Libro fiestas 2008 - Ayuntamiento de Biar
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¡Ay del Reino, cuyo Rey es un Niño! Clamó con tristeza, el legado papal, Pedro de Benevento, ante nobles y ricos hombres aragoneses y catalanes reunidos en las Cortes de Lérida de 1214, convocados para la jura del rey Jaime I. El rey niño sólo tenía seis años y sin la protección del Papa Inocencio III no hubiera llegado a reinar jamás. Porque en los tiempos convulsos en que se desarrolló su infancia, muchos eran los pretendientes a ceñir la Corona de Aragón, y entre ellos se encontraban su tío abuelo, el conde de Rosellón, Sans, y su tío carnal el infante Ferran, abad de Montearagón. Y es que, si el largo, ejemplar y fructífero reinado de Jaime I el Conquistador estuvo jalonado de exitosas conquistas, fundación de nuevos reinos, a los que otorgó una legislación propia valenciana “la costum y els furs”, no es menos cierto, ni tan conocido, que desde su nacimiento y hasta su mayoría de edad, Jaime I tuvo que recorrer un largo y tortuoso camino, marcado por el avispero político de su época. De su nacimiento, el propio rey relata en su crónica del Llibre dels Feits que “fue destino de la providencia que Nos fuésemos engendrado; mi reinado fue un puro milagro, voluntad expresa de Dios”. En efecto, no me cabe la menor duda de dicha aseveración real, a tenor de los acontecimientos históricos que lo precedieron. Jaime I era hijo del rey Pedro II de Aragón, llamado el Católico por su lucha incansable contra la herejía cátara que se extendía por sus territorios de Provenza y el Languedoc. La madre de Jaime I fue María de Montpellier. El señorío de Montpellier, aunque vasallo del rey de Aragón, correspondía por derecho propio a la madre de Jaime, descendiente directa del emperador de Bizancio Manuel I Comneno. Desde su boda con el 134 M O R O S I C R I S T I A N S rey Pedro II, María defendió los intereses de su ciudad, negándose tenazmente a que su esposo, por matrimonio, anexionara Montpellier a la Corona de Aragón. Este fue el motivo principal por el que los padres de Jaime se separaron, de hecho, en 1205. Sin embargo, relata la leyenda que como Pedro II no quería ver a la reina, un caballero de la corte, con engaños, haciéndole creer que en el lecho estaba otra dama a la que cortejaba el monarca, logró llevarlo al palacio de Mirabais, introducirlo en la cama y conseguir que la reina quedara encinta. En este palacio de Montpellier, nació Jaime el 2 de febrero de 1208. La reina María ordenó encender doce cirios con los nombres de los apóstoles, manifestando que el que durara más daría el nombre a su hijo, lo que sucedió con Santiago Apóstol, San Jaime. Los primeros cinco años de la infancia de Jaime transcurrieron en Montpellier junto a su madre, viendo a su padre en muy contadas ocasiones, debido a las malas relaciones que mantenían sus progenitores que, muy pronto, desaparecían de su vida para siempre. En efecto, la reina María harta de humillaciones y de saber que el rey había desposeído a su propio hijo del título de heredero de la Corona de Aragón, tuvo que peregrinar a Roma para ver reconocidos sus derechos. Allí habría de morir el 19 abril de 1213, víctima lejana de la cruzada albigense, pero bajo la protección del Papa Inocencio III. Como madre previsora, ella siempre temió el desvalimiento de su hijo y buscó su protección. Por ello, en su testamento, firmado el 6 de octubre de 1211, María establece “Volo ut templum recipiat filium meum et custodiat donec et illum reddat”. Es decir: encomendó a la Orden del Temple la educación y custodia de su hijo y, por extensión, En su infancia, don Jaume padeció las intrigas y banderías de los grandes de sus reinos. Las cortes entonces distaban mucho de la formalidad y eficacia pacificadora que tendrían luego. “Jaime I rodeado por la corte”, Libro de los Privilegios de la Ciudad de Barcelona, Casa del Arcediano (Barcelona), siglo XIV. al Papa, debido al voto templario de obediencia al Sumo Pontífice. En ese mismo año de 1213, el 13 de septiembre el rey Pedro II de Aragón murió a manos del cruzado francés Simón de Monfort en la batalla de Muret, planicie situada a orillas del río Garona y cercana a la ciudad de Tolosa. Las consecuencias de la derrota de Muret para la vida de Jaime fueron tenebrosas, pues quedó a la merced del vencedor Simón de Monfort quien, inmediatamente, hizo valer ante Roma el compromiso matrimonial pactado con Pedro II en 1211, entre su hija Amicia y Jaime. Entre tanto, Monfort ya había secuestrado al niño, llevándolo a la impotente ciudadela de Carcasona, a la espera de que el papado aprobara dicha boda, mediante la cual, el cruzado daba ya por hecho ser el dueño y señor de todo el Midi francés, incluyendo el señorío de Montpellier.
