Qué Hacer?”, de Lenin

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06.05.2013 Views

Vladimir Ilich Lenin cuando aún vegeta en medio del primitivismo y casi se ahoga “en las pequeñeces de la vida fabril. De lujo, cuando el movimiento ha podido ya plenamente con la tarea de las denuncias en todos los sentidos y de la agitación en todos los sentidos, de modo que, además del órgano central, se hacen necesarios numerosos órganos locales. Decida cada cual por sí mismo qué es lo que prueba el predominio que hoy tienen los periódicos locales entre nosotros. Por mi parte, me limitaré a formular con exactitud mi conclusión para no dar pie a malentendidos. Hasta ahora, la mayoría de nuestras organizaciones locales piensan casi exclusivamente en órganos locales y trabajan de un modo activo casi exclusivamente para ellos. Esto no es normal. Debe suceder lo contrario, que la mayoría de las organizaciones locales piense sobre todo en un órgano central para toda Rusia y trabaje principalmente para él. Mientras no ocurra así, no podremos publicar ni un solo periódico que sea por lo menos capaz de proporcionar realmente al movimiento una agitación en todos los sentidos en la prensa. Y cuando esto sea así, se entablarán por sí solas unas relaciones normales entre el órgano central necesario y los órganos locales necesarios. A primera vista, la conclusión de que se precisa desplazar el centro de gravedad del trabajo local al trabajo a escala de toda Rusia puede parecer inaplicable al terreno de la lucha económica especial: el enemigo directo de los obreros es en este caso un patrono determinado o un grupo de patronos no ligados entre sí por una organización que recuerde, aun- 216 ? QUE HACER? que sea remotamente, una organización puramente militar, rigurosamente centralista, dirigida hasta en los detalles más pequeños por una voluntad única, como es la organización del gobierno ruso, nuestro enemigo directo en la lucha política. Pero no es así. La lucha económica —lo hemos dicho ya muchas veces— es una lucha sindical, y por ello exige que los obreros se unan por oficios, y no sólo por el lugar de trabajo. Y la necesidad de esta unión profesional se hace tanto más imperiosa cuanto mayor es la rapidez con que avanza la unión de nuestros patronos en toda clase de sociedades y corporaciones. Nuestra dispersión y nuestros métodos primitivos de trabajo obstaculizan directamente esta unión, que exige una organización de revolucionarios única para toda Rusia y capaz de encargarse de dirigir sindicatos obreros a escala de todo el país. Ya hemos hablado antes del tipo de organización deseable con este objeto, y ahora añadiremos sólo unas palabras en relación con el problema de nuestra prensa. No creo que nadie dude de que todo periódico socialdemócrata deba tener una sección dedicada a la lucha sindical (económica). Pero el crecimiento del movimiento sindical nos obliga a pensar también en una prensa sindical. Creemos, sin embargo, que en Rusia todavía no se puede ni hablar, salvo raras excepciones, de periódicos sindicales: son un lujo, y nosotros carecemos muchas veces hasta del pan de cada día. La forma de prensa sindical adecuada a las condiciones de trabajo clandestino, y ya ahora imprescindible, tendría que ser entre nosotros la de folletos sindicales. 217

Vladimir Ilich <strong>Lenin</strong><br />

cuando aún vegeta en medio <strong>de</strong>l primitivismo y casi se<br />

ahoga “en las pequeñeces <strong>de</strong> la vida fabril<strong>”</strong>. De lujo, cuando<br />

el movimiento ha podido ya plenamente con la tarea <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>nuncias en todos los sentidos y <strong>de</strong> la agitación en todos<br />

los sentidos, <strong>de</strong> modo que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l órgano central, se<br />

