Toponimia e cartografía - Consello da Cultura Galega

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01.05.2013 Views

Vicenç M. Rosselló i Verger Fig. 3. Fragmento correspondiente al valle de Verín de la Carta geométrica de Galicia (1845) de Domingo Fontán. Vaya de antemano que no podemos juzgar a don Domingo Fontán con criterios de un nacionalista galego del siglo xxi. No corrían en la primera mitad del xix aires favorables para las lenguas minoritarias, aunque posiblemente entonces el gallego no lo era… De los 68 topónimos del Val de Monterrei y aledaños (Verín, río Támega) que he utilizado como muestra, entre “mayores” y “menores” 7 , he podido identificar 54 en la cartografía oficial moderna. La con(s)ciencia lingüís- 7 No creo útil la distinción entre mayores y menores desde el punto de vista lingüístico. A efectos políticos, además, es contraproducente. 34

TOPONIMIA, GEOGRAFÍA Y CARTOGRAFÍA tica de nuestro geómetra sale bien parada: entre nombres totalmente correctos y los casi correctos (p.e., Bemposta por A Bemposta, Pázos, Tamagós por Tamagos, Oimbra por Oímbra; es decir omisión de artículo o cuestión de acento), tenemos un 57,4 %. Un 18,5 % corresponde a topónimos traducidos o adaptados al español, a saber: S. Cristobal, Villamayor, Los Remedios, Monterey, Quinta del Peru, Tras Yglesias (Traseirexa), Villar de Ciervos, Flor de Rey Viejo (Florderrei Vello); Quiroganes (Queirugás) y Quizanes (Queizás). El resto han sido deformados o trastocados: Meijós (Mixós), S. Salvador (Nocedo do Val), Pousada (Pousa), Torroso (Terroso), Vilarello de Cota, Enjámes… 8 En conclusión, la Carta geométrica de Fontán es una fuente toponímica de alta fiabilidad para su época. Tengo entendido que a principios del siglo pasado —hacia los años de la primera guerra mundial— se levantó una Mapa topográfico Militar a escala 1/100.000 que tuvo realidad en las Islas Canarias y Baleares y Galicia. No obstante, no sólo no lo he podido ver, sino que no lo encuentro en ningún catálogo 9 . Caso de ser veraz la información, sería un documento muy interesante por dos razones, una, para aprovechar su contenido como fuente —en noventa años pueden haber caído en desuso numerosos topónimos—, salvando los problemas metodológicos y lingüísticos. La otra razón sería averiguar precisamente los criterios que las instancias militares y/o civiles manejaban en la selección y transcripción de los nombres de lugar. Un ejemplo del uso del mapa, no sólo como fuente toponímica, sino como instrumento para deducir y fijar conclusiones de la estratigrafía lingüístico-cultural podría ser el ya citado mapa de Menéndez Luarca (2000) de los territorios del “Noroeste”. No quiero calificar la oportunidad del término —aparentemente aséptico—, ni tampoco la metodología. Sólo quiero indicar que el mapa se plasmó a escala 1/50.000, la del topográfico nacional, y ha sido publicado a 1/200.000. Las etapas de la construcción del territorio, concretadas en colores diversos, tienen buena cosa de lingüísticas. Obviamente la toponimia, no sólo “estratigráfica”, sino también etiológica, puede dar mucho de sí. 8 Algún caso podría ser atribuible al grabador francés. La substitución “normativa” de la –g– o –j– etimológicas por –x– no nos permite considerar errado al autor de la carta. 9 Una Carta de conjunto y división en hojas del Mapa Militar de España, a 1/100.000, sin fecha, presenta la hoja 42 (Arousa, Muros y Noya), como “terminados los trabajos de campo”, y las 7 y 22, “En trabajos de campo”. 35

TOPONIMIA, GEOGRAFÍA Y CARTOGRAFÍA<br />

tica de nuestro geómetra sale bien para<strong>da</strong>: entre nombres totalmente correctos y<br />

los casi correctos (p.e., Bemposta por A Bemposta, Pázos, Tamagós por Tamagos,<br />

Oimbra por Oímbra; es decir omisión de artículo o cuestión de acento), tenemos<br />

un 57,4 %. Un 18,5 % corresponde a topónimos traducidos o a<strong>da</strong>ptados al español,<br />

a saber: S. Cristobal, Villamayor, Los Remedios, Monterey, Quinta del Peru,<br />

Tras Yglesias (Traseirexa), Villar de Ciervos, Flor de Rey Viejo (Florderrei Vello);<br />

Quiroganes (Queirugás) y Quizanes (Queizás). El resto han sido deformados o<br />

trastocados: Meijós (Mixós), S. Salvador (Nocedo do Val), Pousa<strong>da</strong> (Pousa), Torroso<br />

(Terroso), Vilarello de Cota, Enjámes… 8 En conclusión, la Carta geométrica<br />

de Fontán es una fuente toponímica de alta fiabili<strong>da</strong>d para su época.<br />

Tengo entendido que a principios del siglo pasado —hacia los años de la<br />

primera guerra mundial— se levantó una Mapa topográfico Militar a escala<br />

1/100.000 que tuvo reali<strong>da</strong>d en las Islas Canarias y Baleares y Galicia. No obstante,<br />

no sólo no lo he podido ver, sino que no lo encuentro en ningún catálogo 9 .<br />

Caso de ser veraz la información, sería un documento muy interesante por dos<br />

razones, una, para aprovechar su contenido como fuente —en noventa años pueden<br />

haber caído en desuso numerosos topónimos—, salvando los problemas metodológicos<br />

y lingüísticos. La otra razón sería averiguar precisamente los criterios<br />

que las instancias militares y/o civiles manejaban en la selección y transcripción<br />

de los nombres de lugar.<br />

Un ejemplo del uso del mapa, no sólo como fuente toponímica, sino como<br />

instrumento para deducir y fijar conclusiones de la estratigrafía lingüístico-cultural<br />

podría ser el ya citado mapa de Menéndez Luarca (2000) de los territorios<br />

del “Noroeste”. No quiero calificar la oportuni<strong>da</strong>d del término —aparentemente<br />

aséptico—, ni tampoco la metodología. Sólo quiero indicar que el mapa se<br />

plasmó a escala 1/50.000, la del topográfico nacional, y ha sido publicado a<br />

1/200.000. Las etapas de la construcción del territorio, concreta<strong>da</strong>s en colores diversos,<br />

tienen buena cosa de lingüísticas. Obviamente la toponimia, no sólo “estratigráfica”,<br />

sino también etiológica, puede <strong>da</strong>r mucho de sí.<br />

8 Algún caso podría ser atribuible al grabador francés. La substitución “normativa” de la –g– o –j– etimológicas<br />

por –x– no nos permite considerar errado al autor de la carta.<br />

9 Una Carta de conjunto y división en hojas del Mapa Militar de España, a 1/100.000, sin fecha, presenta la<br />

hoja 42 (Arousa, Muros y Noya), como “terminados los trabajos de campo”, y las 7 y 22, “En trabajos de<br />

campo”.<br />

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