No obstante, no contaba con que la venganza por la muerte del rey en Muret se cernía sobre él, y de hecho ésta llegó con la derrota de la batalla de Salvetat, atacando Tolosa, donde una piedra lanzada por una defensora de la ciudad, acabo con su vida de una manera indigna, el 25 de junio de 1218. “La divina providencia vino en ayuda de Nos, por segunda vez, para que fuera rey”, relata Jaime en su crónica del Llibre del Feits. Y es que el papa Inocencio III reaccionó de inmediato y anunció a Simón de Monfort el envío a Carcasona del legado papal Pedro de Benevento, cardenal de Santa María in Aquino. De todas las órdenes que el legado traía para Simón, la más importante era que debía entregarle al hijo del rey de Aragón, a Jaime. Entre mayo y agosto de 1214 Jaime, acompañado de Pedro de Benevento, recorrió el camino que va desde Carcasona hasta Lérida donde, en octubre de ese mismo año, se iban a celebrar las primeras cortes de su reinado, reuniendo a catalanes y aragoneses por primera vez. En la Jura, el arzobispo de Tarragona, Espàrrec, pariente de Jaime, lo llevó en brazos, elevándolo ante toda la corte, para que le ofrecieran fidelidad, le prestaran homenaje, lo proclamaran rey de Aragón, conde de Barcelona y señor de Montpellier, y juraran defender sus dominios y su persona. Pero Jaime sólo tenía seis años y sufría los terrores de un niño que se sabe en peligro, debido a que a la jura de Lérida acudieron todos menos su tío abuelo, el conde de Rosellón, Sans, y su tío carnal el infante Ferran, abad de Montearagón, que esperaban usurparle el reino en el momento más propicio. El cardenal legado, al acabar las Cortes de Lérida en noviembre de 1214, dejó de actuar como máximo procurador del reino y transmitió su autoridad al conde Sans. El Papa aceptó todos los extremos pactados en Lérida sobre la regencia y nombró consejeros de Sans, por parte de Aragón: al obispo de Tarazona, a Jimeno Cornell y a Pedro Ahonés, y por parte de Cataluña: al arzobispo de Tarragona, a Guillem de Cervera Castillo de Monzón: el escenario de la desvalida infancia del rey, donde recibirá como educación los ideales templarios de la caballería cristiana. y a Guillem de Cardona. Todos ellos junto con el maestre del Temple en España debían de responder por el hijo del rey ante los soberanos de Castilla, Navarra y Francia. Finalmente, Inocencio III ejecutó la cláusula recogida en el testamento de María de Montpellier que refería a la guarda y custodia de su hijo Jaime I, otorgando ésta al maestre de los templarios Guillermo de Montredón. Guillermo llevó al rey niño al castillo templario de Monzón, situado a orillas del río Cinca, en la linea divisoria entre Aragón y Cataluña. El inexpugnable Monzón era el más fuerte de todos los castillos que los templarios tenían en España, el más seguro y el mejor situado de la corona. Hasta los trece años estuvo Jaime I en Monzón, acompañado de su primo Ramón Bererger V, conde de Provenza. Allí fue educado con los ideales templarios de la caballería cristiana, cuya religiosidad y espíritu militar le acompañaron a lo largo de toda su vida. En todo este tiempo solamente salió del castillo en tres ocasiones para acudir, como peregrino, al Monasterio de Sigena, panteón real de los reyes de Aragón. Pero las intrigas de Sans y Ferran por derrocar al joven rey, custodiado en Monzón, obligó a sus protectores a concertar una alianza con Castilla, pues convenía casar al rey con la hija de una gran potencia. “Per tal que el regne no eixís de la natura” esto es, para que la transmisión de la realeza se hiciera de padres a hijos , y no pasara a las ramas laterales de Sans o Ferran. Así pues, en la raya de Ágreda (hoy Soria), el 6 de febrero de 1221, recién cumplidos los trece años, Jaime I contrajo matrimonio con la Infanta Leonor de Castilla, hija del rey Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Inglaterra, descendiente directa de la legendaria Leonor de Aquitania. Días antes de su boda, el rey Jaime I fue armado caballero en Tarazona, en la iglesia de Santa María Magdalena. Mas el rey era menor de edad, por lo que todas estas ceremonias, incluida la consumación de su matrimonio, tuvieron que esperar hasta el 2 de febrero de 1222, fecha en la que cumplía catorce años y las Cortes de Lérida declararon solemnemente su mayoría de edad. El deseo de María de Montpellier de que su hijo ciñera la corona de Aragón se había cumplido. El rey Jaime I “El Conquistador” reinó por derecho propio, conquistando las tierras de Castellón, Mallorca, Valencia, Játiva y Biar. Gracias a esta última conquista y a su gran fervor y devoción a “la Santa María”, como él llamaba a la Virgen, celebramos hoy la Fiestas de Moros y Cristianos, en su honor y en el de la virgen de Gracia, nuestra patrona. Rafael Sanjuán Juan B I A R 2 0 0 8 135 COL·LABORACIONS LITERARIES
