Romancero viejo Anónimo
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toda mi vida estaré. -Vergilios, por tu paciencia conmigo irás a comer. -Rotos tengo mis vestidos, no estoy para parecer. -Yo te los daré, Vergilios, yo dártelos mandaré. Plúgole a los caballeros y a las doncellas también; mucho más plugo a una dueña llamada doña Isabel. Llaman un arzobispo, ya la desposan con él. Tomárala por la mano y llévasela a un vergel. Por el mes era de mayo cuando hace la calor, cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor, sino yo, triste cuitado, que vivo en esta prisión, que ni sé cuándo es de día, ni cuándo las noches son, sino por una avecilla que me cantaba al albor. Matómela un ballestero ¡Dele Dios mal galardón! Cabellos de mi cabeza lléganme al corvejón, los cabellos de mi barba por manteles tengo yo; las uñas de las mis manos por cuchillo tajador. Si lo hacía el buen rey, hácelo como señor, si lo hace el carcelero, hácelo como traidor. Mas quien ahora me diese un pájaro hablador, siquiera fuese calandria, o tordico, o ruiseñor, criado fuese entre damas Romance del prisionero
y avezado a la razón, que me lleve una embajada a mi esposa Leonor: que me envíe una empanada, no de trucha, ni salmón, sino de una lima sorda y de un pico tajador: la lima para los hierros y el pico para el torreón. Oídolo había el rey, mandóle quitar la prisión. En Sevilla está una ermita cual dicen de San Simón, adonde todas las damas iban a hacer oración. Allá va la mi señora, sobre todas la mejor, saya lleva sobre saya, mantillo de un tornasol, en la su boca muy linda lleva un poco de dulzor, en la su cara muy blanca lleva un poco de color, y en los sus ojuelos garzos lleva un poco de alcohol, a la entrada de la ermita, relumbrando como el sol. El abad que dice misa no la puede decir, no, monacillos que le ayudan no aciertan responder, no, por decir: amén, amén, decían: amor, amor. Fontefrida, Fontefrida, La ermita de San Simón Romance de Fontefrida
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- Page 107 and 108: como la soléis besar, y entonces s
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- Page 115 and 116: a don tomillas fue a dar un tal gol
- Page 117 and 118: con amor y cortesía: -Por Alá te
- Page 119 and 120: aunque él se maravillaba dejar vil
- Page 121 and 122: que respuesta le vo a dar. Cuando f
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toda mi vida estaré.<br />
-Vergilios, por tu paciencia<br />
conmigo irás a comer.<br />
-Rotos tengo mis vestidos,<br />
no estoy para parecer.<br />
-Yo te los daré, Vergilios,<br />
yo dártelos mandaré.<br />
Plúgole a los caballeros<br />
y a las doncellas también;<br />
mucho más plugo a una dueña<br />
llamada doña Isabel.<br />
Llaman un arzobispo,<br />
ya la desposan con él.<br />
Tomárala por la mano<br />
y llévasela a un vergel.<br />
Por el mes era de mayo<br />
cuando hace la calor,<br />
cuando canta la calandria<br />
y responde el ruiseñor,<br />
cuando los enamorados<br />
van a servir al amor,<br />
sino yo, triste cuitado,<br />
que vivo en esta prisión,<br />
que ni sé cuándo es de día,<br />
ni cuándo las noches son,<br />
sino por una avecilla<br />
que me cantaba al albor.<br />
Matómela un ballestero<br />
¡Dele Dios mal galardón!<br />
Cabellos de mi cabeza<br />
lléganme al corvejón,<br />
los cabellos de mi barba<br />
por manteles tengo yo;<br />
las uñas de las mis manos<br />
por cuchillo tajador.<br />
Si lo hacía el buen rey,<br />
hácelo como señor,<br />
si lo hace el carcelero,<br />
hácelo como traidor.<br />
Mas quien ahora me diese<br />
un pájaro hablador,<br />
siquiera fuese calandria,<br />
o tordico, o ruiseñor,<br />
criado fuese entre damas<br />
Romance del prisionero