Se completaba la mesa con todos los comensales,<br />

previo al saludo normal y tranquilo. Cuando Don Arnoldo (el güero) notaba que todo estaba muy tranquilo, <strong>de</strong> inmediato<br />

exclamaba, qué están enfermos o los regañó la leona pen<strong>de</strong>jos.<br />

Hace como 10 años nos comentó que, sería bueno hacer un periódico sobre la historia <strong>de</strong> Hermosillo, todos le dijimos que era<br />

muy buena i<strong>de</strong>a, pero, no hacíamos nada. Por ello, un buen día (cualquier miércoles) nos reclamó que todos <strong>de</strong>cíamos que sí<br />

pero no hacíamos nada, por lo que nos comunicó que él solo se aventaría y el que quiera colaborar que lo haga y así fundó el<br />

periódico <strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>, elaboró y recopiló diversos artículos, le dio el formato al periódico (que él sufragaba con su propio peculio),<br />

consiguió patrocinadores que ayudaban un poco al costo <strong>de</strong>l periódico. Generalmente en la comida <strong>de</strong> los miércoles, y sobre<br />

todo al inicio <strong>de</strong> las primeras publicaciones, el tema fue siempre la historia <strong>de</strong> Hermosillo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su fundación hasta nuestros<br />

días. Obviamente, como todos nacimos al principio <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los 40, platicábamos que Hermosillo era una población<br />

que no pasaba <strong>de</strong> los 40,000 habitantes y, saltaban comentarios <strong>de</strong> unos y otro sobre los episodios y personajes simpáticos<br />

que era muy nutrido por cierto. Al güero le apasionaba hablar <strong>de</strong> Hermosillo. Al término <strong>de</strong> cualquier comida <strong>de</strong> los miércoles,<br />

generalmente nuestro amigo Prof. Alfonso “el negrito” Araiza, se dormía sentado en la silla y el güero Salazar, lo <strong>de</strong>spertaba con<br />

un grito <strong>de</strong> “ya te dormiste animal” y el otro pegaba un brinco y le respondía, “para las babosadas que dices” y el güero respondía<br />

negro •$%”$%&/(&… Y <strong>de</strong> inmediato se pasaba a otro tema, muy diversos por cierto. <strong>El</strong> güero quiere pollo a la parrilla sin papas<br />

y el mesero que le trae pollo con papas, <strong>de</strong> inmediato el güero se exalta y grita, te pedí sin papas, disculpe dice el mesero, yo creo<br />

que el cocinero se equivocó, y el güero respon<strong>de</strong>, pues llévate las papas y se las metes al cocinero don<strong>de</strong> le quepan. La mentada<br />

comida fue y sigue siendo muy amena, todos nos choteamos y bromeamos pero, nunca ofensas personales, lo que sí queda<br />

muy claro, es que extrañaremos sobremanera a nuestro querido amigo Lic. Arnoldo (el güero) Salazar Woolfolk, (el tata en la<br />

juventud) en la comida <strong>de</strong> los miércoles en el Restaurant “<strong>El</strong> Palomino”.<br />

Cabe hacer notar, que el güero Salazar fue un empresario exitoso, “Azulejos y Sanitarios” (los <strong>de</strong>l gatito) entre otros. Siempre<br />

fue hombre <strong>de</strong> palabra, como los viejos caballeros <strong>de</strong> Hermosillo, que quedan muy pocos por cierto, honesto hasta las cachas,<br />

humanista, siempre andaba preocupado por los <strong>de</strong>más y, si cualquier persona tenía un problema, el güero Salazar era el primero<br />

que hacía todo lo que estaba a su alcance para resolverlos. Existen cientos <strong>de</strong> anécdotas muy simpáticas <strong>de</strong> don Arnoldo<br />

Salazar Woolfolk. En una ocasión llegó un viejo amigo <strong>de</strong> secundaria a la comida <strong>de</strong> los miércoles, le dio mucho gusto saludar<br />

al güero preguntándole ¿cómo estás?, el güero respondió <strong>de</strong> inmediato, ¡qué no estás viendo pen<strong>de</strong>jo o necesitas lentes!, pues<br />

bien, cómo quieres que esté, baboso.<br />

Como dijo su hija Verónica al hacer una semblanza <strong>de</strong> su vida en la misa <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida, su padre, nuestro amigo “el güero”, era<br />

genio y figura.<br />

Hermosillo, Sonora, 24 <strong>de</strong> Junio <strong>de</strong>l <strong>2009</strong>.<br />