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No obstante, no contaba con que la<br />
venganza por la muerte <strong>de</strong>l rey en<br />
Muret se cernía sobre él, y <strong>de</strong> hecho<br />
ésta llegó con la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> la batalla<br />
<strong>de</strong> Salvetat, atacando Tolosa,<br />
don<strong>de</strong> una piedra lanzada por una<br />
<strong>de</strong>fensora <strong>de</strong> la ciudad, acabo con<br />
su vida <strong>de</strong> una manera indigna, el<br />
25 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1218.<br />
“La divina provi<strong>de</strong>ncia vino en<br />
ayuda <strong>de</strong> Nos, por segunda vez,<br />
para que fuera rey”, relata Jaime en<br />
su crónica <strong>de</strong>l Llibre <strong>de</strong>l Feits. Y es<br />
que el papa Inocencio III reaccionó<br />
<strong>de</strong> inmediato y anunció a Simón <strong>de</strong><br />
Monfort el envío a Carcasona <strong>de</strong>l<br />
legado papal Pedro <strong>de</strong> Benevento,<br />
car<strong>de</strong>nal <strong>de</strong> Santa María in Aquino.<br />
De todas las ór<strong>de</strong>nes que el legado<br />
traía para Simón, la más importante<br />
era que <strong>de</strong>bía entregarle al hijo <strong>de</strong>l<br />
rey <strong>de</strong> Aragón, a Jaime. Entre mayo<br />
y agosto <strong>de</strong> 1214 Jaime, acompañado<br />
<strong>de</strong> Pedro <strong>de</strong> Benevento, recorrió<br />
el camino que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Carcasona<br />
hasta Lérida don<strong>de</strong>, en octubre <strong>de</strong><br />
ese mismo año, se iban a celebrar<br />
las primeras cortes <strong>de</strong> su reinado,<br />
reuniendo a catalanes y aragoneses<br />
por primera vez. En la Jura, el<br />
arzobispo <strong>de</strong> Tarragona, Espàrrec,<br />
pariente <strong>de</strong> Jaime, lo llevó en brazos,<br />
elevándolo ante toda la corte, para<br />
que le ofrecieran fi<strong>de</strong>lidad, le prestaran<br />
homenaje, lo proclamaran rey <strong>de</strong><br />
Aragón, con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Barcelona y señor<br />
<strong>de</strong> Montpellier, y juraran <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />
sus dominios y su persona. Pero<br />
Jaime sólo tenía seis años y sufría<br />
los terrores <strong>de</strong> un niño que se sabe<br />
en peligro, <strong>de</strong>bido a que a la jura <strong>de</strong><br />
Lérida acudieron todos menos su tío<br />
abuelo, el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Rosellón, Sans, y<br />
su tío carnal el infante Ferran, abad<br />
<strong>de</strong> Montearagón, que esperaban<br />
usurparle el reino en el momento<br />
más propicio.<br />
El car<strong>de</strong>nal legado, al acabar las<br />
Cortes <strong>de</strong> Lérida en noviembre <strong>de</strong><br />
1214, <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> actuar como máximo<br />
procurador <strong>de</strong>l reino y transmitió<br />
su autoridad al con<strong>de</strong> Sans. El Papa<br />
aceptó todos los extremos pactados<br />
en Lérida sobre la regencia y nombró<br />
consejeros <strong>de</strong> Sans, por parte <strong>de</strong><br />
Aragón: al obispo <strong>de</strong> Tarazona, a<br />
Jimeno Cornell y a Pedro Ahonés, y<br />
por parte <strong>de</strong> Cataluña: al arzobispo<br />
<strong>de</strong> Tarragona, a Guillem <strong>de</strong> Cervera<br />
Castillo <strong>de</strong> Monzón: el escenario <strong>de</strong> la <strong>de</strong>svalida infancia <strong>de</strong>l rey, don<strong>de</strong> recibirá<br />
