Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava
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MIURA - 2002<br />
pocas. Su toreo, sus faenas, prodigaban una belleza<br />
plástica insuperable. Daban siempre la<br />
sensación de poco sólidas, pero cimentadas;<br />
pero es innegable <strong>que</strong> por su estética eran<br />
admirables. Con el capote ejecutaba todas las<br />
suertes conocidas con perfecciones de<br />
clasicismo, y fue inventor (invención significa hallazgo)<br />
de las «gaoneras.»<br />
Fue un notabilísimo banderillero; su arrogante<br />
preparación, sus adornos, del gusto más<br />
exquisito y aquilatado -al estilo de Gordito-, eran<br />
precursores de una ejecución perfecta y maravillosa.<br />
Dominaba todas las variantes de la suerte<br />
de las banderillas, y en ellas derrochaba<br />
prestancia, gallardía y gracia. Su muleta no fue,<br />
en general, de una gran eficacia: variadísimo, no<br />
he de repetir <strong>que</strong> artístico y elegante, subyugador<br />
si se quiere, pero casi siempre sin una<br />
determinante, sin el prejuicio de dominar al toro,<br />
corregirles sus defectos y prepararle debidamente<br />
para la muerte.<br />
Con el esto<strong>que</strong> se manifestaban claras y<br />
terminantes desigualdades, las ya señaladas a<br />
su propia personalidad y <strong>que</strong> tanto le perjudicaron<br />
en su carrera. Tuvo temporadas enteras en <strong>que</strong><br />
mató de modo deficientísimo, nublando algunas<br />
veces sus glorias. Tuvo, en cambio, temporadas<br />
enteras también en <strong>que</strong> ejecutó la suerte llamada<br />
«suprema» con tales perfec-ciones <strong>que</strong> le<br />
valieron ovaciones sin cuento.<br />
Un poco al margen de su vida neta-mente<br />
artística, concretamente taurina, fue combatido<br />
con verdadera saña y con manifiesta injusticia,<br />
por maledicencias <strong>que</strong> le crearon a veces, y por<br />
poco tiempo, un ambiente violento y de malestar<br />
<strong>que</strong> él y los <strong>que</strong> le aconsejaban y rodeaban no<br />
quisieron limpiar con la habilidad y el tino<br />
suficientes, ni con la rapidez y diligencia debidas,<br />
dejando <strong>que</strong> la verdad, con el tiempo, se<br />
impusiera a la pasión y a ciertas ruindades.<br />
Gaona supo y pudo reunir una gran fortuna, <strong>que</strong><br />
disfrutó, con la tranquilidad del retirado, con su<br />
esposa, española, y sus hijos.<br />
GARCÍA Rodríguez (José), Algabeño. Matador<br />
de toros. Nació en La Algaba (Sevilla) el<br />
(21-09-1875). Sus padres, labradores regular-<br />
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mente acomodados, le hicieron cursar esmeradamente<br />
las primeras letras, y después<br />
le enviaron a Córdoba para <strong>que</strong><br />
estudiara la carrera de Veterinaria, en la<br />
Facultad correspondiente, ubicada ya en<br />
la avenida Medina Azahara. Reveses de<br />
fortuna interrumpieron estos proyectos, y<br />
volvió José García a su pueblo -exactamente,<br />
amigo lector, le ocurrió a este autor<br />
en 1952 cuando por dificultades económicas,<br />
tuvo <strong>que</strong> abandonar sus estudios de<br />
veterinario y ayudar a su familia, para<br />
regresar años después y lograr el doctorado<br />
en la misma Facultad donde estuvo<br />
don José García-, ayudando a sus padres<br />
en las faenas del campo y su negocio de<br />
granos.<br />
(Los frecuentes viajes <strong>que</strong> éste<br />
autor hacía a Sevilla conduciendo carros<br />
tirados por bestias -éste autor tendrá<br />
siempre grabados en su memoria a<strong>que</strong>llos<br />
viajes (1939-40) desde Puerto Real<br />
hasta Rota (Cádiz) -35 kilómetros) sobre<br />
un carro jalado por un mulo llamado<br />
Caete, acompañando a mi abuelo don<br />
Ramón Zaldívar del Cid, <strong>que</strong> iba a comprar<br />
sandías, melones, frutas y hortalizas para<br />
surtir sus establecimientos en el Mercado<br />
de Abastos de Puerto Real, pues era el<br />
único medio de transporte-, le<br />
proporcionaron ocasiones de presenciar<br />
algunas corridas de toros.)<br />
Le impresionó de ellas especialmente<br />
la manera de matar de Mazzantini,<br />
y la noticia del dinero en <strong>que</strong> se cotizaba<br />
a<strong>que</strong>lla habilidad, y pareciéndole hacedera<br />
a<strong>que</strong>lla suerte pensó, con la firmeza y<br />
decisión propia de un carácter entero, en<br />
dedicarse al toreo. Empezó a ensayarse<br />
con becerros en los corrales de don José<br />
Váz<strong>que</strong>z, y mató el toro de muerte de<br />
Brenes y de La Algaba. En su pueblo natal<br />
lo hizo magistralmente, y tuvo la fortuna<br />
de <strong>que</strong> presenciara su hazaña el aficionado<br />
sevillano señor Mata, <strong>que</strong> fue después<br />
su apoderado, el cual organizó una<br />
novillada para el día (09-12-1894). Fueron