Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

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MIURA - 2002 con pícaras y maliciosas ventajas, cual la de Cúchares. Si daba con un toro resabiado y manso, Sanz se veía mal en muchas ocasiones para tumbarlo. Era tan exagerado cuando estaba ejecutando alguna suerte, que mandaba a todos los peones y espadas que le dejasen solo: «¡Fuera! ¡fuera!», repetía siempre en tono imperativo. En cierta corrida celebrada en Madrid en que alternaba con Arjona Guillén, repitió tal orden algunas veces en el primer toro que le corres-pondió. En el segundo, difícil y muy consentido, sudaba hasta no poder más, porque se había arrimado a los tableros y se defendía tapándose contra ellos. Acudió el Regatero al señor Curro Cúchares, diciéndole que le echase una mano. El sevillano, sonriéndose con malicia, contestó: -«Pa qué, si ha dicho que no nesesitas a naide? Éjalo que se divierta.» Pasó un buen rato y Sanz seguía luchando con el cornúpeto infructuosamente: volvió a donde estaba Arjona, el buen peón, y le dijo: «Señor Curro, hágalo usted por mi, que vamos a presenciar una desgracia.» - «¡Vamos allá!, hombre -respondió éste-, y conste que por ti lo hago, porque estos presumíos no se meresen...» De todos modos, Cayetano Sanz no fué un presuntuoso ignorante, y los madrileños tenían mucha razón al equipararle en conocimiento con los mejores, que no fueron malos, de aquellos tiempos. La medrosidad y poca decisión que tuvo a la hora de matar, respondía a su lema, que por cumplirlo algo exageradamente le perjudicó: «Más vale no intentar una suerte que ejecutarla mal.» Se pasó veinte años aprendiendo, treinta ejecutando su profesión y otros veinte descansando, y no se podía discutir que careciese de pe-ricia y táctica. Lo reconocieron esto los mejores comentaristas andaluces, como el sevillano Velázquez y Sánchez, que de él escribió: «Diremos que su renombre está satisfactoriamente extendido por todos los ámbitos de España y que su recuerdo se 230 conserva con estimación en las capitales y poblaciones de mayor valía de nuestro país.» VÁZQUEZ Garcés (José Luis): Nació Pepe Luis en Sevilla el (21-12-1921), y desde que se vistió de luces por primera vez hasta que dejó de hacerlo, fue regando de esa quintaesencia con que han regado siempre los ruedos de España, los más grandes toreros de todos los tiempos, porque es eso lo que ha sido éste Pepe Luis desde que se vistió de torero, uno de los artistas y de los toreros mejores que ha tenido la Historia del Toreo en todo su tiempo. Y por eso, cuando estamos pretendiendo distinguir toda la singularísima personalidad de toda su torería, nada mejor para ello que echar mano de lo que el poeta Gerardo Diego le dedicó con su acostumbrada maestría: en este verso que dice: «Ese colegial tímido, de resplandor trigueño en la cabeza fina como hueso de fruta, es un torero nuevo de Sevilla la vieja, que los rancios saberes perpetúa y destila.» Tomó la alternativa en su tierra natal (Sevilla) el (15-08-1940) de manos de Pepe Bienvenida, con Francisco de la Vega (Gitanillo de Triana), como segundo espada y toros de la ganadería de don Francisco Chica, y la confirmó en Madrid el 20 de octubre del mismo año, teniendo en esta ocasión como padrino a Marcial Lalanda, y a Gallito de testigo, siendo los toros que se lidiaron, de la ganadería de Escudero. Escaló las alturas en seguida, pues con semejantes notabilidades -las que ya han sido señaladas- no era para menos, y en esa altura permaneció hasta que el año 1953 decidió retirarse,no definitivamente-, porque volvió en 1959, pero dándose cuenta que ya no estaba para seguir en la profesión, lo dejó, y fue cuando realmente se retiró de forma definitiva. Pero fue Pepe Luis un torero que ejecutó siempre el toreo con una pureza excepcional, tanto: que ha sido al último que le vimos ejecutar la verónica clásica como es

