Toponimia e cartografía - Consello da Cultura Galega

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01.05.2013 Views

Jordi Bolòs cabo a lo largo de los últimos años, y la posibilidad de que dentro de los límites de una parroquia (por ejemplo de época carolingia) pudieran existir varias aldeas o villares (Catafau y Passarrius, 2007). Hacia el año 1000, ya encontramos estas dos realidades (el poblamiento y los límites) bien consolidadas: los pueblos cada vez estaban mejor definidos (a menudo en esta zona del noreste catalán se reforzaron con la creación de las sagreres (Catafau, 1998; Bolòs, 2004, 183-202) y dentro de los límites aldeanos, bien trazados, se cobraban los diezmos y otros impuestos (como el censum de tradición altomedieval; Bonnassie, 1979, 136-138). 4.2. Los nombres creados en época romana en el condado de Urgell La zona de la Seu d’Urgell o de Castellciutat, capital del condado de Urgell en época carolingia, siempre se había creído que era una zona poco romanizada. Se llegó a postular, en parte por ser una zona romanizada tardíamente, que no era real la afirmación que, por lo menos desde el siglo VI, existió una sede catedralicia en este lugar y que ésta sólo existió después de la conquista franca, en época de Carlomagno (Martí, R. y Viladrich, 2000). Tres estudios que se han llevado a cabo estos últimos años parecen desmentir esta hipótesis. Por un lado, los estudios sobre la toponimia documentada en época carolingia, que luego comentaremos. En segundo lugar, las excavaciones que se están llevando a cabo en el yacimiento metalúrgico de El Goleró, en la sierra del Cadí (municipio de Lavansa, Mapa 1), o en un yacimiento del valle del Madriu, en Andorra, ambos situados por encima de los 2.000 m, que demuestran de un modo fehaciente la intensidad de la romanización (Palet et alii, 2007). En tercer lugar, los restos de una centuriación, que hemos encontrado alrededor de la Seu d’Urgell, también nos inclinan a pensar en una transformación muy profunda del espacio ocurrida en algunos lugares del fondo del valle e incluso de las montañas, evidentemente en época romana. También respecto a este tema creo que es interesante poder relacionar la toponimia con la cartografía y con las aportaciones documentales, con el fin de poder avanzar en el conocimiento de la historia de nuestro pasado. Incluso, a veces, conviene cambiar la escala gráfica de nuestros trabajos. El yacimiento de El Goleró se encuentra al norte del núcleo medieval de Cornellana, en el municipio de Lavansa i Fórnols. Cornellana ya aparece documentado en 835 y es un nombre evidentemente creado en época romana (Bolòs y Hurtado, 2006, 46-47). Sin embargo, este no era el único 50

CARTOGRAFÍA, TOPONIMIA E HISTORIA MEDIEVAL lugar en esta comarca de la Seu d’Urgell que recibió este nombre. Si nos trasladamos cerca de la Seu, encontramos este mismo nombre en relación con un campo (que aparece mencionado en los mapas actuales como Cordellana), situado cerca de una masía llamada Cal Llocaia (Mapa 2). Debemos relacionar este lugar con el topónimo Cornellana, mencionado en 862, y con la iglesia de Santa Llocaia (Sancta Leocadia), documentada también en 862, que se debió construir en este mismo lugar, quizás en época visigoda. Es un espacio muy reducido, que nos explica mucho sobre el pasado de los alrededores de la Seu d’Urgell. No podemos pensar que fuera una excepción. Mapa 2. Santa Llocaia de Cornellana (comarca del Alt Urgell). La documentación de época carolingia y la cartografía actual (en que se mencionan los topónimos “Camps de Cordellana” y “Camps de cal Llocaia”) permiten reconstruir las características que tenía este territorio cercano a la Seu d’Urgell en la alta edad media. Mapa: J. Bolòs. 51

Jordi Bolòs<br />

cabo a lo largo de los últimos años, y la posibili<strong>da</strong>d de que dentro de los límites de<br />

una parroquia (por ejemplo de época carolingia) pudieran existir varias aldeas o<br />

villares (Catafau y Passarrius, 2007). Hacia el año 1000, ya encontramos estas dos<br />

reali<strong>da</strong>des (el poblamiento y los límites) bien consoli<strong>da</strong><strong>da</strong>s: los pueblos ca<strong>da</strong> vez<br />

estaban mejor definidos (a menudo en esta zona del noreste catalán se reforzaron<br />

con la creación de las sagreres (Catafau, 1998; Bolòs, 2004, 183-202) y dentro<br />

de los límites aldeanos, bien trazados, se cobraban los diezmos y otros impuestos<br />

(como el censum de tradición altomedieval; Bonnassie, 1979, 136-138).<br />

4.2. Los nombres creados en época romana en el con<strong>da</strong>do de Urgell<br />

La zona de la Seu d’Urgell o de Castellciutat, capital del con<strong>da</strong>do de Urgell en<br />

época carolingia, siempre se había creído que era una zona poco romaniza<strong>da</strong>. Se<br />

llegó a postular, en parte por ser una zona romaniza<strong>da</strong> tardíamente, que no era<br />

real la afirmación que, por lo menos desde el siglo VI, existió una sede catedralicia<br />

en este lugar y que ésta sólo existió después de la conquista franca, en época<br />

de Carlomagno (Martí, R. y Viladrich, 2000). Tres estudios que se han llevado a<br />

cabo estos últimos años parecen desmentir esta hipótesis. Por un lado, los estudios<br />

sobre la toponimia documenta<strong>da</strong> en época carolingia, que luego comentaremos.<br />

En segundo lugar, las excavaciones que se están llevando a cabo en el yacimiento<br />

metalúrgico de El Goleró, en la sierra del Cadí (municipio de Lavansa, Mapa 1),<br />

o en un yacimiento del valle del Madriu, en Andorra, ambos situados por encima<br />

de los 2.000 m, que demuestran de un modo fehaciente la intensi<strong>da</strong>d de la romanización<br />

(Palet et alii, 2007). En tercer lugar, los restos de una centuriación, que<br />

hemos encontrado alrededor de la Seu d’Urgell, también nos inclinan a pensar<br />

en una transformación muy profun<strong>da</strong> del espacio ocurri<strong>da</strong> en algunos lugares del<br />

fondo del valle e incluso de las montañas, evidentemente en época romana.<br />

También respecto a este tema creo que es interesante poder relacionar la toponimia<br />

con la <strong>cartografía</strong> y con las aportaciones documentales, con el fin de poder avanzar<br />

en el conocimiento de la historia de nuestro pasado. Incluso, a veces, conviene<br />

cambiar la escala gráfica de nuestros trabajos. El yacimiento de El Goleró se encuentra<br />

al norte del núcleo medieval de Cornellana, en el municipio de Lavansa i Fórnols.<br />

Cornellana ya aparece documentado en 835 y es un nombre evidentemente creado<br />

en época romana (Bolòs y Hurtado, 2006, 46-47). Sin embargo, este no era el único<br />

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