Trabajo Infantil Domestico - DNI Costa Rica

En las entrevistas efectuadas se pudo constatar que cuando existe una relación de
intercambio o trueque, sin remuneración en efectivo, se da una confusión con respecto
al rol de trabajadora que ejercen las TID, ni la niña que ejecuta el trabajo, ni la dueña
de la casa que se beneficia del trabajo que realiza la niña, reconocen que mantienen una
relación obrero patronal.
Por una parte, las TID creen ser parte de la familia, sienten que tienen una deuda
material y moral porque su patrona ha hecho mucho por ellas, tienen sentimiento de
inferioridad e inseguridad y, por lo tanto, creen que deben hacer todo cuanto le pida su
patrona. Este sentimiento de dependencia extrema con respecto a su patrona, es
reforzado por sus empleadoras, en la medida en que la patrona constantemente se
encarga de hacerle ver las grandes sumas que ha gastado en las cosas que le provee a
la niña.
La forma de trueque de casa y comida a cambio del trabajo de la TID se convierte en una
deuda impagable que sirve para justificar el que la niña nunca tendrá derecho a cobrar
por su trabajo.
“No sé cuantos años tengo. Mi patrona me puso de nombre María
y me puso la misma edad de su hija, que yo vine para cuidar”.
La TID no es una hija adoptiva legalmente, de hecho en algunos casos ni siquiera tienen
un certificado de nacimiento. Las TID adquieren un carácter de “arrimada”, y por lo
tanto se les ve como una carga económica para la familia y además en la niña se genera
un sentimiento de gratitud que se traduce en una carga moral para ella.
Este tipo de relación contribuye a la invisibilidad del trabajo infantil doméstico, debido
a que las TID que dejan de exigir sus derechos como personas menores de edad que
trabajan y sus empleadoras dejan de cumplir con sus obligaciones como patronas,
ninguna de las partes reconocen que entre ellas existe una relación de carácter laboral
y por lo tanto se está pretendiendo ignorar los derechos que tienen las TID como
mujeres, menores de edad y trabajadoras domésticas y además se están dejando de lado
las obligaciones y responsabilidades que debe asumir toda persona mayor de edad que
tiene a su cargo un niño, niña o adolescente.
“Cuando yo llegué a trabajo, mi patrona me dijo que firmara un
papel que ella escribió y que ella tiene guardado”.
En los casos en que los niños, niñas y adolescentes trabajadoras domésticas reciben un
salario en dinero por su trabajo, generalmente se reconoce la existencia de una relación
laboral que puede haberse iniciado mediante un acuerdo verbal o escrito en la
información recabada se determinó que la mayor parte de los acuerdos laborales entre
la TID y su empleador, son de carácter verbal.
La información obtenida en la encuesta se aprecia que, 9 de cada 10 TID han
formalizado su relación laboral mediante acuerdos verbales y solamente un 3%
manifestó que existe un documento escrito. El acuerdo laboral con el empleador, en un
poco más de un tercio (36%) de los casos, fue realizado por los padres mientras que en
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CAPÍTULO IV - CARACTERIZACIÓN DEL TID