Algunos Diestros que Lidiaron Miuras - Fiestabrava

conseuencia de la colocación del toril, arrancando
en suerte natural. También estuvo
demasiado tiempo delante de la cabeza, cosa
hoy muy frecuente en los matadores actuales,
y que desvirtúa el principal efecto de los
volapiés, verdaderas sorpresas, y como tales,
recursos grandes para toros tunantes.
En fin, fue una desgracia imprevista
por haber corrido el mismo Tato riesgos
muchos mayores sin que le engancharan los
toros. Además, creo que la cornada, bien
cuidada desde un principio, no hubiese tenido
consecuencias tan lamentables. Hemos
perdido el único matador con vergüenza, pues
los otros consienten que se les echen vivos
los toros, sin apelar al recurso de la puntilla.
En punto a destreza todos son iguales.
Se ha hecho una litografía del lance,
pero no tiene nada que merezca atención; sin
embargo, la enviaré a usted cuando haya
oportunidad, pues es muy grande para ir por
el correo. Tuve mucho gusto en leer sus artículos,
publicados por El Enano con motivo
de la obra de tauromaquia. Todos los amigos
me encargan afectuosos recuerdos para
usted, de quien se repite suyo verdadero
amigo.- El duque de Veragua.»
El Boletín de Loterías y Toros relató
así la cogida:
«El Tato da seis pases naturales, cuatro
con la derecha y uno por alto, una corta a
volapié y en dirección de atravesar; otra en
hueso, a volapié también, y un gran volapié
de los que él suele dar, siendo cogido con el
asta derecha, suspendido y volteado, sin
hacer caso el toro del diestro cuando cayó.
El Tato se levanta y echa las manos a
la herida para impedir la hemorragia, y empieza
a andar sólo con la pierna izquierda
dando saltos, en cuyo acto su gente, que ya
estaba junto a él, y otros, le auxilian y
conducen a la enfermería, donde se dio por
el facultativo de guardia el parte médico que
dice:
«El Tato ha recibido una herida en el
tercio superior de la pierna derecha... Lagartijo
descabelló el toro con acierto al primer
MIURA - 2002
golpe. La herida fue desde el principio
calificada de grave; pero acaso no debiera
haber sido de consecuencias tan
irremediables. Se dijo entonces que el toro
mantenía fresca en las astas la sangre de un
caballo enfermo de arestín, y que este virus
había infestado la herida. Acaso los deficientes
medios de cura-ción, pese haber intervenido
en ella afamados cirujanos de Madrid,
consintieran la gangrena.» El hecho es que
el lunes (14-06-1869), y tras innumerables y
dolorosísimas curas, le fue por salvar su vida
amputada la pierna derecha. Así relató la operación
la publicación taurina anteriormente citada:
«En las diferentes operaciones y
sajaduras que se han hecho al Tato, tanto en
el muslo como en la pantorrilla y pie derecho,
ha demostrado el paciente gran valor y
presencia de espíritu, tratando de animar a
los concurrentes al acto con expresiones
propias de su genio jovial; pero ayer tarde,
cuando le hacían la amputación cuatro dedos
más abajo de la rodilla, en cuya operación
se mostró con una resignación y valentía sobrenaturales,
sosteniéndole un buen aficionado
de Madrid y amigo del espada, y el banderillero
Domingo Vázquez; cortada que ya le
fue la parte de la pierna, exclamó con tristeza:
Adios Madrid!, cuyas palabras expresan,
entre otras muchas cosas que el público
conoce y ya no hay necesidad de decir, el dolor
y pena del que fue matador de toros al
convencerse de dejar de serlo.»
Cayetano Sanz, Largartijo y Frascuelo
torearon las corridas que el Tato tenía contratadas,
entregándole Rafael y Salvador íntegro
los honorarios que le correspondían. El Tato
regaló a Fras-cuelo el traje de guarnición negra
que vestía el día de la cogida, que se conserva
en el Museo de la plaza de toros de Valencia,
y a Lagartijo el estoque con una expresiva y
enfática, dedicatoria.
El día (31-10-1869), se celebró una corrida
a beneficio del infortunado matador. El
cartel anunciaba: «Antonio Sánchez (Tato),
lleno de gratitud por el interés que el público
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