Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava
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MIURA - 2002 amigo de muchos decenios. Con Limeño estuve la tarde del viernes (12-05-2000), sentados platicando sobre los miuras y la situación de la ganadería brava en España, con quien fuera un verdadero «especialista en miuras», como le calificó el periodista y reportero taurino don Manuel Ramírez y fotografías de Nieves Sanz, en BLANCO Y NE- GRO, de «ABC», del (30-04-2000). Muchas veces, desde aquel año, seguimos saludándonos... «y cuando me llamastes, aunque estaba muy cansado de una semana de intensa brega, no quise perder por ningún motivo el estar charlando un rato bueno contigo de los toros de Miura, que yo sé son para ti una pasión inmensa...», le dijo a este autor. No habíamos empezado a tomar el aromático café en la IBENSE, en la plaza central de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), cuando sonó el celular. Los españoles tiene el «sida de los celulares.» Oí que le hablaron de la necesidad de cambiar un toro para la «corrida del año» en la hermosa Feria Taurina de Jerez de la Frontera, en la que Curro Romero cortó tres orejas y un rabo, formando un escándolo impresionante, mientras que a su alternante, su colega gitano, el jerezano Rafael de Paula, le echaron dos toros al corral. Así es la vida, también en los Toros. La mañana del aquel memorable día para toda la afición jerezana, este autor fue a tomar unas cañas de cerveza y una ración de jamón serrano «pata negra» al célebre Restaurante Casa Flores -¡saludos, querido Paco, donde quiera que Dios te haya llevado!... porque desgraciadamente se nos fue para siempre-, en la ribera marítima de El Puerto de Santa María (Cádiz), llevándome la grata sorpresa de encontrarme en la barra al viejo amigo y muy reconocido escritor y columnista, don Antonio Burgos, al que conozco desde la década de 1960, cuando ambos aparecíamos en artículos de A B C, los míos sobre toros y los de él de una elegancia y gracia inigualables, autor del ya famoso libro: «Curro Romero, la esencia», junto con su 192 guapa esposa Teresa. Con ellos charlé largo rato, hasta que llegó la esposa de Curro y el apoderado, pero antes prometieron venir a visitar la hermosa ciudad mexicana de Zacatecas. Sigo con Limeño. Mi sobrino Jaime Abreu de la Rosa que nos acompañaba se encargó de tomar notas de nuestra plática aquella tarde... José Martínez Ahumada -cuyo apellido materno, lógicamente, le enorgullece-, fue el mayor de 10 hermanos y estudió en Puerto Real (Cádiz), pueblo natal del autor, trabajando en Casa Martínez. Recordamos decenas de anécdotas y hechos. Entre otros recordó a este autor cuando pronuncié una conferencia en el Restaurante-Bar de su padre en Sanlúcar de Barrameda, allá por el año 1968... sobre la tranquilización de los miuras, de la que ya ni me acordaba. Nos recreamos enumerando sus éxitos con los de Zahariche, especialmente cuando los años de 1968 -este año salió tres veces por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza, un record toreando miuras que nadie ha igualado todavía-, cortó 2 orejas; en 1969, cuatro orejas, y en 1970, otras cuatro, todas en la Feria de Abril de sevillana, siendo esos años el triunfador absoluto, con vueltas al ruedo y saliendo 4 veces en total por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Sevilla. ¡Casi ná!, tío. La dos orejas de 1968 se las cortó Limeño al toro Romanito, que le proporcionó al espada mayor triunfo logrado en toda su vida de torero. Fue un toro admirable, al que José Martínez toreó y mató de manera también admirable. La plaza de la Maestranza, llena, siguió la lidia de aquel magnífico ejemplar, al que mandó sin orejas al desolladero. Este triunfo, como todos los logrados a través de la historia de la Fiesta, tuvo una repercusión extraordinaria en el profesionalismo de Limeño. De tal manera que, al final de la misma temporada de 1968, el empresario sevillano señor Canorea se hizo cargo de la dirección artística de la carrera del buen torero de Sanlúcar, que resurgió poderoso, impulsado, como Diego Puerta en