hacen necesarios numerosos órganos locales. Decida cada<br />

cual por sí mismo qué es lo que prueba el predominio que<br />

hoy tienen los periódicos locales entre nosotros. Por mi<br />

parte, me limitaré a formular con exactitud mi conclusión<br />

para no dar pie a malentendidos.<br />

Hasta ahora, la mayoría <strong>de</strong> nuestras organizaciones<br />

locales piensan casi exclusivamente en órganos locales<br />

y trabajan <strong>de</strong> un modo activo casi exclusivamente para<br />

ellos. Esto no es normal. Debe suce<strong>de</strong>r lo contrario, que la<br />

mayoría <strong>de</strong> las organizaciones locales piense sobre todo en<br />

un órgano central para toda Rusia y trabaje principalmente<br />

para él. Mientras no ocurra así, no podremos publicar ni un<br />

solo periódico que sea por lo menos capaz <strong>de</strong> proporcionar<br />

realmente al movimiento una agitación en todos los sentidos<br />

en la prensa. Y cuando esto sea así, se entablarán por<br />

sí solas unas relaciones normales entre el órgano central<br />

necesario y los órganos locales necesarios.<br />

A primera vista, la conclusión <strong>de</strong> que se precisa <strong>de</strong>splazar<br />

el centro <strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong>l trabajo local al trabajo a escala <strong>de</strong><br />

toda Rusia pue<strong>de</strong> parecer inaplicable al terreno <strong>de</strong> la lucha<br />

económica especial: el enemigo directo <strong>de</strong> los obreros es en<br />

este caso un patrono <strong>de</strong>terminado o un grupo <strong>de</strong> patronos<br />

no ligados entre sí por una organización que recuer<strong>de</strong>, aun-<br />

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que sea remotamente, una organización puramente militar,<br />

rigurosamente centralista, dirigida hasta en los <strong>de</strong>talles más<br />

pequeños por una voluntad única, como es la organización <strong>de</strong>l<br />

gobierno ruso, nuestro enemigo directo en la lucha política.<br />

Pero no es así. La lucha económica —lo hemos dicho<br />

ya muchas veces— es una lucha sindical, y por ello exige<br />

que los obreros se unan por oficios, y no sólo por el lugar<br />

<strong>de</strong> trabajo. Y la necesidad <strong>de</strong> esta unión profesional se<br />

hace tanto más imperiosa cuanto mayor es la rapi<strong>de</strong>z con<br />

que avanza la unión <strong>de</strong> nuestros patronos en toda clase <strong>de</strong><br />

socieda<strong>de</strong>s y corporaciones. Nuestra dispersión y nuestros<br />

métodos primitivos <strong>de</strong> trabajo obstaculizan directamente<br />

esta unión, que exige una organización <strong>de</strong> revolucionarios<br />

única para toda Rusia y capaz <strong>de</strong> encargarse <strong>de</strong> dirigir sindicatos<br />

obreros a escala <strong>de</strong> todo el país. Ya hemos hablado<br />

antes <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> organización <strong>de</strong>seable con este objeto,<br />

y ahora añadiremos sólo unas palabras en relación con el<br />

problema <strong>de</strong> nuestra prensa.<br />

No creo que nadie du<strong>de</strong> <strong>de</strong> que todo periódico social<strong>de</strong>mócrata<br />

<strong>de</strong>ba tener una sección <strong>de</strong>dicada a la lucha sindical<br />

(económica). Pero el crecimiento <strong>de</strong>l movimiento sindical<br />

nos obliga a pensar también en una prensa sindical. Creemos,<br />

sin embargo, que en Rusia todavía no se pue<strong>de</strong> ni hablar, salvo<br />

raras excepciones, <strong>de</strong> periódicos sindicales: son un lujo, y nosotros<br />

carecemos muchas veces hasta <strong>de</strong>l pan <strong>de</strong> cada día.<br />

La forma <strong>de</strong> prensa sindical a<strong>de</strong>cuada a las condiciones<br />

<strong>de</strong> trabajo clan<strong>de</strong>stino, y ya ahora imprescindible,<br />

tendría que ser entre nosotros la <strong>de</strong> folletos sindicales.<br />

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