Trabajo Infantil Domestico - DNI Costa Rica

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06.05.2013 Views

semana, o medio tiempo, van a la escuela y el otro medio tiempo trabajan en distintos hogares durante la semana limpiando paredes, ventanas, lavando pisos y limpiando baños y carros o cortando hierba a cambio de un pago mínimo que le sirve para contribuir con sus gastos escolares y de esta manera sus padres los mantienen alejados de las calles y de la alta violencia y criminalidad juvenil de los barrios donde viven. 4.7 Condiciones de salud Aunque el 42% de las niñas y niños encuestadas reportaron haber asistido a controles de salud, su comportamiento en este aspecto no es diferente al de los niños y niñas de esta edad. En general, solo acuden en caso de sufrir algún trastorno de salud. No obstante en el caso de las niñas trabajadoras domésticas su asistencia a los centros de salud se ve limitada porque los programas de adolescentes que se prestan en los centros y policlínicas sólo funcionan en días de semana, en horarios en los cuales transcurre la jornada laboral de las niñas y niños trabajadores domésticas y, por lo tanto, es muy posible que no logren los permisos correspondientes por parte de los patronos. “A veces yo quisiera salir alguna parte pero, me da miedo. Yo le debo todo a mi patrona. Ella me agarró cuando yo tenía una infección en mis partes, me llevó al médico y me compró las medicinas por eso yo me aguanto todo. No importa que no me pague”. En este aspecto quedó en evidencia que las TID se sienten muy agradecidas que su patrona las haya llevado a un médico cuando estuvieron enfermas, Sin embargo, en algunos casos estas atenciones médicas se han convertido en deudas impagables por parte de la TID, en uno de los casos la TID después de dos años de estar con la misma patrona, aún no recibía salario ni tenía días libres por su trabajo porque su patrona le descontaba lo que le debía. El hecho observado, de que el 58% de las TID entrevistados no acuden a controles de salud sugiere que debiera regularse esta situación de forma tal que a estos niños y niñas se le cumpla el derecho de recibir oportunamente el servicio de salud y no sea un favor que el empleador hace al llevarlas a las instituciones sanitarias para que reciban atención profesional, cuando su estado de salud lo requiere. Los controles de salud programados, contribuirán a que la TID cuente con un mejor desarrollo físico, emocional y espiritual que les garantizará un desarrollo futuro saludable y unas perspectivas favorables en su vida adulta. “Tengo 12 años. Me caí y me fracturé el pie cuando fui a agarrar al niño que se había salido para la calle, porque el piso de la calle era de piedra. El esposo de mi patrona es médico. Cuando me enfermé no pude regresar al trabajo bastante tiempo y mi mamá no tenía plata para comprarme las medicinas”. 69 CAPÍTULO IV - CARACTERIZACIÓN DEL TID

70 TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO EN PANAMÁ Son altos los riesgos para la salud y el pleno desarrollo de las facultades físicas y emocionales de los niños, niñas y adolescentes que aún no han logrado un desarrollo integral incluyendo su salud sexual y reproductiva y se hacen más críticos cuando estas tienen que, además de cumplir las jornadas agotadoras y pesadas que demanda el trabajo doméstico, cuidar de niños menores o iguales a ellas lo cual les impone responsabilidades que exceden sus capacidades. Un 73% de las TID encuestadas informaron que al término de un día de trabajo, se sienten muy cansadas, otras se sienten solas y las más chicas lloran siempre que se van a la cama porque extrañan a su mamá. “Después que la patrona me pegó con un palo en la espalda, siempre me duele la espalda por la noche y no me puedo dormir”. Las TID también tienen que correr el riesgo de ser golpeadas por sus patronas o por los familiares de sus patronas. Al ser una persona menor que ha sido entregada por sus propios padres y estar dentro del hogar privado de otras familias, pueden ser víctima del malos tratos o trato negligente, que les puede ocasionar lesiones con consecuencias graves o dolencias crónicas que las afecte para toda su vida. En ese sentido algunas TID manifestaron que han sufrido intoxicaciones por no conocer el manejo de pesticidas, otras han sufrido mordeduras de mascotas que tenían la obligación de alimentar en sus trabajos y algunas han sido víctimas de golpes de sus patronas o alguno de sus familiares y otras han sido contagiadas con enfermedades de las personas mayores que tenían a su cuidado. Algunas encuestadas manifestaron sufrir de enfermedades crónicas como asma y alergias de la piel mientras otras declararon sufrir de dolores de cabeza, de espalda; alergias a los productos limpiadores y al polvo; además declararon haber sufrido alguna vez, dentro y fuera del hogar desde accidentes automovilísticos mientras realizaban un mandado para su patrona, hasta caídas con quebraduras de algún miembro de su cuerpo; o quemaduras con ollas de presión o enseres eléctricos del hogar. “Yo me caí de la escalera cuando estaba trapeando” “A mí me atropelló un carro cuando fui a hacer un mandado y no pude seguir trabajando”. “Me cayeron unos vidrios encima y me cortaron cuando limpiaba las ventanas”. “La olla hizo un ruido y de repente los porotos se salieron y se enterraron en el techo y me cayó agua caliente en el brazo”. El 31% de las niños y niñas encuestadas reportaron caídas y cortadas que podrían explicarse en función de su corta edad y consecuente estatura; del cambio de ambiente con respecto al del lugar de procedencia y las tareas con objetos cortantes que posiblemente no conocen o no saben manipular a cabalidad ni tienen la experiencia, ni las destrezas y habilidades pertinentes y quizás otras tampoco han alcanzado el crecimiento y desarrollo adecuado para desempeñar estas tareas, por lo cual están

