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Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

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la anterior. En ella la faena de la tarde<br />

correspondió hacerla a Joselito, <strong>que</strong> en el<br />

quinto toro, de nombre Napoleón, negro,<br />

bravísimo, consiguió realizar una de las lidias<br />

más completas <strong>que</strong> puedan imaginar. El<br />

revistero sevillano Onarres, la describió así:<br />

«Quinto. Joselito híncase de rodillas<br />

para cambiarle y desiste, dando después<br />

unos recortes a capote plegado. De tres<br />

varas, dos marronazos y una caída se<br />

compone el primer tercio. El segundo lo llena<br />

Gallito banderilleando colosal, brutalmente, al<br />

bicho, con tres pares al cambio por el mismo<br />

lado, derrochando arte, <strong>que</strong> hace enlo<strong>que</strong>cer<br />

a los espectadores. Toma los avios de matar<br />

y realiza una de las faenas más asombrosas<br />

<strong>que</strong> se han visto. Derechísimo, sin mover los<br />

pies, mandando con la muleta <strong>que</strong> se movía<br />

a ligero impulso de la muñeca, dio tres pases<br />

naturales estupendos y otros de pecho,<br />

ayudados, redondos, de molinete e hincado<br />

de rodillas, <strong>que</strong> puede poner el lector el adjetivo<br />

más encomiástico <strong>que</strong> conozca, en la seguridad<br />

<strong>que</strong> aún no lo será lo bastante. Se<br />

trató de una faena indescriptible, de la <strong>que</strong><br />

sólo viéndola es posible formarse juicio. Cierre<br />

el lector los ojos, imagínese una labor brillante,<br />

y véala aún más allá.», dice don José María<br />

de Cossío. El entusiasmo en el público llegó<br />

a desbordarse. Un pinchazo citando a recibir<br />

y media estocada en las agujas, <strong>que</strong> tiró sin<br />

puntilla al animal, pusieron remate a la hermosísima<br />

labor de este coloso de la tauromaquia.»<br />

La labor de Belmonte en esta corrida<br />

fue asimismo excelente, pero sin las<br />

grandiosidades de la tarde anterior y sin hacer<br />

sombra a la gran faena de Joselito. En Madrid<br />

se acentuó de modo decisivo la superioridad<br />

de Joselito para mantener una compe-tencia<br />

seguida, pues si bien en ella en nada se amenguaba<br />

el mérito de Juan Belmonte, <strong>que</strong> en<br />

una sola faena podía hacer poner en olvido<br />

cuanto de más brillante se hubiera practicado<br />

en los ruedos; no estaba en a<strong>que</strong>lla época en<br />

condiciones de sostener una lucha con torero<br />

<strong>que</strong> en el toro apto y fácil podía emularle, y<br />

MIURA - 2002<br />

en los demás le superaba sin <strong>que</strong> cupiera término<br />

de comparación.<br />

En la corrida de Contreras, <strong>que</strong> fue de<br />

poco poder y, por tanto, fácil, Joselito cortó<br />

orejas, galleó por vez primera muy<br />

lucidamente, banderilleó y muleteó de todas<br />

las maneras imaginables y mató con fortuna.<br />

Por primera vez se le vio en esta corrida dar<br />

una serie de pases ayudados, los codos altos<br />

y la muleta a la altura de la cara del toro, <strong>que</strong><br />

había de prodigar en lo sucesivo hasta hacer<br />

de ellos una de sus suertes más personales.<br />

Belmonte, aun<strong>que</strong> sus toros fueron fáciles,<br />

no salieron de su estilo y se limitó a cumplir,<br />

menos en el cuarto, un sobrero del marqués<br />

de los Castellones, sumamente manso, con<br />

el <strong>que</strong> poco se podía hacer y menos <strong>que</strong> eso<br />

hizo el diestro.<br />

La corrida de Gamero Cívico resultó<br />

brava, con temperamento y con poder.<br />

Joselito lidió con gran desahogo sus toros,<br />

en tanto Belmonte anduvo atropellado y cogido<br />

toda la tarde, acabando por recibir un puntazo<br />

en el sexto toro, al <strong>que</strong> Joselito dominó<br />

adornándose y despachó con toda facilidad.<br />

Este alarde disgustó a los belmontistas, sin<br />

motivo a juicio del público desapasionado;<br />

pero lo <strong>que</strong> a todos pareció bien fue el quite<br />

maravilloso <strong>que</strong> hizo a Belmonte al ser cogido<br />

aparatosísimamente por el segundo toro,<br />

cuando intentaba torearle de capa. Llevó la<br />

res al diestro en su cuna tiempo suficiente<br />

para recorrer el espacio de ruedo correspondiente<br />

a dos tendidos, corneándole en el<br />

aire. Joselito corría pegado al cuarto trasero<br />

del toro, <strong>que</strong> al dejar en el suelo el cuerpo de<br />

Juan se encontró con el capote de José, <strong>que</strong><br />

le alejó de a<strong>que</strong>l lugar hasta rematar en los<br />

medios de la plaza gallardísimamente. La ovación<br />

fue ensordecedora. Recuerda Cossío<br />

<strong>que</strong> al retirarse Joselito a la barrera en lo <strong>que</strong><br />

le banderilleaban el quinto toro, el público, recordando<br />

a<strong>que</strong>l quite, hizo salir al matador al<br />

centro de la plaza en tanto le ovacionaban<br />

todos los espectadores puestos en pie.<br />

«Me he detenido, nos dice Cossío,<br />

acaso con exceso, a narrar los incidentes de<br />

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