Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

hasta el 20 de junio del año siguiente, es decir,
en 1861, es fama que no practica el quiebro
en la plaza de la Corte. Lidiáronse en dicha
corrida seis toros de don Vicente Martínez,
por Cayetano Sanz y los Panaderos,
hermanos de Gordito. Éste comenzó sus
quiebros en el segundo toro. A poco de su
salida colocó un pañuelo en la arena, púsose
encima y, dejando llegar a la res, la cambió a
cuerpo Íimpio, sin que la cosa despertase gran
entusiasmo. Pero en el quinto toro logró que
éste se desbordara, banderilleándole solo. Así
describe su faena Carmona Jiménez en el
citado Boletín de Loterías y Toros:
«El Gordito, apenas hecha la señal de
banderillas, cogió una silla y se fue al toro.
Antes de ponerse en suerte y, por
consiguiente, de sentarse, le acometió, librándose
de él por medio de un pase con la misma
silla, que le valió un aplauso. Sen-tado, en fin,
citó al bicho, el que arrancó por el lado
contrario al que le citaba el diestro, y tan rápidamente,
que le obligó a colocarlas barderillas
algo bajas por tener que salir del embroque
con mucho brío para no ser cogido. pero que
no fue obstáculo a que sonase un estrepitoso
palmoteo, porque casi no es posible explicar
cuándo colocó los palos ni por dónde se
marchó el diestro.
Tan instantáneo fue el movimiento de
arrancar el toro, meter los brazos y levantarse
de la silla, de donde apenas se separa. Vuelto
a sen-tarse en ella, dejando colgada la
montera al lado derecho de la misma, que
es adonde se inclina para llamar al bicho, y
ya más aplomado el toro, fuése acercando
paso a paso, arrastrándose en la silla con
notable tranquilidad hasta quedar a unas tres
varas del toro; una vez allí le alegró hasta
que arrancó a él, y haciendo un cambio y
dejando colocado en el morrillo un excelente
par de banderillas, se libró del hachazo, que
todo le aguantó la silla, rompiéndose en mil
pedazos. Frenéticos y entusiastas aplausos
resonaron por toda la plaza, y eso que no
puede aplaudirse en el momento porque es
suerte que aterra.»
MIURA - 2002
El entusiasmo del público fue tal que
para la corrida anunciada para el día (24-08-
1861), hubo necesidad de aumentar el cartel,
que lo integró Julián Casas y Cayetano Sanz,
con los dos Panaderos, figurando el nombre
de Antonio Carmona, en el anuncio
correspondiente, con letras mucho mayores
que todos los demás del programa. En esta
corrida banderilleó Gordito metido en un aro,
y segundó intentando hacerlo en silla,
colocando después un magnífico par cambiando.
Volvió a torear el 26 de agosto, y el 8 y
el (15-09-1861). En la corrida del 26 de agosto
le cedió su hermano José la muerte del quinto
toro, al que toreó muy bien de muleta y mató
aceptablemente. Carmona Jiménez advirtíó
en su reseña:
«Fué estrepitosamente aplaudido y le
echaron varios sombreros, uno de los cuales,
de copa por más señas, puso el novel
matador en uno de los pitones. Esto, con
perdón suyo, es de mal gusto.» El mismo año,
en Valladolid, dio muestras, que para
desgracia suya había de reiterar, su falta de
tacto y de prudencia.
En la corrida del 25 de setiembre, también
de 1861 estando el público disgustado
porque, ante las condiciones de los toros, no
pudo ejecutar Antonio su suerte favorita,y
estuvo desgraciado su hermano José en la
muerte de uno de los bichos. De uno de los
tendidos salió una piedra que lastimó
seriamente al Panadero, y Gordito se encaró
con los concurrentes al tendido, interpelándoles
airadamente. El público, furioso, agredió
a pedradas a los toreros, y la autoridad hizo
detener a Antonio Carmona, multándole con
1.000 reales y encarcelándole.
Considerándose ya maduro para el
caso, quiso tomar la alternativa en Sevilla en
la corrida de Beneficencia del siguiente año,
de 1862. No lo consiguió por maniobras de
entre bastidores, a las que acaso no fuera
ajeno Cúchares. Por fin, tomó la alternativa
en Córdoba, en la tarde del 8 de junio,
lidiándose ganado de Romero Balmaseda,
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