Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

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MIURA - 2002 lo que son los toros y que no en balde ha estado al lado de los toreros buenos. Sobre todo bregando y ayudando a sus compañeros estuvo, por regla general bueno siempre, y fue en lo que más palmas ganó. Cumpliendo su misión de matador, ya es más discutible su positivo mérito, porque no siempre estuvo a la altura de su reputación. Por el lado derecho toreaba con suavidad, ve llegar y estira el brazo; pero por el izquierdo no llegó nunca a que el toro acabara de pasar y no despegaba el codo del cuerpo, no estirando nunca y siendo por ese lado lo que en el argot taurino se llama «codillero.» Así es que son buenos, por regla general, sus tres primeros pases: uno con la derecha, uno alto, otro con la derecha, ayudado o de pecho, y al dar el segundo por el lado izquierdo, perdía terreno y ya no podía reponerse en toda la faena. De cada diez faenas de muleta, son de este modo nueve. Al pinchar solía dar algunas esto-cadas muy buenas, entrando de su peculiar manera, o sea gazapeando, y al toro que hace por él le suele matar con buen éxito.» El (29-12-1901) le echaron un toro de don Eduardo Ibarra al corral, al que había tomado asco por su gran cornamenta. Al finalizar la temporada marchó nuevamente a México, e hizo un mal papel el 15 de diciembre, en que, herido su compañero Antonio Moreno (Lagartijillo) hubo de estoquear cinco toros de la ganadería mexicana de Santin, y lo hizo poco gallardamente. En 1902 no quiso figurar en el abono de Madrid, aunque tomó parte en algunas corridas benéficas. Toreó en las plazas de Pamplona, Valencia, Bilbao, San Sebastián y Valladolid, entre otras, y reafirmó su cartel de primer matador de su época, derochando su elegancia y sus cono-cimientos de los toros y corrigiendo un tanto sus conocidas deficiencias. El 22 de junio hizo una faena completísima en Madrid. El ganado era del Saltillo, y de ocho que se lidiaron, cinco fueron fogueados. Fuentes hubo de matar cuatro 162 toros por resultar heridos Quinito Chico y Machaquito, alternaba aquella tarde con él, y con el astado quinto realizó una labor magnífica. Aquella temporada fue de las que más honra la memoria del diestro sevillano. En la 1903 anduvo muy desafortunado, y el 14 de octubre, toreando en Zaragoza, al intentar descabellar al segundo toro, del Saltillo, fue empitonado por la rodilla derecha, y en la enfermería se le apreció una herida grave, con rotura de la arteria tibial, hueso y grandes desgarros de la partes blandas y de la articulación. Tardó en curar más de cuatro meses, y no curó del todo, porque se resentía constantemente de la herida. Indudablemente perdió facultades, y a lo largo de toda la temporada de 1904, se advirtió esta pérdida, aunque su maestría suplió en muchas ocasiones aquella falta y, en general, realizó una campaña airosa. Es sabido que la pérdida de facultades hizo que encontrara la muerte de los toros con medias estocadas, entrando muy derecho y jugando a la perfección la mano izquierda para evitarse llegar al sitio peligroso de la suerte. En 1905 tuvo algunas tardes magníficas, y una de ellas fue la del 14 de mayo en Madrid, alternando con Bombita chico, Lagartijo chico y Cocherito de Bilbao, a quien había concedio la alternativa el 16 de septiembre del año anterior. Al finalizar la temporada hizo una nueva excursión a México, donde quedó a gran altura. Regresó a España, y el (02-05-1906), comenzó sus tareas en Madrid con Bombita chico y Machaquito, y con ganado de Concha y Sierra. Estuvo valiente y elegante, y mató a sus dos toros, al primero de media estocada y al segundo de una caída. Aquel año toreó 46 corridas, y en ellas se notaron menos, desaparecieron las deficiencias que había venido cultivando durante toda su carrera. En 1908, después de torear algunas corridas, decidió retirarse, y al despedirse de la afición valenciana resultó herido por el toro, de nombre Cartulino, del Saltillo, ganado fatal para él. Repuesto de la herida, sufrió un

