Trabajo Infantil Domestico - DNI Costa Rica

Sin embargo, el dilema entre la ley y la praxis evidencia que en la realidad de los hogares
panameños, particularmente en el de las familias del área rural, de donde provienen
mayoritariamente las TID, a las niñas se les sigue privando de participar en igualdad con
los niños, en todos los niveles de la esfera familiar social, económica, política y cultural
en la medida en que se le obliga a salir de la escuela y se le asigna el rol de atención del
hogar y de los hermanos menores, mientras que los niños varones si pueden continuar
sus estudios y se les libera de la responsabilidad de ayudar en los trabajos domésticos
que se requieren en el hogar e incluso se les exonera de realizar, tareas de atención
personal como son el de lavar y planchar su propia ropa, o de preparar sus alimentos y
solamente se les enseña a trabajar en las faenas del campo.
Mientras que a las hijas mujeres además de su obligación de realizar los trabajos
domésticos, no están vedadas el trabajo del campo y la atención de las necesidades de
hermanos varones, a los hijos varones no solo se les enseña a estar fuera del hogar y a
no ser solidarios con los esfuerzos necesarios para mantener el hogar sino que además
se considera que el trabajo doméstico ofende su virilidad.
Por el contrario, la mujer desde temprana edad en muchas circunstancias que así lo
exigen, además de realizar todos los trabajos necesarios del hogar y la atención de los
miembros de la familia, muchas veces asume también el rol de trabajadora del campo
sin remuneración en algunos casos, sin tener la oportunidad de ser dueña de la tierra
que trabaja, sin opción al crédito agrícola ni a la implementación de nuevas tecnologías,
de tal manera que es doblemente explotada a partir de la división sexista del trabajo.
Los resultados de esta asignación de los trabajos domésticos a la mujer desde
tempranas edades, se ve como un adiestramiento en estos menesteres que a la postre
no es más que la condición previa para ser enviada fuera de su hogar ya sea para que
se incorpore en otro núcleo familiar como trabajadora doméstica, o que inicie
prematuramente su propia familia.
La socialización de las niñas es dirigida a lo que Marcela Lagarde (ojo, pendiente cita) ha
llamado ser “madre-esposas”. Es un condicionamiento que lleva a las mujeres a no
percibir sus necesidades para anteponer las necesidades de las personas que las rodean
para convertirlas en “cuidadoras permanentes” y a la sociedad en su conjunto, el macro
al microsistema encauza hacia una carencia de protección social, legal, económica; lo
que desencadena que desde edades muy tempranas a las niñas se les asigna una carga
moral y económica y se les exige un aporte mayor al que ellas pueden realizar para
mantener y cuidar a la familia, en cambio a los hermanos varones, se les deja
permanecer en sus casas estudiando, “ayudando” a sus padres o simplemente
desempleados, con mayor frecuencia.
El hecho que las niñas, niños y adolescentes, trabajadoras domésticas, sean mujeres en
su mayoría, demuestra que se está dando una doble discriminación, la primera que se
basa en el rol que tradicionalmente se le ha asignado a la mujer que consiste en que
ellas deben ser “domésticas ” con la implicación de servir a otros de manera sumisa y
sin opción de cambio, y la segunda que la actividad que desempeña la discrimina en el
ejercicio de sus derechos de humanas y particularmente a los derechos que les
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CAPÍTULO II - EL TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO