Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava
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por los toros. Frecuentó las capeas y novilladas<br />
en su provincia y las de Badajoz, Cáceres<br />
y Ciudad Real, comenzando a figurar en<br />
modestísimas cuadrillas como banderillero y<br />
como peón sin llegar a banderillear<br />
El (26-03-1899), los entonces jóvenes<br />
matadores cordobeses Rafael González<br />
(Machaquito) y Rafael Molina Martínez<br />
(Lagartijo chico), en <strong>que</strong> cada uno de ello era<br />
el complemento del otro: Machaquito,<br />
nervioso, apasionado, se iba hacia los toros<br />
deseoso de hacerlo todo, y todo lo ejecutaba<br />
con rapidez, acierto y sobriedad; Lagartijo II,<br />
por el contrario, toreaba con aplomo, moviendo<br />
apenas los pies y con clásica elegancia y<br />
gallardía...; lidiaron ese día en Madrid toros<br />
de la ganadería de los Castellones; los dos<br />
primeros, de nombre Muletero y Bragao,<br />
fueron de los más grandes <strong>que</strong> se habían visto<br />
hacía muchos años en el circo madrileño;<br />
ambos murieron de dos volapiés soberbios,<br />
sin <strong>que</strong> los matadores resultaran tropezados.<br />
El día (01-09-1899) se celebró en<br />
Madrid una corrida histórica, por<strong>que</strong> en ella<br />
se enfrentaron dos cuadrillas: la de los matadores<br />
Gallos, sevillanos, y la de los<br />
cordobeses Machaquito y Lagartijo chico, en<br />
franco y más <strong>que</strong> excitante desafío. En esta<br />
competencia interprovincial española, fueron<br />
notables cuatro toros: Limonero, Noteveas,<br />
Pajarito y Repartido, de la <strong>que</strong> narramos,<br />
en cada uno de ellos y de forma repetida, la<br />
inusitada efeméride:<br />
«El ganadero don Esteban Hernández<br />
apartó días antes cuatro toros de buen<br />
tamaño, buenas carnes y mejor armadura, y<br />
otros cuatro bastante mayores, de más<br />
arrobas y cornamenta más considerable.<br />
Hubo quien dijo <strong>que</strong> estos últimos tenían seis<br />
años. Si no los tenían, lo parecía. Había desigualdad<br />
notoria en la presentación de la<br />
corrida, <strong>que</strong> hacía justo el sorteo verificado,<br />
aun<strong>que</strong> no en la forma en <strong>que</strong> se hizo de <strong>que</strong><br />
la suerte designase el lugar en <strong>que</strong> cada toro<br />
habría de correrse, sino en la de <strong>que</strong> cada<br />
espada esto<strong>que</strong>ase un toro de los mayores y<br />
otros de los más pe<strong>que</strong>ños, sorteándose los<br />
MIURA - 2002<br />
<strong>que</strong> habían de ser. Los matadores cordobeses<br />
salieron favorecidos para su mayor lucimiento,<br />
correspondiéndoles tres de los cuatro toros<br />
de mayor respeto.<br />
La corrida se dio con gran expectación,<br />
y sucedió en ella lo <strong>que</strong> se esperaba.<br />
Machaquito y el hijo de Juan se llevaron de<br />
calle desde el primer quite a los sevillanos;<br />
mataron admirablemente sus cuatro toros; no<br />
cesaron de oir ovaciones.<br />
El Gallo (Rafael) fue aplaudido banderilleando<br />
-lo escasillaron como banderillero-,<br />
y oyó dos silbas espantosas al atravesar el<br />
esto<strong>que</strong>, huyendo en sus dos toros, de los<br />
cuales el cuarto, llamado Limonero, de pelo<br />
sardo, <strong>que</strong> era de los grandes, fue mucho toro<br />
para él; y el otro espada sevillano se mostró<br />
tan nulo como en las corridas <strong>que</strong> antes<br />
toreara en la Corte.<br />
Los tres toros grandes <strong>que</strong> correspondieron<br />
a los cordobeses, uno a<br />
Machaquito y dos a Lagartijo el Chico,<br />
murieron de tres soberbias estocadas. Media<br />
primorosa dio Rafael González al primero,<br />
llamado Pajarito, de pelo negro, tan admirablemente<br />
colocada <strong>que</strong> tumbó fulminante<br />
a<strong>que</strong>lla mole cárnica.<br />
Las faenas de Lagartijo el Chico<br />
merecen párrafo aparte. Su segundo toro, de<br />
nombre Repartido, de pelo cárdeno, era un<br />
toro con toda la barba: grande, hondo, cornalón<br />
y con muchas arrobas. El sobrino de su tío,<br />
<strong>que</strong> estrenaba terno canela y oro, le tomó de<br />
muleta con sobria finura y reposada elegancia,<br />
sin mover los pies ni encorvar el busto, y<br />
entrándole corto y derecho, vaciando a la<br />
perfección, dio con la mano en el morrillo, dejando<br />
el acero dos dedos caídos. La ovación<br />
fue realmente imponente.<br />
El sexto fue un buen toro en el primer<br />
tercio, y dicho <strong>que</strong>da <strong>que</strong> era de los buenos<br />
mozos. Se llamó Noteveas y era castaño<br />
asardado por la cara y bien puesto, aun<strong>que</strong><br />
mogón del izquierdo. Tomó siete puyazos por<br />
seis caídas y seis caballos muertos, siendo<br />
ovacionado el ganadero, quien envió recado<br />
a Rafael Molina Martínez (Lagartijo el Chico)<br />
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