BERNARDO M. CABRERA L. (SANY) HÉCTOR RUBÉN MAZÓN L. (BUBY)<br />

VISITE NUESTRA PAGINA WEB: Fotos y artículos varios www.periodicoelpitic.com


Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

Recordando al Güero...<br />

Por: JOSE ROMULO<br />

Arnoldo Salazar Woolfolk:<br />

nada menos que un hombre <strong>de</strong> carácter<br />

C<br />

uando llegamos a vivir a Hermosillo<br />

en junio <strong>de</strong> 1981, proce<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> mi natal Navojoa, empecé a<br />

tratar algunas personas que en la segunda<br />

mitad <strong>de</strong> los años cincuenta <strong>de</strong>l pasado<br />

siglo habían sido compañeros en el Colegio<br />

Regis, <strong>de</strong> mi hermano mayor Ignacio<br />

R. Félix, en don<strong>de</strong> cursó su secundaria y<br />

preparatoria, entre 1954-1959. Parecía que<br />

ya había andado estas calles pitiqueñas,<br />

sentí en mi llegada siempre familiaridad<br />

y afecto <strong>de</strong> todos. Alguien <strong>de</strong> mi familia<br />

las había ya caminado por mí.<br />

Me heredó a varias <strong>de</strong> sus amista<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> aquella época, ejemplos muy firmes<br />

<strong>de</strong> ello han sido Félix Tonella Luken, mi<br />

compadre, y Arnoldo Salazar Woolfolk.<br />

Al primero <strong>de</strong> ellos lo conocí <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra<br />

estancia en la Ciudad <strong>de</strong> México, en la<br />

Facultad <strong>de</strong> Derecho <strong>de</strong> la Universidad<br />

Nacional Autónoma <strong>de</strong> México, en la segunda<br />

mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los años sesenta<br />

<strong>de</strong>l siglo pasado. Tal parecía que mi<br />

hermano a pesar <strong>de</strong> haber salido <strong>de</strong> Hermosillo<br />

en 1959, para jamás volver, había<br />

<strong>de</strong>jado una estela <strong>de</strong> buenos recuerdos,<br />

entre los que se alinean Roberto Gómez<br />

<strong>de</strong>l Campo, Rafael Acosta Mazón, Héctor<br />

Rubén Mazón, Alejandro Camou Cubillas,<br />

Marco Antonio Iribe y otros afectuosos<br />

amigos. Hasta hoy, cuando los veo me dan<br />

sus saludos para él. Toda esa buena vibra<br />

la heredé y capitalicé para abrirme paso en<br />

esta capital.<br />

Sin embargo, a Arnoldo Salazar lo conocí<br />

en 1981 cuando fungía como gerente<br />

regional <strong>de</strong>l Banco Obrero, S.A., ubicado<br />

en la confluencia <strong>de</strong> las calles Luis Encinas<br />

y Guerrero. Hasta ahí, un buen día, creo<br />

que mi estimado colaborador Francisco<br />

Romo Munguía, me llevó a presentar a una<br />

persona que había conocido a mi hermano<br />

“Nacho”. Inmediatamente, nos movimos<br />

la cola, como se dice coloquialmente. Hablamos<br />

inclusive <strong>de</strong> cierto parentesco lejano<br />

vía su abuelo C. G. Salazar (Carlos<br />

Salazar Gastélum), radicado en 1907 en la<br />

Comisaría <strong>de</strong> <strong>El</strong> Tiro, Distrito <strong>de</strong> Altar, según<br />

el Álbum-Directorio <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora,<br />

1905-1907, <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>rico García y Alva<br />

(Edición facsimilar centenaria, Gobierno<br />

<strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora, Hermosillo, 2005).<br />

Esta rama Salazar una <strong>de</strong> las varias<br />

<strong>de</strong> ese apellido Hermosillo sin parentesco<br />

entre sí, eran <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong>l antes<br />

mencionado Salazar Gastélum. Venía <strong>de</strong><br />

la Fábrica <strong>de</strong> los Ángeles (San Miguel <strong>de</strong><br />

Horcasitas), y el padre <strong>de</strong>l Güero: Arnoldo<br />

Salazar Robles era hermano <strong>de</strong> Arturo el<br />

mayor, (abuelo <strong>de</strong> Oscar Romo Salazar),<br />

Carlos, Carlota y Chonita <strong>de</strong> Romero.<br />

La personalidad <strong>de</strong> Arnoldo Salazar<br />

Woolfolk irradiaba seguridad en sí mismo.<br />

De más <strong>de</strong> 1.75 metros <strong>de</strong> altura, complexión<br />

robusta y fuerte; muy blanco, pelo<br />

rubio tirando a rojizo. Nacido alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> 1943. Creo que había vivido en Guadalajara<br />

en su niñez, pero tenía crianza<br />

pitiqueña pura. De personalidad más bien<br />

tirando a seria, pero curiosamente dado a<br />

la broma y al chascarrillo. Le costaba trabajo<br />

hablar bien <strong>de</strong> alguien. Era <strong>de</strong> una<br />

franqueza <strong>de</strong>scarnada. Duro en la crítica,<br />

pero justo.<br />

Empezamos a convivir. Llegaron comidas<br />

y por qué no <strong>de</strong>cirlo hasta algunas<br />

muy agradables veladas etílicas. Recuerdo<br />

varias en el restaurante italiano <strong>de</strong>l famoso<br />

Saro Restivo, en esos iniciales ochentas,<br />

muy buen anfitrión. Lástima que se haya<br />

ido a vivir a Bahía <strong>de</strong> Kino, perdimos un<br />

buen lugar <strong>de</strong> esparcimiento.<br />

En esas convivencias con el “Güero”<br />

dado su carácter especial hacíamos mucha<br />

esgrima verbal, evi<strong>de</strong>ntemente sin dañarnos,<br />

ya que su personalidad se prestaba a<br />

ello. De sobremesa en esas convivencias<br />

se hacían gran<strong>de</strong>s polémicas <strong>de</strong> temas sin<br />

fin. No se tenía que ir muy lejos, para encontrar<br />

su respuesta <strong>de</strong> fuego directo. Ya<br />

ven que a los Félix nos gusta hablar que es<br />

un contento, no hemos parado <strong>de</strong> hacerlo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong> 1700, cuando llegamos a la<br />

