Libro fiestas 2008 - Ayuntamiento de Biar

José María Martínez
Las Procesiones
Según el diccionario de la Real
Academia Española procesión
procede del latín “processio”
o “processus” y es el acto de ir
muchas personas ordenadamente
de un lugar a otro con algún fin
solemne, por lo común religioso.
Continuando con la etimología
una procesión es un cortejo organizado
de personas que realizan
un recorrido bien de un lugar a
otro o bien partiendo de un lugar y
volviendo a el.
Si tomamos su acepción litúrgica:
es un acto sagrado en el que
personas, generalmente acompañadas
por el clero van solemnemente
de un lugar a otro en
homenaje público de exaltación de
nuestras creencias.
En Biar tenemos procesiones votivas
o de acción de gracias, por un
voto acordado por un favor recibido,
y rogativas, para pedir la intercesión
en la concesión de un bien general.
En algunas de ellas procuramos
no faltar por ser una manifestación
religiosa en la que todos
participamos. Es un buen motivo
para que los hijos de Biar permanezcan
unidos en torno a un acontecimiento
religioso que a todos
une y para que los hijos del pueblo
revivan unas sensaciones difíciles
de expresar y más de olvidar.
Es difícil hacer una historia de las
procesiones cristianas. Cabe pensar
que en los primeros tiempos de la
religión cristiana, dentro de nuestro
mundo romano en el que abundaban
las persecuciones, eran muy extrañas
y solamente se realizaban en el
interior de los lugares de culto.
En los archivos de Biar, deben
encontrarse los antecedentes de
las primeras procesiones en honor
de Nuestra Señora de Gracia.
Lo más probable es que estas se
empezaran a realizar a partir del
Concilio de Trento –siglo XVI- que
162 M O R O S I C R I S T I A N S
es cuando adquieren una enorme
importancia en la Iglesia Católica,
como muestra de las verdades de
la fe cristiana al pueblo iletrado.
Estas manifestaciones religiosas
debieron tomar más importancia
en los siglos XVIII y XIX, conforme
las actuales Fiestas de Moros
y Cristianos han ido tomando relevancia
y calando en la población.
Las procesiones de nuestras fiestas
de mayo son una manifestación
a nuestra Mare de Deu, como hijos
suyos que somos, para mostrarle
nuestra unidad en su amor. Nos
juntamos formando visiblemente
un cuerpo unido y con recogimiento
junto a María de Gracia. Sin duda
debe agradarle a nuestra Virgen el
vernos caminar juntos y unidos.
En nuestras Fiestas de Mayo
son tres las procesiones a las que
somos convocados.
En la del día 10 la Virgen baja
del santuario hacia el pueblo en
un entorno único que a todos nos
emociona. Se inicia con la brillante
salida de la ermita. Al salir de
la misma la Virgen queda parada
sobre sus andas en la puerta, como
observando la brillantez del inicio
de su recorrido de bajada: empiezan
los disparos de arcabuces y con
ellos la primera emoción contenida
de todos los biarenses que acuden
para acompañarla en este primer
acto religioso de las fiestas. Bonita
estampa de su bajada por el camino.
Se inicia la procesión con la
Virgen flanqueada a ambos lados
por la escuadra de la comparsa
que le corresponde. La noche ya ha
llegado, la oscuridad nos envuelve
a todos y la luz de los faroles de las
andas le dan una brillante iluminación
y resplandor en el oscuro
camino. En su bajada se inicia uno
de nuestros más emblemáticos
actos: el encendido de “les fogueres”,
donde los montes del término
de Biar arden en una explosión
controlada de luz, creando la unión
de hogueras una estampa final con
la M de María. A su llegada al
Plátano ya tenemos a la Mare de
Deu entre nosotros en el pueblo,
se siente una alegría inmensa, “les
fogueres” ya han ardido y se enciende
un castillo de fuegos artificiales
desde el cerro del castillo, aplausos
y reiniciamos el recorrido para
estar presentes en el recibimiento
de la Plaza del Arrabal con los
cantos de bienvenida. A su término,
alguna carrera para llegar a la
parroquia y poder tener sitio para
ver la llegada y subida al trono,
donde el aroma penetrante de la
salvia ya nos indica que es un día
especial y se celebra un acto importante.
Cuando llega la Virgen no
cabe una persona más en la iglesia,
fervorosos cantos con el sentido y
emotivo “biarenses”. La Virgen
sube lentamente a su trono engalanado
de flores presidiendo con
toda su grandeza nuestra iglesia,
terminando el acto con ¡Vivas a la
Mare de Deu de Gracia!. Ya es muy
tarde, estamos festeros y no festeros
cansados, despedidas y ¡hasta
mañana que hay que madrugar!.
La del día 12 es la de su día
mayor. A las 9 de la noche, con
gran puntualidad, se inicia el desfile
procesional con una larga procesión
en la que todos los biarenses
participan y acompañan a la Virgen
en su recorrido por el pueblo. Los
festeros visten sus mejores trajes y
todos participan con orden y recogimiento.
Volteo de campanas, suena
el himno de la banda de música, y
las autoridades junto a la Virgen
salen de la parroquia. Empieza la
procesión escoltada por las comparsas
y portada a hombros por los
anderos, unos por devoción y otros
por promesas; dura prueba para
ellos que con su esfuerzo trasladan
a la Virgen. Inician el recorrido por
el casco medieval realizando las
paradas establecidas. Es tan gran-