Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

SÁNCHEZ (Antonio), Tato. Matador de
toros, nacido en Sevilla el (06-02-1833). Fue
bautizado el 13 del mismo mes, imponiéndosele
los nombres de Antonio José María
Francisco Doroteo. De familia humilde, nacido
y criado en el barrio de San Bernardo mismo,
a las puertas del matadero sevillano, en esta
vieja academia del toreo andaluz, comenzó a
ejercitarse en la lidia, y después en capeas
de pueblos cercanos, en los que consiguió
un cierto nombre y crédito.
Entre sus «Memorias del tiempo
viejo», narra don Aurelio Rodríguez Bernal,
en la que dedicara al Tato, en Sol y Sombra,
de 1897, una contrata que en el propio
matadero concluyó el diestro, aun niño, para
torear en Osuna. Como seguro dato indicador
de su carácter, cuenta el cronista malagueño
que el primer dinero que recibió lo empleó
en pro-porcionarse, propias y prestadas,
las prendas de vestir del torero en la calle y
en la plaza con el atildamiento y la elegancia,
ya que entonces no pudiera ser con la riqueza,
que habían de ser después proverbiales.
Por los años de 1849 a 1850 organizó
un tal Alegría una cuadrilla de pegadores portugueses
que trabajaron en bastantes plazas
y con aceptación aquellos años. Los novillos
después eran muertos a estoque, y esta
función empezó a desempeñar Tato con
desahogo y seguridad que llamaron la atención
a José Redondo (el Chiclanero), que
hubo de coincidir con los portugueses en
Santiago de Compostela (Galicia) durante las
fiestas del Patrón. El Chiclanero habló de él
con elogios en cuanto regresó a Madrid, y así
empezó a sonar entre los aficionados el
nombre del Tato, entonces oscuro, y que
pronto habría de hacerse célebre.
Poco tiempo permaneció en la
cuadrilla de pegadores. En 1851 figura como
puntillero de Juan Lucas Blanco, hasta aún
entrado el año 1852. En una discusión surgida
en 1859 sobre primacías de alternativa, hace
constar José Carmona que ya era matador
de toros cuando el Tato no era ni simple
banderrillero, porque en la época en que éste
MIURA - 2002
ingresó como cachetero en la cuadrilla de
Lucas Blanco -dice Carmona- ya trabajaba
yo en ella de segundo espada.
Asimismo, una de las célebres Cartas
tauromáquicas de Don Clerencio, es decir de
Velázquez y Sánchez, la correspondiente a
la corrida extraordinaria celebrada en Sevilla
el (22-02-1852) para solemnizar el natalicio
de la princesa doña María Isabel, refiere:
Salió el octavo; diéronle un cuarteo,
y, perdiendo una pata en el toneo,
La puntilla le dio final ingrato
diestramente lanzada por el Tato.
El propio Velázquez y Sánchez, autorizado
biógrafo del diestro, da como seguro
que en 1852 tomó la alternativa como espada.
Este punto ha sido aclarado por Peña y Goñi,
primero en su excelente estudio sobre el Tato
(La Lidia, año XIV, números 1 y 2), y por el
citado Ramírez Bernal de modo incontrovertible.
En la segunda temporada del tal año
comienza a formar parte de la cuadrilla de
Francisco Arjona (Cúchares), quien le cedió
un toro como sobresaliente sin alternativa en
la plaza de Madrid. Fue ello el 31 de octubre,
última corrida de la temporada, en la que se
lidiaron diez toros, cuatro en plaza entera,
estoqueados por Cúchares, y seis en plaza
partida a cargo de Manuel Trigo y de Manuel
Arjona Guillén.
El cuarto de los toros lidiados a plaza
entera, llamado Estornino, de la ganadería
de don José Picavea de Lesaca, fue cedido
por Cúchares al novel diestro, previo permiso
de la autoridad. Según El Enano, trasteó al
toro con mucha gracia; y aunque las dos
estocadas que le dio, una corta y otra arrancando,
fueron algo atravesadas, confesamos
-dice- que nos gustó sobremanera, haciéndonos
concebir de él muy buenas esperanzas.
Para mayor lucimiento, descabelló el toro a
la primera. En 1853 no toreó Cúchares en
Madrid, y cedió porción de toros al Tato en
provincias. Ramírez Bernal nos da cuenta de
los cedidos en Málaga dicho año. En la
segunda corrida, de las dos que trabajaron,
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