región <strong>de</strong> Álamos, en el Valle <strong>de</strong>l <strong>Mayo</strong>.<br />

En aquellas épocas, hoy hace más <strong>de</strong><br />

25 años, Arnoldo tenía un negocio <strong>de</strong> plomería<br />

y muebles para baño, <strong>de</strong>nominado<br />

Azulejos y Sanitarios, S.A., ubicado en la<br />

calle Revolución, contra esquina <strong>de</strong> la casa<br />

<strong>de</strong> una bella dama.<br />

En esos giros comerciales se había iniciado<br />

en la década <strong>de</strong> los sesentas, bajo la<br />

capaz guía <strong>de</strong> don Armando Tapia, fundador<br />

<strong>de</strong> la ferretería Comercial <strong>de</strong> Hermosillo,<br />

S.A., que hizo época. Este prestigiado<br />

empresario, visionario estimado en la<br />

comunidad, formaría un grupo <strong>de</strong> jóvenes<br />

hermosillenses que con el tiempo se establecerían<br />

en diferentes giros: <strong>El</strong> Güero Salazar,<br />

Ramón Rodríguez, Roberto y Ramón<br />

Campillo, Marco Antonio Iribe, Armando<br />

Araujo, Noé Munguía y otros.<br />

Todavía queda en el imaginario colectivo<br />

capitalino recuerdos <strong>de</strong> la propaganda<br />

<strong>de</strong> Azulejos y Sanitarios, S.A., creada<br />

por el capaz e innovador publicista Gustavo<br />

Romero Carpena: “<strong>El</strong> Gato Blanco<br />

(<strong>El</strong> Güero) y el Gato Negro (Ramón Rodríguez)”.<br />

Mismos que hicieron muy buenos<br />

negocios en el proceso <strong>de</strong> que Hermosillo<br />

se convertía <strong>de</strong> una ciudad <strong>de</strong> tamaño mo<strong>de</strong>sto<br />

a la aprendiz <strong>de</strong> metrópoli que aún<br />

no alcanza a llegar al millón <strong>de</strong> habitantes<br />

al día <strong>de</strong> hoy.<br />

Los años se fueron <strong>de</strong>sprendiendo <strong>de</strong>l<br />

almanaque y con el tiempo <strong>de</strong>jaría ese negocio<br />

en el que había tenido un éxito importante.<br />

En nuestros andares citadinos nos<br />

veíamos <strong>de</strong> vez en cuando, siempre con<br />

el afecto mutuo a flor <strong>de</strong> piel. Tocábamos<br />

asuntos <strong>de</strong> gustos comunes, como el <strong>de</strong>tective<br />

inglés Sherlock Holmes, nuestro<br />

personaje literario favorito, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

otros temas, como la Guerra Civil Española<br />

(1936-1939). Tenía una cultura sólida.<br />

Me platicaba <strong>de</strong> su relación afectiva con el<br />

pintor sonorense Francisco Romero Meneses,<br />

al que había patrocinado generosamente,<br />

y tenía obra sobre temas étnicos<br />

que consi<strong>de</strong>raba <strong>de</strong> lo mejor <strong>de</strong>l artista.<br />

Nos volveríamos a tratar frecuentemente<br />

a partir <strong>de</strong>l año 2002, cuando tuve<br />

el gusto <strong>de</strong> conocer a su hijo Arnoldo Salazar<br />

Coker, quien a esas fechas era secretario<br />

particular <strong>de</strong>l doctor José Bernardo<br />

Cruz Ochoa, en la Secretaría <strong>de</strong> Salud <strong>de</strong>l<br />

gobierno estatal, y quien me dispensó <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que lo conocí con un trato afectuoso y<br />

generoso que felizmente hemos consolidado<br />

con los años.<br />

Pero la faceta que haría más famoso<br />

al “Güero”, se estaba materializando apenas.<br />

Había emprendido la creación <strong>de</strong> un<br />

periódico gratuito, que él hacía <strong>de</strong> pe a pa:<br />

“<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>, el periódico que narra la historia<br />

<strong>de</strong> Hermosillo”. En este órgano se había<br />

echado a la tarea <strong>de</strong> revivir añosos libros<br />

que ya nadie podía comprar porque estaban<br />

agotados: “Cosas viejas <strong>de</strong> mi tierra.<br />

Narraciones Jocoserias <strong>de</strong> Sonora y Hermosillo<br />

<strong>de</strong> Antaño” (Hermosillo, c. 1965),<br />

<strong>de</strong> Enrique Contreras, simpatiquísima<br />

crónica hermosillense <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo<br />

