Romancero viejo Anónimo

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30.04.2013 Views

En las almenas de Toro, allí estaba una doncella, vestida de negros paños, reluciente como estrella; pasara el rey don Alonso, namorado se había de ella, dice: -Si es hija de rey que se casaría con ella, y si es hija de duque serviría por manceba. Allí hablara el buen Cid, estas palabras dijera: -Vuestra hermana es, señor, vuestra hermana es aquella. -Si mi hermana es, dijo el rey, fuego malo encienda en ella. Llámenme mis ballesteros, tírenle sendas saetas, y aquel que la errare que le corten la cabeza. Allí hablara el buen Cid, de esta suerte respondiera: -Mas aquel que la tirare, pase por la misma pena. -Ios de mis tiendas, Cid, no quiero que estéis en ellas. -Pláceme, respondió el Cid, que son viejas, y no nuevas; irme he yo para las mías que son de brocado y seda, que no las gané holgando, ni bebiendo en la taberna, ganélas en las batallas con mi lanza y mi bandera. Tres cortes armara el rey, todas tres a una sazón: las unas armara en Burgos, las otras armó en León, las otras armó en Toledo, Romance del Cid Romance del Cid y los condes de Carrión

donde los hidalgos son, para cumplir de justicia al chico con el mayor. Treinta días da de plazo, treinta días, que más non, y el que a la postre viniese que lo diesen por traidor. Veintinueve son pasados, los condes llegados son; treinta días son pasados, y el buen Cid no viene, non. Allí hablaran los condes: -Señor, dadlo por traidor. Respondiérales el rey: -Eso non faría, non, que el buen Cid es caballero de batallas vencedor, pues que en todas las mis cortes no lo habría otro mejor. Ellos en aquesto estando, el buen Cid allí asomó con trescientos caballeros, todos hijosdalgo son, todos vestidos de un paño, de un paño y de una color, si no fuera el buen Cid, que traía un albornoz. -Manténgaos Dios, el rey, y a vosotros, sálveos Dios, que no hablo yo a los condes, que mis enemigos son. Pártese el moro Alicante víspera de Sant Cebrián; ocho cabezas llevaba, todas de hombres de alta sangre. Sábelo el rey Almanzor, a recibírselo sale; aunque perdió muchos moros, piensa en esto bien ganar. Manda hacer un tablado para mejor las mirar, mandó traer un cristiano que estaba en captividad. Como ante sí lo trujeron Pártese el moro Alicante...

En las almenas de Toro,<br />

allí estaba una doncella,<br />

vestida de negros paños,<br />

reluciente como estrella;<br />

pasara el rey don Alonso,<br />

namorado se había de ella,<br />

dice: -Si es hija de rey<br />

que se casaría con ella,<br />

y si es hija de duque<br />

serviría por manceba.<br />

Allí hablara el buen Cid,<br />

estas palabras dijera:<br />

-Vuestra hermana es, señor,<br />

vuestra hermana es aquella.<br />

-Si mi hermana es, dijo el rey,<br />

fuego malo encienda en ella.<br />

Llámenme mis ballesteros,<br />

tírenle sendas saetas,<br />

y aquel que la errare<br />

que le corten la cabeza.<br />

Allí hablara el buen Cid,<br />

de esta suerte respondiera:<br />

-Mas aquel que la tirare,<br />

pase por la misma pena.<br />

-Ios de mis tiendas, Cid,<br />

no quiero que estéis en ellas.<br />

-Pláceme, respondió el Cid,<br />

que son viejas, y no nuevas;<br />

irme he yo para las mías<br />

que son de brocado y seda,<br />

que no las gané holgando,<br />

ni bebiendo en la taberna,<br />

ganélas en las batallas<br />

con mi lanza y mi bandera.<br />

Tres cortes armara el rey,<br />

todas tres a una sazón:<br />

las unas armara en Burgos,<br />

las otras armó en León,<br />

las otras armó en Toledo,<br />

Romance del Cid<br />

Romance del Cid y los condes de Carrión

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