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Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

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MIURA - 2002<br />

siéndole confirmada en Madrid por Curro<br />

Cúchares el (05-04-1863).<br />

La actuación de Antonio fue muy<br />

lucida. Nada tuvieron de fáciles los dos toros<br />

<strong>que</strong> le tocaron, de la viuda de don Galo Ortiz<br />

el primero, Corzo (colorado y buen mozo), y<br />

de Miura el segundo. A Corzo, según el relato<br />

de Carmona Jiménez en El Boletín de Loterías<br />

y Toros, le dio «ocho pases naturales<br />

(cinco con la derecha), tres de pecho y cuatro<br />

por encima de la cabeza, y mató al toro de<br />

una estocada arrancando, algo caída, descabellando<br />

a la primera vez <strong>que</strong> lo intentó. Fue<br />

muy aplaudido y le soltaron una paloma.»<br />

No estuvo tan afortunado en el toro de<br />

Miura, aun<strong>que</strong> sí muy decidido. El toro,<br />

receloso y buscando el bulto, aumentaba<br />

progresivamente sus dificultades. Según la<br />

misma reseña, le pasó «diez veces al natural,<br />

todas ellas con la mano derecha, teniendo <strong>que</strong><br />

tomar el olivo en un arran<strong>que</strong> impetuoso del<br />

toro, a quien cubrió los ojos tirándole la muleta,<br />

y siendo desarmado en otro pase, y uno muy<br />

bueno y de recurso de pecho, matándole de<br />

un pinchazo a volapié, en <strong>que</strong> cuarteó demasiado;<br />

otro arrancando, y una media estocada,<br />

a volapié también, en <strong>que</strong> se rompió el<br />

esto<strong>que</strong>, <strong>que</strong>dando dentro del toro la mitad<br />

de él y la otra mitad en la mano del diestro.»<br />

Acompañaron en a<strong>que</strong>lla corrida al<br />

neófito, a más de Cúchares, Antonio Sánchez<br />

(Tato). Buscaba el público rivalidades <strong>que</strong><br />

animaran la Fiesta con el picante de la<br />

competencia, y ya desde el año anterior venía<br />

formándose una atmósfera de recelo entre<br />

el nuevo matador y el yerno de Cúchares, a<br />

la <strong>que</strong> dio pábulo una malhadada carta,<br />

publicada en el periódico sevillano El Porvenir,<br />

con fecha del (30-04-1862), en la <strong>que</strong><br />

Gordito agredía los antecedentes, conducta<br />

y sentimientos de Tato. Es lo cierto <strong>que</strong> ya en<br />

dicha corrida, primera en <strong>que</strong> torean juntos,<br />

se hablaba entre los aficionados tan<br />

descubiertamente, <strong>que</strong> el circunspecto<br />

Carmona y Jiménez se hubo de hacer cargo<br />

de la especie con estas prudentes palabras:<br />

148<br />

«La plaza de Madrid impone no sólo<br />

al <strong>que</strong> torea por primera vez, sino al <strong>que</strong><br />

inaugura las corridas, aun cuando haya<br />

trabajado en años anteriores; en la de<br />

anteayer se habló tanto entre los aficionados<br />

sobre recibir toros, competencias y varias<br />

suertes <strong>que</strong> habían de ejecutarse <strong>que</strong> no<br />

extrañamos <strong>que</strong> toda la cuadrilla estuviese<br />

excitada; por fortuna, y prescindiendo sólo de<br />

un caso, hemos visto en la mejor armonía,<br />

especialmente desde mediada la corrida,<br />

entre todas las cuadrillas, a quienes<br />

aconsejamos en bien de las mismas, del toreo<br />

y de la afición, conserven las reglas del arte,<br />

haciendo evitar la desgracia, <strong>que</strong> hoy sería<br />

peligrosísima para nuestra Fiesta Nacional;<br />

<strong>que</strong> haya, sí, emulación digna entre ellos, y<br />

pundonor; pero de ninguna manera intenten<br />

suertes temerarias, ni se bus<strong>que</strong> con insistencia<br />

el peligro, favoreciéndose todos con la<br />

mejor buena fe y considerándose como de<br />

una misma familia, tanto dentro del redondel<br />

como fuera de él. Nosotros confiamos en los<br />

buenos sentimientos de todos los diestro, y<br />

en su amor al arte, y estamos persuadidos<br />

<strong>que</strong> no tendremos más <strong>que</strong> hablar sobre este<br />

asunto.»<br />

No acertó en su deseo el prudente<br />

revistero. Esta temporada de 1863 fue triunfal<br />

para Antonio Carmona. El 1 de junio hizo en<br />

Sevilla una magnífica faena con un toro de<br />

Barrero, de la <strong>que</strong> se habló largamente. En<br />

Granada subió de punto el entusiasmo de los<br />

espectadores. Un cronista de a<strong>que</strong>lla corrida<br />

contaba, entre los adornos <strong>que</strong> prodigara,<br />

«estar rascando al toro en la frente cerca de<br />

un minuto, estando mirando y saludando al<br />

público», lo <strong>que</strong> había de serle muy censurado<br />

después, como veremos, a lo <strong>que</strong> añade<br />

hiperbó-licamente; «A no dudarlo, es la primer<br />

muleta <strong>que</strong> existe en la tauromaquia, y <strong>que</strong> si<br />

viviera la envidiaría el mismo Montes.»<br />

Con todo, fuera por motivos de<br />

carácter o por causas privadas, es lo cierto<br />

<strong>que</strong> parte del público y la Prensa comenzaban<br />

a ponérsele enfrente. Hasta el quiebro, la<br />

suerte en <strong>que</strong> era indiscutible maestro, se

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