XX, con plena vigencia actual y que se<br />

puso a transcribirla. Desfilarían también<br />

las incomparables obras <strong>de</strong> don Fernando<br />

A. Galaz: “Des<strong>de</strong> el Cerro <strong>de</strong> la Campana”<br />

(Hermosillo, 1960) y “Dejaron Huella en<br />

el Hermosillo <strong>de</strong> ayer y hoy. Crónicas <strong>de</strong><br />

Hermosillo <strong>de</strong> 1700 a 1967”, (Hermosillo,<br />

1971). No se diga <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> los padres<br />

Cruz G. Acuña, Jesús Fimbres y doña<br />

María Belén Navarrete <strong>de</strong> Martínez <strong>de</strong><br />

Castro sobre el obispo Juan Navarrete y<br />

Guerrero, uno <strong>de</strong> los sonorenses más queridos<br />

<strong>de</strong> todos los tiempos, con un li<strong>de</strong>razgo<br />

todavía vivo entre todos nosotros.<br />

Gilberto Escobosa Gámez y Juan Antonio<br />

Ruibal Corella, éste último su concuño,<br />

también colaboraba con él, entre otros.<br />

Poco a poco la publicación, a la que<br />

patrocinan, espero que jugosamente, ya<br />

ven que todo cuesta: Agrícola y Automotriz<br />

S.A., Copicentro Xerox, Hotel Kino,<br />

Núñez Carnes, Librería Milenio 2000, La<br />

Botana, Farmacia Cruz Rosa y otros. Se<br />

imprimía en los talleres <strong>de</strong> Editorial <strong>El</strong><br />

Auténtico, S.A. <strong>de</strong> C.V.”, <strong>de</strong> Francisco Javier<br />

Ruiz Quirrín.<br />

Como su circulación siempre ha sido<br />

gratuita el “Güero” escribía a su propio<br />

arbitrio lo que él quería y a<strong>de</strong>más él hacía<br />

el periódico; no <strong>de</strong>seaba ni tenía compromisos<br />

con nadie. Era el editor, dueño<br />

y todo lo <strong>de</strong>más. <strong>El</strong> periódico era un símil<br />

<strong>de</strong> lo que había sido su carácter toda su<br />

vida. Genio y figura hasta la sepultura: Yo<br />

pongo mis propias reglas y las sigo. Con<br />

puntualidad inglesa le ayudaban Alberto<br />

Murray Tapia, Fernando Murray Cázares<br />

y Armando Gastélum Alcaraz, como eficaces<br />

colaboradores en circulación.<br />

En la redacción ha colaborado con él,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace años, nuestro buen amigo Fernando<br />

Andra<strong>de</strong> Domínguez, periodista,<br />

<strong>de</strong>portista y pitiqueño <strong>de</strong> pura cepa, <strong>de</strong><br />

nuestro personal afecto, mi mejor <strong>de</strong>seo<br />

es que siga ahí. Cuenta con un sitio <strong>de</strong> Internet:<br />

www.elpitic.com, para difundir “lo<br />

hermosillense”, así como tiene digitalizados<br />

la mayoría <strong>de</strong> los periódicos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

número 5 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2001. Un artículo<br />

<strong>de</strong> don Gilberto Escobosa Gámez sobre<br />

La Capilla <strong>de</strong>l Carmen, ocupa la primera<br />

página. Magnífica herramienta sin duda<br />

para todo el interesado en nuestra capital.<br />

Del directorio <strong>de</strong> <strong>El</strong> <strong>Pitic</strong> recojo la siguiente<br />

frase: “<strong>El</strong> hombre joven no tiene<br />

memoria. Más tar<strong>de</strong>, goza al recordar vivencias<br />

pasadas. Y mucho más tar<strong>de</strong>, vive<br />

<strong>de</strong> ellas.” Esta es la filosofía que “<strong>El</strong> Güero”,<br />

le había dado a su periódico.<br />

Poco a poco, sumando un esfuerzo<br />

tras otro, se fue asentando como algo indispensable,<br />

cada mes sentías la necesidad<br />

<strong>de</strong> que estuviera al alcance <strong>de</strong> tu mano,<br />

para llevarlo a tu hogar y atesorarlo. En<br />

la Sociedad Sonorense <strong>de</strong> Historia, A.C.,<br />

me surto ampliamente. Aunque ya lo tuvieras,<br />

si veías otro también te lo llevabas.<br />

Se ha llegado a convertir como las Sabritas:<br />

“A que no te pue<strong>de</strong>s comer sólo una”.<br />

Vino a llenar un hueco <strong>de</strong> muchos años,<br />

ayuno <strong>de</strong> información confiable y con el<br />

VISITE NUESTRA PAGINA WEB: Fotos y artículos varios www.periodicoelpitic.com<br />

