Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

MIURA - 2002
que haya toreado, en Zahariche, sufrí una
cornada muy grande que me atravesó el
muslo.»
Y volviendo a la charla sostenida con
él en su Sanlúcar natal, llegó el momento de
hablar de la situación de erosión o invalidez
biológica que padecen nuestros toros bravos.
Para él, «el ganado bravo está podrido.» Lo
dice nada menos que Limeño. Y de ello
hablamos por dos horas. Salió a relucir que
ya en aquella conferencia a la que él asistió,
«señalastes, amigo Zaldívar, con abundantes
datos la marcha progresiva hacia la
invalidez biológica del toro de lidia.»
Las caídas, la poca fuerza -hasta los
de Miura comienza a flojear de las patas-, la
disminución de la agresividad natural, la mansedumbre
a cambio de más sentido para
defenderse «porque no pueden caminar» y
cornean casi sin moverse; la pérdida de su
capacidad para pasar de largo, para andar,
etcétera.»
Todo se centró en la urgente necesidad
de restablecer el «equilibrio biológico
perdido», estableciendo una institución o
Instituto Científico y Técnológico del Toro
Bravo, dedicado a estudiar e investigar, a
proteger el toro bravo. De ello habló este autor
en la conferencia celebrada en el Excmo.
ATENEO de Sevilla, el jueves (28-05-2000)
y a cuyo reclamo respondió de inmediato don
José Fernandez, gerente de la Unión de
Criadores de Toros de Lidia del Mediodía, que
preside el señor conde de la Maza y en la
que funge como Tesorero don Eduardo III
Miura Martínez, con los que este autor
estableció el compromiso de una próxima
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reunión para hablar de tan sugestivo asunto.
En la citada conferencia propuse, entre
otras muchas cosas, que si hemos dedicado
el año 2000 a Nuestro Padre Dios, ¿por qué
no dedicamos el año 2001 a una de sus
criaturas más hermosas: el Toro Bravo?... y
se quedó en el tintero decir que, si disfrutamos
de una «Real Maestranza de Caballería, para
lidiar toros, ¿por qué no disfrutar también de
un «Real Instituto del Toro de Lidia», en
recuerdo de S. M. Doña María Mercedes, también
en Sevilla, para estudiarlos y protegerlos
de su decadencia biológica? La Unión de Criadores
podría proponérselo a Su Majestad Don
Juan Carlos I. ¡Sin duda lo aceptaría
encantado!
Y recordé cuando le envié varias
cartas, una carta-propuesta, en 1965-66, al
entonces ministro de Agricultura, don Tomás
Allende y García Baxter, en ese sentido, anunciándole
la necesidad de crear una «Reserva
Biológica del Toro Bravo», en la Estación Biológica
de Doñana, propuesta que siempre
alentó el ganadero y abogado jerezano don
Manuel García Fernádez-Palacios. Nos quedó
muy claro que en esa reserva del toro bravo
hay que llevar un hato de vacas y sementales
de Miura de los que tengan notas de más
agresividad, poder y tamaño, antes de que sea
demasiado tarde, ya que sólo en esa ganadería
quedan los vacunos de un pasado muy
remoto. Ya existió en la antigüedad una
ganadería brava en Doñana.
Comentando al final el hecho de que
un científico genetista fuese a Zahariche a
estudiar, dicen que la «genética de los
miuras», y dijera que se trataba de una sub-
(7) En el célebre puerto pesquero de Sanlúcar de Barrameda, se halla en la desembocadura
del legendario río Guadalquivir, frente al golfo de México, en la otra orilla del océano
Atlántico. El año 1256, el rey Alfonso X el Sabio la conquistó a los moros; fue perdida luego y
reconquistada finalmente en 1262. El año 1295 pasó al Señorío de Alonso Pérez de Guzmán el
Bueno, por su famosa hazaña en Tarifa (Cádiz). De su puerto zarpó Cristóbal Colón para su
tercer viaje a América en 1498, así como la expedición de Magallanes, el (20-09-1519), con la
flota de la que formaba parte la nao Victoria, mandada por Juan Sebastián Elcano, la primera
nave y marino que dieron la vuelta al Mundo y recaló en Sevilla el (06-09-1522). Francisco
Albo, navegante español, nacido hacia el año 1495, fue piloto de la Victoria y uno de los dieciocho
supervivientes de la expedición de Magallanes que desembarcaron a su regreso |en
Sanlúcar de Barrameda el (07-09-1522).