Toponimia e cartografía - Consello da Cultura Galega
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LA ELABORACIÓN DE UN ATLAS TOPONÍMICO: EL ATLAS TOPONÍMICO DE ESPAÑA<br />
punto de referencia. Los grupos motivadores más importantes son el oronímico,<br />
el hidronímico y el fitonímico. Es decir, son los nombres de accidentes del terreno,<br />
como montes, valles o llanuras, los nombres de ríos, lagunas, estanques y corrientes<br />
de agua, y los de árboles, plantas o arbustos los que con mayor facili<strong>da</strong>d<br />
acaban <strong>da</strong>ndo nombre a un lugar poblado. Hay que tener en cuenta que las actuales<br />
locali<strong>da</strong>des habita<strong>da</strong>s, entre las que incluimos las grandes ciu<strong>da</strong>des, fueron<br />
núcleos rurales en origen, con un paisaje muy distinto al de hoy, y recibieron su<br />
nombre en función de las circunstancias o referencias identificadoras que mejor<br />
les parecieron a sus fun<strong>da</strong>dores o primeros habitantes.<br />
Lógicamente el hecho de que se trate de topónimos poblacionales supone la<br />
asunción de una serie de características motivadoras propias, frente a los demás<br />
nombres de lugar, que en el análisis también han que<strong>da</strong>do refleja<strong>da</strong>s. No extraña<br />
así que un destacado subconjunto, dentro de este apartado, sea el de los topónimos<br />
que contienen un término que significaba ‘ciu<strong>da</strong>d’ u otro tipo de poblamiento. En<br />
general todo topónimo suele proceder de un nombre común; las pocas excepciones<br />
a este hecho las constituyen los topónimos antroponímicos, originados por nombres<br />
de persona, o los que remiten a otro nombre de lugar, que ha sido trasla<strong>da</strong>do.<br />
La contribución de la <strong>cartografía</strong> se convierte de nuevo en el soporte adecuado<br />
y necesario para mostrar estos y otros aspectos, más extrínsecos, pero asimismo<br />
interesantes, que la toponimia y su precisa localización geográfica ofrece. Son<br />
numerosos los ejemplos que aquí se pueden mencionar; veamos algunos de ellos<br />
como pincela<strong>da</strong>s dentro del gran cuadro de la toponimia española.<br />
Gracias a los mapas se aprecia de manera clara el predominio de la voz nava en<br />
las provincias de Salamanca, Ávila, Segovia, Madrid, Toledo y Cáceres. El valor<br />
de esta palabra como ‘llanura alta rodea<strong>da</strong> de cerros’, tan viva en la toponimia<br />
del centro peninsular, coincide con los paisajes meseteños de esta zona, y eso ha<br />
favorecido que se halle con tanta frecuencia en ella (Nava de Sotrobal, Las Navas<br />
del Marqués, Nava del Barco, Navafría, Navalmanzano, Navacerra<strong>da</strong>, Navalcarnero<br />
[< Nava (de)l carnero], Navamorcuende, Navahermosa, etc). Poco más adelante<br />
vemos cómo la profusión de la voz río en toponimia, y su especial valor como<br />
complemento toponímico en referencia al Gua<strong>da</strong>lquivir, permite seguir el curso<br />
de este en el mapa gracias a las denominaciones que lo recogen: Villa del Río,<br />
Lora del Río, Villaverde del Río, Alcalá del Río, Palomares del Río, Coria del Río, La<br />
Puebla del Río, etc.<br />
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