15<br />

amor en cada palabra impresa al terruño<br />

naranjero.<br />

Editaba varios miles mensualmente,<br />

con seguridad seguido <strong>de</strong>bió haber puesto<br />

<strong>de</strong> sus propios recursos para terminar la<br />

edición. Fue cumpliendo su <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar<br />

un legado para la cultura <strong>de</strong> su ciudad, y<br />

lo hizo con creces y dando siempre, como<br />

fue su norma.<br />

Consi<strong>de</strong>ro que no existen muchos esfuerzos<br />

similares en todo el país, por ello<br />

la <strong>de</strong>l Güero ha quedado para la historia<br />

<strong>de</strong> nuestra ciudad capital. Hizo con esfuerzos<br />

sumados día con día por espacio<br />

<strong>de</strong> nueve años: Un verda<strong>de</strong>ro clásico <strong>de</strong> la<br />

histografía sonorense. Y, único en su clase<br />

en esta capital.<br />

Nos vimos por última vez en el mes<br />

<strong>de</strong> abril, a inicios <strong>de</strong> la Semana Santa, comimos<br />

su hijo Arnoldo, Ramón Gastélum<br />

Franco mi casi pariente caborquense y “<strong>El</strong><br />

Güero” en el Miyako.<br />

En mayo tuvo un infarto cerebral que<br />

lo postró en terapia intensiva <strong>de</strong>l Hospital<br />

Cima. Acudí varias veces, no mejoraba,<br />

hasta que un jueves estuve <strong>de</strong> nuevo, eran<br />

ya más <strong>de</strong> 15 días; había optimismo entre<br />

su madre, mi amigo Arnoldo y sus hermanas.<br />

Con ese buen ánimo salí esa noche<br />

<strong>de</strong>l sanatorio. Sin embargo, el domingo<br />

siguiente Juan Antonio Ruibal Corella me<br />

daría la fatal noticia. Acudí puntualmente<br />

a la Funeraria San Martín esa tar<strong>de</strong>. Un cúmulo<br />

<strong>de</strong> amigos nos solidarizamos ahí. Al<br />

siguiente día, en la tar<strong>de</strong>, previa misa en<br />

la Catedral <strong>de</strong> La Asunción, sus cenizas se<br />

<strong>de</strong>positaron ahí.<br />

Sus amigos entrañables: Héctor Rubén<br />

Mazón, Arturo Ortega, Jorge Enrique Iñigo<br />

Corral y muchos otros, lo extrañarán en<br />

las comidas semanales.<br />

Me quedo con las palabras <strong>de</strong> su hija<br />

Verónica, quien nos <strong>de</strong>veló a los muchos<br />

congregados ahí que en una ocasión le había<br />

preguntado: “Papá, porqué tienes mal<br />

carácter. No mi hijita, no tengo mal carácter,<br />

lo que tengo es carácter”.<br />

Sólo una reflexión final. Toda mi vida<br />

he sido entrañable amigo <strong>de</strong> gente <strong>de</strong> carácter<br />

fuerte. “Gente saca la pistola”, sin<br />

duda como popularmente se dice. Honrosamente<br />

puedo mencionar a los que se<br />

nos a<strong>de</strong>lantaron en el <strong>de</strong>stino final: don<br />

Armando Hopkins Durazo, Heriberto Aja<br />

Carranza, Marco Antonio Félix Bernal,<br />

Manuel Robles Ortiz y, ahora Arnoldo<br />

Salazar Woolfolk. De todos y cada uno <strong>de</strong><br />

ellos, siempre recibí conocimiento y afecto<br />

a manos llenas. Esta quintilla <strong>de</strong> ases no la<br />

<strong>de</strong>rrota nadie en el juego <strong>de</strong> la vida. Pero<br />

no sé. Dios me dio la paciencia a pesar <strong>de</strong><br />

que no es mi fuerte, <strong>de</strong> llegar a conocerlos<br />

a fondo. Y, po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>cirles: “Gracias<br />

por su amistad, nos encontraremos en la<br />

otra vida, con una palmada <strong>de</strong> afecto en<br />

la espalda y una sonrisa franca en los<br />

labios”.<br />

Vaya todo mi cariño para su esposa<br />

Margarita Coker Carranza, Arnoldo y su<br />

esposa Daniela Esquer, a sus hijas Verónica<br />

y su esposo José Luis Symonds Espinoza,<br />

Claudia y su esposo José María Rosas<br />

Reyna, y Alejandra y Rubén Munguía<br />

Papachoris, así como a la <strong>de</strong>más<br />

familia.<br />

Fraternalmente<br />

Historiador José Rómulo Félix<br />

Hermosillo, Sonora,<br />

3 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> <strong>2009</strong>.