en realidad, de toda la promoción que ha existido y existe desde 1940 hasta nuestra más presente actualidad. Fue uno de los mejores toreros salidos de la cantera sevillana, mató en los años primeros de su alternativa, en 1941, la corrida de Miura de la Feria de Sevilla. Entonces no se estilaba todavía que las primeras figuras de la nómina de toreros eludieran esta confrontación. Pepe Luis Vázquez no alardeó nunca de valiente, pero nunca tampoco soslayó la oportunidad frente a los toros de Miura de demostrar el inmenso arsenal de conocimientos de que nació dotado. Pepe Luis Vázquez es uno de los toreros que mejor ha hablado de toros y del toreo, lo cual no es muy frecuente en la gente del oficio, hasta el extremo de que aún se recuerdan, de generación en generación, los nombres de los que podríamos llamar grandes teóricos de la Fiesta, entre los cuales contamos al maestro de San Bernardo. Fundada en esto la tertulia del Aero- Club sevillano, a la que Pepe Luis Vázquez solía ir algunas mañanas durante su vida de torero, se embobaba en la conversación, a la que el espada solía esmaltar de unos matices elocuentes y floridos, como es fama que solían hacerlo en sus tiempos el señor Fernando Gómez (el Gallo) o Antonio Carmona (Gordito). Pepe Luis hablaba en la MIURA - 2002 tertulia sin énfasis, de manera sencilla y cordial, y todos los asistentes le escuchaban con agrado. Habían pasado definitivamente, por desgracia, los tiempos de las discusiones, y aunque entre los reunidos había muy destacados manoletistas, nadie osaba oponerse a los sencillos discursos de Pepe Luis. Los días que él iba a la tertulia era, sin duda ninguna, el vértice de la misma. Una mañana, ya próxima a la Feria de Sevilla, para la que Pepe Luis estaba anunciado en la corrida de Miura, como era de rigor, uno de los contertulios preguntó al maestro, un poco tímidamente: -Oye, Pepe Luis... ¿Cómo se pasa la noche antes de torear una corrida de Miura en la plaza de Sevilla...? Pepe Luis dijo: -¿La noche antes has dicho? Di mejor los tres meses antes. Pasaron los años y en una de las últimas entrevistas, aparecida en el Programa de Abono 2000, aparecido fechas antes de celebrarse la Feria de Sevilla, titulada: «Lección magistral a cargo de Pepe Luis» y patrocinado por la Cara Rural sevillana, el «maestro en miuras» afirmó haber «seguido la línea de Chicuelo y Belmonte; lo que hacía más o menos era fijarme en el sitio en que ellos se colocaban, dándole distancia a los toros, lo que no podía copiar era la postura de El (15-08-1940) fue doctorado el gran diestro Pepe Luis Vázquez, precisamente un día muy querido entre los cristianos sevillanos, el de La Virgen de los Reyes, de manos de Pepe Bienvenida, en presencia de Gitanillo de Triana II, en la plaza del sevillano barrio del Arenal, mediante cesión del toro, de nombre «Sabiondo», de la ganadería española de don Francisco Chica. En el noble corazón del diestro sevillano Pepe Luis Vázquez, quedó grabada para siempre la tristeza por la muerte del compañero, apellidado Helglei y nacido en Mixcoac (México, D.F.,), hijo de alemán e italiana, quien en los carteles llevó siempre el nombre de Félix Guzmán, con el que alternó en la plaza mexicana de El Toreo de la Condesa, junto con Arturo Fregoso, la tarde del (30-05- 1943), en que recibió una cornada en el triángulo de Scarpa izquierdo, por el novillo de nombre «Reventón», salido en cuarto lugar, de Heriberto Rodríguez, a consecuencia de la cual, se presentó la septicemia y murió el día 2 de junio. 231