accidente de automóvil, y se retiró sin despedirse de las plazas en las cuales se había propuesto hacerlo (En la de Madrid lo hizo el (05-04-1908), acompañado por Ricardo Torres y Machaquito.) Retirado vivía, cuando una empresa de Montevideo fue a España, haciéndole ventajosísi-mas ofertas. Atraído por el ofrecimiento, embarcó para América a fines de 1909. De vuelta en 1910, toreó en Lisboa reses emboladas, y no quiso torear en Madrid la Corrida de Beneficencia de mayo. En 1911 toreó el 24 de junio, y la afición madrileña sufrió una decepción al ver que, el buen torero que había sido siempre Fuentes, estaba acabado. El (28-07-1912) fue herido en Santander por otro toro del Saltillo al poner un par de banderillas al cambio. En 1913, 14 y 15 apenas toreó. Y el que se retiró por su voluntad en 1908 no quería retirarse más tarde, y más de dos veces hizo el ridículo junto a toreros que nunca tuvieron la talla que él alcanzó. En 1921 hizo una excursión a Lima, y alternó con Juan Belmonte y Rafael (el Gallo). Antonio Fuentes y Zurita fue un extraordinario torero, al que faltó coraje y decisión con el estoque, voluntad y ambición. Hubiera llegado a la más gloriosa altura con un corazón decidido y voluntarioso. En un ambiente más hostil, menos favorable y halagüeño que el que le rodeó; retirado el último gran torero del XIX, Guerrita; menos mimado por la afición y frente a toreros más valiosos, se hubiera tal vez dormido menos sobre sus laureles. Fue preciso que Machaquito, Bombita chico y otros toreros más jóvenes irrumpieran impetuosa y ansiosamente en los ruedos para que Antonio Fuentes sacudiera la apatía de que se hallaba poseído. Su mejor etapa, desde luego, se inició a raiz del percance que tuvo en Zaragoza en 1903 y terminó con su accidentada retirada en 1908. Su toreo era fino, clásico y sumamente elegante, como se ha multicitado; con las banderillas se manifestaba siempre MIURA - 2002 adornado, preciso y seguro, y encontraba toro en todos los terrenos. Se distinguió notablemente en los quiebros, a los que imprimió un sello propio inimitable. Manejaba la muleta como pocos han sabido hacerlo, con temple, mesura y gallardía, y su mayor defecto residió siempre en el estoque, aunque con el tiempo se enmendó, y sus estocadas al volapié, hábilmente dadas, eran de rápido y mortal efecto, generalmente. En los anales de la tauromaquia ocupará siempre un puesto digno junto a los maestros del siglo XIX. Algunos toros que lidió Fuentes: *Corredor: Al iniciarse la temporada de 1893, el entonces novillero Antonio Fuentes y Zurita, después matador de toros, nacido el (15-03- 1869) en Sevilla, toreó a las órdenes de Cara- Ancha, se separó de éste, al fin, y el (17-09- 1893), tomó la alternativa en Madrid, de manos de Fernando Gómez (Gallo), que le cedió el primer toro, Corredor, de don José Clemente. El reciente matador escuchó aquella tarde grandes ovaciones por la brillante labor que llevó a cabo. *Berberino: El (01-10-1900), el toro de nombre Berberino, de Miura, chorreado en verdugo, astifino, ojo de perdiz, lidiado en quinto lugar en Madrid en la corrida celebrada el dicho día, fue muy bravo y duro con los picadores, recargando en los puyazos y derribando siempre. Mató cinco caballos. Cogió, sin consecuencias, a Mazzantini, y le mató excelentemente Antonio Fuentes. *Comisario: El (14-04-1895), el matador Antonio Fuentes y Zurita, dio otra gran prueba de serenidad -al igual que el día 27 de mayo en que murió Manuel García (Espartero)-, en la plaza de Barcelona, donde un toro del ganado de Ripamilán, llamado Comisario, colorado, alto, ojo de perdiz y bien armado, lidiado en dicha plaza el citado día, saltó la barrera y la contrabarrera, cayendo en pleno 163

MIURA - 2002<br />

lo <strong>que</strong> son los toros y <strong>que</strong> no en balde ha<br />