16<br />

Hermosillo, Son., <strong>Mayo</strong> <strong>de</strong>l <strong>2009</strong><br />

La Calle REVOLUCION<br />

Hablar <strong>de</strong> las calles <strong>de</strong> Hermosillo es un tema muy amplio que requiere <strong>de</strong> conocimientos<br />

<strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> nuestra ciudad y a<strong>de</strong>más se tendría que separar por etapas, cada<br />

una correspondiente al crecimiento y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuestra capital <strong>de</strong>l Estado.<br />

Y es así como por ejemplos, la inolvidable avenida Serdán (con su cauda <strong>de</strong> nombres),<br />

la Sufragio Efectivo, la No Reelección, la Rosales, la <strong>de</strong> la Reforma, la Matamoros, la Veracruz,<br />

la Vildósola, la <strong>El</strong>ías Calles, etc., en fin un sinnúmero <strong>de</strong> calles llenas <strong>de</strong> historia,<br />

<strong>de</strong> pasos, <strong>de</strong> baches, nombres, hombres y sobre todo hechos aún no contados, cuentos<br />

empolvados y que todas en su momento nos sirven <strong>de</strong> referencia para contar la vida <strong>de</strong><br />

nuestra ciudad.<br />

En esta ocasión me voy a referir con mucho gusto a una calle que en la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />

Hermosillo, jamás podrá pasar <strong>de</strong>sapercibida, la calle REVOLUCIÓN que marcó toda una<br />

época y en su larga permanencia ha significado un capítulo prepon<strong>de</strong>rante en el <strong>de</strong>sarrollo<br />

social, económico, industrial, gana<strong>de</strong>ro, agrícola y comercial <strong>de</strong> la localidad.<br />

Su extensión no creo que rebase los 10 kilómetros y actualmente es una vía rápida,<br />

<strong>de</strong> sur a norte, pero que en tiempos pasados fue una calle con tránsito en los dos sentidos,<br />

con una circulación muy consi<strong>de</strong>rable. Paso obligado <strong>de</strong> todo transporte que cruzara la<br />

ciudad, <strong>de</strong> sur a norte así como norte a sur, fue el eje principal y ÚNICA vía para llevar<br />

a cabo el transitar a través <strong>de</strong> nuestro Estado; Así como también, el trayecto obligado <strong>de</strong><br />

todo resi<strong>de</strong>nte en el Noroeste <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> Hermosillo en su diario trajinar para cumplir<br />

con las obligaciones <strong>de</strong> trabajo, escuela o simplemente en la adquisición <strong>de</strong> bienes <strong>de</strong><br />

consumo en el centro <strong>de</strong> la ciudad, en el que se concentraban la mayoría <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />

comerciales, educativas y bancarias.<br />

Todo vehículo en tránsito con necesidad <strong>de</strong> trasladarse al Norte o al Sur, forzosamente<br />

tenía que utilizar la calle Revolución antes llamada Rosales y que, creo que injustamente<br />

lleva dos nombres: partiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento al pie <strong>de</strong>l Cerro <strong>de</strong> la Campana hacia<br />

el norte y hasta llegar al cruce con el Boulevard Transversal se <strong>de</strong>nomina JESÚS GARCÍA<br />

CORONA y <strong>de</strong> allí en a<strong>de</strong>lante es REVOLUCIÓN y digo injustamente porque todo sonorense<br />

bien nacido tiene una <strong>de</strong>uda con nuestro héroe JESÚS GARCÍA CORONA, un héroe<br />

civil que se merece que una calle completa lleve su ilustre nombre y no el pedazo que le<br />

hemos otorgado.<br />

En fin, esta es sólo mi personal opinión y sé que algún día le haremos justicia, cuando<br />

las autorida<strong>de</strong>s reconozcan la magnitud <strong>de</strong>l acto heroico llevado a cabo por el iluminado<br />

GARCÍA y le otorguemos el lugar que se merece en nuestra historia.<br />

Partiendo <strong>de</strong> sur a norte, estas calles nacen en las faldas <strong>de</strong>l Cerro <strong>de</strong> la Campana,<br />

se continúa hacia el norte y nos encontramos con uno <strong>de</strong> los más notables monumentos<br />

edificados en la antigua PITIC, la Capilla <strong>de</strong>l Carmen, <strong>de</strong> Nuestra Señora <strong>de</strong>l Carmen,<br />

erigida a iniciativa <strong>de</strong> la distinguida familia ÍÑIGO. Más a<strong>de</strong>lante y ocupando más <strong>de</strong><br />

dos cuadras se localiza el Parque Ma<strong>de</strong>ro un poco venido a menos, frente a este parque se<br />

ubica o ubicaba la imprenta Córdova, más a<strong>de</strong>lantito nace la famosa Avenida Serdán que<br />

tantos nombres ha llevado, en la primera cuadra iniciaron su negocio <strong>de</strong> supermercados<br />

los güeros Durazo con su famoso Mercado Insurgentes, pocos pasos más y nomás pasando<br />

la Vildósola o <strong>El</strong>ías Calles se localizaba el Hospital <strong>de</strong>l Estado (hoy “Jardín <strong>de</strong> Niños<br />

