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Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

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MIURA - 2002<br />

él mismo al buscar los engaños, y se tiene<br />

<strong>que</strong> innclinar, como una moto cuando toma<br />

una curva. Cuanto más alto, más arriba tiene<br />

el centro de gravedad y más acusada ha de<br />

ser esa corrección en el giro, <strong>que</strong> puede hasta<br />

tropezar con el torero con las propias<br />

espaldas. La fuerza cinética del toro se tiene<br />

<strong>que</strong> someter a unas leyes físicas, eso es de<br />

cajón.»<br />

Para Esplá, el de Miura «es un toro<br />

particularmente sutil a enganchar, y cuando<br />

toca la tela se desbarata. Es el <strong>que</strong> más desarrolla,<br />

tal vez por su propia morfología, se<br />

vuelve mucho más cauto en menos tiempo.<br />

Cuando toca dos o tres veces los engaños<br />

se pone como loco. También, cuando se<br />

cuela por un lado, hay <strong>que</strong> cambiar en seguida<br />

al otro para crearle amnesia.»<br />

Luis Francisco recuerda a Dadito, <strong>que</strong><br />

fue de los dos o tres toros <strong>que</strong> hay en la vida<br />

de un torero, <strong>que</strong> te llevan a extraña<br />

experiencia, como a un proceso de creación<br />

puro. Tú estás delante, toreando, y hay una<br />

omisión absoluta de cualquier alusión al<br />

riesgo. No sabes en qué parte tuya se está<br />

produciendo esa inspiración, te conviertes<br />

casi en un espectador de ti mismo, es algo<br />

casi extrasensorial. Se produce un abandono<br />

total, te olvidas de la cautela mínima <strong>que</strong> debe<br />

tener un torero. Y eso me ocurrió con un toro<br />

de Miura. También recuerdo una faena en<br />

Bayona, pero a<strong>que</strong>llo se pareció más a una<br />

historia pasada.»<br />

Y Esplá nos asegura: «Cuando un<br />

Miura sale bueno es mejor <strong>que</strong> el mejor. El<br />

malo tiene a la contra esa morfología tan<br />

especial. Se desplaza con mucha fluidez, y<br />

cuando no se somete a los engaños, tiene<br />

unos desplazamientos muy rápidos. Todo eso<br />

se convierte en una especie de bastión, a<br />

veces intomable para el torero.»<br />

Luis Francisco Esplá también nos<br />

asegura <strong>que</strong> ve casi todas las corridas de<br />

Miura y dice: «Ese tipo de ganaderías las<br />

sigo siempre con interés, por<strong>que</strong> son las <strong>que</strong><br />

yo mato y quiero saber cómo están. Miura<br />

está en un momento cojonudo. Atravesó una<br />

158<br />

crisis hace unos años, de hecho yo <strong>que</strong>ría<br />

matarla; pero lleva un par de temporadas <strong>que</strong><br />

está francamente buena. Las figuras se han<br />

apuntado a ganaderías duras, siempre y<br />

cuando le ofreciesen cierta garantía de éxito.<br />

Hay momentos determinados en <strong>que</strong> las<br />

ganaderías atraviesan sus baches, fluctúan.<br />

De Miura se descolgaron los toreros por<strong>que</strong><br />

no estaban en un buen momento. Entonces,<br />

si <strong>que</strong>da sólo eso, el toro grande, el listo, los<br />

pitones, pues no es muy agradable pasar ese<br />

fielato, y menos en las ferias.»<br />

FUENTES y Zurita (Antonio). Matador<br />

de toros, nacido en Sevilla el (15-03-1869).<br />

Sus primeros pasos en el toreo fueron los penosos<br />

y aventurados del muchachillo audaz<br />

y decidido <strong>que</strong>, llenó de fe y esperanza,<br />

hambriento y perseguido -como lo fue Manuel<br />

Benítez (El Cordobes)-, se escapaba de la<br />

casa paterna y asaltaba cerrados y tentaderos.<br />

Con otros muchachos de su edad recorrió<br />

capeas en Andalucía, y pronto<br />

sobresalió de entre el grupo de principiantes.<br />

El (16-08-1885) vistió de torero, por<br />

primera vez, en Guillena (Sevilla). Después<br />

de trabajar como peón y banderillero y hacerse<br />

estimar -como Antonio Carmona (Gordito)-<br />

, marchó a La Habana en 1887, con un matador<br />

de novillos llamado el Macarenito, y allí<br />

escuchó grandes aplausos por sus excelentes<br />

labores. Al año siguiente regresó a<br />

España, ingresó en la cuadrilla de Valladolid<br />

y con éste trabajó las temporadas de 1888-<br />

89, en plazas de cierta importancia y cosechando<br />

aplausos, sobre todo en Valladolid,<br />

donde halló una favorable acogida y donde<br />

residió unos años.<br />

El (22-07-1890) alternó en la plaza vallisoletana<br />

con el referido Rodríguez, <strong>que</strong> ya<br />

le había cedido a<strong>que</strong>l año la muerte de un novillo,<br />

y recibió un puntazo del primer cornúpeto<br />

en el muslo derecho. Del 1889 al 1892 figuró<br />

en las cuadrillas de Antonio Escobar (Boto),<br />

Ángel Villar (Villarillo) y Miguel Báez (Litri I),<br />

novilleros a la sazón, y de vez en vez le cedían<br />

la muerte de algún toro.

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