Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

MIURA - 2002
biografía humana y torera, es tarea bien difícil
de condensar, por ello he querido incluir una
de las pocas entrevistas que le hicieron y una
parte sobre los últimos días de su vida.
De importancia es decir, en honor a la
verdad, que Belmonte fue un aunténtico
autodidac-ta, como tantos otros hombres
famosos, en todos los campos del saber
humano. Su infancia con dificultades económicas
no le permitió dedicarse a su pasión
favorita: la lectura, que le incitó a tener un
espíritu inquieto y aventurero... el de saltar de
Cádiz al Norte de África a cazar leones...,
pero su padre terminó enviándolo a Huelva. A
poco comenzó a torear becerros en Camas
y en la venta de Cara-Ancha, para pasar a
incursionar en los corrales de Tablada (Sevilla)
y todo para desahogar ya su profunda afición,
que apuntaba ya una gran habilidad para
torear.
El (06-05-1909), se presentó en la
plaza portuguesa de Elva, destacando entre
los torerillos que le acompañaron, «pese a lo
desastrado y poco airoso de su perjeño físico.»
En aquellos días se presentaron serias
dificultades económicas en su casa y él
mismo reconocería años después que
aquella «situación» le impulsó a tantear el
camino del toreo.» Lo cierto es que era
compadre e íntimo amigo del señor José
Belmonte, el banderillero José María Calderón
que desde la muerte de su jefe, Antonio
Montes, andaba suelto por Sevilla... el cual
terminó convencido del porvenir torero de
Juan, ayudándole a esquivar la negativa de
su padre.
Juan comenzó a asistir a los
tentaderos.. y en una «prueba» realizada por
cierto ante Emilio Bomba, fue presenciada
también por Luis Castillo, el entonces
conocido empresario de la plaza de
Barcelona, que cuando pasó por Madrid no
cesó de contar el arte de Juan Belmonte, hablándose
de él en las peñas taurinas de la
Corte. Mientras, en Sevilla, su amigo Calderón
le ayudó a trabar muchas y buenas amistades,
quienes le organizaron una corrida mixta
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en el Arahal (Sevilla), para que toreara Juan,
la cual se celebró el (24-07-1910). El primero
de los novillos, del señor Pérez, de Coria,
embistieron bien. El primero le dio ocasión
de un gran triunfo a Juan, pero en un derrote
el toro le hizo una herida en la ceja, cuyo
recuerdo llevó siempre.
Poco después le prepararon una encerrona
con un lote de toracos enormes, que
no quiso Calderón que Juan torease... pero el
pueblo, temiéndoselo, armó un alboroto...;
pero Juan se aventó y fue cogido recibiendo
una cornada en una pierna. Para colmo no
cobraron un centavo, ni Juan ni el otro
alternante, Paco Madrid, que también fue cogido,
así como Calderón y otro novillero.
Poco después toreó en Constantina,
en cuya corrida cobró 25 duros (125pesetas).
Su trabajo fue excelente, quedando
contratado para la feria del año siguiente. Se
presentó en otros muchos festejos con
notable éxito, algunos de ellos ya en Sevilla.
Pero tuvo un tiempo en que sus escasas
facultades físicas le detuvieron en el camino
que se había trazado. Hasta que el primavera
de 1912 volvió a tentarle la afición taurina,
rever-deciéndose sus ilusiones... y la de su
apoderado Calderón, que consiguió del empresario
de Castellón, don Vicente Calvo le
incluyera en un cartel, en corrida que se celebraría
en el mes de marzo, con seis toros del
Raso de Portillo, para Torerito de Valencia y
Vaquerito, ocupando Belmonte el puesto de
Mestizo, herido en Manella, pero como el empresario
no tuviera información de que Juan
había salido de Sevilla, puso en su lugar a
Torerito de Valencia..., y cuando apareció
Belmonte, el señor Calvo lo puso de sobresaliente;
pero herido Torerito, alternó Juan
en quites, entre las ovaciones de una parte
del público.
Y se dió la primera anécdota. Juan se
retrasó en llegar a Castellón de la Plana
porque sin dinero no podía comprar ni siquiera
pagar el alquiler del traje, los gatos del viaje...,
pero fue cuando entró en la escena don
Antonio Conde, quien con gesto heroico de