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Qué Hacer?”, de Lenin

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Vladimir Ilich <strong>Lenin</strong><br />

significativa esta tesis, hasta tal punto ilustra claramente<br />

el fondo <strong>de</strong> las actuales discrepancias teóricas y políticas<br />

entre los social<strong>de</strong>mócratas rusos.<br />

Por eso mismo, la relación entre lo consciente y lo<br />

espontáneo ofrece un magno interés general y <strong>de</strong>be ser<br />

analizado con todo <strong>de</strong>talle.<br />

1. Comienzo <strong>de</strong>l ascenso espontáneo<br />

En el capítulo anterior, hemos <strong>de</strong>stacado el apasionamiento<br />

general <strong>de</strong> la juventud instruida <strong>de</strong> Rusia por la<br />

teoría <strong>de</strong>l marxismo, a mediados <strong>de</strong> los años 90. Las huelgas<br />

obreras adquirieron también por aquellos años, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

la famosa guerra industrial <strong>de</strong> 1896 en San Petersburgo, 48<br />

un carácter general. Su extensión a toda Rusia patentizaba<br />

cuán profundo era el movimiento popular que volvía a<br />

renacer; y puestos a hablar <strong>de</strong>l “elemento espontáneo<strong>”</strong>, es<br />

natural que precisamente ese movimiento huelguístico<br />

<strong>de</strong>ba ser calificado, ante todo, <strong>de</strong> espontáneo. Pero hay<br />

diferentes clases <strong>de</strong> espontaneidad. En Rusia hubo ya<br />

huelgas en los años 70 y 60 (y hasta en la primera mitad <strong>de</strong>l<br />

siglo XIX), acompañadas <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción “espontánea<strong>”</strong> <strong>de</strong><br />

máquinas, etc., comparadas con esos “motines<strong>”</strong>, las huelgas<br />

<strong>de</strong> los años 90 pue<strong>de</strong>n incluso llamarse “conscientes<strong>”</strong>: tan<br />

gran<strong>de</strong> fue el paso a<strong>de</strong>lante que dio el movimiento obrero<br />

en aquel período. Eso nos <strong>de</strong>muestra que, en el fondo, el<br />

“elemento espontáneo<strong>”</strong> no es sino la forma embrionaria <strong>de</strong><br />

lo consciente. Ahora bien, los motines primitivos reflejaban<br />

ya un cierto <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> la conciencia: los obreros<br />

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?<br />

QUE HACER?<br />

perdían la fe tradicional en la inmutabilidad <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

cosas que los oprimía; empezaban… no diré que a compren<strong>de</strong>r,<br />

pero sí a sentir la necesidad <strong>de</strong> oponer resistencia<br />

colectiva y rompían resueltamente con la sumisión servil a<br />

las autorida<strong>de</strong>s. Pero, sin embargo, eso era, más que lucha,<br />

una manifestación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación y <strong>de</strong> venganza. En las<br />

huelgas <strong>de</strong> los años 90 vemos muchos más <strong>de</strong>stellos <strong>de</strong> conciencia:<br />

se presentan reivindicaciones concretas, se calcula<br />

<strong>de</strong> antemano el momento más conveniente, se discuten los<br />

casos y ejemplos conocidos <strong>de</strong> otros lugares, etc.; si bien<br />

es verdad que los motines eran simples levantamientos <strong>de</strong><br />

gente oprimida, no lo es menos que las huelgas sistemáticas<br />

representaban ya embriones <strong>de</strong> lucha <strong>de</strong> clases, pero<br />

embriones nada más. Aquellas huelgas eran en el fondo<br />

lucha tra<strong>de</strong>unionista, aún no eran lucha social<strong>de</strong>mócrata;<br />

señalaban el <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong>l antagonismo entre los obreros y<br />

los patronos; sin embargo, los obreros no tenían, ni podían<br />

tener, conciencia <strong>de</strong> la oposición inconciliable entre sus intereses<br />

y todo el régimen político y social contemporáneo,<br />

es <strong>de</strong>cir, no tenían conciencia social<strong>de</strong>mócrata. En este<br />

sentido, las huelgas <strong>de</strong> los años 90, aunque significaban<br />

un progreso gigantesco en comparación con los “motines<strong>”</strong>,<br />

seguían siendo un movimiento netamente espontáneo.<br />

Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia<br />

social<strong>de</strong>mócrata. Esta sólo podía ser traída <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

fuera. La historia <strong>de</strong> todos los países <strong>de</strong>muestra que la clase<br />

obrera está en condiciones <strong>de</strong> elaborar exclusivamente con<br />

sus propias fuerzas sólo una conciencia tra<strong>de</strong>unionista,<br />

es <strong>de</strong>cir, la convicción <strong>de</strong> que es necesario agruparse en<br />

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