<strong>El</strong> Mundito”, viejo edificio <strong>de</strong>saparecido al frente <strong>de</strong> la Calle Monterrey una hermosa y<br />

cantarina fuente con lirios acuáticos gigantes y franqueada por 4 sapos enormes que proyectaban<br />

chorros <strong>de</strong> agua a presión por su hocico hacia el centro <strong>de</strong> la fuente, ya todo esto<br />

sucumbió ante la piqueta <strong>de</strong>l progreso.<br />

En la siguiente cuadra se localizaba la casa <strong>de</strong> Eduardo García Mejía y su distinguida<br />

familia, más a<strong>de</strong>lante la Ferretería <strong>de</strong> Don Manuel Puebla antes situada frente al Mercado<br />

Municipal en la esq. Poniente. Enfrente <strong>de</strong> Don Manuel Puebla estaba la fábrica <strong>de</strong> baterías<br />

ORION <strong>de</strong>l Sr. Cervantes, a<strong>de</strong>lantito la Funeraria <strong>de</strong>l Prof. Uriarte y <strong>de</strong> Samaniego.<br />

Un negocio <strong>de</strong> refrigeradores y vitrinas comerciales con el nombre <strong>de</strong> Comercial <strong>de</strong>l Norte<br />

y a la siguiente cuadra el Sanatorio <strong>de</strong>l Dr. Licona y pasando la calle las instalaciones <strong>de</strong><br />

la fábrica <strong>de</strong> velas y Molino la Fama, todo esto frente a las instalaciones que fueron <strong>de</strong> la<br />

Cruz Roja y los Bomberos y finalmente un negocio que significa un recuerdo para todos<br />

los sedientos resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> esta ciudad, los Root Beer <strong>de</strong> Gil, los más renombrados y famosos<br />

con su ferrisodato y el tamarindo bien helados.<br />

Hasta aquí terminamos con la Calle JESÚS GARCÍA C., y atravesando el puente que<br />

cubría el canal que venía <strong>de</strong> la presa bor<strong>de</strong>ando la curva <strong>de</strong>l ferrocarril, precisamente allí<br />

empezaba la calle REVOLUCION, en una esquina en algún tiempo se localizó la Estación<br />

<strong>de</strong>l Ferrocarril que fue consumida por las llamas, al igual que la estación que tiempo <strong>de</strong>spués<br />

se construyó más a<strong>de</strong>lante casi frente a la calle Juárez y la Oaxaca, enfrente la Casa<br />

<strong>de</strong> Huéspe<strong>de</strong>s Santa Clara, propiedad <strong>de</strong> Clara Escoboza, popular mujer resi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />

rumbo.<br />

La calle REVOLUCIÓN sufría un <strong>de</strong>terioro inusual <strong>de</strong>bido más que nada al enorme<br />

y constante tráfico y que requería <strong>de</strong> reparación frecuentemente, la raza la bautizó con el<br />

nombre <strong>de</strong> la “Calle Rebotación” y en su tiempo los pobladores <strong>de</strong>l Hermosillo viejo <strong>de</strong><br />

por rumbos <strong>de</strong>l Centenario vieron que este era un lugar acor<strong>de</strong> para fundar sus hogares<br />

dándoles un acento campirano o casas <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso, craso error, al poco tiempo fue <strong>de</strong> las<br />

más agitadas.<br />

Infinidad <strong>de</strong> personas en su tránsito obligado por nuestra ciudad, ya sea como pasajeros<br />

<strong>de</strong> los diferentes camiones <strong>de</strong> Transportes Norte <strong>de</strong> Sonora que daban el servicio<br />

o a bordo <strong>de</strong> sus medios <strong>de</strong> transporte, en sus únicas o frecuentes incursiones por estos<br />

lares recuerdan únicamente <strong>de</strong> Hermosillo los parajes <strong>de</strong> la calle Revolución o <strong>de</strong> la Jesús<br />

Por: Fernando Andra<strong>de</strong> Domínguez<br />

García, calles que la ruta <strong>de</strong> paso obligado las incluía.<br />

Como establecimos anteriormente la calle Revolución se iniciaba en la Casa <strong>de</strong> Huéspe<strong>de</strong>s<br />

Santa Clara y se continuaba con las resi<strong>de</strong>ncias familiares <strong>de</strong> las familias: Durazo,<br />

Orozco, Félix, Enciso, Turnbull <strong>de</strong> los Monteros y su famosa “Botiquita Americana” en<br />

la esquina <strong>de</strong> Jalisco y Revolución, en la otra esquina el Restaurante “<strong>El</strong> Rosareño”, la<br />

familia Rogel, familia Balbastro Montoya, la inolvidable familia <strong>de</strong>l Sr. Isidro Salcido, la<br />

Escuela Rebsamen y en don<strong>de</strong> posteriormente se fundó la Escuela Ángel Arreola, frente<br />

al Café Mejor, propiedad en un principio <strong>de</strong> Comerciantes Unidos y tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

Sr. Salcido que <strong>de</strong>sapareció a raíz <strong>de</strong> un incendio que recuerdo muy bien, porque el olor a<br />

café nos inundó por más <strong>de</strong> dos días. En la otra esquina los Güeros Durazo establecieron<br />

el primer abarrotes <strong>de</strong> autoservicio que marcaron el inicio <strong>de</strong> la Ca<strong>de</strong>na MINSA, regados<br />

por todos los rincones <strong>de</strong> Hermosillo; la familia <strong>de</strong>l Sr. Lugo <strong>de</strong> gratos recuerdos, la familia<br />