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TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO EN PANAMÁ<br />

Son altos los riesgos para la salud y el pleno desarrollo de las facultades físicas y<br />

emocionales de los niños, niñas y adolescentes que aún no han logrado un desarrollo<br />

integral incluyendo su salud sexual y reproductiva y se hacen más críticos cuando estas<br />

tienen que, además de cumplir las jornadas agotadoras y pesadas que demanda el<br />

trabajo doméstico, cuidar de niños menores o iguales a ellas lo cual les impone<br />

responsabilidades que exceden sus capacidades. Un 73% de las TID encuestadas<br />

informaron que al término de un día de trabajo, se sienten muy cansadas, otras se<br />

sienten solas y las más chicas lloran siempre que se van a la cama porque extrañan a<br />

su mamá.<br />

“Después que la patrona me pegó con un palo en la espalda,<br />

siempre me duele la espalda por la noche y no me puedo dormir”.<br />

Las TID también tienen que correr el riesgo de ser golpeadas por sus patronas o por los<br />

familiares de sus patronas. Al ser una persona menor que ha sido entregada por sus<br />

propios padres y estar dentro del hogar privado de otras familias, pueden ser víctima del<br />

malos tratos o trato negligente, que les puede ocasionar lesiones con consecuencias<br />

graves o dolencias crónicas que las afecte para toda su vida.<br />

En ese sentido algunas TID manifestaron que han sufrido intoxicaciones por no conocer<br />

el manejo de pesticidas, otras han sufrido mordeduras de mascotas que tenían la<br />

obligación de alimentar en sus trabajos y algunas han sido víctimas de golpes de sus<br />

patronas o alguno de sus familiares y otras han sido contagiadas con enfermedades de<br />

las personas mayores que tenían a su cuidado.<br />

Algunas encuestadas manifestaron sufrir de enfermedades crónicas como asma y<br />

alergias de la piel mientras otras declararon sufrir de dolores de cabeza, de espalda;<br />

alergias a los productos limpiadores y al polvo; además declararon haber sufrido alguna<br />

vez, dentro y fuera del hogar desde accidentes automovilísticos mientras realizaban un<br />

mandado para su patrona, hasta caídas con quebraduras de algún miembro de su<br />

cuerpo; o quemaduras con ollas de presión o enseres eléctricos del hogar.<br />

“Yo me caí de la escalera cuando estaba trapeando”<br />

“A mí me atropelló un carro cuando fui a hacer un mandado y no<br />

pude seguir trabajando”.<br />

“Me cayeron unos vidrios encima y me cortaron cuando limpiaba<br />

las ventanas”.<br />

“La olla hizo un ruido y de repente los porotos se salieron y se<br />

enterraron en el techo y me cayó agua caliente en el brazo”.<br />

El 31% de las niños y niñas encuestadas reportaron caídas y cortadas que podrían<br />

explicarse en función de su corta edad y consecuente estatura; del cambio de ambiente<br />

con respecto al del lugar de procedencia y las tareas con objetos cortantes que<br />

posiblemente no conocen o no saben manipular a cabalidad ni tienen la experiencia, ni<br />

las destrezas y habilidades pertinentes y quizás otras tampoco han alcanzado el<br />

crecimiento y desarrollo adecuado para desempeñar estas tareas, por lo cual están

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