El matador José Martínez (Limeño) con el Autor. 1962, por la gloria de un toro de Miura. Juan Belmonte, según dijo en algunas ocasiones, jamás tuvo miedo, aunque a veces, «¡es la pierna la que no quiere dar un paso hacia delante para cargar la suerte!», cuando le increpó un aficionado porque no se acercaba; Joselito, que aguantó con un valor incomensurable su agonía, nunca lo amilanó ningún toro, así que el grande mérito de Limeño fue que se hizo «especialista en miuras ahogando con inmenso valor sus miedos», haciendo como el dice: «de tripas corazón»... pero siempre con aroma de manzanilla. Vencer su falta de valor fue su grandeza vital y la afición de su pueblo le levantó un busto muy merecido, con motivo del XXV Aniversario de su alternativa. José Martínez Ahumada siempre dio la cara, sin volverla jamás. Y como él dice: «No me duelen las cornadas de los toros, pero sí -aunque prefiere no hablar de ellas-, las de la vida»... que este autor conoce y también prefiere no hablar, porque igualmente las ha sufrido con toda intensidad. Y es que las cornadas que dan la envidia -ancestral y permanente cuchillo de la virtud, vieja herencia del pasado árabe-, las calumnias, la mentira, MIURA - 2002 etcétera, son mucho más dañinas que las de los toros... y Limeño se queja con visible aceptación de su destino, de no disfrutar económicamente lo que se ganó con tantos sacrificios. Las veces que lo llamé a su «celular», una vez estaba llegando a Albacete, otra salía de Salamanca, de Madrid, e iba camino de Extremadura... hasta que llegó a descansar a Sanlúcar. Compra corridas para varios toreros y plazas de España. No para un minuto, y cuando piensa estar tranquilo unas horas, no sé quién le llamó para que cambiara uno de los toros para la corrida de Curro Romero, en Jerez...¡y acertó!, pues le cortó las orejas y el rabo... ¡aquello fue apoteósico! Recomiendo a los lectores traten de encontrar ese número de BLANCO y NEGRO del prestigioso «ABC», ya citado, ya que el reportaje del escritor y reportero taurino don Manuel Ramírez es excelente. Este autor, que vive en Zacatecas, Paseo Díaz Ordás, 226, en Zacatecas, Zac (México), puede enviarle una fotocopia del mismo a los aficionados verdaderamente interesados de América sin costo por el envío. Hablando del Nuevo Mundo no puedo dejar de señalar el apoteósico 193
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El matador José Martínez (Limeño) con el Autor.<br />
1962, por la gloria de un toro de Miura.<br />
Juan Belmonte, según dijo en algunas<br />
ocasiones, jamás tuvo miedo, aun<strong>que</strong> a<br />
veces, «¡es la pierna la <strong>que</strong> no quiere dar un<br />
paso hacia delante para cargar la suerte!»,<br />
cuando le increpó un aficionado por<strong>que</strong> no se<br />
acercaba; Joselito, <strong>que</strong> aguantó con un valor<br />
incomensurable su agonía, nunca lo amilanó<br />
ningún toro, así <strong>que</strong> el grande mérito de Limeño<br />
fue <strong>que</strong> se hizo «especialista en miuras<br />
ahogando con inmenso valor sus miedos»,<br />
haciendo como el dice: «de tripas corazón»...<br />
pero siempre con aroma de manzanilla. Vencer<br />
su falta de valor fue su grandeza vital y la<br />
afición de su pueblo le levantó un busto muy<br />
merecido, con motivo del XXV Aniversario de<br />
su alternativa.<br />
José Martínez Ahumada siempre dio<br />
la cara, sin volverla jamás. Y como él dice:<br />
«No me duelen las cornadas de los toros, pero<br />
sí -aun<strong>que</strong> prefiere no hablar de ellas-, las de<br />
la vida»... <strong>que</strong> este autor conoce y también<br />
prefiere no hablar, por<strong>que</strong> igualmente las ha<br />
sufrido con toda intensidad. Y es <strong>que</strong> las<br />
cornadas <strong>que</strong> dan la envidia -ancestral y permanente<br />
cuchillo de la virtud, vieja herencia<br />
del pasado árabe-, las calumnias, la mentira,<br />
MIURA - 2002<br />
etcétera, son mucho más dañinas <strong>que</strong> las de<br />
los toros... y Limeño se <strong>que</strong>ja con visible aceptación<br />
de su destino, de no disfrutar económicamente<br />
lo <strong>que</strong> se ganó con tantos sacrificios.<br />
Las veces <strong>que</strong> lo llamé a su «celular»,<br />
una vez estaba llegando a Albacete, otra salía<br />
de Salamanca, de Madrid, e iba camino de<br />
Extremadura... hasta <strong>que</strong> llegó a descansar<br />
a Sanlúcar. Compra corridas para varios<br />
toreros y plazas de España. No para un<br />
minuto, y cuando piensa estar tranquilo unas<br />
horas, no sé quién le llamó para <strong>que</strong> cambiara<br />
uno de los toros para la corrida de Curro<br />
Romero, en Jerez...¡y acertó!, pues le cortó<br />
las orejas y el rabo... ¡a<strong>que</strong>llo fue apoteósico!<br />
Recomiendo a los lectores traten de<br />
encontrar ese número de BLANCO y NEGRO<br />
del prestigioso «ABC», ya citado, ya <strong>que</strong> el<br />
reportaje del escritor y reportero taurino don<br />
Manuel Ramírez es excelente. Este autor, <strong>que</strong><br />
vive en Zacatecas, Paseo Díaz Ordás, 226,<br />
en Zacatecas, Zac (México), puede enviarle<br />
una fotocopia del mismo a los aficionados<br />
verdaderamente interesados de América sin<br />
costo por el envío. Hablando del Nuevo Mundo<br />
no puedo dejar de señalar el apoteósico<br />
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