estado al lado de los toreros buenos. Sobre<br />

todo bregando y ayudando a sus compañeros<br />

estuvo, por regla general bueno siempre,<br />

y fue en lo <strong>que</strong> más palmas ganó. Cumpliendo<br />

su misión de matador, ya es más discutible<br />

su positivo mérito, por<strong>que</strong> no siempre<br />

estuvo a la altura de su reputación.<br />

Por el lado derecho toreaba con<br />

suavidad, ve llegar y estira el brazo; pero por<br />

el izquierdo no llegó nunca a <strong>que</strong> el toro<br />

acabara de pasar y no despegaba el codo<br />

del cuerpo, no estirando nunca y siendo por<br />

ese lado lo <strong>que</strong> en el argot taurino se llama<br />

«codillero.» Así es <strong>que</strong> son buenos, por regla<br />

general, sus tres primeros pases: uno con<br />

la derecha, uno alto, otro con la derecha,<br />

ayudado o de pecho, y al dar el segundo por<br />

el lado izquierdo, perdía terreno y ya no podía<br />

reponerse en toda la faena. De cada diez<br />

faenas de muleta, son de este modo nueve.<br />

Al pinchar solía dar algunas esto-cadas muy<br />

buenas, entrando de su peculiar manera, o<br />

sea gazapeando, y al toro <strong>que</strong> hace por él le<br />

suele matar con buen éxito.»<br />

El (29-12-1901) le echaron un toro de<br />

don Eduardo Ibarra al corral, al <strong>que</strong> había<br />

tomado asco por su gran cornamenta. Al<br />

finalizar la temporada marchó nuevamente<br />

a México, e hizo un mal papel el 15 de<br />

diciembre, en <strong>que</strong>, herido su compañero<br />

Antonio Moreno (Lagartijillo) hubo de esto<strong>que</strong>ar<br />

cinco toros de la ganadería mexicana<br />

de Santin, y lo hizo poco gallardamente.<br />

En 1902 no quiso figurar en el abono<br />

de Madrid, aun<strong>que</strong> tomó parte en algunas<br />

corridas benéficas. Toreó en las plazas de<br />

Pamplona, Valencia, Bilbao, San Sebastián<br />

y Valladolid, entre otras, y reafirmó su cartel<br />

de primer matador de su época, derochando<br />

su elegancia y sus cono-cimientos de los<br />

toros y corrigiendo un tanto sus conocidas<br />

deficiencias.<br />

El 22 de junio hizo una faena completísima<br />

en Madrid. El ganado era del Saltillo,<br />

y de ocho <strong>que</strong> se lidiaron, cinco fueron<br />

fogueados. Fuentes hubo de matar cuatro<br />

162<br />

toros por resultar heridos Quinito Chico y<br />

Machaquito, alternaba a<strong>que</strong>lla tarde con él, y<br />

con el astado quinto realizó una labor magnífica.<br />

A<strong>que</strong>lla temporada fue de las <strong>que</strong> más<br />

honra la memoria del diestro sevillano.<br />

En la 1903 anduvo muy desafortunado,<br />

y el 14 de octubre, toreando en<br />

Zaragoza, al intentar descabellar al segundo<br />

toro, del Saltillo, fue empitonado por la rodilla<br />

derecha, y en la enfermería se le apreció una<br />

herida grave, con rotura de la arteria tibial,<br />

hueso y grandes desgarros de la partes<br />

blandas y de la articulación. Tardó en curar<br />

más de cuatro meses, y no curó del todo,<br />

por<strong>que</strong> se resentía constantemente de la<br />

herida.<br />

Indudablemente perdió facultades, y a<br />

lo largo de toda la temporada de 1904, se<br />

advirtió esta pérdida, aun<strong>que</strong> su maestría<br />

suplió en muchas ocasiones a<strong>que</strong>lla falta y,<br />

en general, realizó una campaña airosa. Es<br />

sabido <strong>que</strong> la pérdida de facultades hizo <strong>que</strong><br />

encontrara la muerte de los toros con medias<br />

estocadas, entrando muy derecho y jugando<br />

a la perfección la mano izquierda para evitarse<br />

llegar al sitio peligroso de la suerte. En 1905<br />

tuvo algunas tardes magníficas, y una de ellas<br />

fue la del 14 de mayo en Madrid, alternando<br />

con Bombita chico, Lagartijo chico y Cocherito<br />

de Bilbao, a quien había concedio la alternativa<br />

el 16 de septiembre del año anterior.<br />

Al finalizar la temporada hizo una nueva<br />

excursión a México, donde <strong>que</strong>dó a gran altura.<br />

Regresó a España, y el (02-05-1906), comenzó<br />

sus tareas en Madrid con Bombita chico y<br />

Machaquito, y con ganado de Concha y Sierra.<br />

Estuvo valiente y elegante, y mató a sus<br />

dos toros, al primero de media estocada y al<br />

segundo de una caída. A<strong>que</strong>l año toreó 46<br />

corridas, y en ellas se notaron menos,<br />

desaparecieron las deficiencias <strong>que</strong> había<br />

venido cultivando durante toda su carrera.<br />

En 1908, después de torear algunas<br />

corridas, decidió retirarse, y al despedirse de<br />

la afición valenciana resultó herido por el toro,<br />

de nombre Cartulino, del Saltillo, ganado fatal<br />

para él. Repuesto de la herida, sufrió un

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