<strong>de</strong> los Coronel, Sr. y Sra. Armendáriz, el abarrotes <strong>de</strong> Gabriel Perla y Hermanos, la<br />

tortillería “La Indita” que hasta la fecha da magnífico servicio, la familia Landavazo, la<br />

familia <strong>de</strong>l amigo Gustavo Ruiz <strong>de</strong> los valores artísticos <strong>de</strong>l rumbo, Taller <strong>de</strong> los Báez, Los<br />

Molina, los Álvarez, la familia <strong>de</strong>l general Armenta, los Hermanos Antúnez y el sobrio<br />

caserón <strong>de</strong> Don Arnoldo Salazar Robles padre <strong>de</strong>l inolvidable amigo, recientemente fallecido,<br />

Don Arnoldo Salazar Woolfolk, que en aquellos locos años <strong>de</strong> los sesentas estableció<br />

su negocio “Azulejos y Sanitarios” al final <strong>de</strong> la cuadra <strong>de</strong> la Funeraria San Francisco, más<br />

a<strong>de</strong>lante Nacional <strong>de</strong> Drogas, la farmacia Revolución, la familia <strong>de</strong> los Acedo Valenzuela<br />

sahuaripeños <strong>de</strong> cepa, casa <strong>de</strong>spués ocupada por la familia <strong>de</strong>l prominente agricultor don<br />

Herminio Ciscomani; la familia Lohr, la familia <strong>de</strong>l peluquero <strong>de</strong>l barrio Sr. Valenzuela, la<br />

familia <strong>de</strong>l servicial Sr. Urrutia, en la esquina <strong>de</strong> San Luis y Revolución la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l<br />

Dr. Ramón Ángel Amante, enfrente la casa <strong>de</strong> Don Chico Rivera, a<strong>de</strong>lantito la casona tipo<br />

gringo <strong>de</strong> la carpintería <strong>de</strong>l Sr. Lerma (don<strong>de</strong> actualmente se encuentran los talleres <strong>de</strong><br />

“<strong>El</strong> Auténtico” que edita PRIMERA PLANA, seno materno <strong>de</strong> <strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>; familias Verduzco,<br />

Valenzuela, Oloño, Alessi, Pompa, López, Ruvalcaba, Lemas, Salas Barragán, Ing. Avalos,<br />

Don Abel Salazar; García <strong>de</strong> León, las Escuelas Heriberto Aja y Crl. J. Cruz Gálvez, familias<br />

Orozco, Loustaunau, una privadita con resi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> maestros: Melitón Galindo,<br />

Prof. Estrada y algunos más. Al finalizar se encontraba la Gasolinera <strong>de</strong>l Sr. Araque y<br />

en sus terrenos se instaló por primera vez la clínica <strong>de</strong>l IMSS y no me pregunten quién<br />

autorizó la clínica pegada al expendio <strong>de</strong> gasolina. En este lugar finalizaba la calle y se<br />

continuaba como Carretera Internacional hacia el Oriente y posteriormente hacia el Norte<br />

en su ruta a Nogales, Sonora.<br />

La calle en sí no tenía mucha extensión pero su utilidad fue primordial porque significó<br />

el eje principal para cruzar la ciudad, colaborando para el <strong>de</strong>sarrollo social y económico<br />

<strong>de</strong> la capital <strong>de</strong>l estado, obteniendo los beneficios que traen aunados el rápido tránsito<br />

y el consumo <strong>de</strong> los pasajeros, tanto en alimentos como en energéticos. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que<br />

<strong>de</strong> hecho para los habitantes <strong>de</strong> las colonias <strong>de</strong>l noroeste fue el afluente natural hacia el<br />

centro <strong>de</strong> la ciudad en la que se localizaban la mayoría <strong>de</strong> los comercios, bancos, escuelas,<br />

transportes, sitios <strong>de</strong> trabajo, cines y lugares <strong>de</strong> reunión, principalmente la Estación <strong>de</strong>l<br />

Ferrocarril.<br />

Creo que en su momento la calle REVOLUCIÓN fue <strong>de</strong> las más importantes y fue la<br />

primera vía rápida con que contamos, antes <strong>de</strong> que el Guaty y su polémica mancha roja<br />

nos otorgara los beneficios <strong>de</strong> las muchas con que contamos en la actualidad.<br />

P.D.- Aparte, posteriormente comentaré los tremendos nudos <strong>de</strong> tráfico que ocasionaba<br />

en la confluencia <strong>de</strong> las Calles Jesús García y la Revolución cuando el tren realizaba<br />

maniobras <strong>de</strong> enganche <strong>de</strong> carros o <strong>de</strong>scarga adicional en los an<strong>de</strong>nes. Largas esperas<br />

para po<strong>de</strong>r atravesar este crucero.<br />

VISITE NUESTRA PAGINA WEB: Fotos y artículos varios www.periodicoelpitic.com

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