Romancero viejo Anónimo
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Moricos, los mis moricos, los que ganáis mi soldada, derribédesme a Baeza, esa villa torreada, y a los viejos y los niños la traed en cabalgada y a los moros y varones los meted todos a espada, y a ese viejo Pero Díaz prendédmelo por la barba, y a aquesa linda Leonor será la mi enamorada. Id vos, capitán Vanegas porque venga más honrada, que s vos sois mandadero, será cierta la jornada. Romance de Pero Díaz Romance de Reduán y el rey chico sobre la conquista de Jaén -Reduán, bien se te acuerda que me diste la palabra que me darías a Jaén en una noche ganada. Reduán, si tú lo cumples, daréte paga doblada, y si tú no lo cumplieres, desterrarte he de Granada; echarte he en una frontera, do no goces de tu dama. Reduán le respondía sin demudarse la cara: -Si lo dije, no me acuerdo, mas cumpliré mi palabra. Reduán pide mil hombres, el rey cinco mil le daba. Por esa puerta de Elvira sale muy gran cabalgada. ¡Cuánto del hidalgo moro! ¡Cuánta de la yegua baya! ¡Cuánta de la lanza en puño! ¡Cuánta de la adarga blanca! ¡Cuánta de marlota verde! ¡Cuánta aljuba de escarlata!
¡Cuánta pluma y gentileza! ¡Cuánto capellar de grana! ¡Cuánto bayo borceguí! ¡Cuánto lazo que le esmalta! ¡Cuánta de la espuela de oro! ¡Cuánta estribera de plata! Toda es gente valerosa y experta para batalla: en medio de todos ellos va el rey Chico de Granada. Míranlo las damas moras de las torres del Alhambra. La reina mora, su madre, de esta manera le habla: -Alá te guarde, mi hijo, Mahoma vaya en tu guarda, y te vuelva de Jaén libre, sano y con ventaja, y te dé paz con tu tío, señor de Guadix y Baza. Un día de San Antón, ese día señalado, se salían de Jaén cuatrocientos hijosdalgo. Las señas que ellos llevaban es pendón, rabo de gallo; por capitán se lo llevan al obispo don Gonzalo, armado de todas armas, encima de un buen caballo; íbase para la Guarda, ese castillo nombrado. Sáleselo a recibir don Rodrigo, ese hijodalgo. -Por Dios os ruego, el Obispo, que no pasedes el vado, porque los moros son muchos que a la Guarda habían llegado: muerto me han tres caballeros, de que mucho me ha pesado. El uno era mi primo, y el otro era mi hermano, y el otro era un paje mío, que en mi casa se ha criado. Romance del obispo don Gonzalo
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Moricos, los mis moricos,<br />
los que ganáis mi soldada,<br />
derribédesme a Baeza,<br />
esa villa torreada,<br />
y a los <strong>viejo</strong>s y los niños<br />
la traed en cabalgada<br />
y a los moros y varones<br />
los meted todos a espada,<br />
y a ese <strong>viejo</strong> Pero Díaz<br />
prendédmelo por la barba,<br />
y a aquesa linda Leonor<br />
será la mi enamorada.<br />
Id vos, capitán Vanegas<br />
porque venga más honrada,<br />
que s vos sois mandadero,<br />
será cierta la jornada.<br />
Romance de Pero Díaz<br />
Romance de Reduán y el rey chico sobre la conquista de Jaén<br />
-Reduán, bien se te acuerda<br />
que me diste la palabra<br />
que me darías a Jaén<br />
en una noche ganada.<br />
Reduán, si tú lo cumples,<br />
daréte paga doblada,<br />
y si tú no lo cumplieres,<br />
desterrarte he de Granada;<br />
echarte he en una frontera,<br />
do no goces de tu dama.<br />
Reduán le respondía<br />
sin demudarse la cara:<br />
-Si lo dije, no me acuerdo,<br />
mas cumpliré mi palabra.<br />
Reduán pide mil hombres,<br />
el rey cinco mil le daba.<br />
Por esa puerta de Elvira<br />
sale muy gran cabalgada.<br />
¡Cuánto del hidalgo moro!<br />
¡Cuánta de la yegua baya!<br />
¡Cuánta de la lanza en puño!<br />
¡Cuánta de la adarga blanca!<br />
¡Cuánta de marlota verde!<br />
¡Cuánta aljuba de escarlata!