Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

MIURA - 2002
nuestra época. Y no se ha liquidado ya
totalmente, porque los propios toreros no se
han puesto nunca con decisión en la empresa,
sino que la han ido alimentando. El otro
elemento que ha de intervenir en ello, el
ganadero, bien se yo los esfuerzos y los
cuidados que dedica a esta tarea. Y es natural.
El gusto de los públicos ha pasado del toro al
torero. Lógico que los ganaderos traten de
criar y seleccionar toros para el torero; y
últimamente he visto corridas de miuras de
gran presencia que no acusaron en ningún
momento las condiciones que dije al principio.
-¿Cuál es el toro de Miura que peor
ha toreado en su vida...?
-Uno en Sevilla, en corrida que
toreamos Gaona, Vicente Pastor y yo. Me
dieron dos avisos. Lo maté de un descabello
por verdadera casualidad. Aquella noche tomamos
el tren Domingo Ruiz y yo para torear
al día siguiente en Úbeda. Como es
natural no se habló en todo el recorrido, hasta
Baeza, ni una sola palabra de la desdichada
corrida. Cuando llegamos nos encontramos
con que el tranvía que iba a Úbeda se había
marchado.
La perspectiva de pasar el
resto de la noche en la estación no era muy
agradable y andábamos Domingo y yo por el
andén lamentándonos de ello, cuando se
acercó un chofer que iba a Úbeda y nos
ofreció asiento en el coche. Aceptamos en el
acto. Ya en la carretera, otro viajero, que como
nosostros había perdido el enlace y
aprovechaba aquel coche realmente
providencial, comentó dirigiéndose a
nosostros: Han tenido ustedes suerte... Y,
como puestos de acuerdo, Domingo Ruiz y
yo contestamos al mismo tiempo: Suerte esta
tarde, en el toro último de la corrida...»
Las anteriores fueron las últimas
palabras de la entrevista a Juan Belmonte,
que puedo coronar diciendo: Suerte la de
todos los lectores que han leído tan interesantísima
plática de unos de los toreros más
grandes de todos los tiempos, convertido con
134
los años en, junto con los toros de Miura, en
símbolos de un esplendor de la Fiesta que no
volverá; entre otras razones, como dice Vila,
«porque ya no habrá más toros de aquellos,
ni ningún Belmonte.» Al menos así parece.
Pero si acaso algún que otro lector se
preguntase:
¿Quién fue ese tal Domingo Ruiz?, le
diré que fue uno de esos tantos excepcionales
taurinos andaluces, natural de Sevilla, con
cuya vida podría hacerse un libro
interesantísimo, como nos lo asegura el multicitado
don Enrique Vila. Empezó su carrera
como empleado de la casa de Ricardo Torres
(Bombita). Pero ello no le impidió ser
partidario de Antonio Montes, al que durante
muchos años se le consideró en Sevilla el
más implacable rival de Ricardo. Nótese que
Bombita, después de Rafael (el Gallo), fue el
último de una generación que había hecho
base de su categoría en el poderío de las
piernas, y Montes, el primero que apoyó esta
categoría en el movimiento de los brazos. A
estos efectos, Antonio Montes es el verdadero
precursor de Juan Belmonte.
Domingo Ruiz fue durante poco
tiempo apoderado de Juan Belmonte. Y amigo
íntimo, para serlo después de Pepe Luis
Vázquez. Enrique Vila, que tenía una marcada
diferencia de edad con él, terminaron siendos
grandes amigos. Para el crítico taurino don
Domingo era un verdadero maestro. Solían
reunirse en una tertulia taurina, como la de
un C. P. de Jerez de García Salinas -fue nombrado
por méritos y celo por el desarrollo
turístico de su querido Estado, sin llegar a ser
Secretario de Turismo en 1999- nacido en la
virtuosa tierra y hermosa ciudad de Jerez
(Zacatecas), a la sazón director del Hotel
Radisson, en la ciudad de Zacatecas, apoyó
con todo entusiasmo, a mediados de la década
de 1980, pero que nunca fraguó...
porque muchos supuestos taurinos, quisieron
convertirla en cantina...
Pero, bueno, a lo que iba. Aquella
tertulia ambulante por la acera principal, la
más ancha de la capital de la Bética, se fue