MIURA - 2002<br />

con pícaras y maliciosas ventajas, cual la de<br />

Cúchares. Si daba con un toro resabiado y<br />

manso, Sanz se veía mal en muchas ocasiones<br />

para tumbarlo. Era tan exagerado cuando<br />

estaba ejecutando alguna suerte, <strong>que</strong> mandaba<br />

a todos los peones y espadas <strong>que</strong> le<br />

dejasen solo: «¡Fuera! ¡fuera!», repetía<br />

siempre en tono imperativo.<br />

En cierta corrida celebrada en Madrid<br />

en <strong>que</strong> alternaba con Arjona Guillén, repitió tal<br />

orden algunas veces en el primer toro <strong>que</strong> le<br />

corres-pondió. En el segundo, difícil y muy<br />

consentido, sudaba hasta no poder más, por<strong>que</strong><br />

se había arrimado a los tableros y se defendía<br />

tapándose contra ellos. Acudió el Regatero<br />

al señor Curro Cúchares, diciéndole<br />

<strong>que</strong> le echase una mano. El sevillano,<br />

sonriéndose con malicia, contestó:<br />

-«Pa qué, si ha dicho <strong>que</strong> no nesesitas<br />

a naide? Éjalo <strong>que</strong> se divierta.» Pasó un buen<br />

rato y Sanz seguía luchando con el cornúpeto<br />

infructuosamente: volvió a donde estaba<br />

Arjona, el buen peón, y le dijo:<br />

«Señor Curro, hágalo usted por mi,<br />

<strong>que</strong> vamos a presenciar una desgracia.» -<br />

«¡Vamos allá!, hombre -respondió éste-, y<br />

conste <strong>que</strong> por ti lo hago, por<strong>que</strong> estos<br />

presumíos no se meresen...»<br />

De todos modos, Cayetano Sanz no<br />

fué un presuntuoso ignorante, y los madrileños<br />

tenían mucha razón al equipararle en<br />

conocimiento con los mejores, <strong>que</strong> no fueron<br />

malos, de a<strong>que</strong>llos tiempos. La medrosidad<br />

y poca decisión <strong>que</strong> tuvo a la hora de matar,<br />

respondía a su lema, <strong>que</strong> por cumplirlo algo<br />

exageradamente le perjudicó: «Más vale no<br />

intentar una suerte <strong>que</strong> ejecutarla mal.»<br />

Se pasó veinte años aprendiendo,<br />

treinta ejecutando su profesión y otros veinte<br />

descansando, y no se podía discutir <strong>que</strong><br />

careciese de pe-ricia y táctica. Lo reconocieron<br />

esto los mejores comentaristas<br />

andaluces, como el sevillano Veláz<strong>que</strong>z y<br />

Sánchez, <strong>que</strong> de él escribió:<br />

«Diremos <strong>que</strong> su renombre está satisfactoriamente<br />

extendido por todos los<br />

ámbitos de España y <strong>que</strong> su recuerdo se<br />

230<br />

conserva con estimación en las capitales y<br />

poblaciones de mayor valía de nuestro país.»<br />

VÁZQUEZ Garcés (José Luis): Nació<br />

Pepe Luis en Sevilla el (21-12-1921), y desde<br />

<strong>que</strong> se vistió de luces por primera vez hasta<br />

<strong>que</strong> dejó de hacerlo, fue regando de esa<br />

quintaesencia con <strong>que</strong> han regado siempre<br />

los ruedos de España, los más grandes<br />

toreros de todos los tiempos, por<strong>que</strong> es eso<br />

lo <strong>que</strong> ha sido éste Pepe Luis desde <strong>que</strong> se<br />

vistió de torero, uno de los artistas y de los<br />

toreros mejores <strong>que</strong> ha tenido la Historia del<br />

Toreo en todo su tiempo. Y por eso, cuando<br />

estamos pretendiendo distinguir toda la<br />

singularísima personalidad de toda su torería,<br />

nada mejor para ello <strong>que</strong> echar mano de lo<br />

<strong>que</strong> el poeta Gerardo Diego le dedicó con su<br />

acostumbrada maestría: en este verso <strong>que</strong><br />

dice:<br />

«Ese colegial tímido, de resplandor trigueño<br />

en la cabeza fina como hueso de fruta,<br />

es un torero nuevo de Sevilla la vieja,<br />

<strong>que</strong> los rancios saberes perpetúa y<br />

destila.»<br />

Tomó la alternativa en su tierra natal<br />

(Sevilla) el (15-08-1940) de manos de Pepe<br />

Bienvenida, con Francisco de la Vega<br />

(Gitanillo de Triana), como segundo espada<br />

y toros de la ganadería de don Francisco<br />

Chica, y la confirmó en Madrid el 20 de octubre<br />

del mismo año, teniendo en esta ocasión<br />

como padrino a Marcial Lalanda, y a Gallito<br />

de testigo, siendo los toros <strong>que</strong> se lidiaron,<br />

de la ganadería de Escudero.<br />

Escaló las alturas en seguida, pues<br />

con semejantes notabilidades -las <strong>que</strong> ya han<br />

sido señaladas- no era para menos, y en esa<br />

altura permaneció hasta <strong>que</strong> el año 1953<br />

decidió retirarse,no definitivamente-, por<strong>que</strong><br />

volvió en 1959, pero dándose cuenta <strong>que</strong> ya<br />

no estaba para seguir en la profesión, lo dejó,<br />

y fue cuando realmente se retiró de forma<br />

definitiva. Pero fue Pepe Luis un torero <strong>que</strong><br />

ejecutó siempre el toreo con una pureza excepcional,<br />

tanto: <strong>que</strong> ha sido al último <strong>que</strong> le<br />

vimos ejecutar la verónica clásica como es

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