Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava
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ajustó a Gordito, con cuatro banderilleros,<br />
para amenizar sus funciones en las provincias<br />
del Norte y circo de Bayona, y en 1854<br />
salió a la plaza de Sevilla este infatigable<br />
peón, brindando la muerte de un becerro a<br />
Juan Pastor. En a<strong>que</strong>l año le llevó a Lisboa<br />
Manuel Trigo, con José de Mora y Manuel<br />
Pérez (Zalea). Ese mismo año, en Sanlúcar<br />
de Barrameda (Cádiz), presenciando una<br />
corrida de aficionados, saltó al ruedo, ejecutando<br />
tan lucidas suertes <strong>que</strong> las cuadrillas<br />
se retiraron para <strong>que</strong> pudiera lucir el pe<strong>que</strong>ño<br />
diestro sus habilidades ante los bichos.<br />
En 1855 acompañaba ya a sus hermanos,<br />
y con ellos estaba cuando tuvo lugar<br />
la terrible epidemia del cólera, <strong>que</strong> se propagó<br />
por toda la comarca andaluza, ocasionando<br />
víctimas incon- tables. Organizáronse<br />
entonces en Sevilla y otras ciudades de<br />
Andalucía multitud de fiestas taurinas, tanto<br />
para distraer la pesadumbre de las gentes<br />
aterrorizada, como para allegar recursos <strong>que</strong><br />
las necesidades creadas por la epidemia<br />
hacían indispensables.<br />
A beneficio de la milicia liberal se organizó<br />
una en Alcalá de Guadaira, en <strong>que</strong><br />
debían torear Manuel Domínguez y José<br />
Carmona, el hermano de Gordito. Como<br />
banderillero figuraba éste; pero en el camino<br />
de Sevilla a Alcalá se sintió atacado de la<br />
temida enfermedad, teniendo <strong>que</strong> guardar<br />
cama al llegar a la ciudad de la fiesta.<br />
Comenzó ésta, y Antonio, viéndose solo en el<br />
cuarto de la fonda, saltó del lecho, se vistió la<br />
ropa de torear y, con asombro de cuantos<br />
estaban en antecedentes, se presentó en la<br />
plaza, haciendo una brega tan lucida como<br />
incansable. Acabó la corrida, y ya en la fonda<br />
se encontró mejorado, y finalmente sano, sin<br />
duda por el beneficio del sudor de la brega,<br />
terapéutica nueva y de difícil práctica, pero<br />
en este caso de indudable eficacia.<br />
En 1857 fue con sus hermanos a<br />
torear a Madrid, como excedente, llamando<br />
la atención por la audacia y la destreza con la<br />
suerte de banderillear, sobre todo en la especialidad<br />
del sesgo y los pares a topa carnero.<br />
MIURA - 2002<br />
El año siguiente de 1858 marcó una<br />
fecha memorable en su incipiente vida torera.<br />
El 19 de abril, en Sevilla, practicó Gordito por<br />
primera vez la suerte del «quiebro»,<br />
esperando al toro a pie firme y cuerpolimpio.<br />
Tenía Gordito una preparación física superior<br />
a la habitual en los toreros de entonces, y ella,<br />
sin duda, le hizo concebir como posible tal<br />
suerte, <strong>que</strong> tenía evidentemente sus<br />
precedentes. Cuenta Veláz<strong>que</strong>z y Sánchez<br />
<strong>que</strong>, no contento con bregar con las reses en<br />
el matadero, en el toril, en las plazas, en los<br />
tentaderos y herraderos de los criadores, en<br />
las corraletas de los caseríos rústicos y en<br />
las dehesas de ganados salvajes, se<br />
ejercitaba con sus camaradas en correr,<br />
saltar, <strong>que</strong>brar a un lado y otro en el ímpetu<br />
de la carrera, y en el desarrollo de sus fuerzas<br />
en los juegos de barra y pelota <strong>que</strong> había visto<br />
en Las Vascongadas con Rodríguez Alegría.<br />
Establecidas escuelas gimnásticas<br />
en Sevilla por los mejores discípulos de<br />
Venitien, alumno brillante del célebre coronel<br />
Amorós, Antonio cu!tivó esta higiénica<br />
enseñanza, tocando resultas beneficiosas en<br />
el desenvolvimiento de su ser físico y en sus<br />
adelantos en la tauromaquia, merced a la<br />
conciencia de su poderío y de su aguante.<br />
Carmona había visto en Portugal una<br />
colección de quiebros, cuarteos y cambios,<br />
<strong>que</strong> nadie ejecutaba en España con toros de<br />
astas libres, y el avisado mancebo<br />
comprendió perfectamente <strong>que</strong> quien llegara<br />
a hacer a<strong>que</strong>llas cosas... se elevaría sobre<br />
todos sus contemporáneos.»<br />
Tal sobra de facultades físicas y tales<br />
ejemplos le movieron, sin duda, a ensayar el<br />
quiebro, y realizado ese día, con éxito<br />
felicísimo, impresionó tanto al público<br />
sevillano, <strong>que</strong> pronto se extendió su fama<br />
entre todos, <strong>que</strong> deseaban ver ejecutar la<br />
nueva suerte <strong>que</strong> a Pepete le hizo exclamar<br />
con brusca fran<strong>que</strong>za: «Eso ya no es torear,<br />
sino hacer títeres con los toros», en lo <strong>que</strong><br />
sin duda exageraba el diestro cordobés, si bien<br />
es indudable <strong>que</strong> Gordito tenía tanto de<br />
gimnasta como de torero.<br />
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