como educación los i<strong>de</strong>ales templarios <strong>de</strong> la caballería cristiana.<br />
y a Guillem <strong>de</strong> Cardona. Todos ellos<br />
junto con el maestre <strong>de</strong>l Temple en<br />
España <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r por el<br />
hijo <strong>de</strong>l rey ante los soberanos <strong>de</strong><br />
Castilla, Navarra y Francia. Finalmente,<br />
Inocencio III ejecutó la cláusula<br />
recogida en el testamento <strong>de</strong><br />
María <strong>de</strong> Montpellier que refería a la<br />
guarda y custodia <strong>de</strong> su hijo Jaime I,<br />
otorgando ésta al maestre <strong>de</strong> los<br />
templarios Guillermo <strong>de</strong> Montredón.<br />
Guillermo llevó al rey niño al<br />
castillo templario <strong>de</strong> Monzón, situado<br />
a orillas <strong>de</strong>l río Cinca, en la linea<br />
divisoria entre Aragón y Cataluña.<br />
El inexpugnable Monzón era el más<br />
fuerte <strong>de</strong> todos los castillos que los<br />
templarios tenían en España, el<br />
más seguro y el mejor situado <strong>de</strong> la<br />
corona.<br />
Hasta los trece años estuvo<br />
Jaime I en Monzón, acompañado<br />
<strong>de</strong> su primo Ramón Bererger V,<br />
con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Provenza. Allí fue educado<br />
con los i<strong>de</strong>ales templarios <strong>de</strong> la<br />
caballería cristiana, cuya religiosidad<br />
y espíritu militar le acompañaron<br />
a lo largo <strong>de</strong> toda su vida. En<br />
todo este tiempo solamente salió<br />
<strong>de</strong>l castillo en tres ocasiones para<br />
acudir, como peregrino, al Monasterio<br />
<strong>de</strong> Sigena, panteón real <strong>de</strong> los<br />
reyes <strong>de</strong> Aragón. Pero las intrigas<br />
<strong>de</strong> Sans y Ferran por <strong>de</strong>rrocar al<br />
joven rey, custodiado en Monzón,<br />
obligó a sus protectores a concertar<br />
una alianza con Castilla, pues<br />
convenía casar al rey con la hija <strong>de</strong><br />
una gran potencia. “Per tal que el<br />
regne no eixís <strong>de</strong> la natura” esto<br />
es, para que la transmisión <strong>de</strong> la<br />
realeza se hiciera <strong>de</strong> padres a hijos<br />
, y no pasara a las ramas laterales<br />
<strong>de</strong> Sans o Ferran. Así pues, en la<br />
raya <strong>de</strong> Ágreda (hoy Soria), el 6 <strong>de</strong><br />
febrero <strong>de</strong> 1221, recién cumplidos<br />
los trece años, Jaime I contrajo<br />
matrimonio con la Infanta Leonor<br />
<strong>de</strong> Castilla, hija <strong>de</strong>l rey Alfonso VIII<br />
<strong>de</strong> Castilla y Leonor <strong>de</strong> Inglaterra,<br />
<strong>de</strong>scendiente directa <strong>de</strong> la legendaria<br />
Leonor <strong>de</strong> Aquitania. Días<br />
antes <strong>de</strong> su boda, el rey Jaime I fue<br />
armado caballero en Tarazona, en<br />
la iglesia <strong>de</strong> Santa María Magdalena.<br />
Mas el rey era menor <strong>de</strong> edad,<br />
por lo que todas estas ceremonias,<br />
incluida la consumación <strong>de</strong> su<br />
matrimonio, tuvieron que esperar<br />
hasta el 2 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1222, fecha<br />
en la que cumplía catorce años y<br />
las Cortes <strong>de</strong> Lérida <strong>de</strong>clararon<br />
solemnemente su mayoría <strong>de</strong> edad.<br />
El <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> María <strong>de</strong> Montpellier<br />
<strong>de</strong> que su hijo ciñera la corona <strong>de</strong><br />
Aragón se había cumplido.<br />
El rey Jaime I “El Conquistador”<br />
reinó por <strong>de</strong>recho propio, conquistando<br />
las tierras <strong>de</strong> Castellón, Mallorca,<br />
Valencia, Játiva y <strong>Biar</strong>. Gracias a<br />
esta última conquista y a su gran<br />
fervor y <strong>de</strong>voción a “la Santa María”,<br />
como él llamaba a la Virgen, celebramos<br />
hoy la Fiestas <strong>de</strong> Moros y<br />
Cristianos, en su honor y en el <strong>de</strong> la<br />
virgen <strong>de</strong> Gracia, nuestra patrona.<br />
Rafael Sanjuán Juan<br />
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